Parte Única

Los haces de luz que se colaban en la habitación entre la tupida cortina de color granate caían sobre el hombre castaño reclinado sobre su escritorio.

El rasgar de la pluma atraía hojas secas al oído.

Ranpo se estaba sorprendiendo a sí mismo por la paciencia que tenía. Normalmente se estaría quejando ya de que Poe no terminara la obra que estaba escribiendo para él.

Se cuestionó qué había cambiado.

Se encontraba apoyado en sus antebrazos recostado en el sofá de terciopelo, así que se giró y se quedó bocarriba cavilando al mismo tiempo que sus talones daban golpes.

No recordaba nada específico, ni siquiera cuándo empezó exactamente.

Pudo definirlo como un comportamiento atemporal, omnipresente y omnipotente, o un hechizo...o tal vez sea un sentimiento, un sentimiento hundido en magia.

_Poe, ¿a cuántas personas les has escrito un libro?

_Solo a ti.

_¿A mi?

Poe se giró y le dedicó una de esas sonrisas que le provocaba saltos al barranco.

Se había apartado el cabello para escribir mejor y se observaban sus ojos plata luna.

_ Solo a ti porque eres mi fuente de inspiración, y solo tú mereces tener libros inéditos._ Su corazón martilleó más alto.

_ Gracias...

—------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Al día siguiente se dirigió a la mansión de Poe donde allanaban muchas mansiones las llanuras verdes. Su césped estaba cortado con la precisión propia del orgullo de las clases altas.

El edificio de tres pisos se alzaba recubierto de ónix como el incunable vuelo de un ave rapaz.

Rampo sacó su llavero con un repiqueteo porque solía ir casi a diario, y Poe terminó dándole la llave. El acto de fe ciega lo embargó como lamidas de agua cálidas.

Él nunca había confiado en nadie como en Poe, como su congénere. Era consciente que siempre que lo necesitara iba a estar ahí. Solo necesitaba una palabra o una llamada a la cual Poe siempre acudiría

Esas ideas eran una continúa fuente  de calidez.

Al ingresar lo recibió la oscuridad y el silencio impoluto. De inmediato sus oídos se agudizaron, y empezó a investigar invadiendo todas las estancias de la mansión, pero no había ni adornos rotos ni ningún indicio de forcejeo.

Sin embargo, halló una carta sobre la cama redactada en la letra cursiva de Poe. Reconocería su tinta de oro entre un millón.

En ella le explicaba lo que ya suponía; que se había ido por su propia cuenta, y que Ranpo va a tener que encontrarlo. Gracias a su ultradeducción adivina que está en otro país, Inglaterra, como jugando al escondite por el mundo.

Poe sabía que Rampo siempre lo encontraría, y eso lo hacía sentir a salvo. Su corazón se derritió como la cera.

Volvió a la agencia poco después para informarle a Fukuzawa de que iba a estar ausente algunos días.

_No me parece una buena idea. Te puedes perder en un lugar que no conoces._ dijo Fukuzawa.

_¡Pero tengo que ir!, es un juego entretenido que hizo Poe aunque nada puede ser difícil para mí...

_No tienes que hacerlo si no quieres.

_¡Sí quiero!

_ Pero no es seguro si vas solo._ certeró Fukuzuwa.

_Pues, ven conmigo.

Fukuzawa lo miró perplejo.

_¿Qué?

_Que vengas conmigo, Kunikida puede encargarse de todo en tu lugar. Solo serán dos días como mucho.

El hombre, sereno como la brisa de verano, suspiró.

_Muy bien, tú ganas_ cedió el hombre.

_ Gracias, Fukuzawa.

_De nada, Ranpo.

Cuando se alejó le dirigió una sonrisa blanca.

—--------------------------------------------------------------------------------

Al día siguiente partió junto a Fukuzawa hacia el aeropuerto

Las esponjas transcurrían por la ventana propias de ensueño.

Nunca nadie se habría molestado en hacerle este juego, excepto Poe, porque quería disfrutar del tiempo con él, y Rampo respetaba ese gesto de atención, y, de hecho, le encantaba. Solo por Poe ser Poe. Si fuera otra persona, pensó Rampo conteniendo el aliento, no le gustaría.

Se imaginó su voz, siempre temblorosa, sus labios que se curvaban en una sonrisa. Todo eso le encantaba, no veía a nadie como él. Era único.

Poe, Poe, Poe, su nombre arraigado a su cráneo como una semilla en primavera.

¿Es esto estar enamorado?, se cuestionó. Ese fuego fatuo que pululaba desde el epicentro...hasta la punta de sus dedos.

Él eligió sentarse al lado de la ventanilla.

Había hileras de personas en sus asientos, dormidas o hablando, y azafatos que se movían de un lado a otro aconsejando o amonestando, como si el éxito de la vida pendiera de la rapidez o lentitud con la que hacen  la vida. Los colores desvaídos solo podían  desearles lo mejor porque solo ellos son conscientes de la belleza a veces filosa, otras, taimada con la que trinan los pájaros.

Ranpo no tardó en perder la paciencia.

_¿¡Cuánto tarda?! ¡Quiero bajarme ya!

_Shhh, baja el volumen._avisa Fukuzawa inclinándose._ Faltan unas 5 horas más o menos, aguanta.

Ranpo se cruza de brazos indignado por la lentitud del avión.

—------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cuando aterrizaron, Rampo respiró hondo: Verlo ahora le inquietaba.

Las filas de personas se veían como largas ramas que se dispersaban al crecer mientras cruzaban el aeropuerto.

_¿Sabes donde vive exactamente Poe?_preguntó Fukuzawa a un costado.

_ Todavía no, pero seguro que pronto lo averiguo._ dijo Rampo.

