VII: Emergency
Los gritos y el polvo inundaban el lugar, conforme pasaban por un gran pasillo las ventanas a su alrededor estallaban una a una enviando cristales a volar sobre ellos.
— ¡Suéltenme, maldita sea! —Bramó Jaehyun tratando de zafarse del agarre de los dos guardias quienes lo arrastraban lejos del caos del Gran Salón— ¡Voy a buscar a mis hermanos, déjenme ir, ya!
En el instante en que todo estalló un grupo de guardias se encargó de sacar a los príncipes y llevarlos a un lugar seguro incluso contra de su voluntad; había tres guardias sujetando las extremidades del chico quien seguía sacudiéndose para librarse de ellos, mientras había otros dos quienes sujetaban a Minji por los brazos y los pies luego de que empezara a soltar patadas para ser soltada.
Conforme seguían por el pasillo veían a muchos otros guardias corriendo en dirección contraria a ellos hablándose a gritos cada vez que pasaban junto a ellos, exclamándose indicaciones acerca de la situación, confundiendo cada vez más a los jóvenes.
Ignorando por completo los gritos de los mellizos los guardias llegaron a uno de los bunkers abriendo el mecanismo de la puerta dejándolos dentro del lugar apresurándose en cerrarles para dejarlos prácticamente encerrados.
— ¡No, no, no! —Empieza a gritar Jaehyun dándole golpes y patadas a la puerta blindada de metal logrando tan solo lastimándose más y más— ¡Abran la puerta!
Soltó un grito dándole una última patada a la puerta antes de rendirse, girando mientras frotaba su rostro tratando de sacar su frustración de alguna forma hasta que vio su cable a tierra siendo su hermana inclinada en el suelo respirando de forma acelerada.
Con rapidez se arrodilló frente a ella tratando de sujetar sus manos para evitar que esta siguiera rascando sus brazos mientras hiperventilaba.
—Minji, hey, mírame —decía buscando su mirada sin éxito, optando por sujetar su rostro obligándola por fin a verlo a los ojos notando la desesperación en su mirada—. Respira conmigo, vamos, inhala y exhala.
—Jaemin y Jaeno —balbucea sujetando las muñecas de su hermano mientras este aún sujetaba su rostro.
—Ellos estarán bien, los guardias los traerán en cualquier momento, por ahora necesito que te calmes —la cortó sin más alzando su cabeza al verla bajar el rostro una vez que las lágrimas empezaron a correr por este.
Casi menos de medio minuto después, aún mientras los mellizos estaban en el suelo con la chica lloriqueando sobre su pecho, la gran puerta del lugar fue abierta dando paso al gran bullicio y los gritos desde afuera. Un grupo de estudiantes entró por esta siendo "escoltados" por varios guardias.
De inmediato Minji se puso de pie y acortó la poca distancia y atrayendo a sus hermanos menores para apresarlos entre sus brazos, apretando su agarre mientras agradecía en voz baja el hecho de que estuvieran bien a su lado.
— ¿Qué se supone que está pasando, Jaehyun? —Pregunta Taeil llegando frente al aludido estando, al igual que el resto, cubierto de polvo.
Apretando los puños tan solo pudo negar con la cabeza dejándose caer por la pared hasta estar sentado en el suelo viendo perdida la oportunidad de salir del bunker.
—Nosotros no estábamos en el salón cuando todo pasó, ¿qué sucedió allá afuera? —Fue el turno ahora de la chica por preguntar en dirección a su grupo de amigos, aún teniendo los brazos de Jaemin alrededor de su cintura mientras el otro chico se alejó para sentarse junto al mayor.
Algunos de los recién llegados se miraron entre ellos sin ellos saber siquiera por dónde empezar a contar, siendo Kun quien dio un paso hasta sentarse en uno de los bancos ahí dentro, suspirando antes de hablar.
—Todas las ventanas estallaron de repente y aparecieron unas criaturas extrañas de color negro —explicó poniéndole la piel de gallinas a quienes habían visto aquella escena—. Empezaron a hacer desastre, fue entonces cuando nos hicieron evacuar y nos trajeron aquí.
— ¿Qué tipo de criaturas? —Saltó Jaehyun enderezándose en su lugar.
—Parecían de polvo negro, todo el lugar se llenó de polvo, incluso nosotros. —Todos miraron a Chenle quien estaba sentado junto a su hermano mayor, mientras sacudía su cabello que lucía oscuro a pesar de ser rubio.
El único consuelo de toda la situación era lo blindado que se encontraba el bunker haciendo imposible que pudieran escuchar lo que estaba sucediendo afuera, pero a pesar de ello al menos podían recordar los gritos en el pequeño momento en que la puerta fue abierta para dar paso a los chicos.
