-022-

_POV Camila _

UUna llamada de Aaliyah iluminó la pantalla de mi teléfono, y decidí contestar.

— Camila — resonó la voz preocupada de Aaliyah al otro lado de la línea.

—Hola, Aaliyah — respondí.

—¿Está Shawn contigo? — preguntó, y su tono denotaba preocupación.

—No, Aaliyah — contesté. — Hace tiempo que no hablo con él. ¿Pasa algo?

—Andrew nos llamó diciendo que no está en la disquera, pero tampoco se encuentra en ninguno de sus departamentos. Dejó su celular en la oficina — explicó Aaliyah, su preocupación palpable en cada palabra.

En ese momento, sentí un nudo en la garganta, de esos que amenazan con hacer que vomites pero que permanecen ahí, apretándote. Quería llorar.

—Entendido. Voy a buscarlo y si tengo alguna información, les aviso — prometí antes de terminar la llamada.

En ese instante, agarré mi chamarra y mi celular, salí del hotel a toda prisa y tomé un taxi, decidido a buscar a Shawn por cada calle de Los Ángeles.

La desesperación y el miedo de que algo malo le ocurriera hacían que mi corazón latiera más rápido que nunca. No podía evitar pensar en lo peor, y las lágrimas seguían surcando mis mejillas. En ese momento, me di cuenta de una verdad innegable: amo a Shawn con todo mi corazón. No puedo soportar la idea de que algo le suceda.

Recordé con dolor aquella noche en la que me fui de la casa de Shawn aquí en Los Ángeles. Él suplicaba con lágrimas en los ojos que no me fuera, que yo era el amor de su vida. Pero no le di la oportunidad de explicarme lo que había pasado.

(...)

Dos horas después de buscar a Shawn por cada calle de Los Ángeles, recibí una llamada de Aaliyah.

—¿Sabes algo? —preguntó al otro lado de la línea.

—No, nena. —solté un sollozo y colgué.

Lo primero en lo que pensé fue en el aeropuerto. Le dije al chofer que acelerara lo más que pudiera, no me importó cuántas reclamaciones ganaría.

Al llegar al aeropuerto, no supe a dónde dirigirme, pero fue lo único que se me ocurrió.

—Quiero un boleto a Toronto lo más rápido posible, por favor —le pedí a la señorita encargada de la aerolínea.

—Claro que sí —respondió. Me dio un boleto que saldría en dos horas y llegaría a Toronto a las 12:30 am.

Esperé una hora hasta que decidí cancelar el boleto.

—Perdón, quiero un boleto para el próximo avión que salga a San Francisco —dije apresurada.

Este boleto saldría a las 4:00 am.

(...)

Al llegar a San Francisco, pedí un taxi hacia Baker Beach sin tener idea de lo que me esperaba. Eran aproximadamente las 5:30 am.

Cuando llegué a la playa, me quité los tacones para poder correr más rápido. Me detuve de golpe al ver a lo lejos a un chico sentado en la arena. Era castaño, vestía una camiseta negra y unos jeans algo rotos, con sus zapatos a un lado.

Evidentemente era Shawn, jugaba con desgana con la arena, pero luego se levantó y entró al agua, pateándola y haciendo que salpicara un poco. Parecía estar llorando. Regresó a la arena y se sentó, sin esconder sus sentimientos.

Corrí lo más rápido que pude, pero él no me notó hasta que me senté a su lado.

Sin voltear, dije:

—Me asustaste.

Él volteó hacia mí, dedicándome una sonrisa, y dijo:

—Lo siento, no tenía idea.

En ese momento, no pensé en nada más y lo besé. Sentí sus lágrimas en mis labios y me separé para tomar aire, juntando nuestras frentes mientras permanecíamos con los ojos cerrados. Parecía que el tiempo se detenía junto a él.

—¿Cómo supiste que estaría aquí? —rompió el silencio Shawn.

—Una vez, el amor de mi vida me prometió amor eterno justo aquí, y nos dimos nuestro primer beso. Sabía que estarías aquí. —respondí con una sonrisa.

Pasó un tiempo y Shawn y yo seguimos abrazados.

—¿Nos vamos?—pregunté, mirándolo a los ojos.

—Claro—respondió y volvió a besarme.

—Entonces..., ¿me dirás por qué te descontrolaste? Tu familia está preocupada. —hice una mueca— ¿Shawn, qué ocurre?

