Por errores como ese

No era fácil seguirle el ritmo a su hermano mayor.

El tritón de escamas rojas provenía de la Star, una cuidad al este del océano...dicho reino se caracterizaba por la velocidad que sus habitantes tenían. Fue por eso que su padre había adoptado al muchacho; un chico marginado y perdido pero un bravo guerrero sin duda.

Paro un poco su carrera, ya algo cansado de haber nadado por tanto tiempo sin conseguir un resultado favorable para su hermano. El entrenamiento de cada uno era diferente según sus capacidades pero Jason, como todo buen hermano mayor le gustaba retar y humillar al menor.

- ¿Ya te cansaste? -dijo una vez estuvo frente a el.

- No es justo...tu eres rápido por naturaleza Jay, además que ya estas acostumbrado -se quejo formando un infantil puchero con sus labios.

- Esa no es excusa Damian -puso su mano sobre el hombro del menor- tu eres el heredero al trono de las profundidades...tienes que volverte fuerte...

- Jason tiene razón Damian -Bruce se acerco a sus hijos sonriendo levemente.- todos esperamos grandes cosas de ti... -el pequeño hizo una mueca.

Era demasiada responsabilidad, el era una niño ¿que querían que hiciera? No era su padre, no tenia el coraje como para sobrellevar tanto peso en sus hombros.

- Aun así, todo sera a su tiempo -revolvio el cabello del menor y llevo su vista a su hijo adoptivo- cuando seas rey, por ahora...disfrutaras de tu infancia tanto como puedas.

Su padre y Jason se fueron dejando que el vagara por los alrededores del palacio; para su desgracia, Damian tenia pocos amigos pues, al ser mitad humano su padre temía que las sirenas llegasen a lastimarlo ya que estas odiaban a los terrestres. Las hembras de su especie carecían de corazón y eran falsas en cada aspecto, por lo que tenían mas facilidad al subir a la superficie...por eso su voz era mortal. Damian tenia una debilidad hacia las voces de las sirenas...ellas sin ningún problema podían llevarse al menor.

- psss oye -escucho por un rincón- Damian -levanto un poco la voz captando la atención del nombrado- por aquí -agito la mano, y el joven príncipe sonrió reconociendo a Colin.

- ¿Que estas haciendo? -pregunto aguantando la risa- Si mi padre te ve tendremos problemas los dos -se escabulló por el pequeño espacio por donde su amigo se asomaba.

- Y luego te quejas de tu tamaño -le recordó el pelirrojo.

El príncipe torció la boca, disgustado de que le recalcara su tamaño, siete años, y aun parecía un niño de cinco...lo que le generaba un complejo al pequeño heredero.

- Como sea...ven -jalo su brazo y comenzó a nadar.- tengo que mostrarte algo...

Su entusiasmo abrumó un poco a Damian, por lo que no le quedo de otra mas que ser arrastrado por su energético amigo. Al principio no mostró ninguna negativa sin embargo conforme avanzaban fue reconociendo el camino por donde era llevado.

- Colin no...no podemos ir por ahí -dijo deteniéndose- son los limites...si vamos mas lejos...n-no hay que ir, tenemos prohibido salir ¿recuerdas?

Busco soltarse le agarre de su compañero de travesuras pero este solo lo sujetaba con mas fuerza, claro que los habitantes de las profundidades tenían prohibido salir a menos que su rey se los permitiese...Damian podía salir, solo si Jason, Alfred o su padre le acompañaban, eso solo seria hasta que cumpliese los 18; al tener esa edad ya podría salir por su cuenta. Seguía intentando convencer a su amigo sin resultados.

- No tengas miedo Damian...¡No hay nada malo! ¡Mira! -señalo hacia el frente.

Se podía apreciar el agua azul, la claridad y vida que ellos no estaban acostumbrados a ver, claro que Damian si lo había visto; disfrutaba de ello una vez al año. Negó de nuevo insistiendo en que debían volver, no quería tener problemas con su padre y ser castigado; no cuando en un par de días irían a la superficie a visitar a su papa y a Jon...el quería volver a ver a Jon.

De pronto, el brillo del sol que se filtraba por el agua fue opacada por una enorme mancha que flotaba en la superficie.

- ¡Es un barco! ¡¡Damian vamos!! -grito el chico comenzando a nadar en dirección al objeto mencionado.

- ¡No! Colin espera es... -se detuvo en el limite, no quería salir y desobedecer a su padre pero tampoco quería abandonar a su amigo.- ¡Colin!¡Colin por favor vuelve!

Con uso de toda su voluntad y disculpándose mentalmente con su progenitor, avanzo nadando lo mas rápido posible para alcanzar al terco pelirrojo que se había detenido a escasos centímetros de la superficie.

- Hay humanos allí Damian -dijo fascinado al ver las siluetas deformes gracias al agua.

- Bien, ya salimos, ya viste humanos y viste un barco ¿ya podemos volver? -hablo ocultando el tono asustado en su voz.

- Claro que no, tenemos que explorar mas, no todos los días salimos de ese agujero oscuro al que llamamos hogar.

- Colin no seas terco, tendremos problemas...y por favor baja, a esa distancia los humanos te verán y sabe que cosas puedan pasar. -comento recordando el relato de su padre y de como había sido capturado por piratas.

