Capitulo 10.

El viaje estuvo algo cansado, Sebastián me trajo a casa y se fue para la empresa, ya que lo estuvieron llamando porque surgió algo importante,  la casa se siente completamente sola y fría, no entiendo porque falta el calor de hogar, estoy pensando en decirle a Sebas que quiero cambiar un poco esta casa ya que no tiene nada de mi agrado, pero necesito encontrar la manera, camino hacia la cocina para buscar un vaso con agua, tocan el timbre de la puerta, me apresuro a llegar para abrirla y me llevo la sorpresa de que es la misma muchacha de la vez pasada, un sentimiento extraño se apodera de mi cuerpo "¿Cómo supo dónde vivo?"

- Hola! ¿Cómo estás? ¿Qué sorpresa , vives acá? -en sus ojos veo un sentimiento difícil de explicar, cierta desconfianza crece "Deja de estar viendo películas Ariadna" - Perdona que te moleste ¿Estas ocupada, es que la verdad necesito algo de ayuda?  -la miro detenidamente y veo que  viene con una minifalda color negro, algo corta para mi gusto y una blusa de tirantes rojiza, trae unos zapatos de tacón alto, de aguja para ser mas exacta, que son del mismo color de la enagua, su cabello suelto y sedoso, en sus manos trae un bandeja tapada.

- Hola, mmm no, acabo de llegar de un paseo con mi esposo y estaba viendo lo que podía  hacer para la comida, es más que todo para pasar el rato - "Hay algo raro en esta mujer me inspira muchas cosas" sonríe mostrando sus dientes, pero la sonrisa no le llega a los ojos.

- Bueno, siendo así que te parece si tomamos un café juntas, preparé unas quesadillas y me quedaron deliciosas, en parte es para pedir una disculpa por lo sucedido aquella noche - "¿Cómo sabía dónde encontrarme? Pero bueno nada pasará si acepto además estoy sola y me haría bien un poco de compañía, también me encantaría saber que fue lo que en realidad paso esa noche y porque venia la discusión"

- No tuviste que molestarte pero claro pasa - me hago a un lado para dejarla que entre a la casa, cuando entra cierro la puerta y comienzo a caminar a la cocina - Vamos a la cocina para poner el  café - le doy la espalda para seguir mi camino y escucho sus pasos detrás de los míos.

- Tengo que admitirlo, su casa es impresionante - "Se la puedo vender pero no creo que a Sebas le agrade la idea"

- Muchas gracias, la hizo mi esposo para nosotros, no el estuvo pendiente de que la construyeran a gusto de ambos - sus pasos se detienen y me vuelvo para ver el motivo por el cual dejé de escuchar sus rechinantes tacones, su mirada esta fija en mi y rápidamente retoma el camino sonriendo.

- Que romántico, usted debe de tener mucha suerte, encontrar un hombre que haga ese tipo de cosas debe ser maravilloso - termina de decir esa palabra con un tono que no logro descifrar, pero sí puedo decir que era un poco sarcástico.

- Pues la verdad es que tengo mucha suerte, más que todo por ser la mujer que escogió para pasar el resto de su vida - llegamos a la cocina, pongo el café, me volteo y la veo sentada en uno de los bancos que están en el desayunador, su mirada está puesta en la casa no para de admirar los muebles en general. 

- La vez pasada creí que esta era la casa que estaba en venta, pero tenias razón era la del frente, de hecho ayer la compré, por eso vine hoy, otra razón es que no conozco a nadie del vecindario y me pareció que eras una mujer excepcional, entonces pensé que talvez podemos ser amigas ya que aquí no tengo a nadie - baja su mirada y noto que se ha puesto triste "Pobre mujer seguro que ha sufrido por estar sola en lugar así, debe ser feo vivir en un lugar donde nadie te conoce"

- Claro me encanta la idea, y por lo de aquella vez ya te dije que no pasa nada cualquiera se equivoca - las dos sonreímos y suena una pequeña alarma indicándome que el café ya esta listo.

- ¡Vaya huele delicioso! - este café es mi favorito, huele y sabe exquisito, voy al mueble a sacar dos tazas para tomar café, las pongo en el desayunador y sirvo.

- Gracias es mi café favorito ¿Qué te parece si vamos a tomar el café en la terraza? - asienta con la cabeza y agarramos las cosas para dirigirnos hacia allá.

- Sabes, si me hubieran vendido esta casa la compro sin pensar mucho las cosas, es demasiado hermosa, tiene todo lo que una mujer quiere y espera de su casa - "bueno damas y caballeros déjenme decirles que esta mujer esta loca a nadie le puede gustar esta casa, si no tiene vida, aunque pensándolo mejor puede que dentro de unos años se la podamos vender y así nosotros nos iríamos para la casa de la playa" sonrío por mis pensamientos pero rápidamente muevo la cabeza para alejarlos. 