_No tenía duda_. Eso agrandó la sonrisa a Rampo. Nada le hacía más feliz que los cumplidos de Fukuzawa. Eran como el viento bajo las brasas del sol..

—--------------------------------------------------------------------------------------------------------

No tardó en iniciar la ardua tarea de hallar el barrio más ostentoso que hubiera. Tardó tres días.

Se colocó las gafas que activaban su poder y no tardó en dirigirse a la mansión.

Constituía tres pisos y había una distancia de más o menos 8 kilómetros entre la verja, que delimitaba el jardín de la calle, y la mansión.


Apenas se vislumbraba gracias a una franja de tierra apisonada justo enfrente de la verja. Por los derredores bastos árboles  de denso follaje ocultaba la casa del resto del mundo.

Rampo tocó el timbre del interfono y el portón se abrió automáticamente quejumbroso. Rampo y Fukuzawa se dirigieron a paso tranquilo hacia la mansión que se avistaba a lo lejos semejante a un cofre dorado.

Los pájaros trinaban de forma paulatina y colmaban de felicidad sus corazones.

Una mujer rellena y con cabello recogido en un moño tan estirado que parecía esculpido en mármol los recibió en el interior.

En cuanto cruzó miradas con Rampo declaró que el señor lo esperaba en el "living".

A continuación, Rampo salió disparado hacia el salón, del cual solo se interponía la gigantesca puerta de roble.

Empujó ambas hojas, y estas rebotaron con estruendo en las paredes contrarias. Se abalanzó a los brazos de Poe. Él sorprendido por el arrebato envolvió sus brazos en un agarre firme alrededor de la cintura de Rampo. El más bajo percibía en su piel la respiración acompasada como un desgarrón de fuego.

Los pocos días que pasaron allí transcurrieron efímeros y alegres. A Ranpo realmente le placía estar a su lado. Y fue muy consciente en ese momento. De la importancia de sus carantoñas, de sus dulces palabras y blancas intenciones, casi tan relevante como la presencia de Fukuzawa, su padre de otra sangre.

Una tarde en la que ambos remoloneaban en unas tumbonas de piedra blanca, mientras los criados colocaban las copas de zumos en una mesita de mármol, Rampo viró su cabeza hacia Poe.

_¿Desde cuándo tienes esta mansión?

_ Desde hace años, supongo. Ya no los cuento; Vengo a veces, y mientras no estoy, Rose cuida de la casa._ Poe hace un gesto con la cabeza hacia la mujer rechoncha que a pesar de su delantal camina con los hombros rectos, siempre inmaculada y con una gracia al hablar y  obrar propias de la nobleza

_Ya veo...

Habían estado jugando a diseñar juegos de misterios para el otro, y Ranpo, jamás lo admitiría, no obstante, percibía que Poe era tan inteligente como él. Tan ferviente era la luz que irradiaba del hombre que erradicaba todo en su visión y le recordaba al descenso del ángel Gabriel en la Anunciación.

—------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Al volver, se enfocó en el intenso azul de la ventanilla ajeno al ajetreo del inflexible paso del tiempo.

Una vez de regreso a la cotidianidad, Ranpo parecía reflexivo.

_Jefe, ¿cómo se siente estar enamorado?

Fukuzawa no supo qué contestar en ese momento, pero terminó por responder.

_Amor es dedicar tu tiempo a otra persona.

_Oh._ Realmente eso era similar a lo que sentía por Poe.

Salió del despacho tras agradecer y dedicó su tiempo a buscar a otros integrantes de la agencia. Primero se aproximó a Atsushi en tanto que entraba en su campo de visión.

_¿Cómo se siente estar enamorado según tú?

Atsushi sonrió nervioso dejando de escribir en el portátil un momento. Estaba sentado en la hilera perpendicular de escritorios.

_Pues, supongo que los latidos se aceleran cuando estás con esa persona y sientes un sentimiento muy fuerte... creo... Eso es lo que he oído.

_Ya veo._ Nunca se había parado a medir sus pulsaciones cuando estaba con Poe, pero sí calificaba lo que sentía como intenso.

Sus emociones estallaban como una supernova.

_ Muchas gracias.

Al siguiente que le preguntó fue a Kunikida, que parecía muy ufano por la tarea que llevó a cabo con mucho éxito.

_El amor es sentirte realizado y pensar que tu mujer es perfecta._ acotó Kunikida mientras se alejaba con un taco de folios en mano.

En realidad sí había pensado que Poe era perfecto, y lo de sentirse realizado también.

_¿Estáis hablando de amor? ¡Qué chupi! Yo me uno._ Dazai sustituyó pronto el lugar de Kunikida_ Quien conoce más del tema de nosotros soy yo._ añadió con tono dramático colocando su mano en el pecho.

_¿Qué es el amor verdadero para ti?_ cuestionó Rampo

.

_¡AY!_ retrocedió como si le hubieran bañado en aceite hirviendo _ Hasta la pregunta ofende, Rampo. Obviamente el amor verdadero es cometer un doble suicidio. Aaah~_ gimió con las manos en las mejillas.

Rampo decidió irse. Había sido mala idea preguntarle a Dazai.

_¡Yosano!_ Rampo descorrió la puerta, pero la mujer de ojos violetas permaneció imperturbable en su silla giratoria._ ¿Qué es enamorarse?

_En términos simples, es un proceso bioquímico en el hipotálamo debido a la segregación de dopamina, oxitocina y otros neurotransmisores de la felicidad._dijo girando en su silla para quedar cara a cara con él.

Ranpo se quedó en silencio. No era eso lo que quería saber, no obstante se encogió de hombros y salió de la enfermería.

Al chico castaño se le dibujó una sonrisita en el rostro, al fin y al cabo, no creía equivocarse.



                                                                       FIN

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top