Aishiteiru, Zoro

Hola lind@s

Gracias por los comentarios en el cap anterior y disculpen por demorar más días de los que prometí, pero fue el cumpleaños de mi mamá y en fin, demoré en poder acabar esta primera parte del capítulo final. Espero les guste... mañana trataré de acabar la segunda parte y postearla, todo depende de como esté la inspiración y si no tengo otros deberes.

Un beso

A leer!

___________________________________________

Cuando abrió los ojos se encontraba sobre una cama, no había demasiada luz en aquella habitación por lo que no le resultó difícil acostumbrarse. Se reincorporó con un poco de dificultad debido a lo adolorido que su cuerpo aún se encontraba por la última vez que Enel lo había golpeado y trató de analizar la situación. Recordaba bien que había sido dormido.

"Eso significa que logró separarme de ellos..."

Era uno de esos pocos momentos en los que estaba lúcido, uno de los momentos en los que la manipulación, la doble personalidad del rubio y el falso amor que le profesaba no lograban confundirlo. ¿Cuánto duraría? No lo sabía, pero debía tratar de hacer algo antes que su mente se distorsionase nuevamente, algo que generalmente sucedía.

"Quiero ver a Ace, a mis tíos, a los chicos.... a Torao"

Calzó sus zapatos rápidamente y abrió la puerta con cuidado, procurando que no hubiese nadie alrededor antes de abandonar el cuarto y caminar por el largo pasillo que se mostraba frente a él.

"¿Cómo puedo salir de aquí? Necesito encontrar una forma"

Luffy llegó hacia el final del pasillo y se encontró frente a un espacio muy grande, en el cual había una gran cantidad de vehículos e incluso un helicóptero.

"¿Dónde estará la salida? ¡¿Dónde?! Piensa, Luffy.... ¡Piensa!"

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató cómo alguien se acercaba tras él de forma silenciosa.

-Veo que ya despertaste

El enfermero no pudo evitar dar un pequeño salto y cerró los ojos con miedo. Su cuerpo comenzó a temblar apenas escuchó la voz de Enel, era algo que el yakuza provocaba en él desde el momento en la que lo volvió a ver.

-E-Enel- dijo con dificultad sin girar a mirar al contrario

-Sí, amor- el rubio envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Luffy y lo abrazó- ¿Quién más podría ser? ¿No te dije que siempre estaríamos juntos? ¿Eh? – se acercó más al cuerpo del pelinegro y le dio un casto beso en el cuello

"Suéltame... no me gusta que me toques"

"No te mientas, tú lo amas, estás igual de enfermo que él"

"No es cierto... yo, amo a Torao"

"¿Recuerdas cuando le pedías a Enel que se acostara contigo? Si amaras a Torao no habrías hecho eso"

-Luffy, amor ¿Por qué no respondes?

La voz del rubio lo sacó de su lucha interna y giró lentamente hasta esta frente a frente a su verdugo, quién a medida que pasaba el tiempo y su mente se confundía cada vez más, se iba convirtiendo en su amante, el hombre al que amaba y el único que lo amaría con la misma intensidad.

-Lo siento, estaba algo distraído

Por el sonido de la voz del yakuza, Luffy podía saber que se trataba de su personalidad "buena", lo cual lo alegraba. Ese Enel usualmente era cariñoso y amable con él.

"¿Lo ves? Lo amas"

-Luffy- Enel le dio un casto beso en los labios- sé que no estabas muy ansioso con el viaje, pero créeme que es necesario ¿sí? Debemos irnos por un tiempo, alejarnos de todo y todos, para que así nadie intente separarnos. Me moriría si eso pasara.

-Entiendo

"Él solo quiere estar conmigo, no quiere que nadie nos separe. ¿Tanto me quiere?"

"Exactamente"

-Me alegra oír eso, amor- el rubio abrazó a Luffy fuertemente durante unos segundos- ahora, ¿vamos a descansar? Quiero acurrucarme contigo en la cama. ¿Qué dices?

