|1.4| Al filo del peligro
Año 2016.
Tokio, Japón.
13 de abril.
Noche.
Estación de metro.
Sasuke les dedicó una mirada vacía tras lanzar la amenaza, sus palabras contradecirán sus acciones, pero no habría problema, se dijo, pues consiguió el efecto que anticipó: miradas atemorizadas y cuerpos tensos, ojos fijos en él a la espera de un ataque.
Dio medio paso y ellos retrocedieron un poco. Se recordó que no debía matarlos. Ocasionaría una severa problemática con Iván, de por sí la inconformidad ante la aparición de Minato en la ciudad dejaba una brecha enorme, él no sería el causante de una pelea a muerte con el Alfa. Por más que estuviera dispuesto a afrontarlo, no quería darle un dolor de cabeza a Kakashi.
Quiso maldecir. En otra situación no dudaría en clavarles la punta del arma en el corazón evitándose situaciones innecesarias.
Se fijó en Sakura y lo asustada que se veía. Ella destilaba pavor en su graciado rostro, y sus ojos verdes atentos en cada uno de sus movimientos, aclarando que no sabía en quién confiar. Reprimió un gesto, no era un secreto lo amenazador que se veía y más cuando las intenciones eran más que claras.
Alejó el pensamiento que apenas se formaba en su mente.
Con un gesto, se adelantó rápidamente sin dar tiempo a los hombres en reaccionar. Agitó la katana al sujeto que agarraba firmemente a Sakura. Primero debía conseguir que la soltara y luego deshacerse de ambos, no quería arriesgarla de ninguna forma, si algo le llegara a suceder en su presencia Kakashi lo degollaría vivo.
O esa fue la excusa que inventó en un inútil esfuerzo en esconder la repentina agitación de su ser, más tarde se encargaría de engañarse por el resto de la semana con cualquier excusa carente de sentido con tal de ocultar la verdad que lo persigue todo el tiempo.
El de ojos rojos esquivó la cuchilla, alejándose a trompicones del chico mientras su compañero se abalanzaba a la pelea.
Sasuke lo derribó asentándole un golpe en el tórax, se giró a su otro oponente, y antes de avanzar, una mano lo agarró del tobillo. Al moverse chocó con el tubo cerca de la puerta y su cabeza retumbó. El suelo seguía dando vueltas cuando se incorporó de sopetón y ladeo la katana rozándole la pierna a su contrincante. Apenas le hizo un rasguño.
Esto de no matarlo comenzó a frustrarle, sobre todo al ver que Sakura era arrastrada al otro extremo, cerca de la puerta que daba a las vías. Percibió sus gritos y vanos intentos de zafarse de los brazos.
Se apresuró a ir, mas lo detuvo el hombre antes tirado en el suelo, se encaramó sobre su espalda pasándole el brazo por el cuello, asfixiándolo. Sasuke llevó ambas manos a los brazos y puso resistencia intentando respirar.
—Quién iba a imaginar que un Mestizo me daría dificultades —rugió el hombre-lobo contra su nuca.
Sasuke apretó los dientes y sus ojos se dirigieron a la entrada del vagón dónde el otro hombre hacia un gran esfuerzo por llevarse a Sakura que lanzaba alaridos, removiéndose bruscamente entre sus brazos, resistiéndose a salir del vagón.
—Oh... —Captó su mirada petulante—. No te preocupes por ella, es una fierecilla. Me pregunto... ¿Qué tan resistente será?
Aquella insinuación fue suficiente para él. Repudió de tal pensamiento. Rio internamente y al azar se preguntó como sonaría los huesos de su nuca al ser destrozada. Por un segundo estuvo tentado a ignorar las advertencias, darse la vuelta y clavarle la espada en el corazón.
Pero no lo hizo.
Seguía lamentándose en silencio su inoportuna decisión, pero no quería darle más controversias a Kakashi.
Con rapidez le dio un codazo obligándolo a retroceder un poco, a la par apuntó el filo del arma logrando que aflojara el agarre de su cuello. Aprovechó la brecha para tomarlo de la muñeca y lanzarlo al otro extremo. La puerta se destrozó al impactó y se desprendió bajo el pesado cuerpo.
Sasuke eludió el bullicio del vagón y prestó atención a su otro enemigo. Escuchó claramente las maldiciones entre dientes que lanzó Sakura en cuanto el hombre la afianzó con sus brazos y se detuvo al borde del vagón.
La velocidad era monstruosa que la chica pensó por un segundo que caería sobre las vías y terminaría destrozada.
Tal visión le causo terror. Fue motivo suficiente para retorcerse más.
—¿Quieres quedarte quieta? Me ordenaron llevarte viva, eso incluye que para facilitarlo te deje inválida.
La amenaza cayó en su conciencia con un estremecedor escalofrío. Tragó saliva y sus pensamientos inquietantes se concentraron a entrecerrar los ojos ante la potencia del aire que los rodeaba, sus cabellos se alborotaban y su cuerpo se balanceaba sutilmente al frente y atrás.
En verdad sintió miedo en cuanto el hombre flexionó las rodillas, dispuesto a saltar. Cerró los ojos asustada por la idea, pero no transcurrió ni un segundo cuando un gritó irrumpió sobre el rugido del tren y un jalón desde atrás los tumbo a ambos de espaldas. Abrió de golpe los ojos, desorientada, se topó con otros oscuros que la miraban con cierta urgencia.
Al ver que ella no se movía y el hombre a sus espaldas comenzaba a reponerse, Sasuke se agachó para tomarla de la muñeca a incorporarla.
—No te quedes ahí si no quieres caer.
Sasuke la jaló del brazo, alejándola del hombre que se recuperaba del zarpazo desprevenido, se confió demasiado en que su compañero acabaría con el Mestizo. Gimió, retorciéndose de dolor en el suelo, la sangre se impregnó en sus ropas.
Sakura, aturdida por el repentino cambio de acontecimientos, miró confundida a Sasuke. Es el mismo chico, pensó desorientada. Los recuerdos de hace unos días, aquella persona que chocó con ella, la misma voz ronca con matiz antipática; y quién estuvo del otro lado del edén, examinándola atentamente.
—¿Quién eres...?
Sasuke le dedicó una mirada de soslayo, se detuvo a medio vagón enfrentándose a ella.
—¿Por qué me proteges?
Intentó responder. Su atención se dirigió rápidamente al otro vagón donde las personas abandonaron sus asientos al ver indicios de pelea, recluyéndose al siguiente mientras veían la forma de contactar a las autoridades; por eso no advirtieron que el hombre ensangrentado se levantó sin mostrar contracciones y corrió velozmente a dónde se encontraba Sasuke y compañía.
Su cuerpo se agitó ferozmente y su rostro rojo y deformado en furia alertó al chico.
Cambiaría de fase dentro del vagón.
El espacio reducido apenas contuvo al Lobo de pelaje café, sus dimensiones enormes similares al de un caballo dejó desorientada y más aterrada a Sakura, quién lanzó un grito y llevó sus manos a la boca, asombrada por tal visión. Su mente era un manojo de nervios e incredulidad al presenciar su transformación. Toda piel humana reducida a un pelaje canino, incluso escuchó sus huesos moverse de lugar y expandirse cuales rieles, tan mágico e irreal que por un momento creyó firmemente que se trataba de un producto de su imaginación.
