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Los tibios rayos del sol rozaron su níveo rostro y aún sin haber abierto sus ojos, sonrió.

Sonrió con infinita felicidad a punto de desbordar todo su cuerpo. 

— ¡Es hoy! — murmuró dejando que finas lágrimas de alegría se rodaran por sus finas facciones. — ¡Por fin llegó el día! — retiró las sábanas que envolvían su cuerpo para alistarse para uno de los días más importantes de toda su vida.

¡Hoy era el día en que terminaría de unir su destino junto al amor de su vida! 

Suspiró enamorado, incapaz de contener tanta dicha en lo profundo de su corazón.

¡Park JiMin estaba completamente enamorado del alfa Jung HoSeok!

Su corazón rebosaba de dicha al saber que hoy por fin terminarían de conformar una familia, hecha y derecha, bajo la bendición de la diosa luna en una pequeña ceremonia con sus parientes y amigos más cercanos.

JiMin acarició el impoluto traje blanco que había buscado con tanto amor durante tanto tiempo, así como la decoración y el servicio que habían contratado.

El alfa había sido bastante complaciente en ese sentido y había dejado al omega que se hiciera cargo a gusto de todos los arreglos. 

Le habría encantado que su futuro esposo se involucrara más al respecto pero entendía a la perfección sus responsabilidades como profesor y director teatral, además que también  admiraba la dedicación que el alfa tenía para con sus alumnos.

Aun recordaba la primera vez que se habían visto, había sido un choque accidental en el centro comercial del centro de la ciudad. Las tenues memorias encendieron su corazón ante la ternura de la torpeza de ambos.

— ¡Lo siento! —  mencionó el omega pelirrojo al estrellarse contra el pecho del desconocido.

¡Que va! — se rascó la nuca — ¡Fue mi error por creer estar en las nubes, pero es culpa de tu belleza, por un instante creí que estaba en presencia de un ángel! — las mejillas del contrario se colorearon — Lo siento, no quería incomodarte. — se disculpo.

JiMin negó. —¡N-no! — se llevó las manos hacía sus mejillas. — Esta bien, supongo...

— Entonces... ¿Aceptarías tomar algo conmigo en forma de disculpa? — ofreció el alfa con una gran sonrisa. Antes de que el bello joven pudiera negarse, continuó — ¿Sabes que en algunas culturas, el chocar con alguien se considera providencia divina? — se encogió de hombros — ¿Qué si estás en frente de tu futuro marido? ¿Dejarías ir esta oportunidad? — se tocó el pecho de manera dramática. 

El omega se mordió sus labios ante la propuesta... En cualquier otra ocasión se habría negado y habría mandado al diablo a cualquier atrevido que viniera a hablarle de esa manera, pero había algo en su interior que le hacía sentir tranquilo al respecto de este alfa.

— De acuerdo. — el pelirrojo aceptó por primera vez la mano del Jung, sin imaginarse que años luego estarían camino al altar.

JiMin acarició con anhelo su cuello...

Hoy en su noche de bodas por fin tendría la marca de su adorado alfa adornando su piel. ¡Por el fin el mundo sabría que su ser le pertenecía completamente a Jung HoSeok! 

Park más de una vez le había rogado al alfa que marcara su piel y les uniera por toda la eternidad, pero todas y cada una de las veces, HoSeok se había negado, diciéndole que quería dejar ese momento para la noche de bodas y hacer de su unión aún más especial. 

Luego de tantos momentos en los que que ambos se habían fundido en el deseo y placer, todos sus deseos se harían realidad.

Más de una vez se había sentido inseguro al respecto,

¿Por qué su adorado alfa no le marcaba? ¿Acaso no estaba seguro de su relación? ¿Había algún problema con JiMin?

Todas estas preguntas amenazaban con desbordado, pero la dulzura de su casi esposo le había convencido de cualquier duda que tuviera. 

Con el tiempo, JiMin creyó en la bondad de su pareja, hasta tomándolo como una promesa tierna y especial por parte del castaño. Después de todo, efectivamente Hobi había cumplido su promesa de llevarlo al altar. 

El omega miró la alianza en su dedo, sintiendo que las lágrimas nuevamente estaban acechándole. Y es que, ¿Quién en su sano juicio no estaría más que conmovido con el momento en que más había soñado durante estos últimos 4 años?

¡Jung HoSeok era un excelente partido en todo sentido!

El alfa apenas había cumplido sus treinta años, mientras que él tenía recién veinticuatro. 

¿Qué sí le había preocupado la diferencia de edad? ¡Absolutamente sí! Pero cuando estaba con HoSeok todas sus dudas preparaban sus maletas y se alejaban de ambos. 

