Desde lejos

En esta noche tan fría, el fuego me guía una vez más a donde te encuentras, mientras camino en este pasillo voy recordando todo lo que ha pasado desde la última vez que estuve junto a ti.

Lo recuerdo bien, llorabas desenfrenadamente, me pedías que no me fuera y me quedará contigo.

Me recordabas todo lo que habíamos vivido y me decías "Quédate por favor" mientras lágrimas salían de tu rostro.

Sabía que no podía hacerte caso, era inevitable irme, y lo último que pude decirte fue "te amo, nunca lo olvides Serena" y entonces me fui, me fui mientras te oía gritar desgarradoramente "¡Ash! Vuelve por favor te amo" aquel grito que mientras me iba se hacía cada vez menos audible.

Aunque pude haberme ido, no lo hice, quería estar ahí, era mi más grande anhelo, aunque no pudiera de la manera que quería, iba a estar.

Recuerdo que desde el día que me fui, tu sonrisa cambio, ya no era lo mismo, te veía desde lejos, como nuestros niños trataban de alegrarte, hacerte reír, pero ninguno lograba sacarte una sonrisa o al menos no como las que dabas cuando estaba a tu lado.

Te veía desde lejos llorar todas las noches en tu cama, en nuestra cama, acariciando aquel viejo listón azul. A veces nuestra pequeña Selene se levantaba de su cama para acompañarte y buscar que ya no lloraras, pero terminaba uniéndose a ti.
Otras noches era nuestro pequeño Chase, quien con sus ocurrencias te sacaba una que otra risa para distraerte.

Desde lejos te observaba pasear, ir a la ciudad, a veces ida en tus pensamientos, y no necesitaba ir y preguntarte en que pensabas, sabía que era en mí.

Desde lejos te vi enfermarte en medio de tu sufrimiento al no tenerme a tu lado, me preocupé por ti, querer estar ahí, sufrir el estar lejos de ti comenzaba a pesarme, y más cuando supe la razón de tus malestares.

Desde lo lejos te vi llorar en nuestra habitación, llorar a los pies de la cama con aquella prueba de embarazo en mano, lloraba contigo sin estar a tu lado, saber que tendríamos otros niños y que yo no podría verlos nacer me partía, pero no podía hacer nada.

Desde lejos te vi levantarte y gritar al mundo que esto no sería razón para llorar si no para sonreír, amaba esa faceta tuya, en los momentos difíciles demostrabas ser fuerte y sabías seguir adelante, decías que yo te pegue eso, no sé si tenías razón.
Te vi levantarte y correr a abrazar a nuestros niños y ver esa sonrisa que desde el día que me fui no había visto, sabía que no te darías por vencido y seguirías adelante, por ti, por ellos... por mí.

Desde lejos te vi volver a ser aquella mujer fuerte y a la vez delicada de la que me enamoré, te veía ser la mejor madre que pudieras ser, te veía feliz, aunque sabía que no era así. Todavía llorabas por las noches por mi ausencia, pero te detenías por el bien de nuestros hijos.

El día llegó y hubiera querido ir a verte, estar contigo como cuando nacieron nuestros dos pequeños, pero me era imposible.
Fueron gemelos, niño y niña, a ella le pusiste Ana y a él Ash....

Desde lejos te vi criarlos con amor, todo el amor que podías dar deseaba estar contigo y ellos, pero no lo tenía permitido.

El tiempo pasaba y tus noches seguían siendo de pena, no quería que siguiera así, quería que dejarás de llorar pero a la vez temía de que fuera así, mi lado egoísta no lo quería por el simple hecho de sentir que me olvidarías.

Me acuerdo un día que paso algo que hasta a mí me partió el alma, ese día, la primera palabra de nuestro pequeño Ash, Selene abrazaba a su hermanita, Chase jugaba con Pikachu y tu cargabas a Ash, justo cuando dijo su primer palabra..."papá"

Su primera palabra, sonreías mientras pequeñas lágrimas resbalaban por tus mejillas que poco a poco se volvían cascadas, no te había visto llorar así desde que me fui, lloré contigo una vez más, nuestro pequeño me necesitaba...nuestra familia me necesitaba...tú me necesitabas.
Pero no podía.

Desde lejos los veía crecer conforme el tiempo pasaba, ya no llorabas, habías decidido ya no hacerlo y seguir adelante pero nunca dejaste de pensar en mí, ahora te desvelabas viendo las estrellas mientras sostenidas aquel lazo azul.

Aquel lazo azul que siempre llevabas en tus ropas, aquel que habías puesto en nuestra foto de bodas y que desde entonces no usabas, pero todas las noches antes de dormir lo acariciabas para luego darme un beso de buenas noches «extraño eso» aquel lazo que prometiste usar siempre justo el día en que dijiste que no volverías a llorar.