Los enormes ojos del lupino se centraron en ambos, y un gruñido brutal la atemorizó. Echó las comisuras de sus labios hacia atrás mostrando amenazadoramente sus dos caninos afilados.
—¿Qué es...? —Contuvo el aliento ante la peste, nunca percibió un olor igual.
Sasuke no respondió, alerta al peligro potencial frente a ellos. Moviéndose con precaución, se posicionó frente a ella, extendiendo su brazo apenas la rozó. La pelirrosa tembló ligeramente ante la sensación, sus ojos se fijaron en el rostro ladeado del chico y sus iris enfocándola seriamente.
—Permanece detrás de mí.
Sakura solamente asintió, estaba más concentrada en contar los grande y pesados pasos que daba el Lobo hacia ellos. Los ojos azules llenos de odio la intimidaron de sobremanera, imaginar que uno se insertara en su piel...
Volvió en sí al sentir que Sasuke salió disparado a su dirección con sus manos alzadas, no comprendió el motivo hasta que vislumbró sus uñas, o, mejor dicho, garras dispuestas a fungir como arma puesto que la katana yacía fuera de su alcance, cerca de las puertas automáticas.
Anonada, observó como el lobo esquivó el ataque en ese espacio tan reducido e impulsó su cuerpo para ir sobre Sasuke, este giró sobre su eje y el Lobo se estrelló en la ventana, haciéndola añicos, lo único que impidió que fuera directo al túnel fue el marco de la ventana. El vagón se zangoloteó ligeramente ante el golpe, Sakura se sostuvo del tubo de enfrente para evitar caer.
Sasuke giró su cabeza al extremo opuesto al sentir una mirada, era el otro sujeto que recuperó la movilidad y se acercaba a él con torpeza. Achicó los ojos y volvió su atención al gran Lobo, con cierta dificultad lo jaló de la cola y lanzó contra su compañero. Ambos, sorprendidos y adoloridos, rodaron sobre el metal llevándose las sillas y tubos entre la vuelta.
Se apresuró a tomar su arma y dirigirse a Sakura.
—Toma esto —Al ver que los ojos de la chica seguían fijos en sus contrincantes, la zarandeó ligeramente por los hombros. Solamente así obtuvo su atención—. Escúchame bien: tomarás la katana y permanecerás apegada aquí, cuando yo te diga que corras, irás al otro vagón. No permanezcas cerca de la puerta, ¿entendiste?
Ella apenas lo escuchó, su mente entrelazaba un montón de preguntas cuales respuestas enigmáticas la taladraban intensamente. Lo único que le permitió procesar sus palabras, fue engancharse unos segundos de sus ojos negros. No entendía que sucedía, ni de porqué el hombre se transformó en un gran y peludo animal o que él supiera su nombre.
No, sus inseguridades las dejaría para más tarde. Ahora mismo su vida estaba en riesgo.
Sasuke observó su drástico cambio, cuchicheó un "bien, más tarde será" y procedió a agarrar el arma entre sus manos, cual miró con cierto recelo pero no la apartó de su lado . Tensó los hombros y la jaló del brazo obligándola a moverse de lugar, un momento después las garras del lobo rasguñaron el metal, cerca de donde Sakura estaba hace unos segundos.
La dejó atrás y marcó un arcó con sus garras, rasguñándole parte del lomo, el Lobo gruño y atinó a morderle el hombro.
Un grito ahogado salió de los labios de Sakura al ver la mueca contraída de Sasuke ante el mordisco, y luego que el hombre de ojos rojos se encaramara sobre él, enterrando sus propias garras en la espalda.
Algo fluyó dentro de ella, una emoción que jamás había experimentado. La furia se apoderó de su cuerpo y sus manos temblaron. Su respiración se volvió pesada, ¿por qué él no se defendía? Se preguntó con ira, pues permanecía quieto, soportando el dolor. Antes lo había visto derribar al animal sin aparente esfuerzo.
—¡Vete ya!
Dio un respingo al escuchar su voz. Lo miró presa del pánico en alejarse y dejarlo solo con esas dos criaturas, le dolió ese pensamiento y no supo identificar de donde broto esa sensación o porqué lo sentía.
—¿Qué demonios esperas?
Se obligó a caminar rápidamente. La mueca de Sasuke fue incentivo suficiente para recordar. No quería alargar su agonía y lo mejor que podía hacer era seguir sus indicaciones, lamentablemente ella no podía hacerles frente esos hombres. Por Dios, ni siquiera fue capaz de librarse de uno. Era un estorbo para él y sus planes.
Apretando los labios, cruzó por el umbral y rodeó la puerta irreconocible del suelo. Elevó los ojos percatándose de que la otra puerta estaba cerrada y apenas vio los rostros de las personas que intentaban ver el motivo de tanto alboroto. Quiso gritarles los chismosos que eran, ¿no podían pedir ayuda en vez de intentar saciar su morbosidad?
Reprimió el impulso y giró sobre sus talones. Sus ojos inmediatamente captaron una anomalía, los entrecerró al ver que unas llamaradas naranjas con rastros de color azul se filtraron por el umbral. Abrió la boca, sorprendida. ¿De dónde surgió el fuego?
Cayó en cuenta de que el dueño del arma que sostenía seguía ahí, en el lugar que las llamas comenzaban a tomar intensidad de forma precipitadas que apenas consiguió percatarse del tiempo.
Él... estaba dentro...
Tuvo que alejarse más al sentir bochorno. Su rostro se contrajo de susto. Abrió su boca para gritar su nombre, pero el pequeño detalle que lo ignoraba la detuvo abruptamente, pero no fue suficiente para arrebatarle el valor. Si era necesario ella...
Dio un gritillo de espanto al escuchar una pequeña explosión, supuso que el fuego encontró su víctima. Retiró los brazos que interpuso frente a su rostro evitando que las brazas alcanzaran sus ojos.
No lo creyó de inmediato, pero ver que una especie de bola salir disparada del interior de esas llamas, y que fuera precisamente Sasuke le devolvió parte de su aliento. No se permitió pensar más allá de lo obvio y que se suponía que era normal. Como se prometió: lo dejaría para más tarde.
—Imbéciles —gruñó Sasuke jadeando.
Su piel excesivamente caliente le atosigo. No le quedó de otra más que romperles una pierna a cada quién y encender el vagón, no los mataría, por supuesto, pero los dejaría incapacitados por unos minutos antes de que sus heridas sanaran.
Y tampoco impedía la persecución. Debía pensar en algo rápido.
—¿Cuál es la siguiente estación?
Le tomó a Sakura un minuto captar que se dirigía a ella.
—Eh... Nishi... —murmuró.
Sasuke lo pensó por unos segundos mientras las llamaras se avivaban.
El metro dio un traqueteó, y se aproximó a la ventana. A poco más de doscientos metros estaba aquello que les salvaría el pellejo esa noche, extenso y rebosante de frialdad.
Se posicionó frente a las puertas automáticas y elevó la pierna comenzando a golpearla sin parar.
—¿Qué haces? —La desesperación la embargó por un instante.
