CAPÍTULO 9

Veinte semanas antes

Socializar

Había un poco de remordimiento en mí al darme cuenta que si no fuera para mi propio interés Logan no sería mi amigo porque no dejaría que se metiera en mi vida. Comencé a odiar haberlo visto como un comodín para calmar mi relación con mi madre. Me estaba cayendo bien con su jodida insistencia y me sentía más aliviada al confiar en él y tener con quien hablar en esos días de soledad donde Lucas seguía con Cynthia y Luz estaba en sus prácticas.

Tal y como lo deduje Cynthia no dijo que le metí aquella paliza y Lucas no dijo en casa que yo lo había hecho. Intenté que razonara y me creyera pero no me quiso escuchar.

Al limar un poco las asperezas con el equipo de lacrosse en su primer partido, fui a un amistoso en la tarde esa semana, los cuales ganaron por lo que el ánimo lo tenían por las nubes al darse cuenta que hacían buena competencia. Catalina no se negó cuando le pedí permiso con Luz para ir al bar-café a celebrar la victoria.

Estábamos hablando de jugadas y viendo a los demás en otras mesas o jugar al billar, entonces el tema cambió cuando preguntó:

—¿Dónde están tus amigos?

—Digamos que ahora no tenemos mucha comunicación y no los he visto en meses —contesté.

—¿Por qué?

—Catalina no los quiere. Y cometí una estupidez la última vez que nos vimos, ella les echó a culpa y se alejaron porque no querían ser mala influencia.

—¿Son criminales? No es por ofender, pero qué podría ser tan malo para que tu madre determine eso. Conmigo se portó bien luego de disculparme al vernos visto besándonos.

—No son criminales. Y la única diferencia entre tú y ellos es que ellos no tienen dinero.

Alzó las cejas al comprenderlo.

—La señora Catalina no parece ser de esas personas clasistas.

—Pues lo es, a pesar de que su familia no fue rica de nacimiento. Ni la de mi padre. Algunos no tienen familia que los haya criado y fueron hijos del sistema hasta que se hicieron mayores. Tal vez se han equivocado, pero me da tanta rabia que los juzgue, yo pude ser una de ellos.

—Los siento mucho. —Tomó mi mano—. Imagino que ellos representan para ti algo emocional.

—Son mis amigos-hermanos.

Una llamada nos interrumpió y tuve que contestar, él me dejó yéndose a donde Tyler lo llamaba.

—Matthew ya me había olvidado de ti —le dije.

—Yo de ti no. ¿Tienes tiempo libre?

—Entonces quieres un rapidito porque no puedes esperarte hasta el sábado.

—Si no te dejan salir no soy yo el muy necesitado.

—Yo no dije que estaba necesitada.

—Hemos tenido semanas sin vernos, pero estoy al borde de la locura y me está pareciendo simpática la señora de setenta años de arriba.

—No puedo, estoy con Luz y le dirá a mi madre que me fui. Estamos bien, no quiero problemas con ella.

—¿Tendré que decirle a mi padre que voy a ir a una reunión con el tuyo y colarme en tu casa?

—Como quieras, solo avisa cuando vayas.

—Cloy, no, espera. Siempre te has escapado ¿cuál es la diferencia de ahora?

«Que todos saben cómo se llama mi excusa para haberme escapado: Logan Hilfiger»

—Que en estos momentos no puedo.

—Cuando no podías venias.

—Y también sigo molesta por lo que sucedió con Samuel.

—Fue un acto no intencionado, no seas dramática.

—No estoy siendo dramática. No puedo echar abajo mi fachada con Catalina.

—No me importa mucho lo que tengas con tu madre, solo te estoy pidiendo que vengas. Tenemos semanas sin vernos.

—Yo no echo de menos el sexo contigo —sí que lo hacía—. Así que para evitar que me presiones y que creas que soy dramática búscate otra.

—Tú no estás haciendo esto. Al primer desacuerdo dejarlo así. Tú no eres así, eres una chica fácil para este tipo de relaciones.

—Puedes conseguirte a otra chica en estos momentos porque yo no puedo. O disfruta con tu mano. Adiós.

Corté, sabiendo que yo no lo llamaría de nuevo y que no creía aceptar salir si él me llamaba. Matthew fue absurdo y no me gustó el tono que usó para presionarme. Nunca permití que un hombre me dominara.