-Me parece bien- Luffy sonrió- vamos

Enel lo tomó de la mano y lo llevó consigo hacia la habitación. Le alegraba que Luffy entendiera la situación y no tratase de huir. No le gustaría que su otro yo se mostrase y lo lastimase como la otra vez, aunque fuese su culpa por provocarlo.

...

...

Apenas abrió los ojos sintió un fuerte dolor de cabeza y tuvo la intención de presionar sus sienes, pero no pudo mover sus manos. Sanji se dio cuenta entonces que se encontraba sobre una silla enmarrocado y con una cinta sobre su boca, impidiéndole gritar o pedir ayuda.

"Tengo que encontrar una manera de salir de aquí, avisarle a Zoro y...."

El pensar en el peliverde le provocó una fuerte punzada en el corazón. El recuerdo de su novio saliendo de aquel burdel, con la camisa desordenada y una herida en el labio era demasiado doloroso y decepcionante para él.

"Pero no importa lo que sienta, necesito avisarle lo más pronto posible para poder rescatar a Luffy"

Sanji trató de zafarse de la gruesa cuerda que apretaban sus manos, pero por más que intentaba, no podía. Sentía sus muñecas quemar y arder a medida que el forcejeo se hacía más fuerte, pero no le importaba. En esa situación él era el único que podía hacer algo para ayudar a Luffy y encontrar una manera de avisarle al marimo.

"¡Maldición!"

Por la desesperación Sanji no se percataba que los movimientos bruscos que realizaba con el objetivo de soltarse generaban bastante ruido, y en consecuencia, no pasaron ni cinco minutos para que el sonido de la puerta abriéndose bruscamente lo sorprendiese.

-Oh, veo que estás despierto y bastante enérgico por lo que veo

Sanji gruñó y quiso gritarle su vida al tipo que estaba parado frente a él con una sonrisa de lo más burlona, pero la maldita cinta en su boca se lo impedía. Solo optó por mirarlo con el mayor asco que podía trasmitir.

-Me encantan esos ojos- el hombre de traje negro se acercó y se puso de cuclillas frente a él- me dan más ganas de hacerte mío

Sanji se impulsó hacia atrás y le propinó un fuerte cabezazo. El hombre cayó sentado soltando maldiciones en un idioma que parecía italiano, mientras tomaba su nariz y cerraba fuertemente los ojos.

-¡Mierda! Te crees muy valiente ¿eh?

El yakuza se reincorporó, limpió la sangre que brotaba de sus fosas nasales y se acercó al rubio. Le propinó dos fuertes bofetadas provocando que sangrase el labio inferior de Sanji para luego tomarlo del cuello bruscamente.

-Te enseñaré a respetarme

Con un rápido movimiento retiró la cinta que se encontraba sobre los labios de Sanji y apretó aún más el agarre en su cuello.

-Te va a gustar, rubia, te lo aseguro

Sanji no podía respirar, pero no le dio el gusto al maldito mafioso frente a él de verlo humillarse. Trató con todas sus fuerzas de emitir el mínimo ruido posible y esperó a sea lo que sea aquel miserable quisiese hacer.

-Te lo dije desde que te conocí, me encanta domar fieras como tú

Pasaron un par de segundos antes de que el yakuza soltase el cuello de Sanji, quién tosió instintivamente en busca de airé ante esto.

-M-Maldito

-No, nena- dijo el mayor mientras sacaba una navaja del bolsillo de su traje- mi nombre es Albert y apréndetelo porque desde ahora seré tu dueño ¿entiendes?- cortó la cuerda e inmediatamente tomó de las muñecas al rubio previendo que este trataría de correr hacia la puerta apenas se sintiese libre

-No no no, ven aquí- con fuerza apretó el cuerpo de Sanji contra el suyo y torció sus brazos- la diversión apenas empieza

-¡Suéltame maldito!- el rubio trataba de zafarse del agarre, pero le era imposible. Aquel tipo era demasiado fuerte o él era muy débil. Esperaba fuese lo primero.