JiMin había aprendido que los años no importaban cuando se quería de verdad, y Hobi se lo había demostrado con el modesto apartamento que había comprado para que ambos vivieran juntos luego de la boda, así como también todos los actos de caballerosidad y detalles que le enamoraban continuamente...

Desde dejarle bombones y cartas escondidas alrededor de su salón de baile, hasta citas sorpresas o viajes que salían de imprevisto que enloquecían al omega.

Cuando estaban juntos, nada más importaba, ¡Ni siquiera su trabajo como profesor!

Más de una vez, el alfa decidía apagar su teléfono y redes sociales para estar exclusivamente pendiente del omega y todo lo que este quisiera hacer.

Además que la forma en que HoSeok le tomaba entre sus brazos hacía que su corazón saltara de felicidad. ¡Estaba seguro! 

Su elección para marido y futuro padre de sus cachorros era un hecho y no podría haber tomado mejor decisión que permitir que su destino se enlazara con el del alfa. 

Leves toques en su puerta le hicieron volver a la realidad, indicándole que era momento de salir a dar el sí más importante de toda su existencia. 

— ¡Pronto, pequeño! — susurró. — Pronto le contaremos a papá que llegaras a nuestras vidas para volverla un arcoíris de emociones. — El pelirrojo se acarició el vientre de forma protectora.

Prueba viviente de su infinito amor y entrega era la pequeña vida que estaba creciendo en su vientre producto de su celo anterior.

Park JiMin, músico y bailarín, un joven omega de veinticuatro años acababa de enterarse que dentro de su ser, estaba acobijando el fruto de su infinito amor por su alfa.

Su corazón latía sin parar...

¡No podía creer que las palabras de su mejor amigo habían sido ciertas!

Su ser estaba a punto de quebrarse en mil pedazos, ¡Seguro debía de tratarse de algún tipo de error! ¡Se negaba a creer que todo había sido una vil mentira y que el profundo amor que el alfa le había profesado realmente no existía!

— ¡No me hagas esto, por favor! — pidió entre lágrimas, mirando las nubes que comenzaban a cubrir el paisaje.

Su lobo interior estaba aullando de dolor, acompañando a su parte humana y tratando de consolarle.

¡Algo debía de estar mal!

Su mente se negaba a creer que su adorado alfa le había engañado de esa manera.

Además, él nunca había sido de esos omegas a los que las personas llamarían “fácil”, ¡No! ¡Claro que no!

Desde un principio TaeHyung se había mostrado esquivo a cualquier ser que se le acercara con siquiera un atisbo de intenciones más allá de lo estrictamente necesario.

El Kim no soportaba a mucha gente que no fuera a su familia y a JungKook…

Pero cuando conoció a ese alfa quedó completamente deslumbrado ante su belleza e imponente presencia.

¿Cuándo fue que las cosas se habían comenzado a mezclar en las clases de teatro con el profesor?

Sencillamente no lo sabía, pero tampoco se arrepentía.

TaeHyung siempre amó el arte en general; el teatro, la música y la lectura eran su lugar feliz en el mundo.

Desde un principio, en este juego del amor había perdido su corazón en la apuesta contra el mayor.

El alfa solamente tuvo que sonreír y ya supo que había caído completamente en sus redes.

El Kim trató de alejarse, pero nuevamente, sus sentimientos eran más fuertes y a pesar de todo lo que indicara su cerebro, cada vez compartía más y más con su adorado profesor.

Su pecho le apretaba al recordar todos los momentos que habían compartido juntos, en donde en un comienzo todo había sido tímido e inocente.

— TaeHyunggie, ¿Puedes ayudarme a guardar la escenografía para la siguiente obra? — la sonrisa del alfa brillaba cuál intensidad del sol quemando sobre la tierra.

El menor tan sólo asintió a su pedido, lo cual no era una locura para quien se consideraba el asistente predilecto del mayor.

— ¡C-claro, profesor! — se apresuró a responder mientras se acercaba hacía la gran mesa en donde papeles de colores, cartones y pinturas estaban dispersas por doquier.
Ambos comenzaron a trabajar bajo un ameno silencio, el menor al borde de un paro cardíaco producto de estar compartiendo un mismo espacio con alguien que hacía que su corazón se alborotara de alegría, y con un mayor absorto en sus pensamientos.

— TaeTae,— volvió a llamarle — ¿Cuál de estas obras te gustaría que tomáramos? —  preguntó el alfa, mostrándole los guiones que tenía en frente

El omega trato de pensar las opciones durante unos momentos pero su lengua fue más rápida y termino por traicionarle.