Localicé con la vista a Logan que caminaba hacia la mesa de billar, conversó un poco con los chicos allí, se notaba nervioso. Quise que me mirara para hacerle una burla, hasta que avanzó hacia una mesa donde estaban unas chicas y se quedó conversando con una de ellas. Desvié la mirada alrededor disimulando una risa, se notaba que no sabía coquetear.

Quería jugar un poco pero en la mesa estaba Charlie, así que evité otro numerito porque con el puñetazo que le había dado creo que había entendido que dejara de meterse conmigo, aunque Logan me pidió, de nuevo, que me disculpara con él, cosa que no iba a pasar.

Lo que le prometí, fue que no me metería con él haciendo que no existía. Le mentí, desde luego, fue muy iluso o confiado para no darse cuenta que su amigo de años lo había hecho y su nueva amiga también.

Si Charlie volvía a atacar yo lo haría el doble.

Luz conversaba con sus amigas en otra mesa con dos chicos. No quería interrumpir. Nunca me había sentido fuera de lugar con mis compañeros de clases. Por eso me levanté dispuesta a tomar aire para no mirar y no tener que acercarme a nadie como al contrario.

Afuera era mejor y me dediqué a ver videos tutoriales, tal vez pronto me tiñería el cabello. De pronto Edgar se bajó de un auto, nos saludamos y me aclaró que se llamaba Elliot O'Connor cuando lo llamé por el primer nombre, quedó una conversación incómoda y que me hacía recordar a la simpatía extrema de Mary Anne, hasta que se metió a reunirse con sus amigos.

Minutos después Tyler Hanck se asomó por la puerta.

—¿Juegas al billar? —preguntó con simpatía.

Entré contenta, por fin podía conversar con alguien que me cayera bien.

—Tenías que habérmelo preguntado antes —le dije.

—Logan me pidió que te acompañara, y si no tienes ganas de hablar conmigo ni con nadie, al menos juguemos.

—Sí que quería hablar contigo, me caes bien.

Me dio una sonrisa que ese comentario le había agradaba.

—Fue algo espontáneo que viera la oportunidad de hablar con esa chica, y, sin embargo, no te quiere aquí sola. Es un buen amigo. Entonces, ya que ha estado algo estresado con el tema del campeonato y el tema de ti y Charlie, al menos deja que se quede tranquilo hoy.

—No tengo problemas por eso.

—Lo hago por gusto, también me caes bien. Lo que Charlie tenga contra ti y/o la relación que tienes con Logan, yo no tengo nada que ver allí.

En silencio comenzamos a jugar hasta que de pronto Charlie se puso al lado de él, yo me crucé de brazos irritada por su presencia y pidiendo a mi foro interno serenidad.

—¿Por qué juegas con ella? —preguntó con total intención de molestar.

Tyler se desdobló de la mesa suspirando pesado.

—Porque quiero. Escucha Charlie: no vengas diciéndome que no puedo hablar con Cloy por esto o lo otro. Tú no decidirás si le hablo o no.

—Ya sabes cómo es ella. Mira como tengo la cara.

—Sé lo que pasó, y me parece demasiado inmaduro de su parte como violento de la tuya aunque te lo hayas merecido. —Alternó la vista entre los dos—. Dejen de darle problemas a Logan y si no quieren tratarse dejen su odio por la paz.

Alcé una ceja mirándolo. El otro nos miro con una sonrisita burlona.

—Ya te encantó. Sean felices. Tú nunca vas a caerme bien.

—Que te den por el culo —le dije antes de que se volteara.

Al alejarse Tyler Hanck negó con su cabeza por los dos.

—Los que se odian se aman.

—No en mi caso. No lo odio, solo desprecio todo lo que está haciendo para que Logan deje de ser mi amigo. Es absurdo.

—Está herido... de una forma que no comprendo. Imagino que es porque Logan es amigo de la chica que lo golpeó en primaria y le dejó resentimiento. No lo sé, Charlie ha sido más amigo de Logan que de mí.

Mirando la mesa supe que eso le dolía.

—Sé lo que se siente.

Me ofreció una mejor cara sabiendo que sí sabía de qué hablaba.

Aparte de Samuel existían otros amigos y entre ellos estaban Duke, el cual tenía una relación más emocional conmigo, lo entendí cuando la primera y única vez que lo vi drogado me dijo que sentía a Ramiro más mi amigo que yo de él.

—Lo que si nunca quiero sentir es un golpe tuyo. Diantres, se ve que golpeas fuerte —bromeó.

—No te metas conmigo.