-Cálmate, no querrás que me enoje ¿o sí?- el tono de voz del yakuza se hacía cada vez más amenazante y el rubio sabía que eso no era nada bueno. Aquellos sujetos eran mafiosos criminales que eran capaces de todo y él no quería morir, no antes de salvar a su amigo y de patear con todas sus fuerzas al infiel del marimo. Sin embargo, su temperamento le jugaba en contra, no era su naturaleza comportarse sumisamente u obedecer. ¡Él era Kuroashi no Sanji, el mejor cocinero del mundo!

-Por mí te puedes ir a la mierda, maldito- trató de propinarle una patada para que lo soltase, pero el yakuza al ser bastante experto en lucha cuerpo a cuerpo, logró interceptar el golpe y arrojó a Sanji al suelo rudamente y se colocó sobre él.

-¡Aléjate de mí! – el rubio sentía un fuerte dolor en sus rostro, su cuello, sus extremidades y su espalda, pero siguió forcejeando contra el hombre que se encontraba sobre él, no podía permitir que aquel miserable se saliese con la suya- ¡Me das asco!

-En cambio tú me fascinas- se acercó aún más al cuerpo de Sanji y se restregó contra él- ¿No te das cuenta lo duro que estoy por ti?

-¡Déjame! ¡Suéltame, maldición!

-Vamos a hacer algo, escúchame- habló calmadamente- es la primera vez que me gusta tanto alguien, en verdad quiero que te conviertas en mi amante, así que no quiero hacerlo a la fuerza ¿me oyes?

-¡Estás enfermo, desgraciado!

-Shhh- colocó su dedo índice sobre los labios de Sanji, silenciándolo- déjame terminar- sonrió- hagamos un trato ¿te parece?

-Jamás har...

-Si dejas que te haga el amor obedientemente, te llevaré con tu amigo ¿Luffy, cierto?- Albert notó como la expresión de Sanji cambió en un instante y prosiguió- por lo que veo no me equivoqué, entonces...- presionó una de sus rodillas entre las piernas del rubio- ¿qué dices? Nos divertimos un rato y dejo que lo veas. Piénsalo, ni dices que no de igual manera te haré mío y además de eso, te encerraré y te juro que no verás a tu amiguito. ¿Eso es lo que quieres, hermoso?

Sanji se quedó inmóvil unos segundos. No quería, por supuesto que no quería aceptar un trato como ese, pero en ese momento todo lo que venía a su mente era la imagen de su amigo y lo que podría estar pasando en esos momentos.

"Tengo que ayudar a Luffy, no me perdonaría si algo le sucediese por mi cobardía"

También pensó en Zoro, en lo que pensaría él si supiese lo que estaba a punto de hacer. ¿Entendería las razones que lo estaban obligando a hacerlo?

"Quizá ni le importe, después de todo, prefiere estar con prostitutas que conmigo"

-¿Y? ¿Cuál es tu respuesta?- Albert acarició el rostro de Sanji suavemente

-¿E-Es un trato? Si yo...- le era muy difícil siquiera pronunciarlo- si dejo que me tomes ¿prometes que dejarás que vea a Luffy?

-Por supuesto, te doy mi palabra, hermoso, dejaré que lo veas, después de todo soy el hombre de confianza de Enel

"¿Enel?.... Ese rubio"

-Bien, entonces adelante- Sanji bajó las manos que hasta ese momento mantenía apoyadas en el pecho del contrario para evitar que se acercase aún más a él- haz lo que quieras

-No sabes lo feliz que me hace escuchar eso, precioso, te haré disfrutar como nunca nadie antes y espero que grites mi nombre ¿de acuerdo?

"Maldito enfermo, lo único que me causas es repulsión"

Sanji sintió como era rápidamente despojado de su ropa sin ningún atisbo de delicadeza. Los botones de su camisa salieron volando al ser esta prácticamente arrancada de su cuerpo y sus pantalones bajados junto a su bóxer en un solo movimiento.