— ¡Romeo y Julieta!— el castaño se tapó la boca al pronunciar esas palabras. Definitivamente la ansiedad se había apoderado de su persona nuevamente y había quedado en ridículo ante su crush.

— Mmm. — el alfa se alejó unos instantes, pensando las alternativas.

— ¿Profesor? — le llamó con nerviosismo — Estaba pensando que quizás, podríamos hacer un ligero cambio a la obra central.

El alfa se sorprendió ante las palabras del menor. La astucia e imaginación del Kim era algo que realmente le entusiasmaba día a día.

— Te escucho, adelante... — le animó.

— ¿Qué tal sí el destino de Romeo no fuera estar con Julieta? — preguntó.— ¿Qué tal sí en vez de que Romeo se enamore de Julieta... — las mejillas del menor se sonrojaron ligeramente — ¿Qué tal sí Romeo en realidad cayera a los pies del hermano gemelo de Julieta?

— ¿Y qué si Julieta descubriera su romance y terminara asesinandoles? — finalizó el mayor dando ligeros aplausos mientras el Kim asentía. — ¡Es una magnífica idea, TaeHyunggie! ¡Tienes un gran talento! — el alfa acarició sus cabellos inocentemente.

— ¡N-no es nada, profesor! — trató de restarle importancia.

—¡Ah no! Nada de modestias en este momento... Ahora, ya que es tu obra — ¿Era su impresión o el profesor cada vez estaba más cerca de su rostro? — Pequeño, ¿Quién crees que se merece el papel protagónico?

— Tu... — Respondió automáticamente. Cuando TaeHyung cayó en cuenta de sus palabras, trató de salir corriendo del lugar pero los brazos del mayor se posaron sobre sus hombros y una linda carcajada irrumpió en el salón.

— ¡Me halagas pequeño! — volvió a reír suavemente — Pero no creo que la junta de padres crea que sea una buena idea... ¿Que tal sí lo dejamos para la próxima?

El omega tan sólo asintió, aspirando suavemente el aroma a rosas y roble del mayor, deseando que esa fragancia le acompañara por siempre, ya después de todo, Kim TaeHyung había reafirmado algo más el día de hoy...

Jung HoSeok solamente tenía que decirle a TaeHyung que saltara y el menor preguntaría a qué distancia...

Su teléfono sonó, haciendo que volviera a la realidad.

— JungKook... — susurró.

— Tengo lo que me pediste. — su voz sonaba dura y el omega podía palpar el enojo que el alfa llevaba consigo. — ¿Qué es lo que planeas hacer, TaeHyung?

Tomó una gran bocanada de aire, tratando de organizar sus pensamientos en conforme a sus sentimientos...

Una parte de sí quería exponer al alfa delante de todo el mundo, quería gritarle al universo que ese hombre se había calado en lo profundo de su ser y en especial, quería plantarle cara al futuro esposo del Jung y decirle que todas esas veces que él creía que su alfa estaba trabajando, en realidad estaba bajo las sábanas con TaeHyung...

¡Quería decirles tantas cosas a ambos!

Pero TaeHyung no era iluso, después de todo, siempre fue consciente de ser el mal tercio en la relación.

¿Qué ganaría con destrozar el corazón de un joven al que no conocía en absoluto?

Elegía creer que ese matrimonio estaba destinado al fracaso desde el momento en que el alfa había correspondido sus besos y ambos se habían desarmado con cada roce en la clandestinidad de sus encuentros.

Y sin embargo, a pesar de tantos enojos, lo que más pujaba en su corazón era tratar de hacer razonar al alfa de que ese casamiento era absurdo y que a quien realmente él amaba era al Kim y no a otro.

— Sólo... Sólo quiero verlo por última vez, Kook... — mencionó completamente abatido.

Un suspiro se escuchó del otro lado de la línea y el omega podía entender el malestar de su amigo, pero ambos sabían que para poder dar una vuelta de página, era necesario poder darle un cierre final.

— Paso por ti en 5 minutos... — declaró para luego interrumpir la llamada.

—¿Qué haría sin ti, JungKook? — murmuró.

El omega secó sus lágrimas, completamente decidido.

El tiempo de la verdad había llegado.

Hola chiquibeibis! Les traigo la actu! Disculpen cualquier error, lo voy a estar corrigiendo cuando me levante de la siesta.
Chingue a su madre wattpad si me cambia los guiones 😡
¡Gracias siempre por estar, leer y compartir!
Les amo!

Pero principalmente te amo a vos chikissta JAJJAJA KissArmyW

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