- Miedoso -dijo ya molesto el tritón al de escamas verdes.

- ¡¡No soy miedoso Colin!! -nado mas hacia la superficie.

Y fue cuando todo empeoro. Sintió el miedo que debió sentir su padre, los pequeños pero filosos arpones se atoraban en las pieles y colas de los menores, más en Damian que en su amigo.

Las cuerdas fueron jaladas llevándolos a fuera del agua. Sintió manos tocar su cola así que, le propinó un fuerte golpe en el rostro al tipo que se atrevió a tocarlo y en su lugar recibió en el abdomen que le saco por completo el aire. Tocó la madera de cubierta y sin poder evitarlo su herida cola se transformó en un par de piernas, dejando atónitos a quienes miraban.

- ¿C-como...? -articulo Colin sin comprender.

- Vaya, vaya, vaya...así que las leyendas son ciertas -dijo un hombre mayor de ropas negras y naranjas mirando con una sonrisa ladina al pelinegro.- hay Sirenas y Tritones que se convierten sus aletas en pies...

Lo miro desde arriba con altanería y luego se agachó para tomar con fuerza el rostro pálido del ahora humano.

- Me resultas familiar precioso...¿Nos hemos visto antes? -paso el pulgar por sus labios y Damian no perdió tiempo; lo mordió con fuerza y luego le escupió en la cara.- Si, en definitiva eres idéntico a él...a esa pequeña zorra...

Lo golpeó en la cara partiendole el labio inferior.

- Maten al otro... -sonrio malvado admirando la expresión de horror de los pequeños.- con este tendremos suficiente.

– ¡¡No!! ¡No por favor! -gritaba el pelirrojo.

Su segundo error del día del tritón fue hablar delante de los humanos. Damian deseaba gritar, pero si abría la boca sería su final.

A pesar de las súplicas del menor, los piratas seguían lastimandolo, los arpones se enterraron por completo en sus brazos llegando a la madera. Una mordaza acalló un poco sus gritos. Comenzaron quitando las pequeñas aletas en sus brazos, siguieron arrancando una cuantas escamas de su rostro, pecho y la base de su cola...

La sangre ya comenzaba a crear un enorme charco que aquellos lobos de mar terminarían limpiando, pero poco les importaba en ese momento.

Lo siguiente que perdió fue toda su cola...así como su vida. Damian solo atino a sollozar mientras la vida se le escapaba a su amigo...¿Así de crueles eran los humanos?

Jalaron la cuerda que lo tenía inmovilizado quedando frente a frente con el hombre que le había hablado en primer lugar.

- Ya no tienes escapatoria encantó...

- ¡¡Suéltalo ya!! -el grito ensordecido a los tripulantes.

El capitán libero a Damian provocando un fuerte golpe en la cabeza del príncipe. Para sorpresa y mala suerte de los bucaneros, un joven de 18 años aparentemente salió del agua subiendo como si nada a la nave.

- Otro...¡Atrapenlo! ¡¿Que esperan?! -bramo el líder apuntando al polizón.

El azabache por su parte sonrió, comenzando a cantar una bella y mortal melodía. Golpes contra la madera y gritos fue lo poco que Damian alcanzó a escuchar antes de que perdiera el conocimiento.

Para cuándo todos quedaron noqueados por su canto el joven adulto se acercó al pequeño cargándolo y finalmente regresando al agua.

(...)

Cuando le dijeron que su hijo había desaparecido del palacio volvió rápidamente con Jason hecho un manojo de nervios, algo le decía que está vez no era una de esas travesuras dónde se ocultaba en algún rincón.

- ¡¿Dónde está?! -entro a la habitación del niño encontrando a Alfred revisando su delgado cuerpo. Pero lo que más llamo su atención fue el joven tritón de escamas negras azuladas que se mantenía cerca de la cama.- Conner...

- Es bueno volver a casa padre -el nombrado hizo un reverencia ante el mayor.

- ¿Dónde te habías metido imbécil? -pregunto alegre Jason, recibiendo una mala mirada de parte de los adultos por llamarle así al mayor.

- Por ahí -se limito a responder.

- ¿Que paso? -finalmente Bruce hizo la pregunta principal.

- Lo atraparon unos piratas, junto con otro...lamento decirte que no pude salvarlo, llegué tarde, solo logre sacar a Damian antes de que...

- No te disculpes Conner -le dijo a su primer hijo adoptivo- hiciste lo que pudiste...

- Pregunta -se entrometió Jason- ¿Cómo esquivarste a una tripulación de piratas?

Conner sonrió nervioso y orgulloso por lo que tenía que decir.

- He encontrado a mi Rey...

- Lo felicito joven Conner -hablo Alfred por primera vez alejándose de Damian- sus heridas no son serias, sanarán en cuestión de días y en cuanto al golpe en la cabeza...me temo que no hay mucho que pueda hacer.

- Gracias Alfred -dijo Bruce sentándose al lado de su pequeño.- si los piratas están de nuevo por estos rumbos...nadie saldrá. No voy a perder a ninguno, no volverán a arrebatarme a mi familia...lamento tener que hacer que te quedes Conner...

- Lo se papá...ya hablé con mi rey, él lo entiende -explico con una sonrisa tranquila.

- Bien...espero conocerlo algún día.

- Te encantará...es, es un gran chico con un enorme corazón.

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