Capítulo 50

ÚLTIMO CAPÍTULOOOOOOO..

La mañana pasa rápido, casi no tuvimos tiempo de almorzar y aunque por momentos no hablábamos y nos quedábamos perdidos en nuestros pensamientos Edward sacaba algún comentario que nos hacía reír, después determinar de almorzar cada uno siguió arreglando la casa, al terminar me siento en el sillón junto a Estefy.

-Sé que no debe de ser bueno estar preguntando constantemente, pero quiero saber

-Tranquila Ari, estoy bien, no te voy a negar que por momentos me duele y lo único que deseo es llorar, pero al final lo que importa son ustedes, mi familia -las dos lloramos abrazadas y nos quedamos un rato así, mi madre me dijo que los gemelos estaban comiendo helado y jugando con ellos, por lo que decidí dejarlos disfrutar a eso de las 3 de la tarde deben de estar en casa.

-PERO QUÉ DEMONIOS HACEN ACOSTADAS, FALTAN MEDIA HORA PARA LAS TRES DE LA TARDE -Ed nos asusta con sus gritos, nos levantamos con pesar y el timbre de la casa suena por lo que los tres nos giramos rápidamente -Yo voy, tranquilas -sacamos las bolsas al patio, junto con Estefy.

-Edward parece mujer cuando se pone de mandón, no me extrañaría que llegara con novio un día -soltamos una carcajada y al ingresar a la casas la risa se borra de mi rostro al ver a Camila, Kiara, Samuel y Aaron.

-Los dejé entrar

-No me digas imbécil -Estefy aprieta sus puños, y sé de sobra lo que le sucederá a Ed, hasta cierto punto tengo pena de él -¿Acaso no escuchaste la clase de personas que son? -mira a todos con odio, Camila y Kiara no despegan su mirada del suelo -Ustedes debían de cuidar la espalda de Ari ¿No saben lo que es una amistad? -Samuel va a decir algo pero Cami le aprieta la mano, sabe que es verdad -Ustedes no merecen ni el perdón de Ari y aunque sé como es mi mejor amiga, solo quiero que sepan la clase de mierda que son todos ustedes -las que eran mis amigas lloran, Estefy me mira, me cierra su ojo izquierdo y se va agarrando a Edward de la oreja izquierda y se pierden en la cocina.

-Bien ¿En qué les puedo ayudar? -me miran de manera dudosa y les hago señas para que tomen asiento, caminan y al sentarse ninguno dice nada -La verdad no dispongo de mucho tiempo.

-Buenoo..bue...-levanto mi ceja izquierda al mirar a Kiara tratar de decirme algo, Aaron sostiene su mano dándole seguridad, levanta su rostro y al verme comienza a llorar -Lo siento tanto Ari, no sabes como me duele ver a lo que llegamos, me duele saber que la amistad tan hermosa que teníamos se fue -Camila también comienza a llorar, respiro y trato de acomodar mis pensamientos.

-Hace un tiempo atrás pensaba lo mismo sabes, pero creo que todo sucede por alguna razón, yo no puedo esperar que las personas me devuelvan el trato o la misma lealtad que yo les brindo a ellos -cruzo mi perna y en cierta forma no me gusta verlas de esa forma -Todos y cada uno de ustedes fueron una parte importante de mi vida, pero la mentira y engaño que ustedes me hicieron no es algo fácil de olvidar -Samuel y Aaron no me dicen nada, solo pueden ver a sus novias -Entiendo hasta cierto punto que su lealtad estaba en Sebastián, por lo que no tengo nada mas que agregar, salvo que sé que ustedes formaran parte de la vida de mis hijos -ambos me miran con asombro -Por ende sus novias también -las chicas me miran con algo de emoción.

-¿Eso quiere decir que nos perdonas?