—Recibí una carta de Tina. —sus ojos se cristalizaron— También escribió una para ti. —me extendió un sobre.

—¿Una carta? —reí— ¿Acaso, Mar no sabe que eso es antiguo? —bromeé, pero a Shawn no le dio ninguna gracia. Enseguida cambié mi expresión— ¿Se pelearon?

—Mila, Tina..., se suicidó.

Me quedé en blanco y sentí cómo mi sangre se helaba. No pude articular nada.

—Es broma. —hablé seria. Él negó— ¡Es una maldita broma! ¿No? —me tiré al suelo a llorar.

—Cariño —dijo Shawn poniéndose en cuclillas, derramando lágrimas.

—Es una broma. —dije sollozando— Mar, no me hagas esto. —dije en voz alta.

Cerré mis ojos, tratando de que al abrirlos, solo sea una pesadilla.

—Cariño, vámonos, vendrán paparazzi, y no quiero que nos vean en este estado.

No tenía fuerzas, pero asentí.

Con la mayor discreción, tomamos un taxi y nos hospedamos en una habitación de un hotel de California.

Shawn salió de bañarse en bata y me observó.

—¿Cómo estás, tan seguro de que sea cierto, Shawn? —pregunté, la cabeza me daba mil vueltas.

Él desvió la mirada, suspiró y me volvió a mirar, tomó asiento a mi lado y empezó a hablar.

—Alice se acercó al estudio, me extendió los sobres, y me dijo que Tina lo envió antes de marcharse a Argentina.

— ¿Qué decía tu carta? —su respiración empezó a dificultarse.

—Que no sea un idiota y luche por ti, que no me rinda fácilmente. —cayó una lágrima en su ojo derecho— Que tú y yo somos almas gemelas. —me miró y mis ojos se cristalizaron— Que siempre seremos su pareja favorita. —tragó saliva— Que te cuidé mucho. —rompió en llanto, al igual que yo— Enseguida supe que algo estaba mal cuando noté que se estaba despidiendo. La llamé, traté de localizarla, pero no contestó. Llamé a su casa, y me contestó Sofía, su amiga.

—¿Y qué te dijo? —pregunté con la voz quebradiza.

Flashback de Shawn:

—¡¿Hola?!, ¿Tina?

—¿Shawn? —se oyó una voz llorosa—. Soy Sofía, la amiga. —sonó su nariz.

—¿Sofía, ya sabes hablar inglés? —dije asombrado, pero me estaba yendo de tema—. Lo lamento..., Oye, ¿me pasas a Tina? La marqué, y no me atienden, no entiendo la carta que me envió. —dije confundido.

—Shawn... —se oyó otro llanto—. Mar se suicidó. —contestó ella, y se echó a llorar escandalosamente.

—¿Qué? —pregunté seco, dejándome caer en el sofá—. ¿Cómo? No lo entiendo... —sentí las lágrimas caer por mis mejillas.

—Su papá la encontró inconsciente en su cuarto, la autopsia determinó que fue por sobredosis.

¿Sobredosis? ¡Eso es absurdo! Ella no se drogaba.

—¿Qué carajo? —dije enfadado—. ¡Ella no se droga!

—No, Shawn, no por drogas. —pausó—. Fue por antidepresivos.

Sentí como una parte de mí moría en ese instante.

—No, no, no. Mi Tina, no. —la respiración se me empezó a entrecortar.

Corté la llamada y tiré el móvil. Sin más, salí del estudio con sus cartas en mis manos.

Esto es una maldita pesadilla.

Fin del flashback de Shawn.

_fin flashback de Shawn_

me tape la boca con ambas mano, reprimiendo llorar. pero era absurdo.

Me tapé la boca con ambas manos, reprimiendo las lágrimas, pero era absurdo.

—En mi carta... —dijo pensativo—. En mi carta, me confesó que estaba embarazada. —Lo miré asombrada—. Según decía ahí, de unos meses. —Pausó y volvió a hablar—. Ella estaba segura de que era de Nathan. Se lo iba a confesar... pero cuando él le dijo que se casaría y estaba esperando un hijo de otra mujer, de quien se había enamorado, decidió guardar el secreto y ser madre soltera. —Se limpió las lágrimas—. Creo que eso la hizo llegar a la decisión que tomó. —Cerré mis ojos. Era mucha presión.

Solo de pensar en el peso que Mar llevó sobre sus hombros, me estremezco. Cargar con la presión de un bebé por nacer, saber que sería madre soltera mientras su amor la había dejado atrás y el hijo que esperaba pertenecía a él, todo eso le costó la vida.

