—No creo que sea buena idea Ámbar— Habló el señor Alfredo con rastros de preocupación en su rostro.

—Tal vez me caí por perder el equilibrio— respondió la rubia sabiendo bien que eso no era verdad —Voy a volver a la mansión y todo volverá a ser igual, no te preocupes.

Alfredo asintió no muy convencido, no importará que insistiera, Ámbar no pensaba en volver a ponerse en contacto con su madre.

La silla de ruedas sería la nueva acompañante de la rubia, tan sólo unos meses, y ya la esperaba para salir del hospital.
La tristeza la invadía sabiendo muy bien la razón. Él lo era, Simón.
Salir acompañada solo por Alfredo y los Valente —que habían estado tan preocupados por ella— y no ver por ningún lado a Simón, le producía un vacío profundo.

La gran camioneta por la que se retiraron se componía de tres asientos. En el delantero se encontraba Tino y Alfredo, en los siguientes Mónica y Miguel; finalmente en el último las dos adolescentes.

Luna miraba hacia la ventana sin dejar de fruncir el ceño ni dejar la pose de brazos cruzados.

—¿Luna éstas enojada?— preguntó Ámbar mirando a la mexicana pero sin recibir la misma acción.

No respondía.

—Luna en serio— Insistió la rubia.

—Basta— murmuró alejando su brazo de la mano de la rubia, que intentaba acariciarlo.

—¿Hice algo?

A la antigua Ámbar le hubiera importado nada lo que pensara Luna de ella. Pero hoy no era así.

—Si lo hiciste— siguió murmurando enojada —Cambiaste a mi amigo, lo llenaste de todo el odio que tienes y ahora el lastima a todo el que ve, como tú.

—Creo que yo no fui la que lo dejó de lado en varias ocasiones.

Luna la miró enojada, la rubia nunca la había visto así , era como si una gran angustia, tristeza y odio se le acumulará.

—No te quiero ver NUNCA MÁS cerca de él— elevó su voz pero no lo suficiente para llamar la atención —No harías más que lastimarlo.

—Hemos llegado señores— Anunció Tino al frenar el auto en la Mansión Benson.

Ámbar secó rápidamente la lágrima que caía sobre su mejilla, mirando como Luna bajaba dando un portazo, todos se quedaron atónitos.

¿Que habría pasado como para que Luna se quejará de la actitud de su amigo? Sí hasta el momento no lo hacía  ¿Acaso volvieron a discutir? ¿él había hecho algo terrible?

Las preguntas no paraban de llegar a la cabeza de Ámbar, que ya estaba en su habitación descansando.
Se sintió mal al ver que ya nadie estaba a su lado, la soledad se apoderaba de su al rededor, las lágrimas saladas la invadían en segundos y la preocupación no se podía alejar.

—Creo que te diste cuenta que vivir rodeada de estos lujos era la mejor opción— Sharon interrumpió sus pensamientos —Y más te vale no haber hablado, porque podría hacer algo peor.

Esa voz grave estremecía a Ámbar pero más pensar en qué sería capaz esa mujer, aunque tan solo se haya retirado y ofreciéndole más preocupaciones a la rubia.

«No podría hacer nada esa vieja»

«¿Como estas tan segura Olive?»

«Siempre tengo razón Nini por favor...»

«Ámbar... ya hablá con Simón »

«¿No te das cuenta que la odia Sherrie? ¿Quien no odiaría a  este ser tan vil?»

«No deberías pensar así de ella Bree»

«Solo soy realista, idiota, se merece estar así e imaginar voces de lo sola que está. Al fin y al cabo sus actos malignos tendrían consecuencias. Se está volviendo loca, estúpida Gigi ¡despierta!»

—Yo no estoy loca— Habló Ámbar asustada y mirando paulatinamente a su alrededor.

«Claro que sí, estas tan solita pequeña Ámbar, imaginas gente que te pueda hablar de lo escasa de compañía que éstas»

«Ya basta Bree, la harás llorar»

«Ah...cierto que la bebé llora cada dos segundos, perdonen por mi sinceridad»

—¡Ya basta!— Ámbar gritó con todas sus fuerzas con la esperanza de silenciar aquellas voces.

—¡Ámbar!— Alfredo abrió la puerta con temor —¿Estas bien?

«Está bien loquita»

Ámbar empezaba a odiar esa irritante voz, sabía perfectamente que era de esa tal “Bree”.

