No hay un día en el que no piense en si estaré haciendo bien al regresar, ya no hay tiempo para arrepentimientos, ni dudas, el destino ha hecho esto y es porque llegó mi momento, apoyo mi cabeza sobre mis manos pensando en todas las cosas que están sucediendo, todo el resto del día lo he pasado en un pequeño estudio que hice en la casa, mi celular vibra, no estoy para llamadas ahorita, frustrada tomo la llamada sin ver quien es.

-Buenas noches ¿Con quién desea hablar?

-Ari soy Travis y deseo hablar contigo ¿Será que nos podemos ver hoy? -rozo el puente de mi nariz, la verdad estoy algo cansada, pero Travis me esta ayudando, seria muy feo si no estoy para él cuando me necesita.

-Bueno tendría que preguntarle a mis amigos si no tienen nada que hacer, para que estén con los niños -se queda en silencio por unos minutos (No puedo estar dejándole mis hijos a mis amigos, yo soy la responsable de ellos, será mejor que decline la invitación) -¿Por qué quieres verme hoy Travis? -no entiendo, por ratos esta bien y otros días esta cortante.

-Tengo información que te podría interesar sobre la empresa, hoy estuve hablando con el contador y quiero enseñarte varias cosas, si vas a regresar tienes que saber todo los movimientos de ésta -ruedo los ojos, ya que sé que no me esta mirando, ahora quiere venir a la casa, aunque he pasado un día movidito él tiene razón tengo que saber mas cosas.

-Bien, en media hora vamos a cenar, te invito si quieres, después hablaremos del tema ¿Qué te parece?

-Nos vemos dentro de media hora -y sin mas cuelga, pero ni si quiera un hasta dentro de poco (que hombre mas raro) pongo mi cabeza sobre la mesa y cierro mis ojos, comienzo a respirar profundo, a Edward le encanta cocinar, mis bebés que son unos dormilones aún siguen descansando, se parecen a su padre en lo dormilones, por mas que tratamos de quitarles esa costumbre nunca pudimos, con esos recuerdos siento que cada vez me durmiendo un poco más.

Flashback

Me encuentro en un cuarto cambiándome de ropa, no puedo creer que esté casada con el amor de mi vida, saber que hoy me entregaré en cuerpo y alma a la persona mas maravillosa del mundo, termino de ponerme un vestido crema pegado al cuerpo, el escote es en forma de corazón, llevo unos zapatos blancos, los mismos del vestido de novia.

-No importa lo que uses siempre serás la mujer más hermosa -me sobresalto al escuchar la voz de Sebastián atrás de mi, me giro y muerdo mis labios ya que se ha quitado el saco, abro dos botones de su camisa (Wao... Todo eso será mío para siempre).

-Bueno en teoría puedo decirte lo mismo, por lo que veo su esposa es muy afortunada señor -sonríe de lado de manera sexy, la temperatura del cuarto sube cada vez mas, su mirada puede provocar muchas cosas en mi.

-Sabes, yo soy el afortunado, pero ella es celosa y eso me vuelve loco -camina tres pasos acercándose hasta donde me encuentro -Pero usted no se queda atrás, veo que es usted una mujer casada, su esposo es un hombre con mucha suerte -ahora soy yo la que camino hasta donde él se encuentra, rodeo mis manos en su cuello y él lleva las suyas a mi cadera acercándome a su escultural cuerpo.

-Mi esposo es un hombre posesivo al igual que yo -arrimo mis labios a su oído izquierdo y antes de alejarme de él pienso bien en las palabras que le diré y tomo un respiro, ya que se las consecuencias que traerá eso -Y usted no sabe cuanto me excita -muerdo el lóbulo de su oreja y me alejo, sus ojos están oscuros por el deseo y sin mas me voy contoneando mis caderas, esperando en Dios que no me vea exagerada.

Entro al gran salón donde todos nuestro invitados están haciendo diferentes cosas, unos comen, otros hablan y bailan, hay gran cantidad de personas, la verdad me hubiese gustado que no hubieran tantas pero mis padres y suegros insistieron, Sebastián quería algo pequeño igual que yo pero como decirle que no a nuestros padres.

Camino hacia donde se encuentran unos deliciosos bocadillos, hace dias no como bien de los nervios de que el vestido no me entre, pero ya que salí de eso podré comer algo como Dios manda, al llegar veo una fuente de chocolate y unas frutas para mojarlas en el, tomo una fresa y la dejo cubierta de chocolate, cuando esta en mis labios la muerdo y esa combinación creada por los dioses me hace cerrar los ojos.

-Espero que sigas juguetona cariño, ya que nos iremos en este momento -me atraganto con la fresa y comienzo a toser (Muy bien Ariadna acabas de cavar tu propia tumba) mis piernas comienzan a temblar, giro mi rostro y veo sus hermosos ojos llenos de deseo, ahí se encuentra una gran promesa que se cumplirá dentro de poco -Tranquila amor también estoy ansioso pero te quiero viva, te espero afuera en el coche, ya me despedí de todos y por cierto espero que sigas excitada porque nuestra noche será bastante movidita -me besó en el cuello y levanto su cabeza lentamente, yo por mi parte no podía hacer nada, su olor me tenia como piedra, agarro mi mentón y de un momento a otro nos estábamos besando con desesperación, no me importó que las personas nos vieran, nos separamos por falta de aire y sentía como si un huracán hubiera pasado sobre mi cuerpo y sin mas se fue dejándome con ganas de mas.