Y reflexionar sobre cómo la acusé de ser la amante de Shawn cuando en realidad no tenían nada, me hace cuestionarme si tengo alguna responsabilidad en su trágico final. Ella llevaba consigo una carga abrumadora.

Y no pudo encontrar otra salida más que quitarse la vida.

Tomaba antidepresivos mientras estaba embarazada.

Mar, ¿qué has hecho? ¿Por qué no pediste ayuda? ¿Por qué no puedo retroceder en el tiempo y ayudarte?

Shawn se acostó a mi lado mientras ambos llorábamos en silencio.

Después de unos minutos, él se durmió.

Me incorporé y sequé mis lágrimas. En el borde de la cama, estaba la carta que Martina había escrito para mí. Observé a Shawn, que dormía tranquilamente, y decidí encerrarme en el baño para leerla.

(✿)


Querida Mila,

Si estás leyendo esto, significa que la carta finalmente te ha llegado, aunque no estoy segura de dónde pudo haberse perdido en el camino. En fin...

No soy muy buena escribiendo cartas ni expresando mis sentimientos, pero quiero que sepas, ahora y siempre, que eres lo más hermoso que me ha sucedido. ¿Quién hubiera pensado que mi ídola sería mi mejor amiga? He cometido tantos errores a lo largo de estos cuatro años, errores de los que me arrepiento profundamente. Ojalá tuviera el valor de decírtelo en persona, pero soy una cobarde, y no me atrevo. Siempre serás mi hermana, porque así lo siento en lo más profundo de mi corazón. Me arrepiento enormemente de mis estupideces, y tú no mereces que nadie te lastime. ¡No permitas que nadie te haga daño! ¿Me escuchas, cabello?

Sobre Shawn... Dale otra oportunidad al tonto. Ambas sabemos que es un ángel y que haría cualquier cosa por ti. Los amo demasiado, son mi pareja favorita. Se los he dicho un millón de veces, pero ¿qué más da?

Joder, Camila, me duele mucho despedirme de ustedes. Los extrañaré demasiado. Pero yo ya no sirvo para estar aquí. No puedo soportar hacer daño a las personas que amo. Me entrometí en la vida personal de los demás y fui egoísta al pensar solo en mí y no en el daño que causaría a los demás.

No dejes que nadie apague tu luz, Camz. Extrañaré mucho llamarte así. No dejes de cantar; tu voz angelical es única, al igual que tú. Que nadie apague tu hermosa sonrisa y tu carisma.

Llevo conmigo todos los hermosos recuerdos que compartimos juntas: las salidas de chicas con Aaliyah, nuestra primera vez juntas, tu preocupación por mí, nuestras videollamadas, las pijamadas o las burlas que hacíamos a Shawn por su pésimo español.

Camila, eres un arte. Nunca lo olvides. Tú y Shawn siempre serán lo más importante para mí. Gracias por dejarme permanecer en sus vidas. Lamento profundamente mis errores. No es lo mismo decirlo en una hoja que decirlo en persona, pero esta es mi forma de disculparme contigo y de irme en paz.

No sé si ya te lo he dicho, pero estoy embarazada, y estoy sufriendo mucho. El bebé no debe pagar por mis errores, pero tampoco quiero darle una vida sin un padre. ¿Qué debo decirle cuando el niño empiece a preguntar por su padre? ¿Que se casó con alguien más y tuvo otro hijo con otra persona porque yo le rompí el corazón? ¿Eso debo decirle? No tengo el coraje. Es mejor ahora, cuando no sentirá dolor y estará en un lugar mejor, sin problemas. Ambos estaremos allí. También quería decirte que me encantaría que fueras la madrina. Quería que tú y Shawn le pusieran nombre y que fueran sus padrinos. Me imagino a ambos malcriando a mi hijo: Shawn dándole clases de guitarra y tú, enseñándole a cantar o incluso haciendo payasadas. Iba a tener los mejores padrinos.

Espero que después de leer esto, tomes conciencia y veas que Shawn es el amor de tu vida. Porque si no es así, te regañaré.

Bueno, es momento de despedirme.

Nunca dejes de ser tú, ¿vale?

Te quiero muchísimo, Mila.

Nunca lo olvides.

Brilla siempre.

Te amo.

Martina.    


Me arrodillé, dejando caer un torrente incesante de lágrimas.

Mar, nos  abandono.

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