Desde lo mas profundo

Mirase por donde mirase, el océano brillaba con cada rayo de sol.

Profundo, misterioso y...tan peligroso.

El naranja del atardecer sustituia el característico azul del mar. Un azul tan hermoso como aquellos que, por mas tiempo que pasaba, no podía olvidarlos.

Durante un tiempo pensó que estaba bajo el hechizo de aquella legendaria criatura. Pero se dio cuenta de que no era así...el estaba enamorado de la criatura y en lugar de molestarse por ello; en su lugar se sentía bien. A pesar de que solo podían verse una vez cada año.

El agua salpico en la costa, en un punto ciego para quien no supiera de su existencia, el sonrió, esa era su señal. Bajo con cuidado de no ser visto por ningún guardia del castillo.

- Llegaron antes -dijo con cariño mirando al par que estaba sentado en unas rocas.

- ¡Papi! -grito el pequeño de ojos verdes. ¿De quien había heredado tan color?

Dio un salto transformando su aleta en un par de piernas, corrió con torpeza hasta llegar al mayor y abrazarse a una de sus piernas.

- Jajaja tranquilo Damian, puedes hacer que caiga -comento despeinando los húmedos cabellos del menor.

El niño sonrió y Clark se enamoro de nuevo de esa linda carita que su hijo tenia. Damian era un híbrido; mitad humano, mitad sirena. En su piel se podían apreciar unas cuantas escamas de un color verde similar al de sus ojos y su cabello azabache hacia resaltar su palidez. Pero sin duda...había heredado la belleza de la que tanto se hablaba de las sirenas, al igual que su voz.

Levanto la mirada sonriendole al adulto que borro su sonrisa cuando posos su vista en el bulto en sus brazos.

- ¿Ese es...? -pregunto el de escamas negras señalandolo.

- Si... -dijo con algo de tristeza y amor mezclados en su voz.- es mi hijo.

- ¿Tengo un hermanito? -su pregunta conmovió a ambos hombres, pues el, con sus seis años veía todo como algo bueno.

Clark miro a Bruce esperando a que este le dijera algo, no podía ni quería meter la pata con el Triton; ya que el era quien criaba al pequeño de ojos verdes. Agito un poco la cola molesto, luego miro de reojo a su hijo que tenia una sonrisa plantada en su rostro mirando encantado al bebe que cargaba el humano; quien se puso de rodillas para facilitarle la vista.

- Si -dijo simplemente

- ¿Cómo se llama? -Damian miro fijamente los ojos de Clark.

- Su nombre es Jonathan.

- Es muy largo... -hizo un puchero- le diré Jon, y cuando yo sea grande y me vuelva un guerrero de las profundidades voy a cuidarlo así como padre te cuida.

El humano rápidamente llevo su vista al Tritón; quién sonrojado por las palabras de su hijo gira rápidamente la cabeza impidiendo cualquier contacto visual.

....

¡Una nueva historia! No sé ni cómo se me ocurrió pero a ver qué pasa, espero que les guste.

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