-Hace un tiempo lo hice -las chicas se secan las lagrimas felices, eso me hace reír, siento cierta paz dentro de mi -No puedo decir que las cosas serán como antes, llevaré mi debido proceso -los cuatro se levantan y veo a Cami dudosa -¿Quieres decirme algo Camila? -afirma con su cabeza y Samuel mueve su hombro para que hable.

-¿Te puedo dar un abrazo? -su comentario me agarra por sorpresa, no sé que decir, veo para todos lados y veo a mis dos mejores amigos verme con una sonrisa en sus labios, miro a los chicos y veo a Camila esperar dudo por mi respuesta -Perdona si te presioné no fue mi intención -siento un nudo en mi garganta porque hasta cierto punto ellas fueron de suma importancia en mi vida.

-No creo que un abrazo afecte en algo -me mira con felicidad -¿Tu que opinas Kiara? -las dos me miran y vienen rápidamente y me abrazan las tres lloramos abrazamos.

-Lo siento tanto, fuimos malas amigas, no me voy a perdonar eso nunca -Kiara no para de llorar mientras me dice todo eso, Samuel y Aaron ven con nostalgia la escena de nosotras tres, me separo de ellas y seco sus lagrimas.

-Saben que no soy una mujer que le guste remover el pasado, será mejor dejar ese tema y seguir adelante -miro a los chicos quienes están dudosos.

-Bueno lo mejor será irnos -Aaron sostiene a Kiara y comienzan a caminar.

-Un momento -se detienen los cuatro al escucharme hablar -Ahora a las cinco tengo una cena con Sebastián y sus padres, claramente los míos estarán, me preguntaba si quieren venir, Sebas conocerá a sus hijos y sé que serían de gran ayuda -Aaron se gira y con una sonrisa me hace saber que a esa hora estarán aquí, se van sin decir mas, me tiro en el sillón y cierro mis ojos.

-¿Sabes lo orgullosa que estoy de ti? -Edward y Estefy se sientan uno a cada lado, dejándome en medio, vemos el patio (espero que no llueva) siento unos nervios controlar mi cuerpo.

-No sé como van a reaccionar los gemelos -me agarran de las manos -Tengo miedo de la reacción que ellos puedan tener -cierro mis ojos al pensar que puede suceder (Todo va salir bien, estas haciendo las cosas bien) suena el timbre de la casa y Estefy se levanta y va a ver quien es.

-Mamiiiiiiiii -miro a mis pequeños venir hasta donde me encuentro, traen su ropa manchada de helado y sonrió a ver lo felices que vienen, los abrazo y lleno de besos.

-¿Disfrutaron mucho con sus abuelos? -Damián afirma con su cabecita -Me alegra mucho, ahora pequeños míos vamos a tomar un baño -Edward me ayuda levantando a Damián, Sarita se recuesta en mi cuello y se queda ahí jugando con mi pelo.

-Hija gracias por dejarnos pasar tiempo con ellos -mi madre me mira muy feliz.

-Gracias a ustedes, por cierto a las cinco Sebastián vendrá con sus padre, me gustarían que ustedes estuvieran presentes también -mi padre me mira con asombro, mi madre no dice nada -¿Se quedaran de una vez?

-No hija tenemos que irnos a cambiar, vamos amor mira la hora que es -mi madre comienza a arrastrar a mi padre que parece no salir de su asombro, me encamino a las escaleras, al llegar al cuarto de los gemelos coloco a Sarita en el suelo, Ed pone a Damián en la cama, mientras busco ropa Edward se va para el baño a llenar la tina para la ducha de los pequeños.

-¿Quieres que te ayude a bañarlos? -lo miro y le sonrío, rueda los ojos y se encamina hacía donde se encuentran los pequeños -Vengan aquí hijos del mal -comienzan a correr por el cuarto, los miro y sigo sin poder detener los nervios, no puedo imaginar lo que puede suceder, si mis hijos rechazan a su padre sé que le dolerá demasiado a Sebastián -No huyan de mi cobardes -los gemelos se meten debajo de la cama y Edward les hace segunda, no se dejan agarrar y el verlos suelto una carcajada -SUFICIENTEEEEEEE -Ed se levanta y se ve que está cansado, los gemelos vienen y se agarran de mis piernas, ríen al ver a su tío en ese estado.

