Capítulo 11 - Decisiones no tan fáciles
Capítulo 11: Decisiones no tan fáciles.
Tres días desde que habló con Ashley por última vez y no dejaba de preguntarse qué estaría pensando de él en ese momento. Se había preparado mentalmente para tener que alejarse de ella en cuanto supo las consecuencias de su accidente. El primo de Ashley había hablado con él personalmente para notificarle de su condición y de la manera en la que debía actuar de ahora en adelante, al menos hasta que ella recuperara la memoria. Ni si quiera se había planteado acercase hasta que se le hizo físicamente imposible contener la ira cada vez que pensaba que Nathan se encontraba viviendo en la misma casa que ella.
Anteriormente tenía la certeza de que ella ya no sentía nada por él y que solo era cuestión de firmar un papel para que ambos estuviesen juntos. Pero ahora el marcador estaba prácticamente igualado para ambos, y, si bien es cierto que había escuchado rumores sobre que Nathan también había encontrado a alguien más, no era eso lo que le había parecido cuando lo llamó para decirle que el celular de ella se había quedado con él.
Nathan ya no estaba tan interesado en separarse de Ashley pero eso no lo haría darse por vencido. Lamentablemente estaba en desventaja. Nathan vivía con ella, era su esposo y cualquier cosa que dijera debía ser creída por esa razón. Él, por otra parte, no era otra cosa que el amante aunque fuese temporal y no en teoría.
Lanzó otra pincelada al lienzo y tiró el pincel al suelo. Ese era el tercer cuadro que arruinaba por falta de concentración pero le era imposible poner su mente en otra cosa que la reacción de Ashley al contarle la verdad. No le había creído en el momento y su cabeza no ideaba alguna forma para hacer que le creyera ahora.
―¡Maldito, Nathan! ―bramó con frustración. Su respiración estaba exaltada y su pecho bajaba y subía con fuerza.
El sonido del teléfono interrumpió el silencio en el que todo se sumió después de su arranque de ira. Tardó varios minutos en decidir si respondería o mandaría a la mierda a la persona que lo estaba llamando pero sabía que había un cliente en espera de ser atendido y no podía darse el lujo de perderlo. Él y Ashley habían estado detrás de él tan pronto se hicieron socios y nunca dio señales de querer ceder hasta poco antes del accidente de su socia.
―¿Bueno? ―entró a la cocina y se sirvió un vaso de agua que casi resbaló de su mano cuando escuchó la voz del otro lado de la línea.
―Creo que nos debemos una conversación.
Dejó el vaso sobre la encimera con la suficiente fuerza como para romperlo pero no se detuvo a siquiera secar el agua. Apretó el móvil en su mano mientras intentaba contenerse.
―¿¡Qué coño quieres, Nathan!?
―Tu frustración es la misma que yo sentí el día que llamaste por el teléfono de Ashley. Lo que es igual no es trampa, Jeff.
―Este no es un maldito juego ―sus dientes estaban apretados, chirriaban con cada movimiento de su boca.
―No, no lo es. Y tampoco lo es la razón por la que te llamo.
―¿De qué tendríamos que hablar tú y yo?
―Mira, sé que tú yo y yo no tendríamos en común ni el huso horario si fuera por nosotros pero la verdad es que tanto tú como yo tenemos relación con Ashley y hay algo sobre ella que debemos discutir.
―Sí, el hecho de que te has comportado cuan rata asquerosa al tenerla contigo porque no sabe la verdad ―escupió con desdén―. Dime la verdad, ¿aun sientes algo por ella?
―Ese no sería un asunto que te incumbiera pero si, Jeff, todavía la amo.
―No puede llamarse amor si está a base de mentiras.
―Ella lo sabe todo por tu causa, idiota.
―¿Enserio? Porque yo no le conté lo que sucedió hace más de seis años, la causa por la que cambió de carrera... ¿tú lo hiciste?
El silencio que le siguió fue toda la respuesta que necesitaba. Nathan aun tenía un secreto que no debía descubrirse y, por más que quisiera hacerle daño, eso causaría más daño a Ashley que a Nathan.
―Es esa la razón por la que te llamo ―el tono de su voz cambió. Aquel tema era lo más serio que ellos dos tratarían y por más que lo odiara, debía hacerse.
