El temor de los dos

No quiso salir bajo ningún concepto del lugar donde su tío lo había dejado, no le dirigió la palabra a nadie cuando llegaron a tierra firme y desde luego, en cuanto llegaron al castillo, después de haber tomado una larga ducha se atrinchero en su habitación sin dar señales de desear salida. Las sirvientas ya comenzaban a preocuparse cuando el adolescente no salio a comer. 

Cuando la noche llego y todos parecían dormir, Tim finalmente salio de su auto-encierro. Con todo el silencio del mundo recorrió los pasillos, evadiendo a los guardias y procurando permanecer en las sombras como Dick le había enseñado desde niño. Gracias a dichas enseñanzas fue capaz de salir sin ser visto, bajo por las rocas que rodeaban el castillo hasta llegar a la playa. 

- No deberías escaparte tan tarde Tim,  aun que sea para verme -lo regaño Conner cuando el menor llego con el.

- Me lo dices todo el tiempo...pero necesitaba hablar contigo -bajo la mirada nervioso.

- ¿Paso algo? -cuestiono preocupado por el nerviosismo del humano.

- No me sorprende que te hayas escabullido tan bien por el castillo -Clark apareció detrás de ambos menores, asustando mas a Tim que a Conner.- Pero a tu edad yo hacia lo mismo Tim -miro unos instantes al tritón y por las misma razones...

- Asi que... -dijo el ojiazul mayor al aire sumamente sorprendido.- lamento no haberlo reconocido, majestad...

Ante la atónita mirada de Tim, Conner se arrodillo frente a su tío. La sonrisa de Clark se torció un poco, puesto que no era su intención que el tritón hiciera aquello cuando dejo a la vista el regalo de Bruce. 

- ¿Q-que estás...? -murmuro Tim llevando su vista hacia Conner y luego a si tío.

- No hagas eso, por favor... -dijo Clark un poco incómodo.- ¿Eres Conner cierto? -el muchacho asintió.

- Mi rey le hablo de mi...

- ¡Yo no le dije nada, te lo juro! -se exaltó Tim asustado.

- No Tim, se que tú no rompiste tu promesa -le presto atención al menor tomando su rostro con ambas manos.- Yo me refiero a...el monarca de mi reino. -suspiro derrotado, no se había visto obligado a hablar de él o de su familia con el pequeño humano hasta ese momento.

- ¿P-pero...por qué tú monarca hablaría de ti con mi tío? -paso sus ojos a la figura del nombrado, notandolo calmado.

- Por qué...así como tú eres el “Rey” de Conner...yo lo soy para el Rey de las profundidades...

La explicación no hizo más que generar más preguntas en la cabeza de Tim, entendía que los tritones podían tener un “Rey” al cual le entregaban cada parte de ellos, al conocerlos él o ella se volvía su todo. Solo se daba en los tritones y una vez que encontraban a su “Rey”, su voz se volvía tan mortal como la de las sirenas.

Pero entonces...¿Desde cuándo su tío era el “Rey” de un tritón? ¿Eso no le daría problemas en cuanto a...?

- Conner... -llamo Clark al tritón pintando está vez su rostro de preocupación.

- ¿Si?

- Necesito saber de Damian...¿Es verdad que...?

La expresión del chico hablo por si misma, en esos tres años no había olvidado lo sucedido y el daño que eso le causó a su hermano.

- Me temo que si... -tomo aire y su vista se fijó en el reflejo de la luna en el agua.- ahora el está bien, pero...ha cambiado.

(...)

- ¡¿Cómo que lo perdieron?! -Bruce levanto la voz asustando a sus subordinados.- ¡Es un niño de diez años, no pudo burlarse de ustedes! ¡¿Cómo pudieron perderlo de vista?!

Los soldados solo balbuceaba incoherencias gracias a la ira de su rey, su falta de excusas solo acrecentaba la cólera del tritón de escamas negras, mientras que Jason hacia lo posible por no carcajear ahí mismo.

- ¡¡No los quiero ver aquí hasta que lo encuentren!! -los aludidos nadaron lo más rápido posible fuera de la sala del trono para buscar al escurridizo niño.- No puedo creer que sean tan incompetentes... -dijo cansado.

- Bueno...lo son, pero no es su culpa -se tenso por la mirada de su padre.- mira...Damian conoce cada centímetro del castillo, te apuesto lo que quieras a qué sabe cada ruta y tiempo de patrulla de cada soldado... -Bruce torció la boca; Jason tenía razón.- así que...

- Búscalo -le pidió.- eres le más rápido del reino, se que puedes encontrarlo antes que cualquiera.

- Claro -accedio sonriendo por la confianza de su padre.

Una noche agitada sin duda, Conner se había ido a quien sabe dónde con un grupo de sirenas al atardecer tan rápido que ni se explicó y ya era hora que no regresaba. Luego Damian se había escapado del palacio...otra vez.

Ya era un costumbre, pero la pequeña piraña no solía escaparse de noche.

- ¿Dónde te metiste? -hablo para si mismo, cansado de haber buscado a su hermano por varias horas.- uh...¡Maya!

La sirena de escamas plata destino su camino cuando escucho al mayor llamarla con apuro.

- ¿Pasó algo príncipe Jason? -pregunto preocupada.

- ¿Has visto a Damian hoy? -la chica nego lentamente colmando la paciencia de Jason- maldita sea...Bruce va a matarnos a todos

Para ese momento Damian ya estaba en los límites del reino, acompañado de una pequeña cría del último Leviatán de las profundidades. La criatura se enredaba en el cuerpo del niño buscando que desistiera en su intento de salir.

- Para... -lo aparto bufando ganándose un gruñido del animal- ya se que no debo salir, pero...algo me llama...

Tocó su pecho, sintiendo esa presión, aquel sentimiento que le pedía a gritos ir a ese lugar que tenía prohibido ir. Conner había salido...por ser el mayor podía hacer lo que le daba la gana. Pero él...la superficie le aterraba después de que aquellos piratas matarán a Collin.

¿Y si le aterraba ese lugar, por qué quería ir? 

¿Que lo...quién lo llamaba?

- ¡Damian! -gritaron desde lejos, reconoció la voz de Jason.

Miro a su compañero dudoso, formó puños con sus manos...y tomo la decisión. Nado tan rápido como pudo, ignorando los gritos de su hermano.

- ¡Demonios! ¡Damian! -maldijo cuando llegó al límite y el menor desapareció de su vista.

Observo al pequeño Leviatán a su lado, mirando en dirección hacia donde su dueño se había ido.

- Ve con él -ordeno.

La criatura se fue, siguiendo al menor; por ahora solo el monstruo marino podía seguirlo. Temía por su hermano...

Cambio, aquel niño dulce, alegre y juguetón desapareció, esa faceta rara vez se dejaba ver. Ahora solo se centraba en entrenar...volverse fuerte, apartándose de su familia; solo Conner tenía el privilegio de pasar tiempo de caridad con la pequeña piraña...

- Espero que Conner lo encuentre en el camino...o Bruce si que me matará. -penso en voz alta regresando a casa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top