Narra Rebecca:

Anoche casi ni dormí pensando en que hacer con lo de Brian, ¿le hablaba o no le hablaba? Si le hablaba hoy pensaría que no puedo vivir sin él y si le contesto muy tarde va a pensar que no me importa, pero algo interrumpió mis pensamientos, mi celular vibraba y me dí cuenta que me estaba llamando.

- Hola ma -

- Hola hija, ¿que hacías? -

- Nada aburrida ma, ¿ustedes? -

- Tú padre se fue de viaje y yo estoy viendo que hacer, ¿qué te parece si nos vemos en el centro comercial? -

- Me parece bien -

- Bueno hija, nos vemos a las 6 de la tarde -

- Dale ma -

Fin de la llamada.

Acepté la invitación de mamá para distraerme con el tema de Brian, y aparte para no estar aburrida en casa.

Me dí cuenta de que tenía que comer algo, así que preparé una ensalada de tomate y me hice 2 milanesas, mientras ponía la mesa escucho mi celular vibrar, pero era algo de Instagram así que no le dí importancia.

A las 5:30 ya casi estaba lista, me había puesto ropa cómoda un jean suelto y una remera grande pero que quedaba bien para salir. Cuando ya llegué al centro comercial no sabía para que lugar ir, mi madre no me dijo en que sitio nos reencontrábamos, en eso siento que decían mi nombre pero no sabía si era yo pero igualmente miré hacía el lugar y me llamaban, resulta que era mi madre con una señora que me parecía que la conocía, ella venía con un chico que se veía de mi edad.

Mi mamá era muy linda y se cuidaba muy bien, ella tiene el pelo negro y una cara muy linda, muchos dicen que nos parecemos y en algunas cosas es así. La señora que va a su lado tiene el pelo algo rubio y es alta, parece que es muy coqueta y tiene los ojos negros, su hijo tiene el pelo igual que ella pero los ojos son una mezcla de verde y azul.

— Hola hija, te presento a mi amiga Ana y a su hijo Julián — dice mi mamá contenta.

— Hola ma, un gusto señora Ana — dije yo siendo amable.

— El gusto es mío tú mamá me ha hablado mucho de ti, no me digas señora me hace sentir muy vieja, dime Ana
— dice Ana muy amablemente con un acento raro.

— Está bien le diré Ana, mamá no me ha hablado de usted — dije a lo que mamá me mira.

— Es cierto, no he tenido oportunidad de hablar, ella y su hijo se acaban de mudar acá son de Londres, nos conocemos de hace muchos años.

— Ah bueno, ¡Bienvenidos a Argentina! — dije contenta de conocer gente de otro país.

— Gracias linda.

— ¿Dónde quieren conocer primero? — dice mi mamá.

— Algún lugar para comer algo — dice por primera vez el chico, y tiene una muy linda voz.

— Si quieren hija vayan ustedes a comer algo y nosotras a mirar las tiendas — dice mi mamá.

— Bueno — decimos yo y Julián al mismo tiempo.

— ¿Vamos Ana? — dice mi mamá.

— Si, Julián cualquier cosa me llamas — dice Ana.

— Ok — dice él.

— ¿Qué querés comer? — le pregunté.

— Sólo lo hice para hablar con vos, pero igual tengo algo de hambre.

— ¿Así sos con todas? — le dije algo enojada.

— No, al contrario ellas quieren estar conmigo — dice él.

— ¡Muy creído! — dije cruzando los brazos.

— Linda quiero comer una dona, ¿me dices dónde puedo comprar?

— Cambiando de tema señor creído, si quieras vamos a Dunkin Donuts.

— ¡Si! — dice él como niño chiquito.

Estaba en el 3er piso y nosotros en el 1er piso, tuvimos que subir por las escales ya que Julián tenía miedo a las escaleras mécanicas, cosa que me dió mucha risa. Luego de 40 minutos llegamos por fin ya que se me hizo interminable llegar a Dunkin Donits pero para nuestra mala suerte estaba cerrado.

— ¡No puede ser!— dije frustrada.

— No pasa nada linda, comemos otra cosa — dice él tratando de calmarme.

— Bueno — dije un poco más tranquila, pero en el fondo estaba enojada.

Continuará..

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¡Volví! Luego de mucho tiempo.

Espero les guste este capítulo.

¿Quieren conocer al chico?

¿Que dicen de este chico?

Chico de Londres eh.

》Capítulo Editado《