V e i n t e
Sentí como las sábanas eran removidas, frotando mi piel suavemente en la acción.
Las manos siempre tibias de Victor, se metieron de manera traviesa por mi polera. La yema de sus dedos acariciaban la parte baja de mi columna, creando un punto de relajación extrema.
—Haz tomado un resfriado, ¿cierto? —susurró para luego besar mi hombro.
—No podré cuidar a Otabek en este estado... —repliqué sintiendo mis ojos pesados.
—Tranquilo, aquí ha llegado tu enfermero.
Me voltee suavemente para mirarlo a los ojos con las pocas fuerzas que mi cuerpo portaba, y finalmente, reír junto a él.
Mi cuerpo fue suavemente aferrado a su pecho mientras sus labios besaban mi cabeza con lentitud y cariño.
—No te descuides a ti mismo por cuidar a los demás —susurró—. Además, Otabek tiene las ganas y la disposición de hacer todo por si mismo, lo sabes.
—Pero su bebé... No quiero que le suceda nada.
—No le sucederá nada, tranquilo.
Respiré hondo y suspiré.
Victor comenzó a desvestirme lentamente. Mis pantalones se deslizaron con rapidez y sus manos acariciaron mis muslos con tranquilidad. La calidez de estas creaban una sensación agradable para mi cuerpo sensible y bajo en defensas. Rápidamente, un pantalón de pijama me abrigó.
A la hora de retirar mi polera, Victor acercó su rostro a mi hombro y lo besó. Acarició mi brazo mientras plantaba besitos hasta llegar a mi cuello, preferentemente, mi mordida.
—Mi Yuuri.
Colocó y abotonó mi camisa de dormir para luego abrazarme por la cintura, dejando su mejilla contra la mía.
—Tu celo está cerca.
Asentí dejando caer mi frente en su hombro.
—Tampoco es algo importante, ¿cierto? —susurré.
—¿De qué hablas?
—Ya sabes a lo que me refiero.
—Realmente no, Yuuri —me apartó suavemente de su hombro para mirarme a la cara—. Si hay algo que desees decirme, hazlo.
—Sí sabes a lo que me refiero.
Miré el piso, luego el colchón sobre el que nos encontrábamos, las sábanas, sus muslos, su torso, sus labios y finalmente sus ojos. Estos mostraban real curiosidad.
—Mi celo está cerca, lo sé. Pero, ¿qué importancia tiene? Al fin y al cabo usarás un preservativo o yo tomaré anticonceptivos para evitar que tengamos un bebé.
—Bueno eso es porque... somos jóvenes.
—Entonces no hables de mi celo como si fuera importante.
—Creo que alguien está sensible hoy... —dijo en un tono en el que creyó que no escucharía.
Antes de que pudiera reclamar, mi espalda dio suavemente contra la cama y Victor se posicionó sobre mí.
—¿Qué te hace pensar que tu celo no es importante? —entrelazó ambas manos con las mías y aplicó un poco de fuerza para acorralarlas contra el colchón—. Tu celo es algo maravilloso y especial. Llega cada tres meses lo cual lo hace exclusivo y créeme que espero pacientemente por él. Por ello, me llena de alegría cuando sé que está por llegar, y no, no es porque desee penetrarte. Sino que, hacer sentir bien a quien me da vida, a mi Yuuri... —acarició mi mejilla con la punta de su nariz—, satisfacer esos rincones profundos de ti que piden por mí es tan importante para ti como para mí, ya que así no te sientes sofocado en esa ceguera tan lasciva —una pequeña sonrisa se formó en su rostro—. Además... si de esa forma, ambos nos sentimos tan bien, ¿por qué no disfrutarlo? —besó mi mejilla—. Sé que en momentos puede ser difícil toda esta situación de tener a Otabek embarazado, pero... también sé que nosotros somos más que eso.
Miré a un costado, evitando la mirada de Victor.
—Tenemos mucho que dar, mucho que hacer, mucho que vivir, Yuuri.
Tomó mi mentón y nos miramos directamente.
—Sólo sé paciente, cariño mío...
Fue entonces que comprendí que apresurarnos tanto, era innecesario. Que yo realmente no deseaba cambiar mi vida, y que desde ahora en adelante, la paciencia, el amor y la perseverancia serían mis mejores amigas, pero...
La tristeza y miedo se volverían extrañas y tenebrosas compañeras por las noches.
+Continuará
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Capítulo 20: "Momento de cambios". Así me gustaría denominar este capítulo, el cual hace una gran grieta entre los capítulos anteriores y los que vendrán.
🌸❤Las quiero mucho, ojalá lo disfrutaran❤🌸
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