—Yo no me quiero meter contigo. ¿Quién quisiera? Soy del tipo que te pediría una cita. —Me guiñó un ojo.

—Y yo del tipo que te la aceptaría.

Moví mi taco hasta lograr tocar una bola y que a su vez entrara en el hoyo la deseada.

Se quedó inmóvil mirándome con el taco entre sus manos con una sonrisa pequeña, creo que le sorprendió que le quisiera decir que sí aceptaría una cita con él.

—Buena elección.

—Pero espera, te pusiste nervioso cuando te dije en el campo que quería salir contigo. —Golpee suave con mi taco su brazo—. Y me dijiste que llevarías a tus amigos.

—Tenía que intentar que hicieran las paces.

—Por eso perdiste tu oportunidad. Ahora tenemos que salir como amigos como querías.

—Eso me desilusiona.

Lo dijo de una forma que no era un coqueteo directo, sino más bien una conversación amistosa, su forma de ser me caía de maravilla. Era un tipo muy noble, gracioso y sincero.

***

«Puta cosa maldita que sale de mí todos los meses.»

Ese era mi queja interna ese día, suficiente tenía que Luis hubiese entrado a mi habitación a despertarme y ver la sangre maldita en la sábana, fue memorable ver su cara, le tomé una foto e incluso.

No me sentía del todo cómoda hacer deporte con el periodo pero ya estaba acostumbrada. Teníamos un parte del campo mientras del otro extremo practicaban los nuevos miembros del equipo de lacrosse. Yo corría con parsimonia hasta que Mary Anne se puso a mi lado jadeante y sudada.

—Eres difícil de seguirte el ritmo... —Se detuvo y la dejé atrás, me habló cuando me alcanzó de nuevo—. Es grosero que me dejes con la palabra en la boca.

—Yo estoy concentrada en lo que me toca. Puedes dejar la charla para después.

—Eso suena muy rígido de tu parte y tú no eres así.

—Habla de una buena vez.

Y ni así reduje velocidad.

—Quería que nos habláramos, podemos quedar uno de estos días con los chicos.

¿Por qué quería ser mi amiga? Ya estaba bastante bien lidiando con Logan y con Tyler de vez en cuando. Sentía falso que se me acercaran a hablarme como si fuese una obligación.

—Yo creo que...

Me callé al sentir la velocidad de una lluvia que chocaba contra mi cuerpo y caía y rebotaba en el césped. Yo no podría mojarme si no quería cólicos luego, además que tenía un serio problema con el barro. Como todos fui corriendo a resguardarme del agua, pero cuando sentí un golpe en mi brazo me detuve, Mary Anne que venía a mi lado chilló, la vi y me asquee, su pierna tenía lodo.

Collins se reía como loco a unos cuantos pasos, alrededor todos se lanzaban barro, dudé entre irme o quejarme. De pronto James Espinoza se le unió, el pelirrojo del consejo llamado Jerry Taylor y otro llamado Joey Morgan, que fueron atinando dentro de mi camiseta y cabello.

—Los dejaré medio vivos porque muertos dejo eviden... —¡Dentro de mi boca cayó!—, puedo llegar a ser mala —dije tras escupir y alzar la cabeza para lavarme la boca.

Quería quitarme la sensación de arena en mis dientes, sin buscar problemas en medio del asco vi que habían dos que atacaban con lodo a Mary Anne y que uno de ellos mostraba un culo en bóxers bueno de ver, no tanto como el de Tyler Hanck.

En mi descuido el maldito pelirrojo sin ningún tipo de cuidado me lanzó al suelo y comenzó a lanzarme lodo en la cara, él me mantenía inmovilizada con sus piernas cerrando mis piernas a la altura de mis muslos. Lo golpee como pude dándole manotazos en la cabeza, hombros y cuello, el muy puto se reía.

—¡Eres un traviesa! ¿Eh?

—Suéltame maldito.

—Juega bien, no te enojes.

—¡Si no tuviera la puta menstruación estaría de infantil jugando con ustedes! ¡Voy a tener más dolores por tu culpa! ¡Maldito bastardo!

Eso hizo que se detuviera y relajara su posición.

En ese momento alguien tiró de mí levantándome y abrazándome por los hombros.

—¿Qué ocurre aquí? —le gritó Logan.

El juego se acabó cuando el entrenador nos gritó casi que unas obscenidades junto a la profesora antes de mandarnos a dirección.