—Ellos vendrán por nosotros en cuanto se recuperen. Debemos alejarnos para evitar un enfrentamiento —dijo sin dejar de golpear las puertas.
Sakura miró intensamente las llamas avivadas del otro vagón. Le parecía absurdo que los dos hombres emergieran de su interior y vendrían a ponerles fin a su vida. Quiso reír ante la improbabilidad, pero recordó al mismo chico frente a ella salir de ahí y guardó su comentario a tiempo. Seguía digiriendo la información.
Escuchó un golpe sordo y la puerta cayó del otro lado siendo aplastada por el metro, el sonido le lastimo los tímpanos, tuvo que llevarse las manos a sus oídos mientras apretaba los dientes y contenía un chillido.
El aire agitó su cabello y falda, se obligó a recuperar su estabilidad y abrió los ojos de golpe. El espacio donde antes estaba la puerta daba una perfecta vista a los tejados de las casas del desnivel, pasaban tan a prisa que eran manchas borrosas. La noche se volvió una capa oscura sobre la ciudad.
—¿Sabes nadar?
Aquella pregunta la confundió. Una idea cruzó por su mente al ver que Sasuke se apoyaba del umbral examinando el exterior, con la cabeza ladeada al frente, buscando aparentemente algo.
Se acercó a él con pesados pasos y vio por la ventana lo que él vislumbraba con cierta indiferencia en su mirada. Pronto lo encontró, y con el temor inundando su perceptible mente, se negó a creerlo.
Un lago.
Su garganta se secó y fue incapaz de hablar pronto.
Sasuke observó su expresión y, por primera vez en su presencia sonrisa torcida cargada de ironía se asomó en su boca.
—Tomaré ese silencio como un rotundo sí. Sería un verdadero problema que te ahogaras después de unos segundos.
Sakura parpadeó consternada, volviendo en sí, se giró abruptamente a él.
—¿Acaso pretendes que saltemos al río? ¡Estás loco! —La histeria teñía su voz temblorosa.
—No eres la primera persona que lo dice —aseguró borrando su sonrisa—. Y con respecto a lo primero... es lo más rápido y sensato que aparece frente a nosotros. —Y la sonrisa volvió al saber la respuesta.
Y claramente ella también lo pensó. Apretó los dientes y su puño libre mientras le dedica una mirada nada agradable.
—Debemos considerar las posibilidades... —Trató de razonar.
Por un segundo Sasuke se compadeció de ella al ver el terror en sus ojos. Abrió su boca para brindarle palabras tranquilizadoras, no llegó a emitirlas. Los gruñidos procedentes del otro vagón crisparon sus sentidos. Debía forzarla ya, hacerla comprender que era la vía factible.
—No hay otra salida —espetó—. O saltas cuando pasemos el lago o mueres destazada. ¿Cuál de las dos posibilidades acabaría más rápido con tu vida?
Incluso ella lo sabía: ser destazada por el Lobo... una forma horrible de morir. En cambio, si saltaba —sin contemplaciones— al lago desde esa altura, tal vez sobreviviría a la caída o se ahogaba en el intento. Por mas que le viere, las dos opciones conllevarían a una muerte segura y dolorosa.
No estaba preparada.
—Lo sé... pero, por más resistente que sea, no soportaré la caída. ¡Yo...!
Sus fracciones se contrajeron de espanto.
El pánico que embargo su mente fue cortado al contacto de unas ásperas manos alrededor de sus brazos, manteniéndola firme, obligándola a clavar sus ojos verdes en el rostro de él, cerca del suyo y sus propias pupilas dilatadas. La miraba de una forma indescifrable.
Sasuke le apretó los brazos y su mirada se intensifico. Un escalofrío recorrió su piel.
—Estaré a tu lado en todo momento y me asegurare que no te ahogues... ¡Escúchame! —Le riño al ver que desviaba sus ojos verdes impregnados de miedo—. Te aseguró que sobrevivirás a esa caída, eres más resistente de lo que piensas.
La revelación tuvo un gran impacto en ella, la lengua se pegó a su paladar y sus ojos se abrieron de par en par, sus labios temblaron. Ojos verdes consternados lo miraron presos del miedo.
Tuvo que apartar la mirada al escuchar claramente los pasos pesados provenientes del vagón continúo. Las llamas consumían todo a su paso, pero no lo suficiente para volverlos cenizas. La soltó y se acercó al umbral, segundos después el lago apareció en su campo de visión.
—Debemos saltar ahora —anunció.
El pavor la tenía ahí, plantada sobre el suelo sin dar señales de vida, con la mirada perdida en la nada y su respiración cortada. Su cerebro le ordenaba a su cuerpo andar, pero este se negaba ante la factible idea a lo irracional y extremista que resultaba todo.
Temblaba, reprimía su mente a cada momento. ¿Qué más daba? Como él dijo, era su única vía de escape a menos que deseara convertirse en la cena de esos lobos... enormes. Parecía irreal el concepto: unos hombres que intentaron secuestrarla y posteriormente se convirtieron en enormes lobos, un chico que la salvó de ese destino y atravesó el fuego sin quemaduras en su piel, y ella enfrentando todo esto.
Su discernimiento le tomó un minuto a lo mucho, puesto que escuchó su voz a grito, desesperado, clamando su nombre.
El lobo atravesó las llamas e iba directamente a ella.
No lo pensó más, guiada por su instinto, corrió hasta Sasuke con la respiración agitada, el aliento del lobo sobre su nuca, el gruñido filtrándose por sus oídos, la adrenalina recorriendo cada célula de su cuerpo.
Y saltaron.
Descendieron como dos balas rápidas y gráciles, pronto impactaron en la superficie.
En el vagón, el Lobo mascó al aire, maldiciendo en su mente al ver como ambos cayeron directamente al agua. Saltar para seguirlos sería un esfuerzo inútil, el metro atravesaba el último tramo del río, a cada segundo los distanciaba los metros.
A su lado, su compañero se apoyó del umbral apretando los dientes y rasgando las ropas quemadas. Molesto e irritado de que su plan no haya salido según lo acordado. Ese Mestizo intervino de la peor manera, jamás imagino que tuviera tal poder de manifestar los elementos naturales, tal como demostró al incendiar el vagón expulsando fuego por su boca y manos para retenerlos.
Maldijo entre dientes.
—No podemos arriesgarnos ahora —le dijo al Lobo tras notar su ansiedad. Vio nuevamente los edificios, se alejaban cada vez más de ellos—. Vayamos con Iván e infórmennosle lo ocurrido.
Se montó sobre el lomo del Lobo y este salió disparado por el umbral sin mirar atrás.
El destino no podía estar más en su contra esta noche o eso pensó apretando los dientes con fuerza e intentando con toda su fuerza de voluntad no chocar los dientes a causa del incesante frío que recorría su cuerpo empapado. Sus ropas se pegaban como segunda piel, finas gotas escurran de su cabello. Para colmar, los zapatos rechinaban cada a cada paso y comenzaba a exasperarle.