"No pensé que mi primera vez sería tan cruel"

No pudo evitar que de sus ojos brotasen lágrimas al sentir como era tocado por todas partes directamente por aquel asqueroso sujeto y el cómo lamía y succionaba la piel de su cuello.

"Lo odio... lo odio, maldición"

El yakuza tomó el miembro de Sanji entre sus manos y comenzó a frotarlo de arriba abajo mientras abría aún más sus piernas.

-Eres delicioso- dirigió sus labios hacia el pecho de Sanji y comenzó a succionar y morder uno de sus pezones- realmente exquisito

"Cállate, maldito"

El rubio quería gritar de repulsión y matar a golpes a ese miserable pero debía resistir.

"Todo sea por Luffy, mi gran amigo"

-No puedo esperar más- el sujeto de nombre Albert introdujo dos de sus dedos en la boca de Sanji y ordenó con la mirada- lámelos, sino quieres que te duela más vale que lo hagas

El cocinero sintió ganas de morder con todas sus fuerzas a ese asqueroso hombre, pero se contuvo e hizo lo que le fue exigido. Como le gustaría desmayarse en es momento y no recordar nada de lo que le estaba pasando.

"Maldición..."

No supo cómo ni cuándo, pero aquel yakuza retiró los dedos de su boca y los lelvó hacia su entrada, comenzando a introducirlos en él al mismo tiempo que no dejaba de estimular su miembro, a pesar que no estaba para nada duro. ¿Y cómo estarlo, si lo único que sentía era asco y ganas de vomitar?

-¿Te gusta, nena? Mírate- se acercó al rostro de Sanji y comenzó a besar sus mejillas, las cuales para ese momento ya estaban llenas de lágrimas- están todo expuesto frente a mí, quiero que digas mi nombre... quiero que digas que me quieres dentro de ti

-...

Sanji no dijo absolutamente nada y solo miró al extranjero con el mayor odio y repulsión que podía expresar, lo cual le costó una fuerte bofetada en el rostro y que su miembro fuese apretado bruscamente provocando que emitiese un grito de dolor.

-Haz lo que te acabo de decir o nuestro trato acaba aquí

-...A-Albert- le era tan difícil pronunciar el nombre de aquel desgraciado- t-te quiero dentro de mi

-Por supuesto, hermoso... ahora me tendrás

Sanji cerró los ojos fuertemente y esperó lo peor. En su mente solo se mostró la imagen sonriente de su marimo y un fuerte dolor en el pecho lo embargó. Quería verlo, quería que lo abrazase y le dijera que todo estría bien.

"Te amo, Zoro"

En ese instante, el rubio escuchó la puerta ser abierta bruscamente y la voz del hombre que amaba resonar en la habitación fuertemente.

-¡Aléjate de él ahora mismo si no quieres que te mate, desgraciado de mierda!

Zoro entró en la escena e inmediatamente después de él entraron a otros dos agentes policiales. Todos uniformados, protegidos con chalecos antibalas y completamente armados.

...

Había llegado a aquel lugar hace unos pocos minutos. El servicio de inteligencia de su escuadrón se había quedado en los alrededores de la guarida de los yakuza junto a los tíos de Luffy, Ace, Marco y Law; mientras que él junto a más de treinta agentes habían entrado al lugar sigilosamente por la parte trasera y prácticamente sin hacer el mayor ruido. Tenían que tomar por sorpresa a Enel, quien era el jefe en ese momento. Junto a sus camaradas, el peliverde había logrado apresar a seis de los guardias que custodiaban la retaguardia de la guarida del clan Shinto y fue capaz de adentrarse en el recinto. Apenas entraron se dividieron en grupos de cinco y se dispersaron por el lugar. Fue caminando procurando hacer el mínimo ruido junto a sus camaradas y a medida que avanzaba apegaba su rostro en las puertas de las muchas habitaciones que se mostraban para averiguar si había alguna persona dentro de ellas, cuando la voz de su rubio, el amor de su vida, se dejó oír y lo dejo completamente paralizado.