-Chicos no sean malos con su tío Ed -no puedo seguir hablando ya que me da risa ver lo cansado que se encuentra -Ahora sí, a bañarse pequeños - sostengo a Damián y Ed agarra a Sarita quien al ver la cara de Edward le da un beso en la mejilla y lo abraza, con eso tuvo para desaparecer su enojo (eso lo saco de su madre) sonrío por mi comentario.

Llegamos al baño y los comenzamos a desvestir, los pequeños juegan con los juguetes que les puse en la tina y se entretienen un rato, ni Edward ni yo decimos nada mientras los bañamos, agradezco eso mentalmente, al terminar los llevamos a la cama y comenzamos a mudarlos, Sarita tiene un vestido azul oscuro con flores blancas y rojas, lleva una vincha blanca en su pelo, unos zapatitos de color azul, el mismo que tiene en su vestido. Damián lleva una camisa blanca que trae dibujado un lazo en su cuello, un pantalón negro y unas zapatillas negras, su tío lo peina dejando un copete al frente, me río al verlo, tengo que admitir que ambos se ven hermosos.

-Chicos vengan acá un momento -Damián se acerca con Ed, nos sentamos en la cama los cuatro, mi mejor amigo me cierra un ojo, respiro profundo -Bueno hoy vamos a tener una visita en la casa-los gemelos me miran atentos y eso me pone los pelos de punta -Ahora en la tarde va a venir -las palabras no me salen, se quedan a toradas en mi garganta, muevo mis piernas inquieta, por mas que trato no puedo sacar esa palabra, en su mirada veo esperanza y sé que ellos quieren conocer a su padre, sostengo ambas manitos -Ahora en la tarde vendrá su papi -no recibo palabra alguna por parte de mis pequeños, Sarita y Damián se miran y comienzan a brincar en la cama agarrados de la mano.

-Shiiiiiii. -los dos brincan sin parar, un alivio se apodera de mi cuerpo, sé que ahorita están bien, será diferente al tenerlo de frente, los gemelos me abrazan y se van donde Ed y hacen lo mismo, ambos sonreímos al verlos, miro la hora y falta media hora para que sean las cinco de la tarde.

-Ed te encargo que cuides a los gemelos mientras me baño -afirma con su cabeza y veo como siguen brincando en la cama, cierro la puerta y me encamino a mi recamara, al entrar busco ropa y decido ponerme algo cómodo, busco un pantalón de mezclilla negro y blusa roja, busco unos zapatos bajos del mismo color de la blusa, entro al baño y escucho el timbre de la casa sé lo que eso significa, salgo rápidamente y comienzo a vestirme, al terminar me miro en espejo y me gusta como luzco, decido dejar mi pelo suelto, no me maquillo y salgo en busca de los pequeños, toco la puerta y veo que no están, voy al cuarto de Ed y escucho la risa de los gemelos, entro y veo a mi mejor amigo terminar de arreglarse.

-Perdona hermosa decidí traerlos acá, quería arreglarme -entro y le doy un beso en el cachete, mis nervios aumentan, sostengo la mano de mis pequeños, miro a Ed y viene detrás de mi.

-Mami -miro a Damián, me agacho y quedo a la altura de ambos -¿Papi ta qui? -escucharlo decir eso me llena de nostalgia.

-Sí mi amor papi está aquí -beso la cabeza de ambos y comenzamos a bajar las escaleras, escucho a todos hablar en la sala, mientras bajo las gradas una por una, siento las manos de mis pequeños aferrarse a mis manos, al bajar el ultimo miro a Sebastián que se encuentra de espaldas a nosotros. Su madre se lleva ambas manos a la boca, su padre no hace ninguna expresión nada mira a mis hijos, Camila, Samuel, Kiara, Aaron y Estefy están en una esquina hablando y al vernos ponen atención a lo que van a presenciar ahora.

