Escribir un prologo no siempre es una tarea fácil, pero recibir un texto en que las palabras se entrelazan construyendo frases simples, y a la vez, complejas, que nos pueden hacer reflexionar en algún minuto decisivo de nuestras vidas, es que otorga el valor agregado a este pequeño libro, escrito por un joven amante de la literatura y que con él, da inicio a su labor de escritor, tan difícil y desafiante. De responsabilidad única, cuando se derraman las palabras en el papel en blanco, sabiendo que estamos solos y no tenemos testigos que opinen al respecto, hasta después que esta finalizado. Es ahí cuando sale a la luz y vuela de nuestras manos, es ahí, recién cuando nos enfrentamos a un lector que puede ser critico, halagador o simplemente indiferente.

Esto no debería causar molestia alguna, ni acrecentar nuestro ego, sino por el contrario, saber que no siempre lo que decimos o hacemos dará placer a todo el mundo. Seguir adelante es la definición del oficio literario como un explorador en un gran bosque, lleno de misterios y riesgos que nos exponen al desnudo a quienes nos lleguen a conocer.

Es en este libro donde el autor se involucra en las palabras que enuncia, en las frases que escribe, con sencillez y con la alegría de la juventud, del comienzo, de la inocencia y la nobleza que muestra en ellas. El autor nos muestra en cada frase su propio aprendizaje de vida y con ello mucha honestidad frente a ella, dejando claro que lo que pronuncia en sus palabras, a él también lo ha emocionado, lo ha remecido y es por esto que su anhelo es trasmitirlo a todo aquel que tome en sus manos este libro de frases para nutrir el alma y que por supuesto nacen desde la emoción.

Dilcia Mendoza
Presidenta
Círculo de escritores de la Legua
Santiago, Junio 2015