-...A-Albert, t-te quiero dentro de mi

"¿Sanji?.... ¿Qué mierda está pasando?"

-Por supuesto, hermoso... ahora me tendrás

"Tsk..."

Pese a que sus camaradas trataron de detenerlo, no le importó y derribó la puerta de una sola patada. No podía pensar claramente en ese momento. Se trataba de Sanji, el hombre al que amaba, y así muriera en ese instante no dejaría que nada le pasara. Nada.

-¡Aléjate de él ahora mismo si no quieres que te mate, desgraciado de mierda!

...

-¿Quién mierda te crees para arruinar mi diversión?- Albert se reincorporó y se colocó frente a Sanji, el cual apenas notó lo expuesto que se hallaba frente a Zoro y los otros agentes, se cubrió con sus ropas como pudo y se arrastró hacia una esquina de la habitación. Se sentía tan humillado, tan sucio. ¿Por qué la persona que amaba debía verlo en esa situación? ¿Por qué tenía que ser tan débil?

-¿Quién soy?- Zoro se acercó al yakuza, sus pasos resonaban fuertemente de lo duro que pisaba- Soy su novio, su futuro esposo y también soy el hombre que te hará conocer lo que es el infierno por atreverte a tocarlo, malnacido

Sanji no pudo evitar llorar aún más al escuchar esa declaración. ¿Eso significaba que Zoro si lo amaba? En ese momento no le importaba nada de lo que hubiese sucedido, no le importaba que su marimo hubiese recurrido a un burdel o las atenciones de alguna prostituta, solo le importaba lo sincero que se oía, la expresión de sus ojos al enfrentar a ese mafioso por él y el gran amor que sentía por él. Era el amor de su vida, lo supo desde la primera mirada que se dieron, de la primera pelea que tuvieron, del primer beso que compartieron.

"Te amo, marimo"

-¿No escuchaste como me rogaba porque me lo cogiera?- Albert sonrió ladinamente- tal parece que solo tú piensas así ¿eh?

-Arrodíllate, maldito ¡ahora!

Zoro trataba de contenerse, pero le era tan difícil, solo quería abalanzarse contra ese asqueroso desgraciado y masacrarlo a golpes.

-Está bien, está bien- el yakuza hizo el ademán de agacharse, pero en el momento menos esperado sacó la navaja que antes había utilizado para cortar las cuerdas que apresaban a Sanji y se abalanzó contra el peliverde.

-¡Zoro!

Al mismo tiempo que el grito de Sanji, se escucharon dos disparos muy finos en la habitación. Por prevención, el escuadrón estaba usando silenciadores, por lo que el fuerte estruendo que debería haberse oído no sucedió.

El cuerpo de Albert cayó al suelo e inmediatamente los agentes al lado de Zoro lo rodearon y comenzaron a desarmarlo y esposarlo. Zoro le había disparado directamente en las piernas, conteniéndose de matarlo en ese momento, le había costado bastante.

-No mereces morir tan rápido, debes pudrirte en la cárcel por el resto de tu vida, maldito

El yakuza contuvo los gritos de dolor por los balazos que había recibido, pero fue silenciado con un paño de tela sobre su boca de igual forma por los agentes quienes previamente lo habían vendado rápidamente para detener la hemorragia, no podían arriesgarse a que gritase y alertase a sus camaradas.

En un abrir y cerrar de ojos, los amigos de Zoro se habían retirado de la habitación llevando consigo al yakuza, ya casi inconsciente por el sangrado, dejando a Zoro junto a Sanji en el lugar.

-S-San...- se mordió el labio inferior incapaz de pronunciar completamente el nombre de su novio, verlo así de asustado, temblando completamente desnudo y llorando mares lo desgarraba hasta lo más profundo de su ser.