Desde lejos te miraba hacer esa rutina todas las noches, deseando estar ahí sentado contigo y no aquí sólo contemplando tu belleza bajo la luz de la Luna y las estrellas, quería estar contigo, abrazarte, besarte y amarte como nunca y no volver a separarme de ti... pero no podía.

El tiempo pasaba y desde lejos cuidaba a nuestros niños, los guiaba. Yo los vi creer y adentrarse al mundo para vivir cada quien sus aventuras, hubiera querido estar ahí para aconsejarlos... pero con observarlos me conformaba.

Los vi volverse fuertes, caer y levantarse, ganar y perder, llorar y reír, soñar y nunca rendirse hasta el final, así como nosotros en su momento.

Y mientras tanto tú estabas en casa en aparente soledad, pues yo siempre estaba contigo, a veces creo que lo sabías, y bueno, también tenías a nuestros pokemon, pikachu era quien más tiempo pasaba contigo desde que me fui.
Sonreías, mi recuerdo ya no te daba tristeza, no, ahora te hacía sonreír, te ves más hermosa así.

El tiempo seguía avanzando, desde lejos yo los cuidaba y los observaba y en mis ratos de soledad sólo me quedaban los recuerdos.

jeje enserio era tan tonto y despistado... ¿en serio tarde tanto en aprenderme la tabla de tipos?... a veces era muy tonto.

De Repente esa soledad se rompió para mí un día.

Como siempre volvía a observarte pero esta vez note algo que no me espere, era una mañana y al ir a sentarme a la acera, lo vi mirándome y viniendo hacia mi como el día en que casi nos separamos, era Pikachu nos abrazamos como nunca, lo había extrañado, estar y hablar« con él aunque no lo entendiera del todo». Volvíamos a ser él y yo.

Pero entre ese destello de felicidad, me di cuenta de que sería la última vez, cuando caí en cuenta que podía verme y tocarme, sabía que se había ido y su estancia junto a mi dependería de ella, y claro, también de él, pero no creo que quiera lo mismo que yo. Estaba triste porque sería la última vez que estaríamos juntos, pero decidí no darle importancia y disfrutar el día junto a mi pequeño amigo eléctrico.

Al final del día me acompañó a mi rutina diaria de observarlos y cuando llegó el momento nos abrazamos por última vez para luego verlo irse pero esta vez para siempre. Y nuevamente estaba solo y observándote, cuidándote y guiándote como buen ángel guardián.

Un día paso algo que no me esperaba, como siempre te veía desde lejos, te vi conocer a ese hombre, sentí celos, no lo negaré, pero sabía que merecías ser feliz, merecías alguien quien te acompañara en tu soledad, la idea me desagradaba​ pero la acepte al verte feliz nuevamente, como siempre le veía el lado bueno, volvería a ver a pikachu, todo dependía de ti, pero no pasó nada todo siguió igual, aunque estuvieras con ese tipo no me olvidabas, con eso me bastó para saber que siempre me amarías como yo a ti.

Con los años agradecí que lo hubieras conocido, él te cuidaba en formas que yo no podía, pero había algo en él que no comprendía algo raro había traído y un día me di cuenta de que era.

Su nombre era Yvonne, muy parecida a ti Serena, a veces hablábamos, conversaciones cortas donde me di cuenta que ella estaba igual que yo, ella lo miraba y protegía desde lejos.

El tiempo continuó su rumbo, al menos para ti, porque para mí el tiempo era diferente, de no ser por que te veía ni me daría cuenta. Ahora ya no estabas sola, y bueno yo.... creo que tampoco, ambos teníamos a un amigo para hablar.

Finalmente llegó el día en que conocí a aquel hombre, Xavier era su nombre, hablé con él y comprendí porque te agradaba, en cierto punto éramos como dos gotas de agua, me acompañó a mi rutina de siempre pero esta vez junto a Yvonne.

Fue un día agradable y cuando llegó el final me despedí amablemente de ellos no sin antes hablar con Xavier una última vez más.

—Cuídala y amala mucho, es mi mejor amiga.

—Lo haré, tenlo por seguro —. Fue lo último que dijimos para el despedirse y caminar junto a su amada hacia rumbos desconocidos para mí.

Todo siguió, desde lejos vi la vida continuar, nuestros hijos se casaban y formaban sus propias familias, la vida seguía, a veces me lamentaba no estar ahí, pero recordaba lo que paso y prefería que tú lo vivieras, siempre fuiste tú primero antes que yo.

La vida siguió, tu vida continuó, ya no tan sola, ahora eras la mujer más importante de una gran familia que te amaba....

La vida siguió......

63.....
Nuestros nietos daban sus primeros pasos....

70.....
Eras la abuelita más sexy que hubiera visto.....

