Capitulo 8

Sus labios de cierta forma son adictivos, su forma de besar es impecable, sus manos están en mis caderas, cada cierto tiempo las aprieta un poco más, mis manos se encuentran enterradas en su cabello, el aire comienza hacerme falta así poco a poco me separo y con eso me gano que muerda mi labio inferior, lo cual me hace tener un recuerdo de Sebastián el cual decido desecharlo de una vez.

-No sabes lo feliz que me hace sentir ver que vas a volver por lo que te pertenece -en teoría también para vengarme pero eso no lo tiene que saber.

-Bueno ¿Cuándo me ayudaras a entender las fianzas de esa empresa? -coloca su frente justamente sobre la mía y me da un corto beso, esto se esta volviendo algo sentimental así que decido salir a caminar por el jardín.

-¿Qué te parece si lo hacemos ahora en la noche, ahorita tengo una reunión y no tengo idea a que hora saldré? -muevo mi cabeza confirmando que me parece vernos esta noche -Ariadna quiero proponerte otra cosa, pero te lo diré en la noche, nos vemos hasta entonces -y se va dejándome con la mentada duda por lo que falta del día (Me lleva, con lo curiosa que soy y me deja así).

Camino dentro de la casa y veo a mis hermosos gemelos con sus juguetes favoritos, los chicos están esperando por mi en la mesa, sé de sobra que comenzarán con sus cuestionario pero es mejor dejar pasar esto, no ponerle mente no quiero quemarme la cabeza pensando en cosas que de sobra sé también que no funcionaran, no en algo romántico, mi mente trabaja en volver para recuperar lo que es mío, lo que me pertenece, y darle a todos ellos una probada de su propio chocolate.

- ¡Carajo! Mujer nos puedes explicar que fue ese beso de afuera -sonrío al ver la cara de Estefanny, por mi parte me sirvo tortitas en mi plato y me encojo de hombros.

-No fue nada importante Estefanny, no le pongas atención -ellos sonríen negando con la cabeza, desayunamos entre risas y por ratos me molestan con el beso.

Comimos demasiado, ni si quiera nos podemos levantar de la mesa cosa que nos causa mas gracia, el timbre suena y Edward es el primero en levantarse, para suerte mía hoy ninguno tiene que ir a trabajar, Edward habla en la puerta y antes de responder la pregunta de Estefanny escucho la voz de mi madre discutiendo con mi pobre amigo, miro a mi adorada amiga y sabe que se tiene que llevar a los niños y se apresura en hacerlo.

-Déjala pasar Edward, quiero saber que quiere por una buena vez -pongo mi cabeza en mis manos (Es que no me pueden dejar un día en paz? ¿Es demasiado pedirles? ) escucho sus pasos venir hacia mí, levanto mi cabeza, la giro para verla toda demacrada y para ser honesta no me duele verla así.

-Vengo hablar con calma hija solo pido que me escuches solo eso -resoplo y le enseño el sillón para que tome asiento, Edward sube las escaleras mirándome con preocupación pero le sonrío para que sepa que hoy no me verán llorar, ya no.

-Habla por que tengo el tiempo contado -nunca antes me hubiera querido zafar de una conversación con mi madre pero las cosas cambiaron.

-¿Dónde están mis nietos? Me gustaría verlos -sonrío negando con la cabeza, me siento en frente de la persona que se supone es mi madre y me ha traicionado tantas veces.

-Mis hijos están durmiendo y no los despertaré para que los veas, así que ve directo al punto para que te puedas ir -mi madre ríe pero no llega a sus ojos, supongo que el verme de esta manera tan fría la lastima, pero nada la puede llegar hacer sentir como me hicieron sentir a mi.

-Tienes toda la razón de hablarnos así, fuimos muy malos padres, tengo que admitir que me lastimó verte ese día, pero sé que no quieres hablar de ese tema solo vengo a decirte que yo no sabia toda la historia de Samanta y Sebastián -me muevo incomoda en el asiento, no quiero saber nada de esa feliz pareja, cuando veo que va a seguir hablando levanto la mano para que no siga.