Podría estar cayéndose el Palacio fuera del lugar y ellos ni se enterarían hasta que alguien fuera para abrirles la puerta ya que era la única forma de salir del bunker.
[...]
Varias horas habían pasado desde que la puerta fue abierta por última vez dejando pasar a otro grupo de alumnos y pasaron a no tener ni idea de qué sucedía del otro lado de las paredes. Al principio había surgido el caos entre ellos, fue Yeri quien empezando a tener un ataque de claustrofobia contagió el pánico a Dahyun y YangYang quienes empezaron a sollozar ante lo que la chica decía.
"Afuera todos están muertos y nunca saldremos de aquí" "Se olvidarán de nosotros y moriremos aquí dentro"
Todos tenían los nervios de punta, hasta los más calmados aunque trataban de mantenerse a la margen. Los mayores se habían dado a la tarea de calmar las aguas entre los demás calmando bastante la situación en el momento en que Namjoon dio un pequeño discurso de ánimo para sus compañeros, logrando de alguna forma de infundir la paz entre todos.
Conforme pasaban, los menores se sentían más tranquilos luego de que Jaehyun, Yuta y Kun repartieran entre los presentes algunos refrigerios que tenían entre las reservas, sin embargo al contrario los mayores en cada minuto que transcurría su preocupación crecía más y más. A pesar de que se mantenían con una expresión tranquila en el rostro, en su interior tan solo se creaban las peores situaciones posibles.
— ¿Sigues sin señal? —Pregunta Ten dejándose caer junto a Minji quien gruñía de nuevo aguantando las ganas de estrellar el aparato contra el suelo.
Ninguno de sus celulares tenía ni una barra de señal, para colmo las llamadas del teléfono satelital no eran contestadas por nadie, tan solo habían podido hablar con algunos estudiantes mayores que estaban en otro de estos bunkers.
Siendo los hijos de los reyes los únicos que conocían a la perfección el funcionamiento de los protocolos de evacuación y resguardo, sabían que en cada bunker había un teléfono satelital en conjunto con las grandes reservas de comida y bebida en cada uno, por lo cual luego de sacar cuentas y de saber con quienes se habían comunicado pudieron llegar a una conclusión: ni sus padres ni los de sus amigos se encontraban en ningún lugar seguro ya que habrían contestado a sus llamadas.
Apoyando su cabeza sobre el hombro del hijo de Bella, llevó su mano hasta el cabello de Yuta quien yacía dormido sobre su regazo desde hacía varios minutos. El pobre se había trasnochado por lo cual estaba bastante somnoliento hasta que su pareja lo hizo descansar a su lado.
Según sus relojes afuera ya debía haber anochecido por lo que, los más jóvenes vencidos por el cansancio habían ocupado varios catres de reserva y se encontraban en el fondo del bunker durmiendo pacíficamente.
"Para cuando despierten todo este embrollo estará solucionado, no se preocupen"
Namjoon, irónicamente el hijo de uno de los 7 enanitos de Blancanieves, Sabio, había puesto una gran responsabilidad sobre sus hombros al haberle dicho aquella frase para calmar a sus compañeros, sabía que había una gran posibilidad de que esta suposición no fuera cierta y a cada minuto que pasaba esta posibilidad se hacía más grande.
Pero fue entonces cuando la puerta se fue abierta y, en lugar de un grupo de guardias lo primero que vieron fue al Hada Madrina de pie frente a ellos estando en varios segundos atrapada en un abrazo de parte de Daehyun, la menor de sus hijos, mientras Jihyo y Yoongi yacían de pie frente a ella con el alivio en sus rostro en un claro contraste con la expresión de la mujer.
— ¿Podemos salir ya? —Se apresuró a decir Jaehyun, estando de pie dos pasos frente al resto de su grupo.
Fue el silencio lo que asustó a los jóvenes descendientes, aquella era la primera vez quizás en sus vidas que veían al Hada Madrina con una expresión que no fuera de alegría con una brillante sonrisa en su rostro.
—Los siguientes alumnos que nombre deberán seguir a los guardias hacia una salida de emergencia y unirse a la evacuación del Palacio —dictaminó empezando a recitar una lista de una hoja de papel que uno de los guardias a su lado le había entregado.
Parecían nombres por completo al azar para cualquier de los jóvenes, sin embargo, conforme empezaban a irse y se fijaban en el grupo que había quedado frente al Hada Madrina varios llegaron a una conclusión luego de un rápido repaso: se habían ido todos aquellos quienes no eran príncipes o princesas.