—Quítame el lodo, quítamelo —le dije a Logan al sentir la sensación de arena en mi cuerpo.

—¿Qué ocurre? ¿Qué tienes? Estás temblando —me miro preocupado al ponerse frente a mí.

—Necesito bañarme —dije con urgencia.

Apenas podía mirarlo porque era yo con la sensación en mi cuerpo y los recuerdos asomándose, mi piel se erizó y no podía controlarme. Estaba fuera de sí sosteniéndolo por los brazos.

—Oye, no estás bien. ¿Qué le hiciste Jerry?

—Yo solo quería jugar —dijo acercándose—. Lo siento Cloy.

—No... no importa —dije.

—Habla conmigo Cloy —dijo Logan—. ¿Qué tienes?

—Estoy tan molesta, el lodo es un asco. Quiero quitarme la sensación —dije desesperada—. No, no entiendes. Me... me dejaron en el lodo.

—¡Cloy! —era la voz de Lucas.

Me solté de Logan y caminé hasta él, sentía mi cara ardiente y como las gotas se mezclaban con la de la lluvia.

—Sácame de aquí, por favor. Quiero estar limpia.

—Sí, corazón. Vámonos.

No recuerdo mucho el camino hasta los baños, apenas destellos de Luz metiéndome a la ducha y sacando los kilos de arena que tenía encima. También recuerdo como me tomó de la cara mirándome preocupada, Mary Anne también estaba allí y de pronto Logan y Lucas quien dijo que llamaría a la casa.

Afecto

La lluvia y barro me produjeron resfriado. La regla y gripe juntas era de lo peor.

Veía televisión en la sala, mi habitación solo era usada para divertirme con mi saco y dormir, ya que no me gustaban los espacios cerrados. Cerca de las cinco de la tarde alguien llamaba en la puerta, supuse que era una visita porque mis padres estaban abajo y mis hermanos habían salido.

Me soné la nariz antes de abrir.

—Hola Cloy —me dijo Logan con la sonrisa que hacía ver su hoyuelo.

—Hola Logan. No te invité, ni avisaste que vendrías.

—Puedo irme, si eso quieres.

—Estoy aburrida, adelante.

Me di la vuelta sintiendo que me observaba el trasero.

Mi muy fino suave y holgado pantalón de pijama hacía notar y sacar más trasero del que ya tenía.

—Siento tu mirada —dije como pude en medio de un estornudo.

Me senté en el sillón, lo mire mientras me sonreía un poco cohibido, con una seña en mi mano le indiqué que se sentara delante a mí en el mueble del salón.

—No me invitaste a sentarme.

—Lo hice. —Se sentó mientras yo entrecerraba los ojos—. Qué idiota eres.

—Dolió. Traje pañuelos, galletas y mermelada. El helado para cuando quieras salir, no será en una de nuestras casas, nos los debemos.

—No me avergüenza salir contigo si a eso te refieres.

—¿Cómo te sientes? Luz me dijo que despertaste enferma.

—Me siento enferma. Tengo mocos, me resfríe por la lluvia.

—Los chicos al enterarse me mandaron disculpas contigo.

No le di importancia, hasta que le pregunté cómo Jerry había conseguido mi número. Me envió una nota de voz, que ignoré haciéndolo sufrir. Logan no tenía idea, no había hablado con ellos y no recordaba darle mi número a nadie.

Me trajo una caja de pañuelos, los mocos salían solos. Le pregunté si sabía que lo que me había traído no me era alérgico, cómodo me dijo que le preguntó a Luz, diciendo que era dulce e informativa algo que yo no era, me apoyé en que era adoptada lo cual lo hizo reír lleno de culpa. Yo no lo hice ni lo odié, era la realidad.

Al menos no consiguió más información de mí con ella porque una chica interrumpió su intensa conversación clandestina. Pasó a cambiar el tema sobre que los chicos querían disculparse, me concentré en comerme mis galletas saladas explicándole que era alérgica al maní, y al chocolate en grandes cantidades.

—No es personal lo de los chicos hacia ti, solo quieren ser simpáticos. Un ejemplo es Dick, esa es su forma de interactuar, incluso lo hizo conmigo en su momento. Jerry es buen chico solo tal vez no fue la forma en cómo tratarte. A James le gusta coquetear. Ellos son los más intensos, los demás más tranquilos. Déjalos que se aburran de que eres la sensación.

—El problema está en que yo no me he metido con ellos, para que estén metiéndose conmigo. Ninguno me interesa.