80......
¿La vida es larga no lo crees?
Da sorpresas cuando menos te las esperas, ¿Quién sabe? tal vez conozcas a un bisnieto

87......
Wow ¿quien diría que llegarías a tal edad?

Bueno esa es la razón por la cual estoy aquí, caminando por este pasillo rumbo a tu habitación, parece que el momento se acerca.

Voy caminado en la oscuridad, los pasillos son fríos, no recuerdo la última vez que sentí frío, es algo agradable, pero es más agradable el fuego que me guía a mi destino.

Llegué al final del pasillo y ahí están, en la sala, mis pequeños, bueno, no tan pequeños, ahora son unos adultos con familia y todo. Todos están dormidos en los sillones, Chase, Jr, Ana, pero no está Selene, están sus hijos y mi bisnieto, pero no ella, creo tener una idea de en donde se encuentra mi pequeña.

El fuego de la chimenea tenuemente alumbra el lugar. Tengo sed... raro, en todo este tiempo no había sentido eso. La sala tiene un aroma muy agradable, las flores del lugar, todo hace que me sienta tangible, vivo.

Sigo mi camino rumbo a mi destino original y finalmente estoy parado frente aquella puerta de la habitación donde te encuentras la cual nosotros habíamos compartido hace ya mucho tiempo.

Tomo la perilla de la puerta y la giro para poder ver como en el interior descansas plácidamente en nuestra cama y, a pesar de los años, sigues viéndote tan hermosa como el día en que me fui.

Al lado de la cama esta nuestra pequeña Selene, en una silla a un lado de la cama y acostada en una posición algo incomoda. Me acerco a ella y le recojo unos cuantos de sus cabellos castaños, es igualita a ti, nuestra hija mayor, nuestra pequeña.

—Papá... —, susurra entre sueños.

—Aquí estoy hija.

—¿Puedo dormir con ustedes? —. Dice aún dormida.

—Me gustaría, pero hoy no pequeña —. Le digo acariciando su cabello para luego tomarla en brazos —vamos con tus hermanos hija.

Ambos salimos de la habitación y nos dirigimos a la sala con el resto de la familia, en un espacio en los sofás, la recuesto junto a su hija.

—Papi no te vayas.

Sonrió ante lo dicho por mi hija dormida, me acerco y le doy un beso de buenas noches.

—Eso me gustaría, pero no puedo, no hoy.

—Papá —. La veo abrir los ojos mientras lo dice, aquellos ojos iguales a los de su madre, ojos que me miran con ternura y asombro.

—Descansa hija —. Le acaricio el rostro mientras vuelve a caer dormida pero ahora con una sonrisa dibujada.

Antes de dirigirme de vuelta a con Serena, sació mi sed, tomo de un florero algunas de las flores naranjas que aromatizan el lugar y con el lazo azul creo un ramo, un regalo para mi Serena.

Nuevamente estoy frente a la puerta, me encuentro un poco nervioso, el momento llego, tengo que entrar.

Me dirijo una vez más junto a ella, sigue dormida, pero no dura mucho, finalmente despierta y me voltea a ver. —Ash.

Nuevamente nuestros ojos se vuelven a conectar, como hace mucho tiempo, ver su mirada azul mirándome, a pesar de los años sigue manteniendo aquel brillo estelar en sus ojos, hace tiempo que deseaba esto.

Me acerco en silencio a ella sin despegar nuestras miradas, con mi mano libre acaricio su rostro y me acerco poco a poco a su rostro hasta juntarlos, frente con frente.

Nos separamos y me ve fijamente a los ojos (los suyos están algo húmedos) una de sus manos se dirige a mi rostro y comienza a explorarlo —Eres tú... Ash —. Yo asiento mientras ella continúa tocando mi rostro. De repente sus ojos se humedecen y comienza a llorar mientras sonríe.

—Eres tú, eres tú.

Tomo su mano con mi mano libre y las entrelazo, ganándome una sonrisa de parte de ella.

—Ha pasado tiempo —, dejo las flores a un lado y con mi esa mano acaricio una vez más su rostro. —sigues viéndote igual de hermosa que el día en que me fuí —. Lo único que recibo como respuesta es un enorme abrazo por parte de ella el cual correspondo y comienzo a escucharla sollozar.

Al separarnos ella se limpia unas cuantas lágrimas y aprovecho para darle las flores, las cuales toma como si fueran su más grande y preciado objeto en su posesión.

Las olfatea, siente su aroma, inmediatamente me voltear a ver con una sonrisa.

—¿Esto significa que ya es hora? — yo asentí y ella bajo la mirada.

—¿Podemos compartir la cama una última vez antes de irnos? — dice apartándose un lugar junto a ella, entonces me quito la gorra y la dejo sobre la mesita de noche para hacerle compañía.