―Te escucho.
―Esto tiene que ser en persona pero en este momento Ashley va a reunirse contigo. Solo necesito que, hables de lo que hables con ella, no menciones eso. Ella sabe la verdad pero no recuerda nada y si no recuerda ese aspecto en particular sería lo mejor para todos, tú lo sabes ―no respondió porque no iba a darle la razón aunque la tenía―. Nos veremos cuando ella salga de tu departamento.
―La única razón por la que alguna vez estaremos de acuerdo en algo es ella.
―Lo sé.
―Pero una cosa, Nathan ―el otro permaneció en silencio―. Suceda lo que suceda, recuerde lo que recuerde Ashley. Hay una cosa que no va a pasar.
―¿Qué?
―Que yo deje de luchar por ella.
Presionó el botón para finalizar la llamada y lo lanzó contra el sofá. Aquel idiota había confirmado que aun seguía sintiendo algo por Ashley lo que hacía las cosas cuesta arriba. Ella lo había citado anteriormente para pedirle que se alejara de ella porque quería arreglar las cosas con Nathan y eso era lo que le había hecho perder la paciencia. Era como si estuviese siendo engañada porque no podía recordar un periodo de su vida.
****************
Aun con todas las cosas que se procesaban en su cabeza, algo que debía admitir es que nunca se sintió más feliz como en ese momento... y tan confundida.
Había estado dispuesta a alejar a todo aquel que se pudiera interponer entre Nathan y ella pero ahora que sabía que Jeff tenía una razón para eso, le era difícil no pensar en él cuando estaba con Nathan. La verdad era que no sentía nada amoroso por Jeff pero si un profundo agradecimiento por ser el único que estaba ahí para contarle sobre su pasado cuando los demás no hacían sino evadirla.
Aclarado el punto de que su matrimonio no era precisamente estable y que ambos habían decidido comenzar una nueva vida estando a punto de separarse. Ahora sentía que necesitaba aclarar sus sentimientos. No sentía nada por Jeff en ese momento pero era claro que lo había hecho antes de perder la memoria y no podía ser por nada. ¿Tendría que darle una oportunidad antes de decidir estar con Nathan? Tal vez antes de decidir hablar con alguno de los dos, primero debía aclararse estando sola.
Si tan solo la neblina que cubría sus memorias por fin se desvaneciera...
Las puertas se abrieron en el piso de Jeff. Nathan no había estado feliz de que ella viniera a verlo sola pero sabía que habían cosas entre ellos que debían aclarar e incluso se ofreció a llevarla. Solo había tenido que pedirle la dirección, luego le dijo que debía mantenerse lejos de allí hasta que ellos aclararan las cosas.
Dos golpes más tarde, se encontraba frente a su socio.
―Hola, Jeff.
―Pasa ―se hizo a un lado para dejarla pasar y cerró la puerta tan pronto lo hizo―. Tengo que admitir que no pensé verte en un tiempo después de lo que ocurrió la última vez.
―Si ―asintió sin poder mirarlo a los ojos―, es por eso que estoy aquí. Hay cosas que aun debemos aclarar.
―¿Las hay? ―interrogó con duda. Señaló el sofá detrás de ella y se cruzó de brazos en cuanto ella tomó asiento―. Lo siento, pero creo que ya habías tomado una decisión antes de ir al restaurante y, por alguna razón, creo que aun no la has cambiado.
―Tienes razón, yo tenía una decisión antes de ir a hablar contigo. Pero es difícil permanecer con una decisión cuando te dicen que en el tiempo que no recordabas nada, estabas enamorada de alguien más.
―¿Eso qué quiere decir?
―Que las cosas han cambiado. No quiere decir que ahora me lanzaré en tus brazos pero necesito saber qué fue lo que me llevó a estar contigo aun estando casada. ¿Eras tú el causante de los problemas en mi matrimonio?
―No, Ashley. Yo solo fui la consecuencia no la causa ―Dio dos zancadas y se dejó caer de rodillas frente a ella― Las cosas estaban mal entre tú y Nathan mucho antes de que me dieras una oportunidad.
―¿Darte una oportunidad? ―lo miró sin entender.