Cruzada de brazos, soportaba el frío. Elevó los ojos hasta toparse con espalda de Sasuke que caminaba frente a ella, firme y sin inmutarse a su estado. Ignoraba el rechinido y sus quejas en voz baja, lo sabía. Y lo peor es que no podía irse por su cuenta, la adquisición de respuestas la obligaban a seguirlo, y a él no le parecía importarle, pareciera que lo esperaba o de otra forma hubiera encontrado la forma de que así fuera.
En silencio, Sasuke se adentró debajo del arco de un puente del parque más cercano. Buscó con la mirada un contenedor de basura de metal y se acercó llevándose consigo varias botellas y pliegues de cartón dispersos en el suelo. Los lanzó al interior y extendió su mano para lanzar una pequeña bola de fuego. Inmediatamente se impregno en la basura y la llama avivó.
Sakura se quedó muda al verlo, trago grueso deteniéndose lejos de él. No creía todavía lo bizarro de la situación, tampoco pensó demasiado en como se propicio el fuego en el vagón. Ahora sabía la respuesta cual no quería creer.
—¿Piensas quedarte ahí, congelándote toda la noche?
Dio un respingo. Él no la miraba, se concentraba en remover la basura con un palo y así avivar las llamas.
A regañadientes, admitió silenciosamente el frío y se apresuró a la fuente de calor, quedando frente a Sasuke con el recipiente entre ellos, extendió ligeramente sus manos a una distancia prudencial del fuego para no quemarse. Agradeció infinitamente la calidez que embargaba poco a poco su cuerpo.
Elevó la mirada cuando Sasuke retiró el palo y lo dejó apoyado en el contenedor. Sus ojos negros se enfocaron en ella y se sintió diminuta ante esa mirada seria. No expresaba demasiadas cosas.
—Eh... —murmuró de pronto Sakura recordando el fino y urgente detalle que él salvó su vida, eso jamás lo olvidaría. Lo menos que podía hacer era agradecerle—. Gracias por... salvarme de esos... hombres —La última palabra titubeo en sus labios. La confusión pintaba su rostro.
Y Sasuke lo notó.
—No es necesario un agradecimiento, señorita Haruno.
Al mencionar su nombre, retomó rigurosamente sus inquietudes.
—¿Cómo sabes mi verdadero...?
—¿Nombre? —completó, y se regañó silenciosamente por su imprudencia. Rápidamente intentó ocultarlo con otro dato—. Sé muchas cosas de ti, en eso consiste mi trabajo.
Perfecto, pensó sarcástico tras su frase, vaya manera de despistarla. No pasó desapercibido el gesto de ella, viéndolo con cierto temor, seguramente pensando que era un psicópata.
Después ella dispersó su gesto comprendiendo los antiguos encuentros, porque él estaba del otro lado del vagón, la inquietud de días atrás, sintiéndose vigilada a todo momento. Él hablaba de forma familiar y extrañamente no le parecía molesto. Pero le daba retorcijones en el estómago, y al ver cierto sarcasmo en los ojos de Sasuke le entraban dudas.
—¿Trabajo? —preguntó. Luego asaltó cierto detalle en particular, su mente trabajo rápido y se percató del repentino cambio de preguntas. No dudó en contrarrestar, las respuestas tildaban en él—. Un momento, intentas desviar mi atención. Contesta a la vez.
La exigencia de la chica dejaba en claro que no escaparía de la cuestión.
Sasuke dejó escapar aire entre los dientes. Ciertamente la situación se salió de control, esos hombres interfirieron en su misión: protegerla manteniendo la distancia. Su propia regla autoimpuesta que no le agrado a Kakashi en un principio, pero lo aceptó sin más.
No permaneció de brazos cruzados ante el peligro, y ahora enfrenta las consecuencias de su imprudencia. Se sintió tan natural decir su nombre y olvidar sus reglas. Era como si su corazón lo deseara desde hace tiempo.
Verla ahí, de pie frente a ella, las memorias de las que rememoraba se acercaban tan nítidamente. Se perdió un ellas unos segundos antes de contestar.
—Para empezar, no soy tan formal como piensas, entérate de una vez que la mayoría de las veces soy maleducado. Así que no esperes muchos modales de mi parte.
Sakura frunció el entrecejo comprendiendo escasamente el sentido de sus palabras. Él siguió removiendo la rama, y después, lo encaró una vez más.
—¿Y omitirás presentarte? —Su voz, sorprendentemente, no reflejó la inseguridad que sentía.
—Mi nombre es Sasuke —dijo escueto—. Y con referente a la segunda cuestión, me contrataron para protegerte del peligro.
—No corro ningún peligro —intervino Sakura.
La sonrisa desdeñosa del muchacho no le agrado.
—Haré que no escuché eso tomando en cuenta los acontecimientos que pasaste —advirtió.
Sakura murmuró algo intangible.
—¿Quién te contrato para protegerme? ¿Algún asesino en serie o un yuzuka?
Sasuke reprimió una sonrisa, las ocurrencias de Sakura le causaba cierta gracia. Pero al ver su rostro, supo que hablaba en serio. Le perturbó un poco el porqué llegaba a ese extremo. Aunque estaba muy lejos de atinar.
—Te advierto que lo sucedido, el hecho —aclaró Sakura rápidamente al ver que él enarcaba las cejas en un gesto de ironía—, ya me he acostumbrado un poco. Mi mala suerte había tardado en aparecer este mes.
La mirada de Sasuke se endureció al comprenderlo.
—¿No es la primera vez que te atacan?
Sakura apretó los labios, su antiguo rasgo de parlotear lo primero que viniera a su mente rasgó la inconciencia. Que excelente momento para salir a flote, se regañó.
Al pasar los minutos, solamente asintió con la cabeza reafirmándolo. Le pareció ver molestia en sus ojos negros antes de pasar a una capa de serenidad.
—¿Me dirás quién te contrato? —inquirió de vuelta.
La taladró con sus ojos negros, su gesto se tornó pensativo y retraído. Comenzó a sentir cierta incomodidad de tenerlo frente a ella, con su rostro iluminado por el fuego, observándola en silencio. Estuvo a punto de formular la misma pregunta cuando él separó los labios y habló.
—Tengo entendido que no recuerdas mucho. Por el momento dejémoslo que es un familiar tuyo.
¿Familiar? Se preguntó cautelosa. No tenía familia de sangre con vida. Su mamá era huérfana exceptuando su hermano mayor, ambos se separaron tiempo atrás y no mantenían una comunicación. Cuando sus padres murieron, buscaron a su tío por todos lados encontrándose con la fatídica noticia de su muerte, por ello consideraron darla en adopción hasta que apareció Tenten.
—Estoy comenzando a sospechar que te equivocaste de persona —dijo irracionalmente—. No tengo familia con vida. Ni hermanos, abuelos o tíos. Tenten es una prima lejana y la única sobreviviente del accidente donde murieron sus padres.
—Tal vez no haya muerto toda tu familia —Sasuke se agitó ligeramente el cabello, dispersando el exceso de agua en sus mechones—. Su preocupación de alejarte del peligro lo orillo a pedir mi ayuda. —Censuró un poco la historia. Muchos datos hirientes.
—Ya —Sakura volvió a asentir con la cabeza, no creyéndole del todo.
El muchacho lo sabía. Torció el gesto ante su falta de creencia.