En el momento en que el grupo se vio reducido a casi veinte de los estudiantes fue cuando notaron un cambio en la expresión de la mujer, aquella forzada expresión de calma y serenidad se rompió y dio paso al genuino temor, un diminuto brillo en sus ojos anunciando una pequeña lágrima traicionera fue el detonante final.
Su sangre heló al verla hacer una inclinación frente a ellos para dar paso a la bomba final—Lamento informar que sus padres se encuentran en paradero desconocido.
Un silencio sepulcral se inundó por los instantes en que sus cerebros procesaban la frase que acababan de escuchar.
— ¿A qué... ¿A qué se refiere con "paradero desconocido"? —Saltó Jaehyun casi de forma automática sin siquiera notar el temblor en su voz, lo único que lo mantenía atado a la realidad eran las manos de sus hermanos sujetando con fuerza su camisa.
—Luego de una inspección por las instalaciones no encontraron rastro de sus padres... Ni de sus cuerpos —habla luego de soltar un lastimero suspiro mientras secaba de forma cauta sus mejillas—. Hubo una gran explosión y todo se llenó de un espeso polvo negro, para cuando se disipó no había rastro de los monarcas.
—No, no, no.
Todo parecía una mala pesadilla, Minji podía ver a su alrededor como sus compañeros gritaban y sollozaban no obstante no podía oír nada, veía sus bocas abrirse pero ningún sonido llegaba a sus oídos.
El sobrecargo de información la hizo cubrirse las orejas con sus manos apretando con fuerza mientras se inclinaba en el suelo llegando de nuevo a escuchar todo el bullicio en el momento en que dejó salir toda la frustración y rabia en un grito, tan ensimismada que ni siquiera le prestó atención a los brazos rodeándola en un protector abrazo haciendo solo que sus sollozos aumentaran empezando a sentir un pitido por la fuerza que ejercía en sus orejas.
—Lo siento tanto, mis niños —susurró el Hada Madrina sintiendo sus hombros mojarse con las lágrimas de Chenle y YangYang.
[...]
El sonido de la puerta cerrándose y el eco de las pisadas fue lo que la hizo alzar la mirada encontrándose con su mellizo caminando hacia ella aún cabizbajo. Se encontraba sentada sobre el trono de su madre ya que el salón del trono era uno de los únicos lugares del palacio que no tenía ningún tipo de daño en su estructura.
Secó de nuevo su rostro con la manta que les habían entregado a todos los jóvenes una vez los sacaron de los bunkers, no fue capaz de escuchar la charla del Hada Madrina por lo que se dirigió de inmediato a la única sala donde sabía que no habría nadie, ya había roto su orgullo poniéndose a llorar frente a sus amigos y necesitaba un lugar para llorar en paz.
—Le escribiré a Yuta para decirles que estás bien, te estábamos buscando —dice en voz baja sacando su celular para intercambiar unas pocas palabras con el aludido.
Sin decir nada más se despojó de sus zapatos antes de poner un pie sobre la pequeña plataforma forrada en terciopelo rojo, sentándose en el suelo frente al trono y dejar caer su frente sobre las rodillas de su hermana.
Desde el momento que recibió la terrible noticia no había tenido ningún tipo de reacción más que la de consolar a sus hermanos menores, ni siquiera pudo calmar a Minji antes de ver a Yuta inclinarse frente a ella y cuidarla entre sus brazos. Sin embargo solo entonces se dio la libertad de dejar salir todos los sentimientos que mantenía en su interior.
Fue una gran sorpresa para la fémina sentir el doloroso llanto de su hermano, no recordaba la última vez que había escuchado a Jaehyun sollozar, quizás regresando en su memoria la última vez fue cuando eran unos simples niños por cualquier bobería por la cual discutían de pequeños.
Mordió su labio inferior sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas nuevamente optando tan solo por colocar su mano sobre su cabeza y meter sus temblorosos dedos entre su cabellera.
—Todo estará bien —susurró sujetando su cabeza mientras lo alejaba un poco para dejarse caer al suelo junto a él para acto seguido cubrirlos a ambos con la manta antes de que este escondiera su rostro en el pálido cuello de su hermana dejando fluir su llanto de nuevo.
Ninguno sabía cuánto tiempo había pasado mientras estaban abrazados a los pies de los tronos de sus padres, escuchaban el sonido de los grillos fuera del palacio y la luna llena resplandecía en la vidriera que hacía de techo.
Sorbiéndose la nariz el castaño se alejó de ella una vez que se sentía a punto de caer en los brazos de Morfeo con la cabeza apoyada sobre el hombro de su hermana, usó la tela de la manta para quitar las lágrimas secas de su rostro—. Lamento que me hayas visto así.
—Discúlpate cuando te equivoques, no cuando expreses tus sentimientos —dijo tratando de sonar lo más alejado de un regaño para que no estuviera a la defensiva—. Recuerda lo que siempre nos decía mamá: son mellizos con un cuerpo cada uno...