Solo pudo arrojar su arma a un lado, acercarse rápidamente a su rubio y abrazarlo con todas sus fuerzas. Sin entender cómo, las lágrimas ya se derramaban de sus ojos mientras sostenía a su tierno cocinero y le pedía perdón sin parar. Perdón por no haberlo podido proteger, perdón por dejar que sufriese de esa forma.

-Te amo, Sanji, te amo, no dudes de eso nunca, por favor

-Z-Zoro...- el rubio correspondió el abrazo y hundió su rostro en el pecho de su novio, no podía sentirse más protegido que en los brazos de su marimo, eso era algo que nunca dejaba de sorprenderlo, incluso en esa situación

-Preguntarte cómo estás sería muy estúpido, pero no puedo dejar de hacerlo- Zoro mordió su labio inferior al recordar el estado en el que se encontraba su cocinero, todo golpeado, desnudo y tan asustado- no puedo imaginar cómo te debes sentir ahora, maldición

-E-Estoy bien, gracias por salvarme, marimo

El peliverde apretó aún más el abrazo y envolvió con su cuerpo al rubio.

-Vi tu comida, yo... los onigiris, el sake- habló Zoro desesperado- te juro que no es lo que crees, Sanji, jamás podría engañarte- se separó un poco del cuerpo de su novio para tomar su rostro con sus manos y juntar sus frentes- fui a ese lugar para reunir información, no pasó nada, te lo juro, mi amor ¿Me crees, verdad? Dime que me crees

La desesperación que se dejaba oír en la voz de su marimo y las lágrimas que bajaban por sus mejillas eran suficiente prueba para Sanji de la sinceridad de Zoro y no puedo evitar sonreir de alegría. Su marimo lo amaba, a él... solo a él.

-Te creo...- Sanji tomó del rostro a Zoro de igual forma como él lo estaba haciendo con el suyo y se acercó lentamente para darle un casto beso en los labios- te amo, Zoro

Zoro sonrió y acaricio suavemente las mejillas hinchadas de Sanji con la mayor delicadeza y amor posible para alguien rudo como él.

-También te amo, más que a mi vida, Sanji y te prometo que haré que ese miserable pague por lo que te hizo... te lo juro

Sin decir más, el peliverde se alejó un momento para quitarse la chaqueta que llevaba junto al chaleco antibalas y cubrir estos a Sanji.

-¿Q-Qué hac...

-Te enviaré con dos de mis camaradas fuera de aquí hacia donde están Ace y los demás... yo te seguiré después, debo ir por Luffy primero ¿entiendes?

Sanji miró con mucha preocupación al peliverde, pero luego de unos segundos de silencio asintió. Debía confiar en que Zoro rescataría a su amigo, Luffy necesitaba de ambos en ese momento.

-Sí, te esperaré, pero lleva tu chaleco contigo, por favor Zoro

-Pediré otro a alguno de mis amigos, no te preocupes por eso

-P-Pero...

-Nada de peros, confía en mí

-E-Está bien, pero ten cuidado ¿sí?

-Por supuesto, te lo prometo

Sanji sonrió e inmediatamente tomó su ropa interior y sus pantalones que se encontraban al lado suyo para ponérselos rápidamente. Tras unos segundos y con la ayuda de su novio, ambos salieron de la habitación. Zoro lo estaba dirigiendo hacia la entrada por la cual ellos habían logrado irrumpir en el lugar, cuando de repente escucharon la voz de alguien muy familiar a sus espaldas.

-¿Z-Zoro? ¿Sanji?

...

Luffy había dormido por aproximadamente una hora abrazado junto a Enel hasta que la profunda sed que sintió lo hizo despertarse.

"Iré por un vaso de agua"

Con mucho cuidado se reincorporó de la cama y salió de la habitación sigilosamente para no despertar al rubio. Tras salir, fue en busca de la cocina o algo parecido para poder calmar su sed. Sin embargo, el lugar era bastante grande y por varios minutos estuvo dando vueltas sin éxito.

"Creo que me perdí, ya me parezco a..."