—Ellos apoyaron a Charlie no sabiendo la magnitud del problema entre tú y él, lo del lodo fue una forma de interactuar contigo. No fue la forma correcta. Dales una oportunidad. No supieron cómo actuar, si quedarse del bando de Charlie imaginando estúpidamente que había un bando que elegir o del mío y del tuyo. Les aclaré que no había nada que escoger y que te trataran sin problemas.

Ignoré aquello y le dije que se limpiara el labio de mermelada. Sonrió apenado, yo me saqué el moco a un pañuelo antes de ir a la cocina por agua, le pedí subir a la terraza, regresamos a la sala, busqué una chaqueta larga, los pañuelos, apagué el televisor y tomé mi celular.

—¿No te refriaras más? —me preguntó.

—No me gusta mucho estar encerrada.

Subimos hasta allí sentándonos uno al lado del otro, él pasó el brazo por la baranda del sillón de madera sin tocarm. Volvió con el tema disculpándose como si él tuviera la culpa directa de algo, yo le pedí que no hablara más del instituto. Se hizo un silencio de unos minutos entre los dos, fue reconfortante saber que él estaba para mí, aunque no supiera que el barro me hizo recordar hechos y tuve pesadillas en la noche.

—¿Dormiste bien? —preguntó mirando mis ojeras.

—Me quedé viendo un partido de futbol.

—Tu madre me dijo que amaneciste callada —dijo entrando en el tema—. ¿Todo bien?

—Mamá y tú parecen llevarse bien.

Contestó que todavía no lo quería del todo por el incidente nuestro en el comedor, pero él hacía su esfuerzo. Imagino que hablaban de mi, en ese momento no quise saberlo. Estaba distraída en los recuerdos del sueño horripilante.

—Nunca te vi así, me preocupaste.

—Lo superé. Antes y ahora pero no quiere decir que no lo recuerde —susurré despacio, casi ni se escuchó aunque él estaba atento a mí.

—¿Es grave? —preguntó cauto.

—En su momento. Todos hacen como si nada y lo prefiero.

Quedé en silencio por unos segundos luego de enderezarme, entonces él apoyó su brazo en mi hombro apretándolo ligero.

—Yo no he pasado por algo que haya dicho «me marcó» tuve una infancia bonita. Solitaria en eso de hermanos, pero siempre tuve amigos.

—Tenemos algo común.

—Yo le tengo miedo a las piscinas —confesó.

—Tienes dos en tu casa.

Giré el rostro, su expresión era seria mirando a los edificios del frente.

—No paso de un metro de ellas por la profundidad —su voz fue bastante temblorosa.

—Yo le tengo miedo al encerramiento. De una casa, habitación...

—Le tengo fobia a los tiburones.

—No son bonitos y ni siendo estúpida me acercara a ellos. ¿A qué le tienes miedo que no contenga agua?

Sonrió para mirarme, quedamos cerca pero sin intención, temor o incomodidad.

—A la soledad y siempre estoy solo en mi casa.

—Eso contiene agua —me burlé sonriéndole, él lo entendió y quedó mudo. Me di cuenta de algo y le pregunté—: ¿Tus padres siempre viajan?

—Políticos diplomáticos, sí. Hay una amiga de mamá que visito todas las semanas, tiene hijos de mi edad y más pequeños con quienes juego. También tengo a mis...

Me adelanté interrumpiéndolo antes de arrepentirme.

—Yo también le tengo miedo a la soledad cuando antes lo sentía, pero ahora me da terror perder a mi familia —confesé sin miedo.

Fue una conversación seria y sincera. Sin preámbulos o timidez me llevó más cerca de él y me abrazó, se lo devolví porque sabía lo que era sentirse solo.

—¿Tus padres no están al pendiente de ti?

—Llaman todos los días y mi madre es un amor pero a veces la presencia física sirve. No puedo abrazarla.

—Te presto a mi mamá para que la abraces —soné segura y sincera.

Eso a él lo conmovió demasiado y no supo qué hace, entonces yo me senté en sus piernas mientras llevé su cabeza a mi hombro. El aroma me llegó, era uva artificial, en ese momento allí olfatee algo más; algo semejante al sol cálido que podías inventarte cualquier olor tropical agradable.

—¿En serio? —murmuró.

—Sí. Cuando uno de mis hermanos-amigos los adoptaban y nos visitaban les pedían a sus padres abrazarnos para que sintiéramos que era un abrazo materno o paterno.