—...pero un alma compartida —culminó en voz baja mirándola a los ojos, sintiendo un fuerte agarre en su mano con el frío tacto de su hermana.
Llevó su mano hacia su cabeza para quitar varios mechones de cabello de su rostro asegurándolos detrás de sus orejas, palmeó su cabeza con suavidad sintiendo el nudo en su garganta ante el detalle de que la tiara no estaba ahí.
—Me imagino que mañana darán un comunicado oficial. ¿El Hada Madrina quedará al mando? —Habla rompiendo el repentino silencio obteniendo un asentimiento de su parte.
—Por el momento —responde sin más causando una expresión confusa debido a la respuesta tan ambigua—. Ante la ausencia del rey y la reina el Hada Madrina sabe que el Consejo Real exigirá que alguien ocupe el trono lo más pronto posible.
Un silencio aún más tenso se interpuso entre ambos luego del anuncio implícito, de inmediato dejó caer la mano de su hermano frunciendo el ceño dejando caer la intensa mirada a la falda azul de su vestido el cual a cada minuto le fastidiaba más y más.
Sentía la angustia burbujeando desde su interior y cruzó los brazos en un intento de controlar el ataque que se acercaba de a poco.
—Yo no puedo ser la reina —jadeó sintiéndose un poco idiota por lo patética que sonó su voz.
—Se supone que cuando nos graduáramos serías coronada solo se adelantó un poco —dijo tratando de calmar las aguas cuando él estaba totalmente de acuerdo con su pensamiento, él también creía que era muy pronto para una coronación—. No son las circunstancias más idóneas y ambos lo sabemos, sin embargo no te dejaré sola, nunca lo haré. Como aún no estás en edad de casarte siquiera yo tomaré el papel de rey a tu lado casi como rey consorte pero siendo tú hermano hasta que consigan a nuestros padres.
—Jaehyun, por favor — balbucea sin querer sonar como una bebé llorona
—Escúchame —ordenó sujetando su rostro impidiéndole evitar su mirada casi queriendo abalanzándose hacia ella para abrazarla una vez que vio las pequeñas lágrimas inundando sus ojos, pero debía mantenerse fuerte, no solo por ella, sino por ambos—. Ya habíamos hablado de esto, sabes que en algún momento te convertirías la reina, solo debes pensar que se adelantó unos años. Además tendremos algunos días para que te prepares.
—Es que yo nunca pensé que debía reemplazarlos porque desaparecerían —soltó con un sollozo apretando sus manos en puños sosteniendo la tela de su vestido.
—Nunca esperes que las circunstancias estén a tu favor, Minji. Tienes que enfrentarte a los problemas que tienes frente conforme aparezcan, no puedes esperar que todo sea fácil, además de que independientemente de que estén o no sabíamos que este días llegaría.
Apretó con fuerza su mandíbula cerrando los ojos al sentir los pulgares de su hermano secando sus mejillas—. Pero debemos encontrarlos.
Llevando una de sus manos hacia la nuca de la chica, la atrajo hacia él para ser ahora ella quien lloraba contra el cuello de su hermano, la cubrió de nuevo con la manta sin dejar de acariciar su espalda para que dejara salir su llanto.
Dejó salir el aire una vez que apoyó su barbilla sobre la cabeza de la chica sintiendo el dolor de cabeza debido a la cantidad de frustración y rabia que burbujeaba en él, si bien trataba de mantenerse sereno por fuera, por dentro se encontraba igual o más nervioso que su pobre hermana. Si bien todo el peso recaía sobre ella, estaba más que claro que haría todo lo posible para evitar que Minji tuviera que cargar con esto sola.
—Vamos a enfrentarnos a los problemas conforme los tengamos en frente —repitió sus palabras anteriores posando sus labios sobre su rubia cabellera—. Primero nos encargaremos del trono y luego encontraremos a nuestros padres, te lo prometo.
¡Nuevo episodio, amores míos! Me siento feliz de traerles un nuevo episodio ya que pronto iniciaré de nuevo con la universidad y no sé con cuanto tiempo libre contaré para dedicarle a estas historias, sin embargo prometo intentarlo y actualizar seguido siempre y cuando ustedes disfruten de leer este libro tanto como yo disfruto escribirlo.
Como lo ven las cosas están empezando a ponerse turbias y espero que les haya gustado, leeré con emoción todos sus comentarios y les agradezco un montón cada uno de sus votos. No se imaginan lo feliz que me hace ver todo su apoyo.
Me despido por ahora con ansias del siguiente capítulo, ¡hasta la próxima, mis bellezas!
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