Sebastián se gira lentamente y cuando lo hace por completo veo que tiene miedo del rechazo de sus hijos, le doy una sonrisa y baja su mirada hasta las dos personitas que se encuentran viéndolo con duda y cierto temor, Sebas comienza a caminar de manera dudosa para donde nos encontramos, se detiene unos pasos frente a nosotros, quedando a escasos pasos, se arrodilla quedando a la estatura de sus hijos, unas lagrimas salen de sus ojos, mis hijos solo miran sin decir nada mas, los minutos pasan y nada sucede, aunque me tiemblan las piernas, tomo la misma posición que Sebas.

-Chicos recuerdan quien le dije que iba a venir a verlos -afirman con la cabeza, Sebas no dice nada, lo miro y le hago señas para que se acerque mas.

-Ho...hola pequeños -se limpia las lagrimas y hace a sostener la mano de los gemelos, pero se detiene por miedo al rechazo, aprieto la manita de mis pequeños, estiran sus manitos y la ponen sobre la de su padre, mis ojos se ponen llorosos -¿Saben quien soy?

-Mami dio, papi vendla a venos ¿Eles tu? -Sarita trata de esconder su rostro en mi cuello, pero niego con mi cabeza para que no lo haga, Damián mira y Sebastián y quita su mano de la mía y la lleva al rostro de Sebastián, acto que nos toma por sorpresa.

-¿Tu eles papi mio y de Salita? -las lagrimas salen de mis ojos al ver a mis pequeños hablar con su padre, miro la sala y todos los que están ahí se encuentran de la misma forma.

-Así es, yo soy su pa...padre -me mira con una sonrisa en sus labios, Damián sigue con su manita puesta en el rostro de su padre.

-Polemos il po helado -Sarita habla con entusiasmo esta vez, al ver a su hermano, Sebas sigue limpiando las lagrimas que salen de sus ojos.

-Podemos ir por todo el lado que quieran hiii..-las palabras se quedan atoradas en su garganta, respira profundo -Hijos -una lagrima sale de mis ojos al escuchar esas palabras, los gemelos comienzan a brincar y sin pensarlo abrazan a Sebastián, llevo mis manos a mis labios, solo en mis sueños pensé ver esto, Sebas pone su rostro en medio de los bracitos que lo rodean y llora mientras los abraza, me levanto y limpio mis lagrimas, mis hijos se alejan y miran detrás de su padre.

-¿Mami quenes son? -Sebas mira que habla de sus padres y amigos.

-Ellos son sus abuelos y sus tíos

-Nosotlos ya tenemos abelos y tlios -Sarita mira a su padre de manera extraña, Sebas se levanta y mira a los pequeños se lo que quiere hacer.

-Ellos también lo son hija -me agacho de nuevo los pongo frente a mi -Díganle a su padre que los alce y los lleve donde ellos -les cierro un ojo y sonríen de manera juguetona, se miran ambos y afirman con la cabeza, se giran para donde se encuentra su padre, Sebas los mira y me mira sin entender que sucede, los gemelos se acercan a el extienden sus bracitos para que los levante, Sebastián me mira sin creer lo que ve, muevo mi cabeza para que lo haga, se agacha y los agarra con cuidado los gemelos se sostienen del cuello de su padre.

Edward me agarra de los hombros, mientras vemos como los pequeños se relacionan con su otra familia, Sarita esconde su cabeza en el cuello de su padre, lo que hace que derrita a todos, Sebastián esta tan emocionado con ese gesto que la abraza mas fuerte, Damián por su parte choca los puños y deja que lo carguen todos, Estefy se pone a mi lado, mis padres se reúnen en donde se encuentran los gemelos, veo como todos tratan de acercarse a ellos, veo que está oscuro por lo que me encamino al patio a prender las luces.