-Mamá, papá ya nos vamos Sebas me está esperando en el coche -los abracé fuerte, es increíble la forma en como organizaron todo tan rápido, estoy muy agradecida con ellos, puede que al principio no me agradaba la idea que fuera una boda tan repentina pero amo a mi esposo y no me importaba nada.

Al terminar de despedirme de todos cierro mis ojos y trato de controlar los nervios que siento, desde ahora mi vida a tomado un camino diferente, pero por el soy capaz de todo al igual que sé que Sebas lo haría por mi, nunca en mi vida he tenido tantos sentimientos juntos, pero Dios voy a mi luna de miel, mi cuerpo sabe exactamente que es lo que eso se refiere, cuando estábamos en la recamara me sentía fuerte y poderosa, en estos momentos me siento como un manso cordero que va a ser degollado.

En mi vida solo he tenido dos novio y nunca practiqué nada indecoroso ya que mis padres siempre me mantuvieron en la mira, igual mi ex no hacia que tuviera malos pensamientos, muevo mi cabeza hacia los lados, agito las manos, sé que es el momento de la verdad y ahora no me puedo quitar soy su esposa y debo cumplir, comienzo a caminar decida hacia él (Vamos Ariadna no seas cobarde es tu esposo y tarde o temprano lo tenias que hacer) me repito esa frase cada vez que estoy mas cerca de llegar, al salir veo a mi esposo recostado sobre el coche mirando el cielo, camino a paso decidido, al sentir mis pasos me mira y sonríe, sus ojos están algo tristes pero rápidamente cambia su expresión y me abre la puerta para que entre y así comience mi larga noche.

Ninguno de los dos dice nada, estamos sumidos en nuestro pensamientos y por el momento es así, su olor hace que cada célula de mi cuerpo quiera actuar de una manera poco conocida para mi, rápidamente llegamos a uno de los hoteles de mi padre ya que mañana saldremos de viaje, no sé a donde ya que es sorpresa, Sebas es quién sale primero y me ayuda a salir, en la entrada hay demasiados paparazzi y los guarda espaldas cumplen su trabajo muy bien logrando que lleguemos a nuestro dormitorio con vida.

-Sabes Ari de camino he estado pensando en que tuve suerte de encontrarte en mi camino ese día -estoy de espaldas admirando el lugar, nos encontramos en la sala en amplia y muy acogedora, en el techo hay una lampara muy hermosa, se ve que la elaboraron con sumo cuidado y elegancia, sigo contemplando el lugar ya que sé a donde llevara esta charla y quiero atrasarla lo mas que pueda -¿Qué le ha pasado a la mujer que me ha dejado caliente antes en un cuarto? Ahora ya no estas tan valiente o ¿si? -trago grueso y me armo del valor que no tengo para dar la cara y hacerme la que no me afecta en lo mas mínimo.

-Que tanto hablas Sebastián, solamente estoy admirando el lugar y ¿Por qué dices que ya no estoy valiente? -me quito un tacón lentamente y trato de ocultar mi cara de alivio al hacerlo, al terminar de estar cómoda o mas bien descalza subo mi mano lentamente por mi pierna y trato de hacerlo de una manera la cual parezca que lo hago adrede.

-Estas jugando con fuego querida -alzo la mirada y muerdo mi labio, si vamos hacerlo entonces dejaré de ser la Ariadna que todos conocen y le daré rienda a la Ariadna apasionada que me pide a gritos salir.

-Amor no tengo idea a que te refieres, solamente me estaba quitando los tacones -muerdo mi labio, pongo mis manos atrás de mi cuerpo y comienzo a jugar con mis dedos.

-No sabes cuanto he esperado para este momento y ahora que estamos aquí no lo voy a desperdiciar -sin mas camina hacia mi y comienza a quitarse la camisa, dejando así a mi vista su hermoso cuerpo, al llegar no me toca, solo me mira y sé que quiere que dé el primer paso, me esta retando pero trato de mantenerme fuerte -No te resistas Ari en algún momento esto tenia que suceder, así que a partir de esta noche tú serás mía y yo tuyo -acaricio su mejilla, esas palabras han hecho que me derrita mas por él.

-Hasta que la muerte nos separe Sebastián -me mira y me besa de una manera tierna y la noto un poco dolorosa, yo solamente me dejo llevar, separa sus labios, miro sus ojos esperando que diga algo, sonríe pero no llega a sus ojos.

-Hasta que la muerte nos separe Ariadna.

Fin del Flashbak

Me levanto sobresaltada, miro para todos lados y veo que me quede dormida en el estudio (Joder como me duele el cuello) lo muevo en círculos y recuerdo el sueño que hubiera preferido no tener, me levanto y miro por la ventana, como deseo olvidar ese día en el cuál me hizo suya tantas veces, el solo recordarlo me dan ganas de lanzar todo al suelo y darme una ducha larga para poder borrar sus manos de mi cuerpo.

-Cuanto me hubiera gustado que ese "hasta que la muerte nos separe" fuera cierto, pero hiciste algo tan bajo que no sé si llegaré a perdonarte, solo te doy las gracias por darme esos dos hermosos regalos que son mi vida entera -miro las luces de un coche y sé que es Travis, me giro para salir a recibirlo y dejar de pensar en un pasado que para mí no volverá. Ahora solo debo pensar en un futuro que esta pronto a venir lleno de incertidumbre.

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