Capitulo 12

–¿Se puede saber por qué rayos me trajiste al museo?

–Ya vas a ver. Tienes que dejar de ser tan impaciente.

–Acabas de decir una de las cosas que más me describen, princesa.

–Al menos lo admites.

Clay rodó los ojos con una sonrisa divertida en su rostro, mirando a los alrededores del museo que él y sus amigos habían "visitado" la noche anterior, pero que no había podido detallar debido a que fueron directo a la Galería Villanos. Rió para sí mismo al recordar la expresión en el rostro del guardia de seguridad cuando lo vio entrar al museo, como si hubiera visto a Stoneheart en persona.

Aunque, bueno, todos decían que él se parecía bastante a su madre.

Siguió a la princesa hasta un área que tenía como nombre "Héroes de Knighton", donde estaba reunida la mayor cantidad de personas rodeando las estatuas o cuadros esparcidos por toda la sala. Nadie pareció reconocer a Macy, ya que ella traía puesta la capucha de su chaqueta gris, lo que les permitió seguir caminando con relativa tranquilidad.

Y digo relativa porque obviamente todos reconocieron al hijo de la bruja de piedra.

Lo bueno es que todos fueron inteligentes y decidieron ignorarlo.

–Entonces– habló Clay, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón, mirando distraídamente una estatua de Ned Knightly –Traes un villano al área de héroes de Knighton. Eso como que no tiene mucho sentido, ¿no crees?

Macy rió, acomodando la capucha de su suéter.

–Hay muchas cosas que no tienen sentido– respondió.

–Respuesta sabia.

–Ven, es por aquí.

Doblaron en una esquina y caminaron un par de metros más cuando se toparon con una puerta. Macy se detuvo frente a ésta, quitándose su bolso para sacar una llave de uno de los bolsillos y volverlo a sus hombros. Clay solo la observaba en silencio, siendo, como había dicho unos minutos antes, impaciente.

Unos momentos después la puerta ya estaba abierta y Macy, luego de asegurarse que nadie estuviera cerca, metió a Clay ahí de un empujón tomándolo desprevenido y al entrar ella, volvió a cerrar.

–Pudiste, no sé, haberme avisado que me ibas a tirar aquí dentro, ¿no crees?– le dijo Clay desde el suelo, sentado de piernas cruzadas como indio.

Rodó los ojos, divertida de cierto modo.

Jousting siempre le decía que de los dos Moorington el inmaduro era Fletcher, pero la verdad es que Clay también es un poco inmaduro.

Clay se levantó, sacudiéndose los pantalones y acomodándose en bolso sobre sus hombros. Sin decir otra palabra a la pelirroja, se dio vuelta, comenzando a explorar la habitación aparentemente secreta y a la que solo la familia real tenía acceso. Había algunos cuadros, armas dentro de cajas de cristal, nada fuera de lo común, o al menos eso pensaba hasta que se topó con una pintura de enmarque dorado y brillante, donde estaban reflejadas dos personas muy conocidas para él.

–¿Qué mier...? ¿Los padres de Lance?– murmuró, pero lo suficientemente alto como para que Macy lo escuchara, y ella, soltando unas risitas, se paró a su lado.

–Cuthbert Richmond, y su esposa, Goldie Richmond. Aunque ya los conoces– dijo, colocando las manos tras la espalda. Clay la miró, curioso –Cuthbert provenía de una familia de caballeros respetada, incluso él fue caballero, pero la codicia y la envidia lo cegaron a él y a su esposa, y ambos terminaron queriendo robarse todas las riquezas de su aldea y las de los alrededores para sí solos. Solo lograron robar unas cuantas aldeas pequeñas antes de que los aprisionaran y los condenaran al exilio a la Isla de los Perdidos. Lance aun mantiene su emblema, el caballo blanco, y parece que un par de cosas más.

–Y a ese par de cosas, agrégale lo vanidoso y "reina del drama"– dijo Clay con una sonrisa burlona.

Con un gesto de cabeza, Macy le señaló a Clay otro cuadro a unos metros más allá, y él fue a verlo quedando tan sorprendido como con el de los padres de su engreído amigo rubio.

–Así que esta es Whiparella cuando no se esmeraba en dar miedo– miró el cuadro, viendo a la mujer de cabello negro, vestido blanco y diadema de flores blancas sosteniendo un ramo de rosas del mismo color de su vestimenta.

–Su nombre era Whitney Scare, una de las mujeres más dulces y tiernas de todo Knighton por lo que me contaron mis padres– dijo Macy –Su historia es la clásica historia de amor loco y despecho: ella estaba muy enamorada del padre de Aaron, Archie Fox, también caballero, arquero en realidad.

–¿Por eso propusiste que él practicara arquería?