—Si...si Alfredo estoy bien.

Este se retiró dedicándole una sonrisa.

«¿Cuánto le habrá salido esa dentadura falsa? ¿Que pensáis ustedes?»

Algo le decía a Ámbar que esa voz era de Gigi, un acento español con toques similares a la voz de Jim. Era agradable.

—Falsa debe ser la de Sharon— Ámbar rió sola pero sabiendo que a su lado se reirían las demás, eso la impulsaba a sentirse acompañada.

«A ti no te sale, callate» Otra vez la terca de Bree.

«Ámbar, ignora a esa amarga»
Esta era Olive, reconocida por ser la primera en hablar en la consciencia de Ámbar.

«Amarga tu abuela muerta, estúpida»

—Tenés un nombre tan lindo para ser así de gruñona— Ámbar rió por lo bajo al escuchar los "ohhhh" de las otras. Obvio que exceptuando a Bree.

«Lindo era tu Simoncito oh...quiero decir Simón, el ya no es tuyo...no te quiere ni ver»

«Estúpida, mis sentimientos, idiota» Esta era Sherrie, pareciera ser Simbar shipper.

—Voy a volver con el ya lo veras amarga— Ámbar habló amenazante.

«Ya lo veremos»

«¿Estas segura Ámbar? ¿No pasarán problemas? ¿Discutiran otra vez?”

La insegura de Nini...Ámbar recordaba a la tímida de Nina al escucharla hablar de tal modo.

—¿Se pueden ir?— La rubia suspiró abrumada y se recostó con cuidado.

•••

Simón pov
[Día de la discusión]

—No podrías tener el potencial, no te ves tan...

—¿Cómo un chico malo?— fruncí el ceño dejando escapar una pequeña carcajada cínica.

—Tiene el potencial Jojó, me contaron que golpeó a Matteo Balsano, tu primo más detestado— Informó Billy mientras prendía un cigarrillo.

¿Como sabían tantas cosas del Roller estos tres?

—Podría... pero se me ocurre algo— Señaló hacía un lado —Ve y empuja a esa enana.

—¿Luna?— Pregunté frunciendo el ceño y dejando escapar el humo provocado por estar fumando.

—Exacto...la novia de Matteo— Jojó comenzó a reír maliciosamente—Solo es un empujoncito ¿Ya no es tu amiga verdad?

Negué mordiendo mi labio inseguro.

—Esto se va a poner bueno— Habló Rafael mientras se unía a su risa —Ve niño malo, demuestranos que tienes potencial.

Esto podría causar problemas ¿Que más daba? Luna ya no era mi amiga y ayudaría a vengarse a Jojó de ese odioso italiano.
Un favor para ambos, ver sufrir a ese tarado.

Puse en marcha la moto estirando mi cuello hacia los lados y apretando mi mandíbula.
Me acerqué peligrosamente a ella unido de los otros.

—¿Simón?— Fruncio el ceño confundida —Te busqué por todos lados.

—¿No tienes otra cosa qué hacer enana? Todo el día pegada a mí cómo un chicle— Hablé demostrando odio y pude escuchar la risa de los otros tres.

—Oye ¿Qué te pasa?— Se veía triste ojala tuviera a alguien que le importará ese mínimo detalle.

Reí maliciosamente y la empujé provocando que caiga al piso —Y deja de seguirme.

Me marche junto a los otros tres sin dejar de reír, era genial estar a su lado.

Ya no sería ese idiota que piensa en los demás antes que a él. Ya no.

—Me haz sorprendido hermano, te lo mereces— Jojó me entregó la chaqueta mientras demostraba aprobación en su rostro.

—Mucho mejor que Ivan, bienvenido a los escorpiones viejo— Habló Billy mientras estrechábamos manos.

—Ahora a celebrar— Anunció Rafael antes de que bebiéramos juntos una cerveza.

Que Matteo se preparé para lo que le espera.

-•-

Bueeeno ¡esto es todo por hoy! Sentí que debía cambiar un poco algunas cosas.
Simón debía mostrarse más malo ,en mi opinión, y quería que se reflejará la depresión de Ámbar mediante voces que la acompañen (antes de que hable con el espejo como en la serie).

Solo esperó que les guste como está quedando ¡no se olviden de votar y comentar qué les pareció, los amo!❤