Ambos nos acurrucamos en la cama, ella me abraza, de una manera como si nunca me fuera a soltar mientras yo le acaricio sus planteados cabellos.

—Me hubiera gustado estar así más veces Serena.

—A mi tambien Ash.

Los dos continuamos solamente abrazandonos por un rato más, yo cierro los ojos para poder disfrutar esto. Su calor y su respiración, es reconfortante, esa sensación de tenerla junto a mí es todo lo que había deseado por todos estos años.

De un momento a otro dejó de sentir un pequeño movimiento entre mis brazos y el suspiro sobre mi pecho.

Siento como ella comienza a separarse poco a poco de mí, finalmente veo nuevamente esa cabellera amielada de mi Serena quien me sonríe —Ya estoy lista.

Nos levantamos de la cama, y tomados de la mano abandonamos la habitación para salir caminando hacia el pasillo, rumbo a la salida de la casa.
Al llegar a la sala, ella se detiene y se queda mirando a la familia.

Al final ambos conseguimos hacer una gran familia tal y como siempre quisimos.

En un último acto, ella me suelta la mano y se dirige con nuestros hijos a los cuales les da un dulce beso de buenas noches.

—Hasta que nos volvamos a ver mis pequeños — se despide mientras vuelve a tomarme de mi mano.

Ahora estamos frente a la puerta de entrada, la abrí y una luz blanca es lo que se ve del otro lado.

Antes de entrar, volteo a ver a Serena, ella estaba viendo hacia la sala y yo hago lo mismo provocándome así un solo pensamiento «me hubiera gustado haber estado con ustedes»

Salgo de ese pensamiento por Serena, quien me trae hacia ella para que ambos quedemos mirando a los ojos del otro y poco a poco acercarnos, juntar nuestras frente y susurrar un "te amo" antes de juntar nuestros labios.

Después de tanto tiempo nos estábamos besando, hace años que añoraba esta sensación. Al separarnos ella me  abraza fuertemente y cuando no separamos ella me mira fijamente a los ojos, yo le regalo una sonrisa la cual corresponde.

Entonces la vuelvo a tomar de la mano y caminamos hasta cruzar la puerta, envueltos en esa luz blanca nos alejamos hacia rumbos desconocidos.

Finalmente podré estar con Serena.


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A la mañana siguiente, Selene comienza a abrir los ojos, después de haber pasado una buena noche gracias a un lindo sueño donde su padre la cargaba como cuando era niña, pero al abrir los ojos se da cuenta que no está en la habitación de su  madre sino en la sala con el resto de sus hermanos.

Desconcertada, mira hacia todos los lados, se talla los ojos, y el recuerdo de la madrugada regresa, "¿a caso paso?" se cuestionaba ella. pero esto no duró pues inmediatamente recordó que dejó sola a su madre, inmediatamente se levanta del sofá y corre hacia su habitación, ella siente que algo paso.

En el camino tira el florero vacío despertando a todos en la sala quienes la vieron con reproche, pero no dura cuando les dice que siente que algo pasó con su madre, inmediatamente, todos los hermanos Ketchum corren hacia la habitación de su madre y al abrirla se encuentran con una Serena que descansa plácidamente en su cama mientras sostiene en su pecho un ramo de flores naranjas amarrado con su lazo azul.

Los hermanos se acercan y al verla detenidamente, sienten sus respiraciones detenerse. Ana abraza a su gemelo, Chase inclina su cabeza y Selene se cubre la boca mientras los rostros de todos ellos se cubren de lágrimas.

Serena se veía tan tranquila en su lugar, una sonrisa es lo que esbozaba, una sonrisa de paz y de felicidad que logró calmar a sus hijo quienes dieron su último abrazo a su madre.

Al separarse, Selene noto un detalle en la mesita de noche, era una gorra roja, la cual tenía un olor familiar pero lejano. La tomó en brazos y miró el ramo que tenia su madre.

—Al menos ahora ya estan juntos.



🌙Mmmm... no sé qué es esto la verdad, un pequeño proyecto olvidado, un proyecto de principios o mediados de julio creo yo, segun yo esto surgió en un momento de inspiración máxima, en donde no sabía qué rayos hacía y pues... tada! lo único que se de esta historia es el final el cual es basado en algo que pasó en mi familia.

Este shot lo había abandonado, creado originalmente para el Amourcanon week 2017 pero desde el momento en que se anunció y nunca publicado, con tentativas de borrarlo y que recientemente decidí sacarlo a la luz 

Y bueno ¿qué les pareció?, un nuevo intento de narrativa para mí pero espero que les haya gustado y gracias por leer, votar y comentar. Agradezco los comentarios entre la historia los cuales hacen más divertida la experiencia y aquellos reviews tan bonitas que dejan.

soy Lumynick y les deseo un buen día y en caso de no vernos, buenos días, buenas tardes y  buenas noches.🌙

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