–Eres listo, Moorington– le sonrió la princesa, y luego continuó con su explicación –Resulta que ese amor que ella sentía, no era un amor correspondido, y cuando Sir Archie se casó con su actual esposa, lady Alana, enloqueció. Utilizó magia negra para crear sus látigos, para así impartir miedo, haciéndole honor a su apellido; la dulce mujer que alguna vez fue desapareció por la furia y los celos, y se convirtió en Whiparella. La atraparon y exiliaron cuatro años después de que se creara la Isla de los Perdidos, pero, curiosamente, el mismo día que la exiliaron desapareció el hijo menor y recién nacido de los Fox, que ya te podrás hacer una idea de quién es.

–Aaron– concluyó Clay, y Macy asintió –¿Y por qué nunca lo buscaron?

–Nadie quiso, ya sabes: la villana más terrorífica de toda la historia. Ni siquiera el mismo Archie Fox se ofreció. Y los Squierbots que se encargaron de que llegara a la Isla jamás volvieron– ésta vez Macy se encogió de hombros –Supongo que solo lo dieron por muerto. Whiparella le dejó su apellido de nacimiento, tal vez por amor a Archie, u otra razón más desquiciada que pase por su cabeza; pero le negó su emblema, el zorro (como cosa rara), y le dio el suyo propio, las serpientes.

–Ok, interesante. Aaron va a enloquecer si se lo cuento– dijo el hijo de villana con toda tranquilidad, Macy iba a preguntar la razón pero él se adelantó –Eso explica tantas cosas. Demasiadas.

Clay se dio media vuelta para seguir viendo los demás, mientras que Macy suspiró, sin poder evitar esbozar una pequeña sonrisa. Los villanos podían ser tan extraños, pero eso los volvía tan interesantes.

–Eh, princesa...

–Dime.

–Por aquí leo 'Moorington'.

El castaño veía con confusión la pintura de una mujer sonriente, vestida con túnica de bruja negro y rosa y sosteniendo un báculo mágico. Lo que más le llamaba la atención eran sus ojos, tan azules como un zafiro, idénticos a los de su hermano y a los suyos.

Era su madre.

–Creo que ella no necesita presentación– volvió a ver a Macy.

–No, no, quiero escuchar la historia completa. Con presentación y todo– le dijo. Macy también lo miró y asintió.

–Ruina Stoneheart, antes llamada Wanda Moorington, era miembro del Consejo de Hechiceros junto con Merlok. Nadie sabe con exactitud qué fue lo que la corrompió, dicen que fue magia negra o una maldición, lo único que se sabe es que Merlok tuvo que utilizar un hechizo para detenerla que se desvaneció al entrar a la Isla de los Perdidos ya que, bueno, ya sabes, la barrera hace que la magia no funcione. Llegó poco después que Whiparella. Lo que nadie, absolutamente nadie sabía era que ella estaba embarazada– Macy le lanzó una miradita y Clay no pudo evitar sonreír levemente –Tienes el apellido de tu madre porque tu padre no respondió por ti por alguna razón aparente, ni siquiera se sabe quién es.

–Otro misterio a la lista de los Moorington– bromeó Clay y Macy rió –Aun tengo una pregunta. Mi emblema, ¿no son las gárgolas, verdad?

Macy negó, señalando al fondo de la habitación donde había una sábana cubriendo quién sabe qué. Clay se acercó y de un jalón quitó la sábana, abriendo los ojos en sorpresa al ver no tres, sino cinco escudos colgados en la pared, los colores de los emblemas que alguna vez debieron ser brillantes ahora eran opacos, como si llevaran en ese lugar mucho tiempo.

El escudo del extremo izquierdo era un toro amarillo, el que le seguía era un dragón rojo. El del extremo derecho era un caballo blanco y a su lado un zorro anaranjado. Pero el del medio fue el que más le llamó la atención.

Era un halcón bicolor, azul y blanco.

–Dicen que el halcón representa el éxito y la victoria– Macy se paró a su lado, frente al escudo del dragón pero mirando el del halcón –También...

–la capacidad de ser un guardián y de defender sus cosas, la libertad y la determinación– se volteó a la princesa al sentir que ella lo miraba, y por algún motivo se sintió tímido. Volvió a ver al escudo como para que Macy no se diera cuenta –Lo leí en algún lado, no te creas.

Macy volvió a sonreír, viendo también el escudo de dragón frente a ella. Claramente había notado la repentina timidez del chico Moorington, pero no iba a molestarlo con eso.

Clay se quedó viendo el escudo con el emblema de halcón.

Su verdadero emblema familiar. 


Publicación de la nueva versión de La Luna que Brilla. Búsquenla en mi perfil como "NEXO KNIGHTS: Eclipse"

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