—Tenía razón, creciste rodeado de costumbres humanas, por eso te es difícil aceptarlo.
Sin saber exactamente porque, a Sakura le molestó mucho su comentario por el tono en que empleó en su voz. Burla combinada con molestia, los gestos contribuían a la emoción.
—¿Qué quieres decir con costumbres humanas? —preguntó abriendo sus apreciados ojos, tanto que Sasuke temió que se le salieran de sus cuencas. Bastó unos segundos más para que ella llegara a una conclusión.
¿Le sería fácil aceptarlo si viniera del mismo lugar que él? ¿A dónde pertenecía? Se miró sus manos temblorosas. Su mirada intensa, sus palabras con trasfondo inimaginable, el hecho que se quedara particularmente callado ante su pregunta, abrió paso a muchas cuestiones.
Su cabeza iba a explotar, pero no le importó. Extraería las respuestas ahora que Sasuke abrió una brecha. Tenía que hacerlo.
—Acaso yo... ¿no soy humana?
El rostro de Sasuke se contrajo por un segundo, y Sakura aprovechó el momento.
—Dijiste que no era completamente mortal... como un humano lo es, ¿qué soy realmente? —Le clavó sus ojos verdes en la mente. Sasuke apretó los labios, indispuesto a contestar aquello. La desanimo, sus hombros cayeron más y negó con la cabeza, tan rápido que se lastimó el cuello—. Que absurda me escuché.
—¿Te parece absurdo que hayas sobrevivido a un ataque de hombres-lobos y una caída de más de diez metros a un lago helado?
Lo resumió tan sencillo, no le costó demasiado asimilarlo.
—Me parece absurdo que dos hombres se transformaran en Lobos del tamaño de un caballo, que tú pelearas contra ellos y salieras con vida del incendio, contando el hecho que pareces un humano, pero no lo eres. ¿No crees que es difícil considerar que me estoy volviendo loca al creer en cuentos de hadas?
La risa seca de él causó un estremecimiento, lo vio negar con la cabeza mientras jalaba los restos de su gabardina destrozada y las aventaba al fuego.
—Me parece de muy mal gusto que me confundas con un cuento de hadas, ¿crees que esto es una fantasía?
Le mostró la palma de su mano, y girándola hacia arriba una flama se presentó sobre su piel cual cerillo es encendido.
Sakura trago grueso y entrecerró los ojos.
—Tienes escondido un encendedor o algo parecido —refutó.
Sasuke cerró la palma de su mano y procedió a mirarla seriamente. Se arrancó el último pedazo de la gabardina y remango lo que quedaba de las mangas de su camisa negra. Rodeó el contenedor y extendió sus manos hacia ella.
Encogiéndose un poco a tenerlo se frente, bajó un poco la vista y la volvió a enfocar en él, desde ahí apreció su rostro, sereno mientras permanecía parcialmente quieto.
—¿Tienes curiosidad de averiguar si los tengo, señorita Haruno?
Ella dudó de la forma incrédula, la espina de lo racional no la dejaría en paz. Su mano se contrajo sobre la falda. Tras pensarlo un momento, alargó cuidadosamente su mano rozando la piel blanquecina del muchacho, no demostró inquietud al percibir lo tibio que resultó ser cuando debería estar helada por el chapuzón en el río. Sintió su mirada sobre ella, y prosiguió a mover las muñecas hacia arriba, no encontró nada.
Los dedos de Sasuke se extendieron nuevamente, liberando nuevas flamas pero bastante bajas para evitarle un daño. Sakura fue atraía, soltó una de las muñecas y sus dedos tocaron deliberadamente el fuego, el ardor y escozor invadió su piel obligándola a retirar la mano.
—Lo produce mi cuerpo —dijo con voz ronca—. Así que ya no puedes asegurar que soy parte de una fantasía.
El escalofrío que recorrió su columna resultó ser agradable. Sus dedos seguían aprensando la muñeca derecha del chico, una extraña sensación la embargó lentamente y quiso acercarse más a él. Lo miró confundida y devastada, ¿qué sucedía en realidad?
¿Quién era él?
¿Quién era ella?
Apretó los labios.
No es un cuento de hadas.
No es una fantasía.
Es la realidad.
—El mundo no es como lo conoces realmente, hay... —Dudó en decírselo, pero la forma en que Sakura lo miraba, buscando respuestas y su mano aprensada con fuerza alrededor de su muñeca, lo aturdía un poco—... Más misterios.
—¿Cómo que no soy humana? —cuestionó con un hilo de voz.
Hasta ese momento no lo dejó pasar. Realmente le preocupaba sus palabras, por una parte, explicaba demasiadas cosas de su comportamiento y rasgos físicos. Su oído afinado con el cual escuchaba perfectamente, más de lo que debería; cuando inesperadamente sus uñas se alargaban o que, al correr o caminar parecía una bala y debía moderar su caminata.
Sus agresiones a manos de esas personas, la forma que hablaban sus padres cuando creían que dormía, le ocultaron muchas cosas.
—Siempre supe que no era normal —dijo sin recibir respuesta de Sasuke, pero la respuesta era afirmativa.
—No lo somos —El duro recordatorio de su origen le dio un amargo sabor de boca. La miró largamente preguntándose si sería el momento adecuado para decírselo, bastó en ver sus ojos verdes decaídos. Desistió rápidamente.
Alejó las manos y ladeó el rostro. No se movió, ella tampoco temiendo a que su cuerpo no reaccionara de la misma forma que su mente, la información que recibió la digería lentamente para no aturdirse más de lo que ya estaba.
Las preguntas llegaron a su mente recorriendo cada parte, examinando a fondo todas las palabras, el significado y el tras fondo. Los enigmas surgieron uno tras otro, sin detenerse a considerar lo ilógico e irracional que resultaba.
Despegó sus labios e inmediatamente fue callada.
—Por hoy es todo lo que diré —protestó Sasuke. Tras dedicarle una mirada seria, se alejó de ella en busca de su arma—. Vamos, te llevaré a casa.
A Sakura no pasó desapercibido el detalle.
"Por hoy" dos palabras que encierran una promesa silenciosa. Debería asustarla, debería temerle, debería huir de él. Sin embargo, se encontró deseosa. No era completamente ignorante e ingenua para obviar este suceso, los hombres que se convirtieron en Lobos enormes, Sasuke —un completo desconocido— apareciendo con sus habilidades extraordinarias para salvarle.
Mientras divagaba en sus pensamientos, se palpo las piernas tocando las mayas negras rasgadas y mojadas, le incomodaba la humedad de sus piernas. Consideró retirarse la blusa puesto que debajo portaba una más delgada, pero lo pensó dos veces y prefirió pasar un poco de frío a enfrentar la situación incómoda que se presentaría con Sasuke cerca.
Un inusual movimiento de él captó su atención: retiraba su camisa de botones, estirando los brazos, se fijó en los músculos de su espalda contraerse por el movimiento, su piel de la misma tonalidad que su cara y manos.
Sus mejillas ardieron cuando él dio media vuelta a su franco derecho, elevó la mirada. Sería atrevido de su parte si continuaba viéndolo.