Justo en el instante en que su mente le recordó con nostalgia a su mejor amigo, Luffy divisó a lo lejos una cabellera verde y una rubia muy familiares para él.

"Acaso..."

No pudo evitar caminar rápidamente hacia ellos y llamarlos.

-¿Z-Zoro? ¿Sanji?

...

Los aludidos al escuchar la voz de su amigo giraron rápidamente y no pudieron evitar gritar al unísono el nombre del pequeño pelinegro. Les alegraba tanto ver que se encontraba bien, a pesar que se podían apreciar ciertos tonos oscuros en su rostro perteneciente a golpes que parecían ser de hace un tiempo, así como heridas ya secas en los labios del menor.

-¡Luffy... estábamos tan preocupados!

La pareja se acercó al pelinegro y lo abrazaron fuertemente. No podían evitar la emoción que les embargaba el verlo y poder estar junto a su preciado amigo.

-¿Por qué lloran?- preguntó confundido Luffy- yo estoy bien, estoy con mi novio, no tiene por qué llorar, Zoro, Sanji- les regaló una sonrisa

La pareja miró muy confundida a su amigo, pero antes de responderle algo, Zoro prefirió hablar por radio y llamar al servicio de inteligencia que se encontraba en los alrededores del lugar.

-Acabo de encontrar a Luffy y a Sanji, informen al grupo más cercano a mi posición que vengan inmediatamente para sacarlos de aquí

-Entendido- se dejó oír la voz de Tashigi por medio de la radio

-¿Sacarnos?- preguntó el pelinegro- ¿De qué hablas Zoro? No entiendo nada- Luffy se rascó la cabeza y miró a Sanji, sorprendiéndose al instante de analizar el aspecto y condición de su amigo- ¡Por qué estás así de golpeado, Sanji! ¡¿Qué sucedió?!

-Fui secuestrado al igual que tú, amigo, pero no hay tiempo de explicaciones ahora- habló rápidamente el cocinero- debemos salir de aquí antes que ese maldito aparezca

-¿Secuestrado? Pero yo...- Luffy miró aún más confundido a ambos- Yo no estoy secuestrado, yo estoy aquí con mi novio porque quiero ¿No se los dije antes?

-Pero qué estás diciendo, Luffy- Zoro no pudo evitar tomar de los hombros a su amigo y sacudirlo un poco- ese yakuza miembro del clan Shinto, Enel, es el que te tiene aquí contra tu voluntad ¿Cómo puedes decir qué es tu novio?

En ese momento el pelinegro sintió un fuerte dolor de cabeza y se la tomó con ambas manos. ¿Por qué Zoro estaba diciendo eso? ¿Acaso en verdad estaba siendo secuestrado? ¿Qué acaso no estaba con él porque eran novios y se amaban?

-N-No puede ser verdad lo que dices- Luffy miró a Zoro y comenzó a llorar- Enel es mi novio, desde la universidad él...- se mordía el labio inferior- lo conozco desde hace mucho, él es el único que siempre me ha amado y por eso me pidió irme con él, porque no quiere que nos separen

-¡¿Pero qué dices, Luffy?!- habló alterado el rubio, no podía creer lo que su amigo acababa de decir- él es un maldito que te ha tenido retenido en tu departamento, dejaste tu trabajo a causa de él, te alejaste de tus amigos y tu familia por él... Luffy- Sanji apretó los puños fuertemente- ¿Qué estás diciendo?

En ese momento los pasos de alguien acercarse los puso alerta y al ver quién se acercaba hacia ellos, Zoro inmediatamente se colocó frente a Sanji y Luffy, tomó su arma y apuntó hacia la cabeza del desgraciado que le había hecho tanto daño a su mejor amigo.

-No pensé que nos encontraríamos tan pronto, policía

...

¿Y bien? Espero les haya gustado... ufff lo que se viene estará bueno y lleno de ¿madrazos? jaja 

Nos leemos pronto

Y gracias de nuevo por todo el apoyo

L@s adoro <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top