-Papi quelo jugal -los gemelos traen a su padre al patio trasero donde tienen todos sus juguetes, el resto de personas vienen detrás de Sebas y comienzan a ver a los pequeños jugar con su padre.

-Siento mucho por lo que te hice pasar -veo a mi padre al lado mío, vuelvo a centrar mi atención en los pequeños -Mi intención jamás fue lastimarte hija -respiro profundo y miro al cielo la noche esta estrellada y la luna se ve espectacular.

-Sabes hay cosas que no llegaré a entender padre, ahora que soy madre puedo comprender ciertas cosas, pero hay actitudes tuyas que no me quedan claras -lo miro y veo que mira hacía el suelo -Pero creo que lo mejor es avanzar, sea como sea mis hijos te aman y si las cosas no están bien entre nosotros las cosas no funcionará con ellos -los gemelos juegan a la pelota con su padre, Sebas sonríe al ver el juego de sus pequeños.

-¿Hablas enserio hija? -veo sus ojos brillosos.

-No tengo porqué mentir -seca una lagrima que sale de sus ojos y mira a mi madre, veo que se encuentra llorando junto a la familia de Sebastián, todos caminan para donde me encuentro y comienzan a hablar de lo bello que son mis hijos.

-Gracias Ari -veo a la madre de Sebastián mirarme con afecto, se acerca y sostiene mi mano izquierda -Gracias por darnos esta sorpresa maravillosa, gracias por hacer feliz a mi hijo de nuevo -no digo nada a sus palabras mas darle una sonrisa sincera pero que no dura mucho.

-¿Qué hacen ustedes ahí vengan a jugar también? -Sebas hace que todos vayan a jugar, Samuel y Aaron se quitan el saco que tienen y quedan con una camisa, Samuel anda de color blanco y Aaron de gris los tipos colores que usan, Camila anda un vestido color mostaza y Kiara anda un vestido de color gris con blanco, todos se quitan sus zapatos y se disponen a jugar con los gemelos.

-¿Qué esperas vamos Ari? -Estefy sostiene mi mano y veo que hay algo de hinchado en ellos, me duele saber el daño que Antón dejó en ella.

-Vayan ustedes voy a recoger algo del cuarto y vengo? -camino dentro de la casa y subo las escaleras, al entrar al cuarto una mano me sostiene y me laja tan fuerte que choco con su pecho, elevo mi rostro y veo el de Sebastián, me abraza sin decir nada, no sé como reaccionar así que me quedo quieta unos minutos.

-Gracias por esto -se aleja y me mira a los ojos -¿Podemos hablar? -abro la puerta de mi recamara y lo invito a pasar, al entrar cierra la puerta -Veras, quiero que hablemos de lo que sucedió -cierro mis ojos por unos segundos -Sé que lo que hice no tiene perdón, te lastimé en mas de una ocasión, tiré tu comida al suelo, no estábamos casados, la casa estaba hecha, en fin son demasiadas cosas por las cuales tienes que perdonarme.

-No hace falta que hablemos de eso Sebastián -se acerca y me abraza por la espalda, mi espalda siente su pecho y una corriente desciende por mi espalda.

-Bien, si quieres podemos dejar de hablar de lo sucedido aquel día, pero necesito que hablemos de lo que sucedió en mi oficina aquel día -el aire que suelta con cada palabra choca en mi cuello, produciendo miles de escalofríos -Sabemos que lo de estar casada es una mentira, lo usaste para alejarme, tenias tus motivos pero ahora no hay porque mantenernos alejados -me gira quedando frente a frente, las luces del cuarto están apagadas, pero la luz que entra del patio mas la que produce la luna me permite ver su rostro aunque sea un poco.