Pero lo notó. Las marcas rojas y abultadas invadían parte de su hombro. Lo que le intrigó genuina mente sobre la mordida del lupino, deberían ser heridas abiertas. No olfateaba la sangre. ¿Se cerraron en tan poco tiempo?
—¿Y tu herida?
La espalda de Sasuke se tensó ligeramente ante el movimiento de sus brazos, al voltear a ella y ver que impedía a toda costa enfocarlo le causo gracia, sobre todo el pequeño sonrojo que acudió a sus mejillas al verlo semidesnudo. Él no tenía ningún problema, le importaba poco su pudor.
—Mis heridas se cierran por si solas si no son tan graves—rechistó, le dedicó una mirada analítica, no había rastro de rasguño en su piel—. En cuanto a ti... las heridas deberían regenerarse un poco más rápido que las mías.
Dejándola con ese dato, le hizo una seña para que lo siguiera. Continuarían su caminata a casa de la chica, cuanto antes esté ahí mejor para él.
Sakura aprensó el paso hasta quedar a su lado llena de supersticiones. La indiferencia en el semblante de Sasuke daba entrada a ignorar sus inquietudes y cualquier cosa relacionado a más allá de lo ocurrido. No le pareció completamente justo pero terminó por agradecerlo silenciosamente. Era mucha información que procesar.
Caminaron por los callejones del barrio. Sakura también noto otra atribución en él parecida a la suya: la vista que se adaptaba a la oscuridad. Sasuke se movía cautelosamente, alertó a su alrededor sin necesidad de necesitar la luz de los faroles.
Después de cruzar dos intersecciones, se adentraron a un callejón más iluminado. La chica notó los edificios que se extendían hasta el cielo, entre las ventanas colgaban cuerdas donde reposaba todo tipo de ropa. Obstruían las luces de los faroles. Los alaridos de los perros irrumpieron el ambiente, se escuchaban lejanos, pero no evitó que tensara el cuerpo temiendo a que en cualquier momento aparecerían aquellas enormes criaturas.
—Son simples perros, lo mucho que pueden hacer es ladrar —dijo Sasuke de repente.
—Y-yo no dije nada —rechistó Sakura apresurando el paso.
Se detuvo a la par que Sasuke, intrigada, lo miró acercarse a la pared de la izquierda. Sin media palabra de por medio, lo vio comenzar a escalar apoyándose a las ventanas, moviéndose con rapidez y precisión, parecía que no veía por dónde pisaba pues la confianza le daba la certeza.
Quedó con la boca ligeramente abierta, asombrada y anonada. Él lo hacia sin ningún esfuerzo, como si estuviese acostumbrado a la actividad. Se miró las manos preguntándose si era capaz de hacer eso. Estuvo tentada a intentarlo.
Al cabo de unos segundos, él aterrizó de pie a su lado, asustándola. Lanzó un grito ahogado y su corazón se aceleró a niveles insospechables. Llevándose una mano a su pecho, lo encaró con la cara contraída.
—¡No me asustes así! —gruñó después de controlar su aliento.
—Deberías estar más atenta —dijo él sin inmutarse a su ceño fruncido. Le tendió una blusa blanca, similar a la que traía puesta. Ella lo recibió, inspeccionándola—. Cámbiate la blusa, debes tener frío.
Aquella muestra de consideración la tomo con la guardia baja. Más al ver que él se daba la media vuelta mientras se colocaba una simple camisa oscura con mangas cortas, después fijar su vista en la calle no le aseguraba que...
Dudó un segundo.
—No tengo toda la noche —Sasuke comenzaba a irritarse de que no se apurara.
—¿Cómo sé que no voltearás cuando me esté cambiando? —previno ella apretando la blusa contra su pecho.
Escuchó perfectamente un ligero bufido de su parte, intuyó una sonrisa de lado.
—Supongamos que lo hago —dijo sarcástico con un deje de burla—. ¿No crees que sería un precio justo por haberte salvado la vida?
Sakura boqueó sin encontrar las palabras correctas para insultarlo. Descarado. Cínico. Idiota. El sonrojo acudió de nuevo a sus mejillas y apretó los dientes conteniendo sus ganas de golpearlo.
—Eres un...
—Soy todo lo que pensaste —objetó conteniendo su gracia—. Ahora, ponte la blusa y marchémonos, debemos salir de las calles si no queremos que ellos nos encuentren.
Esto bastó de incentivo.
Sasuke permaneció mirando el asfalto de la calle con gesto pensativo. El silencio le obligaba a pensar con claridad. Elevó una mano y la miró, inspeccionándola. Aún sentía el calor de la piel de Sakura sobre sus muñecas, un tacto que bastó para que su corazón latiera desenfrenado, lo extraño era que su mente no encontraba nombre a esa sensación.
O se negaba a encontrarlo.
Sus ideas arraigadas se apoderaban de él a cada segundo, batallando con la realidad. Sakura en verdad estaba ahí, la había salvado y tocado, su calor, sus ojos verdes mirándolo con varias emociones encontradas. Era real, no una ilusión. Su rostro...
Una punzada atacó su cabeza, se llevó la mano automáticamente a ese lugar, apretando los dientes ante el dolor.
Otra punzada y se doblegó un poco. No... pensó.
No quería recordar.
No quería sentir dolor.
No quería pensar en lo que sucedería después.
—Sasuke, ¿te encuentras bien?
La voz preocupada de Sakura lo trajo abruptamente al presente. Se enderezó de sopetón y la miró con sus pupilas dilatadas a causa de la aceleración, su pecho subía y bajaba sin cesar, sus fosas nasales se expandieron unos segundos antes de recuperar el habla. Ella estaba preocupada, lo veía en sus genuinos ojos brillantes, inquietos por una respuesta.
—Estoy bien.
—Pero...
Sasuke la dejó con la palabra en la boca y siguió andando. Escuchó algo parecido a un insulto y "todavía que me preocupo por él" y el andar de sus pisadas. Soltó una media sonrisa, pensó que no sería una pesada experiencia tratar de cerca con Sakura, lo sorprendía con sus comentarios sarcásticos y pesados, y a la vez, su preocupación sincera y genuina. Al parecer se esforzaba en ocultar su lado bondadoso.
¿Por qué? Se preguntó a su vez. ¿Qué la obligó a hacerlo?
El trayecto fue un poco más relajado. A estas alturas Sakura dejó de preguntarse porque él parecía conocer dónde vivía. Sabía que debía asustarle que un desconocido estuviera al tanto de ella, pero contando que un supuesto familiar lo contrato para protegerla... le daba material para pensar e investigar por su cuenta.
Aunque, pensándolo bien, se trataría de alguien lejano. Un tío o abuelo perteneciente a otro mundo, al que Sasuke y ella venían. Digiriendo cada detalle, intentaba unir puntos de aspecto a acontecimientos del pasado. Recordando algunas pláticas de sus padres cuando seguían con vida, siempre hablaban en susurros y evitaban mencionar algo fuera de lo común.
Una en particular, platicaban sobre ella y su futuro. Hana se preocupaba por el día en que ellos no existieran, ¿Qué haría ella sola? No había nadie que pudiera hacerse cargo de su custodia, pero inmediatamente Kizashi la detenía objetando que no se mortificara más de lo necesario, vivirían más tiempo para buscar un tutor adecuado mientras ellos llegaban.