—¿Alguna... vez? ¿Te abrazó alguien?

—Sí y me dio esperanzas, Logan.

Recalqué el hecho de que podría abrazar a mi madre, ella sabía de eso tras haber tenido a dos hijos adoptados. Luis fue adoptado de meses, él no lo sabía, lo que sí yo sabía es que dentro de poco se preguntaría por qué los mellizos tenían el pelo castaño e incluso yo mientras que él era de pelo negro, de parte de mis dos familias tenían esos rasgos.

Le pedí que no lo comentara con nadie, él me prometió lealtad.

—No quiero que me entiendas, pero luego eres insoportable preguntando y me fastidia y quita mi poca paciencia pero también eres comprensivo y atento. Desde hace mucho nadie tenía una atención conmigo así que no fuera mi familia —le dije—. Estoy confiando de poco en ti, y por como actúas me dice que si puedo, pero no es fácil. Soy muchas cosas pero también cerrada y desconfiada. No quiero patearte el trasero y no volver a confiar en nadie más. No es tu culpa, es la mía y las situaciones que me hicieron así.

—No pensé que pensaras eso.

Puso las manos en mis rodillas que estaban flexionadas hacia arriba.

—Porque si crees conocerme no has visto nada.

—Yo sé que no te conozco nada a profundidad, te conozco lo que muestras.

—No tengo otra personalidad, así soy yo, pero cuando se trata de una amistad que siempre me ha parecido importante y valioso, no soy tan ruda.

—Has bajado la guardia estos días.

—El sábado cuando te vi derrotado entendí que debía retribuirte algo porque una amistad no es de uno que es insistente, también es del otro que lo agradece.

Sonrió.

—Cursi.

—Yo no soy así ni lo seré no me gusta, me gusta ser directa, ser cínica es algo que me nace y si estoy fastidiada te digo lo que me molesta a la cara. Muy poco muestro afecto. Si me ves a mí y a mis amigos dirías que soy otra persona porque soy más confianzuda.

Sonrió complacido de escucharme.

—Esa es una Cloy diferente.

—No lo creo. Solo estoy mostrando lo que no saco con facilidad. No pienses que es porque dejo mi culo en tus piernas, soy la misma revelándote mi afectividad que es tan íntima.

—De acuerdo, es un acercamiento de personas que no se confunde, ya dijimos que somos amigos.

—Tengo mente abierta y soy liberal. Y hemos recalcado demasiado lo que somos.

—Es cierto... Querías que te entendiera.

—No quiero hablar de eso cuando hablamos de la amistad, ¿qué es para ti la amistad?

—Dejar tu intimidad en una persona que quieres y confías, sin importarte nada porque quieres compartirlo, porque quieres hacerle bien, porque quieres que alguien sienta empatía y conexión contigo. Demostrarle tu querer.

Sonreí, Logan no era un dulcero la mayoría del tiempo, era adulador lo que a veces se confundía, pero esa vez estaba siendo un buen cursi de mierda.

—¿Con quién te sientes así?

—Con Charlie sin dudas, es lo más cercano y con Tyler aunque nos tratemos como si no nos conociéramos. Mary Anne, Mariana como prefiere ha sido una buena amiga, entre mi familia la amiga de mi madre que la veo como una tía. Y tú. Te llevaste todas mis inhibiciones con el tema de amigas de un chico, no tengo la mente tan abierta.

»Por eso me escandalicé con el beso. Ya me di cuenta que contigo es hablar con sinceridad y que la confianza es fundamental.

—Hasta que lo comprendiste. Hemos hablado demasiado hoy en tan poco tiempo.

—¿Somos íntimos?

—Desde ya.

Yo fui quien lo abracé y duramos demasiado tiempo sin hablar hasta que Luz subió, nos vio y se disculpó volviéndose a ir.

Bajé de él invitándolo por primera vez, a cenar. Eso lo hizo sonreír y agradecerme, lo insté a ver el partido de un deporte para matar el tiempo hasta la cena que preparó mamá cuando llegó con papá al rato. Luis fue el único que comentó el por qué Logan estaba allí, los demás actuaron como si nada, imaginaba porque estaba enferma

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Tengo un tablero en Pinterest con todo el cast de la historia con figuras publicas como me los imagino, ¿alguien quiere curiosearlo?

Si les gustó voten, comenten, compartan, gracias.❤

Besitos problemáticos borrachos 😚

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