―Poco antes de graduarnos comenzaste a gustarme pero ya para ese entonces estabas con Nathan. No iba a meterme entre ustedes aun cuando me mataba pasar tiempo contigo siendo tu socio.
―Jeff, yo...
―Cuando finalmente te fijaste en mi, ni siquiera me detuve a preguntar el por qué pero en el fondo sabía que la única razón era porque las cosas entre tú y él no eran como antes.
―Lo siento ―acarició su mejilla con el dorso de su mano sintiendo dolor por él. Había esperado tener su oportunidad y la había tenido pero ella seguía sin saber qué lo había originado―. Yo... la verdad es que aun me confunde no saber la razón de mi decisión de separarme de Nathan.
―Tendrá que ver con el hecho de que veía a Hannah... ―ella negó.
―Creo que ella, al igual que tu, fue una consecuencia. El problema es que parece ser que yo era la única que sabía la razón de mi distanciamiento y soy la única con la que no puedo hablar. La Ashley de los siete años perdidos dentro de mi memoria se fue.
―¿Entonces porque no intentas buscarla?
―¿A qué te refieres?
―La Ashley de tu amnesia es la que estaba enamorada de mí ―se acercó hasta que solo unos centímetros los separaban―. Deja que sea yo quien intente buscarla.
No estaba segura si eran sus palabras las que le dieron la razón o si la antigua Ashley se removió dentro de ella pero algo le decía que era una posibilidad y una razón justa. Jeff había tenido que reprimirse y callar lo que ellos tenían antes de que todo aquello pasara y ahora debía tener una oportunidad para emerger.
Se inclinó sobre él y presionó sus labios con los de él. Jeff no la presionó a pesar de que parecía tener que aplicar esfuerzo en contenerse por la presión en su muslo que sostenía para no caer de la posición en la que se encontraba.
Fue cuando Ashley presionó su cuello que él decidió tomar la iniciativa. No se sentía como besar a Nathan pero era especial de distinto modo. Había una razón por la que ella había estado con él cuando decidió separarse de su esposo y ahora la sabía, sentía algo por Jeff y eso la asustó lo suficiente como para soltarlo. Él tardó en comprender que ella ya no le devolvía el beso pero se alejó a varios metros de distancia cuando ella lo separó.
―Lo lamento, me dejé llevar y... ―restregó su rostro con las manos en un intento de no tener que mirarla a los ojos―. No debí hacerlo.
―Fui yo la que inició el beso, Jeff.
―Pero te presioné, debí esperar.
―¡Jeff! ―se levantó y se acercó a él, tomó su brazo para obligarlo a mirarla―. No me separé por tu culpa. Yo... me asusté.
―¿Te asusté?
―No tú ―negó rápidamente―, lo que sentí cuando te besé. Pensé que simplemente solo lo sentiría con Nathan pero ahora sé que aunque no te recuerdo si siento algo por ti y no puedo simplemente ignorarlo.
Se alejó, tomó su bolso y lo miró.
―Vine aquí para aclarar las cosas pero todo está aun más confuso en mi cabeza.
―Ashley, yo sé que es difícil para ti lo que está sucediendo pero solo quiero pedirte algo.
―¿Qué?
―No te decidas por Nathan ahora. No decidas nada en lo absoluto ―tomó su mano―. Piensa en lo que sucedió y trata de recordar lo que pasó antes del accidente pero no fuerces tu mente.
―¿De qué hablas?
―Solo... piénsalo, ¿sí?
Ella asintió y besó su mejilla antes de salir del departamento.
Jeff miró la puerta varios minutos más después de que Ashley hubiera desaparecido. Antes se sentía desesperado pero ahora creía que había una oportunidad y no había nada que pudiera arruinarlo.
El timbre sonó y él abrió esperando que se le hubiera quedado algo.
―Tú y yo teníamos una conversación pendiente y ahora la tendremos.
―Sí, salgamos de esto entonces.
O tal vez no.
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Hola, hola.
Lo prometido es deuda así que aquí está el capítulo en compensación a su paciencia. Espero que les guste y que dejen votos y comentarios para hacermelo saber. No pude responder comentarios anteriores pero la verdad es que agradezco mucho lo que me han dejado saber sobre lo que le gusta de la historia, espero continue siendo así.
Saludos <4
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