Tutor adecuado. Ellos. ¿Quiénes serían?
¿Alguien como Sasuke?
Cierta pregunta la asaltó, fijó su vista en las manos del muchacho y permaneció pensativa.
—Sasuke, tengo una pregunta.
—El tiempo ha culminado —dijo él de inmediato. Ahora sabía a que se debía el repentino silencio de la chica—. Mañana responderé tus preguntas dentro de las posibilidades.
—Pero no es referente a mi origen o la persona quien te contrato.
—La respuesta sigue siendo la misma.
Sakura lo ignoró y procedió a soltarlo.
—¿Eres alguna clase de Ghost Rider?
La pausa de Sasuke fue demasiado corta.
—¿De dónde sacaste esa idea?
—Es una teoría, ya que no me dices nada de lo que eres, como punto de partida tome que generas fuego, aunque parece que es solamente por tus palmas.
—También puedo expulsarlo por la boca.
—Eso refuerza mi teoría —dijo satisfecha.
El repentino cambio de actitud de la chica lo dejó dislocado. Mira que compararlo con un personaje de película... no la culpaba, debía sentirse abrumada por la situación y sin recibir respuesta alguna.
Pero eso no quería decir que le dejaría tener una superstición equivocada.
—No, Sakura. No soy un Ghost Rider.
—¿Antorcha humana?
—Deja de compararme con personajes de comics —refunfuñó él, hastiado. Daba gracias que estaban a unos metros de su casa.
Antes de que ella pudiera lanzar otra suposición y Sasuke gruñera, el chico se detuvo al pie de la acera. Sakura notó que de frente apareció el edificio en donde vivía. Se sorprendió que hayan llegado tan rápido, ni siquiera lo notó.
Atravesaron la calle desierta, a media noche no quedaban muchas personas que transitaran en un tramo oscuro, el farol continuó seguía fundido desde hace tres días, observó Sakura y vagamente se preguntó que habría ocasionado el corto. Tenían que reemplazar el regulador de la cuadra completa.
Apenas se acercaba a la esquina y vio a Tenten salir de la entrada, se veía apurada mientras se colocaba a tientas un abrigo.
—¿Tenten? —confundida, entrecerró los ojos. Pase a la distancia advirtió de su rostro teñido de preocupación—. Oh... mi celular estaba en mi mochila —gimió al caer en cuenta de que lo más seguro era que la llamó saltando de inmediato a buzón.
Se golpeó la frente con la mano. Sasuke la miró de soslayo.
—Que está en el fondo del lago —dijo casualmente.
Sakura le lanzó una mirada nada grata.
—Se preguntará que estuve haciendo...
Dejó de hablar. Pronto vio un aura azul celeste rodeando el cuerpo de Tenten, se le secó la boca. No preguntó nada, ya no debería impresionarla.
Se distrajo. El brazo de Sasuke se ciñó en sus hombros, se tensó y tragó grueso, Tenten los vio demasiado pronto, tanto que apenas fue capaz de disimular una sonrisa nerviosa, sería un milagro si no se daba cuenta.
El aliento de Sasuke rozó su oreja, mucha cercanía, pensó encogiéndose de hombros. Su prima se acercaba rápidamente.
—No puede saber nada de esto, ¿entendiste? Por el momento tienes que mentirle.
La chica apretó los labios, no le gustaba mentir, pero contando con los hechos ocurridos... lo más seguro Tenten quisiera mandarla a un manicomio si se enteraba. Tuvo que reprimir su conciencia y asintió sin más. La vio disminuir su paso y mirar con desconfianza a Sasuke que retiró su brazo sin alejarse de ella.
Tenten se detuvo frente a ellos, su mirada escéptica no se hizo esperar.
—Sakura, ¿dónde estabas?
La aludida tragó grueso y se preparo a mentir, rogaba que le saliera natural. Recordó todas las veces que lo hizo para no preocuparla, haciendo gala de ello, separó sus labios.
—El viejo cerró tarde el restaurante, y los metros estaban atascados de gente —dijo, y se sorprendió que le saliera tan natural. Fijó su vista al suelo y se dio cuenta del pequeño temblor de sus manos, tuvo que esconderlas detrás de la espalda para que Tenten no se diera cuenta.
—¿Y por eso no contestabas el celular? —Tenten miró a Sasuke, él permaneció en silencio percibiendo su precaución.
—Pues...
—Se la robaron —dijo Sasuke al ver que Sakura movía nerviosamente sus ojos, le dio un pequeño pellizco en el brazo sin que Tenten lo viera, logró que se calmara y dejara de mover tanto sus ojos—. La asaltaron al subir al metro.
Tenten abrió sus ojos y casi se lanza sobre Sakura.
—¡Por Dios!
Sakura se percató de la ligera mueca de molestia que cruzó el rostro del azabache, le pareció ver un gesto de ironía al alzar espontáneamente los ojos al cielo.
—¿Te encuentras bien? ¿No te hicieron daño? —preguntó preocupada mientras la inspeccionaba de todos lados. Ignoró su ropa húmeda.
—Sí, afortunadamente él me ayudó a pasar la crisis —Sakura apuntó a Sasuke.
Pasé a el hecho de que le haya ayudado, Tenten no dejó de mirarlo con desconfianza. Algo en su apariencia y el gesto no le agradaba.
—¿Y tú eres...? —Los ojos chocolates lo examinaron de cerca.
—Un amigo de la escuela. Decidí acompañarla para que no estuviera sola —Sasuke se encogió de hombros, y luego añadió—: Deberían entrar ya, es peligroso andar de noche.
—Tienes razón... Muchas gracias por ayudar a mi prima. Ahora, si nos permites...
Aún recelosa dio la media vuelta y murmuró una orden para que Sakura la siguiera. No se tragaba del todo las bastas respuestas y eso lo sabían ambos jóvenes, pero conque no preguntara más —por el momento— se daban por satisfechos.
Sasuke se inclinó ligeramente a Sakura una vez que Tenten se alejó, no sin lanzarles miradas de soslayo, apurando con la propia a la pelirrosa.
—Dale evasivas si te pregunta más. Asumiré que podrás manejar la situación, ¿o también necesitas que salve tu conciencia? —preguntó burlón.
Recibió otra mirada asesina y Sakura se alejó de él agitando su mano. Sonrió de lado al verla avanzar a paso marcado, completamente molesta por su comentario. Su gesto se desvaneció en una milésima de segundo.
—Una última cosa, señorita.
Se detuvo, quiso seguir caminando a donde Tenten le aguardaba con impaciencia, pero la forma en que le habló la obligó a girarse a él. Su rostro serio la recibió, y una extraña emoción tan perturbadora brillaron en sus ojos negros.
—No salgas sola a la calle.
Y con esa última advertencia, aturdida, Sakura ingreso al edifico, con el creciente sentimiento que aquellos hombres la buscarían y la atraparían. Miró la espalda de Tenten y rogó para que nada malo le ocurriese a su prima por ella, jamás se lo perdonaría.
Kakashi permaneció quieto, de pie al ras del edificio. No apartó la vista de la ventana del segundo piso al encenderse después de permanecer en las penumbras por unas largas horas. Un movimiento a sus espaldas debió alertarlo, pero no con él.