-Será mejor que dejes el tema de esa feliz pareja para alguien que le interese, si solo vienes hablar de ellos te puedes ir por donde entraste -las lágrimas comienzan a salir de sus ojos, pero no me nace querer abrazarla, ahí me doy cuenta qué tan dañada estoy que no puedo perdonar a nadie aún, no me importa ver a la mujer que me trajo al mundo llorar desconsoladamente en mi sala.

-Tú padre esta mal Ariadna y queremos que te hagas cargo de la fabrica, nos enteramos de que ya tienes estudios suficientes para poder hacerlo, te graduaste en finanzas, comercio internacional y administración, sé que no deberíamos de pedirte algo así, menos después de lo sucedido, pero eso es algo que tu padre construyó para ti y sus nietos -me encantaría decirle que si voy a regresar a tomar posesión de lo que me corresponde, pero en mis planes no esta hacerlo ahorita.

-Tengo que pensarlo, ya tengo una vida echa en Costa Rica.

-Sé que debes de estar pensando que somos malos padres solo por echo de venir hasta aquí después de tres años a pedirte esto -no discuto nada ya que es la verdad, eso es lo que sucede con ellos, siempre hacen sus manchadas y nunca piden perdón, piensan que el dinero lo arregla todo.

-Mira sabes que no discutiré eso, pero volviendo a lo importante lo pensaré, como te dije antes no puedo tomar una decisión a la ligera, aparte Sebastián esta dirigiendo las compañías pero en un determinado momento tengo que volver a tomar posesión de lo que es mío -los ojos de mi madre se iluminan por las palabras que acaban de salir de mis labios, lo que ella no sabe es que no solo iré por ese motivo, hay muchas cosas más que tengo que hacer cuando regrese.

-No sabes lo feliz que me hace eso hija, tu padre se pondrá feliz de escuchar esta noticia, nosotros nos iremos mañana y daremos la noticia ¿Cuándo piensas volver? -niego con la cabeza, es tan cerrada hay veces, siempre arreglando las cosas a beneficio de ellos.

-No quiero que le digas a nadie que volveré, primero por que no sé cuando lo haré no vayas a quedar como mentirosa si dices una fecha y resulta que yo no dije que iría, y por otro lado nadie pero escúchame bien nadie se puede enterar de que volveré a tomar las riendas de la empresa -mi madre seca sus lágrimas y me afirma con la cabeza que entendió lo que le dije, solo espero que no diga nada.

-Como digas hija me encantará tener a mis nietos allá con nosotros.

-Nadie a dicho que los llevaré conmigo, ellos se quedaran aquí cuando decida viajar y no es un tema a discutir ya que no te concierne la vida de ellos -va a replicar pero levanto mi ceja derecha esperando a que lo haga, se queda callada, vamos bien Ariadna, de ahora en adelante nadie tomará decisiones en lo que concierne a mi vida y mucho menos en las de mis angelitos.

-Bien siendo así me retiro, supongo que esto es algo que queda entre nosotros pero me gustaría comentarlo a tu padre, claro esta si quieres, te prometo que él tampoco dirá nada -muevo mi mano restándole importancia, mi madre al ver que no me pienso despedir suelta un sollozo y sale corriendo de casa.

Cierro mis ojos y respiro profundo, el día en que vuelva a verlos de frente se acerca, tomaré las riendas de las empresas por mis hijos, llegaré a imponer mi voluntad y todos ellos tendrán que besar el suelo por donde camino, abro mis ojos y sonrío por una idea que acaba de cruzar por mi mente...

¿Qué mejor regreso a New York que la segunda fiesta de compromiso que hará el que se suponía era mi esposo, con su nueva futura esposa?.

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Hola mis lectores favoritos, aquí les dejo un capítulo más, acuérdense de votar y comentar, estaré leyendo todos sus comentarios, los amo💕😘

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