- Si esta casa es hermosa la verdad me encanta, disculpa que te lo pegunte pero ¿Cómo es que te llamas? - sé que le puedo caer algo pesada por pedirle que me repita su nombre pero honestamente no soy una persona con una memoria muy buena.

- Me llamo Samanta Granados - me gusta su nombre y le va con el apellido, pero todavía no me explico como una mujer joven y hermosa se vino a vivir a un lugar tan poco lleno de vida como este.

- Es un placer Samanta, me llamo Ariadna por aquello de que te pase igual que a mí -las dos nos reímos mientras tomamos café.

- No te preocupes, desde que me dijiste tu nombre no lo olvidé - le doy una sonrisa algo forzada ya que ella sí se acordó de mi nombre pero yo no del de ella.

- Y cuéntame tienes algún esposo o novio por ahí - sé que parezco una metiche pero es mejor saber las cosas, es joven y bella lo cual puede lograr algo de celos, no debería, igual ella y mi esposo no se conocen.

- No estoy casada ni tengo novio, de hecho hace unos años estuve comprometida, pero la boda no se llevó acabo - en su mirada veo tristeza, rabia, y hace que me sienta mal por ella, porque no se que hubiera pasado si no me hubiera casado con Sebastián.

- Como lo siento Sami, ¿te puedo llamar así? Y ¿Qué pasó te engañó? - como me entristecen estas historias, porque las personas que aman no pueden hacerlo y vivir feliz.

- Si claro que me puedes llamar así, claro si te puedo llamar Ari- asiento con la cabeza para darle a entender que me puede llamar así, respira y mira la piscina - Él no me engañó es un hombre intachable, nos amábamos por sobre todas las cosas, pero para esa época yo no era suficiente para él o así lo veía su familia - veo como sus ojos se comienzan a llenar de lagrimas, me dio pesar por estar preguntando lo que no me importa.

- No me lo tienes que contar si no quieres, veo que es algo que todavía te duele - agarro la mano que reposa en la mesa y le doy un apretón para darle a entender que cuenta conmigo.

- No tranquila me hace bien hablar de esto, mis padres trabajaban en una casa los dueños eran personas demasiado demandantes tenían un hijo que vivía de fiesta en fiesta, solo sabia meterse en problemas, después de un tiempo mis padres ya no podían pagar mis estudios así que tuve entrar a trabajar en la casa como empleada doméstica y eso me llevo a conocer el amor de mi vida - de sus ojos comienzan a caer lagrimas y me dan ganas de llorar a mi también - Nos empezamos a tratar y para mi buena suerte él se enamoro de mi, cuando me lo dijo no lo podía creer, ese día pasamos la noche juntos en una casa que tenia en un campo, los meses pasaron y me propuso matrimonio - su voz se quiebra, no sé como detenerla ya que no para de contarme su desdichada historia de amor - Sus padres se enteraron el mismo día en que nos íbamos a casar y echaron a mis padres a la calle, mi padre enfermo y mi madre me llamo que estaban en el hospital, traté de llamar a su celular y no contestaba, primero estaba la familia así que me fui para el hospital, los padres de mi prometido me estaban esperan en la entrada ese día, me humillaron y me trataron como cualquier cosa - cierra sus puños y con ello aprieta mis manos más no me quejo porque siento que esto lo tiene guardado por años y la pobre necesita desahogarse.

- Nos pagaron una cantidad de dinero para irnos del pais ya tenían todo planeado, me dijeron que no era de la altura de ellos y que solo iba avergonzar a su hijo que si lo amaba no dejaría que fuera el hazme reír de todos así que me fui y juré volver para callarlos, para recuperar lo que es mío por derecho, el amor de su hijo - su historia me ha dejado sin palabras, pobre chica como ha tenido que sufrir pero a que se refiere a recuperar, será que viene por el ex prometido ¡Que romántico!.

- Y ya se han visto ¿Qué pasó con el famoso rencuentro? Sabes es una historia bastante triste pero si todavía se aman pueden luchar por lo que sienten nunca es tarde - su mirada cambia a una mas dulce y sonríe de manera que se estará acordando de algo.

- Si de hecho hace poco me presente donde trabaja y sé que siente algo por mí, lo sentí cuando nos besamos - que romántico por Dios me encantan estas historias, las dos comemos y reímos juntas esta chica me cae demasiado bien, vamos hacer buenas amigas me da pena lo que le sucedió, pero si dice que sintió que todavía siente algo por ella ojalá que luche y no se detenga.

- Entonces tienes que luchar por él - sonríe pero esta vez no llega a sus ojos y me guiña un ojo.

- Créeme eso voy hacer, voy a pelear con uñas y dientes estoy segura de que todavía me ama talvez no como antes pero lo hace y pienso recuperar su amor - suspira y las dos terminamos de tomar el café, pobre a pasado por mucho solo espero que el destino la deje ser feliz, me encantaría que llegara Sebastián para presentarlos, tengo el presentimiento de que se llevarían de maravilla los dos.

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