—¿Tuvieron complicaciones? —inquirió echándole una mirada a Sasuke por el rabillo. Claramente no obvio su pantalón y botas empapadas.
Sasuke miró a su alrededor, buscando a Karin o Suigetsu, supuso que se habría ido después de esperarlo por bastante tiempo.
—¿Y los demás? —Cuando quería atrasar una respuesta contestaba con otra pregunta.
—Marcharon hace rato, al parecer Suigetsu fue convocado por su alfa, no quiere levantar sospechas —afirmó con sus ojos inquietos—. Karin se quedó un poco más compartiendo información. Ahora, responde a mi pregunta inicial.
Por algo son tío y sobrina, pensó Sasuke con cierta gracia. Después lanzó un suspiro mientras rebuscaba en su bolsillo, de ahí sacó dos collares: el que pertenecía a Sakura y el suyo. Dejó que Kakashi tomara el de la esfera verde.
—Dos hombres lobos intentaron llevarse a Sakura en el metro —contestó al fin. Logró ver preocupación en los ojos del Cazador al devolverle el collar—. Te resumiré que saltamos a un lago y, como vez, la traje a salvo.
—¿Ellos están ligados a la manada de Iván?
—Quien sabe —lo dijo tan indiferente que cualquiera pensaría la falta de tacto en él, pero su voz contenía la frustración al carecer de tal dato—. Pero uno de ellos mencionó que tenían un Alfa, así que no son criaturas solitarias. Iván es el único Alfa de la zona.
—A parte de ti.
Kakashi vio la mueca de incomodidad del chico. Le molestaba que le recordaran constantemente el hecho, sabía que lo detestaba, pero no podía negar sus beneficios. Los rastros desaparecieron y después vino el ceño fruncido.
Sin más, ambos volvieron su vista al edificio notando cierta irregularidad.
Desde ahí Tenten hablaba con Sakura en la entrada, la maleta apoyada a su lado y los abrazos que brindaba a su prima daba por hecho una salida segura. Después de una prolongada despedida, un taxi arribó en la acera. El chófer ayudó a subir la maleta y Tenten se despidió una vez más antes de subir al auto.
Este desapareció en la siguiente curva. Sakura nunca piso la banqueta, se subió corriendo a toda velocidad y, una vez dentro de su zona de confort, protegió la ventana deslizando las cortinas y apagó las luces.
—Se va con su jefe cuando tienen viaje de negocios en el extranjero —dijo Kakashi solemne recordando la información proporcionada por Karin.
Sasuke miró intensamente la ventana, esperando que Sakura apareciera entre el pliegue de las cortinas. Una idea fugaz cruzo por su mente, la desechó por completo. Ya había pasado un tiempo con ella, rompió su regla autoimpuesta, no permitiría que...
—¿Puedes quedarte cerca de Sakura mientras investigó a esos hombres?
A esto se refería. Gruñó amargándose el rato. Maldición, Kakashi orillándolo a seguir a su lado. Se irritó en un principio, no dejó que se viera.
—¿Qué tan cerca te refieres?
Kakashi sonrió, un hoyuelo se formó en su mejilla derecha y la forma en que lo miró no le gusto para nada. atinó a resoplar silenciosamente y refunfuñar a medida que daba la media vuelta y se alejaba.
—Está la pagarás muy caro, Kakashi.
—Lo tomaré como un agradecimiento.
La burla y diversión del hombre lo irritó, y más al saber que él sabía de sus más íntimas intensiones y pensamientos.
Muy en el fondo no le desagradaba estar muy cerca de ella.
Pero no lo admitiría nunca, aunque le rompieran una pierna. Prefería arder en fuego de nuevo antes de hacerlo.
—Iré a recoger el auto.
Bosque del norte.
Madrugada.
Un golpe en las costillas y se obligó a reprimir el grito que amenazó sus labios.
Intentó arrastrase lo más lejos que le permitían sus extremidades, soltó un gemido ahogado cuando un pie aprensó su espalda, deteniéndolo de toda actividad. Apoyó su cabeza en la tierra y hojas secas del bosque, buscando el aire que carecía.
Su visión nublada apenas notó el rostro del hombre parado a su lado.
El que todos temían y algunos respetaban.
Al que odiaba con todo su ser.
—¿Me dirás quién es la chica y por qué la defiende el otro Alfa?
La voz de su Alfa era un mandato, pero se resistía a obedecerla.
Le ha soportado demasiadas cosas, asesinatos, injusticias, humillaciones.
Jamás delataría a Sakura, nunca. No merecía que sufriera por su causa. Aunque sospechaba con urgencia que con o sin su ayuda lo sabría pronto.
—Nunca... te lo diré —Apenas artículo.
Iván, un hombre mayor cuyos ojos rojos brillaron de rabia, lanzó la pierna hacia atrás y posteriormente le propino otra patada en el estómago. Su miembro más rebelde se negaba a obedecer su voz de mando.
Unos golpes más y la sangre empapo las hojas secas. La rabia que sentía no sería borrada por nada. Retiró su pierna y miró al que lo inmovilizaba.
—Llévalo a la fosa con los demás —ordenó. Le clavó su mirada intensa—. Por más que intentes ocultar la verdad, terminaré matándola frente a tus ojos solamente por diversión.
Suigetsu lanzó una risa ahogada intrigando y enojando más a Iván.
—¿Qué es tan gracioso imbécil?
El albino mostró sus dientes ensangrentados.
—El que terminará muerto serás tú.
Espera y verás, pensó confiado tras recibir otro golpe.
Lo que vio en los ojos de Sasuke días anteriores, cuando se encontraba cara a cara para relevar la vigilancia, no era precisamente un sentimiento inaudito o forzado como pensó al principio cuando hablaron de ella.
No. Vio decisión en su mirada, la misma que una persona interpondría su propia vida por otra, pero no por ser benevolente o humanitario. Por supuesto que no. Sasuke no era ese tipo de persona.
Lo vio décadas atrás, todas las vidas que arrebato sin titubear, barriendo la zona sin la más mínima consideración. Sus ojos no tenían otro propósito más que eliminar a sus enemigos, los propios, sin defender a nadie.
Volvió a reír.
No sabían con quién se metían. Un Alfa de verdad tenía el instinto muy marcado de defender a los suyos, y desde el momento que Sasuke miró a Sakura, no lo evitó. Suigetsu supo que la defendería con su propia vida si era necesario tras ver en las propias memorias de sus compañeros como se suscito la pelea en el metro.
En todo momento la protegió.
Solamente esperen y verán, podrán arrebatársela de sus manos, pero jamás lograran aplacarlo.
Hola! Hola!
Feliz año nuevo a tod@s! Espero que este 2020 sea próspero y que Diosito me los cuide mucho ehhh
No tomen awa, con mentiras del gobierno, tomen mucha coca(?
En fin, primera actualización del año ehhh, vamos comenzando bien.
¿Qué tal este giro de acontecimientos? ¿Les está intrigado, o por el contrario, aburriendo de sobremanera?
Gracias por tomarse la molestia de leerlo, en serio no sé cómo me soportan XD
Alela-chan fuera!
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