-Tengo claro que sabes que lo mío con Edward es falso, está claro que me acosté contigo ese día mas sin embargo no sabía que eras tu -me alejo de él y me encamino a la ventana, veo como todos juegan con los gemelos, ellos corren sin parar, la risa de todos inunda la casa -Te eh perdonado, pero el perdonar no significa olvidar Sebastián, no te niego que sigo sintiendo cosas por ti, pero no voy a prometerte algo de lo cual no estoy lista -me vuelvo para mirarlo y veo una expresión de tristeza en ellos -No te estoy dando un no rotundo, dejemos que el tiempo decida por nosotros -una sonrisa se extiende por su rostro, se acerca poco a poco a mi, retrocedo y me sostiene por la cintura.

-Haré que esta vez te enamores mas de mi -se acerca quedando a escasos centímetros de mi rostro -Te demostraré con hechos lo que te demostré tiempo atrás con palabras -sonrío por su comentario.

-Papiiiiii.-los gemelos comienzan a llamar a su padre, Sebas me cierra un ojo y sale del cuarto dejándome sola, miro la puerta por unos segundos, al salir al balcón veo donde se reúne con sus hijos, Sarita viene corriendo para donde se encuentra su padre, Sebas la levanta y da vueltas con ella en brazos, todos admiran la hermosa imagen, al terminar se sienta en el suelo y Damián tira sobre su padre, al terminar los gemelos comienzan a correr y una guerra comienza en el patio de la casa.

Miro a Samuel, Aaron, Camila y Kiara y los recuerdos del pasado llegan a mi mente, el verlos jugar y ser ellos mismos en cierta parte me trae paz, Estefy y Edward corren sin parar, no sé sería de mi vida sin ellos, me ayudaron cuando mas lo necesité, estuvieron para mi mientras pensaba que la vida de me derrumbaba, sonrío al ver a mi amiga olvidar su dolor aunque sea por un momento (bendito sea el día en que volví a Costa Rica) , mis padres se ríen sin parar y juegan con sus nietos, pienso en lo difícil que fue tenerme como hija, tuve mis errores al igual que ellos, mas sin embargo me alegra poder tenerlos a mi lado, los padres de Sebastián juegan junto a los míos, no puedo decir que les guardo algún tipo de rencor puesto que ellos buscaban la felicidad de su único hijo, no era la forma ya que me lastimaron, pero hay momentos donde los padres se equivocan, mas sin embargo por mis hijos tengo que dejar todo eso en el pasado.

Los gemelos corren sin parar por el patio, esquivan a todos y cuando los agarran sus risas alegran la vida de los que se encuentran cerca de ellos, hace unos años atrás descubrí un engaño que me dejó desolada, mas sin embargo mis hijos llegaron a demostrarme que tenía que ser valiente por mas que estuviera cansada ellos eran el motor por el cual me levantaba todos los días, me ayudaron a comprender que mas allá de amar a Sebastián el amor que ellos produjeron en mi me hizo sacar fuerzas de donde no pensaba que tenía, me demostraron que podía seguir mi vida sin tener a un hombre a mi lado, que soy lo suficientemente fuerte para salir adelante, no importa que tan grande sean mis problemas, mis hijos llegaron a demostrarme que tan equivocada estaba de la vida, el pensar en cuantas mujeres pasaron por lo que yo pasé, me demuestra que tan fuertes y capaces somos nosotras, miro al cielo y suelto el aire acumulado (no puedo estar mas agradecida con la vida, por dejarme ser madre de dos angelitos hermosos) pienso en la persona que era y en la que soy actualmente y me doy cuenta que cambie lo suficiente, a pesar de las cicatrices que me dejó tanto engaño, sigo adelante con mi cabeza en alto, aunque no pensé regresar nunca, creo que el venir nuevamente fue mi mejor opción, ya que al enfrentar mis miedos saqué el carácter que tenía oculto y también la fuerza que necesitaba, miro a todos seguir jugando y riendo, una paz se apodera de mi cuerpo, me siento mas relajada y feliz, el sentimiento de odio y resentimiento no está mas en mi cuerpo.

Quién iba a decir que con mi regreso terminaría Descubriéndome.

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