CAPÍTULO 6
Veintitrés semanas antes
Chismes que provocan daño no son realmente falsos
El sábado como predije no pude verme con Matthew por actividad familiar llamada noche de cine que duró hasta las tres de la mañana con el objetivo implícito de no escaparme. A pesar de que conocían a Logan seguí castigada. Y Matthew y yo nos quedamos con las ganas, además de que él quería saber los detalles sobre mi relación con Samuel.
Hice bajar a mis hermanos por las escaleras para que terminaran de quitarse el sueño, Luis se quejó y lo subí a mi espalda para que se callara. Odiaba el ruido por las mañanas.
Me detuve abruptamente al ver a Logan hablar con Catalina en pleno vestíbulo. Lucas me ayudó a bajar a Luis y caminé hacia ellos.
—Yo quiero ser su amigo... —interrumpí a Logan.
—¿Qué chingados haces aquí? —disparé.
—Cloy, los buenos días no están de más —me dijo mamá.
—No te pedí que vinieras.
Logan estaba blanco y pasmado al ver mi mal genio que crecía cada vez más al verlo ahí en mi casa, de nuevo.
—Quería aclarar un poco con la señora Catalina lo que había pasado entre nosotros. Decirle que no quise irrespetarte y tampoco la casa. Que fue un error, nada más.
—Hablamos de ti bastante este fin de semana —le dije—. Ya es demasiado.
—No es demasiado porque son amigos —me dijo mamá.
No iba a prolongar esa conversación así que me despedí, mis hermanos estaban detrás mirándome y esperándome.
—Logan vino a recoger a Cloy, ya pueden irse. Adiós mis hijitos —les dijo Catalina.
Tomé a Logan del brazo y lo saqué mientras me indicaba que su automóvil estaba afuera.
—¡No me dijiste que vendrías! No te creas muy listo. Tenemos una versión que mantener —espeté golpeando su auto.
—Y la mantuve. Vine a limpiar mi penosa reputación con tu familia. Eso es todo.
—Tenías que ser el chico que arma el problema y se va.
—Pues lamento si estás acostumbrada a eso. Yo me voy a quedar en tu vida. Si me dejas... claro.
Me sostuvo la mirada, me crucé de brazos desafiándole.
—Dime qué te dijo mamá.
—Que tengo buenas intenciones contigo, tal vez sí debí decirte que hablaría con ella, ya que me hizo muchas preguntas que no pude responder —contó con miedo—. Por eso se dio cuenta que nuestra relación es complicada. Al final me pidió que fuera tu amigo, que tus amigos te habían dejado.
—¡Maldita sea!
Le pegué al auto con el zapato. Al tomarme de los brazos me alejé de forma abrupta de él.
—Cálmate. Tú madre está preocupada por ti.
—No tienes ni una puta idea de lo que pasa con ellos —espeté señalándole con un dedo llena de furia.
Alzó sus manos algo aterrado, yo regulé mi respiración apartándome de él.
—Está bien.
—No creas nada de lo que dice Catalina. Te dijo eso para manipularte y que no te apartes de mi. Solo le convienes que seas mi amigo, porque cree que la gente que va al instituto son mejores que mi amigos.
—Nadie tiene que manipularme para que no me aleje de ti.
—Quita el seguro, me voy contigo —soné igual molesta.
Sonrió, sacó las llaves y me abrió la puerta. No me hacía gracia irme con él, pero no llegaría rápido y quería verle la cara a su amiguito al vernos llegar juntos.
Luego de todo si no podía joder a Charlie Fodds directaemente, si que podía joderle la paciencia con Logan.
—Te vi en el acto de nombramiento, ¿te gusta el lacrosse? —preguntó cuando cruzamos a pie el estacionamiento.
—Sí, no asistí para verlos actuar a lo HSM. Lo hice porque nombrarían a Luz de la escuadrilla de porristas.
—Ah, claro. Quiero que me veas. ¿Te gustaría usar una camisa del equipo?
Y por los siguientes minutos hasta mi casilleros mi respuesta fue un no. De pronto mientras me miraba sonriente escuché que me llamaban detrás de mí. Giré de forma inconsciente para encontrarme con el equipo de lacrosse de frente. Seguí en lo mío porque pensé que era un saludo masivo de comienzo de semana hacia su capitán.
—Quieren hablar contigo —me dijo Logan.
Volví a girarme porque no duraría toda una mañana allí con ellos.
—Yo valoro mi tiempo. Así que si hacen como que jamás me han visto no tienen que hablar conmigo —les dije.
—No, sería muy aburrido —dijo un chico llamado Dickerson Collin, lo conocía porque era imposible de no hacerlo porque recibía regaños de los profesores.
—Normalmente no bañamos en pintura a alguien y luego hacemos como si nada —habló el moreno, que todavía no sabía su nombre, ¿Taylor?
Y nadie como él rechazaba una cita conmigo.
—Hagamos como si nada.
—¿Y me das tu número? —preguntó otro moreno que se veía más coqueto.
—Cállate James —le dijo Dickerson.
—Dijiste que con tu encanto harías que nos perdonara por lanzarle bombas de pintura —le espetó riéndose o más bien siendo ofensivo.
—Chico céntrense —dijo el moreno que me rechazó. Me miro y me ofreció una sonrisa amable y encantadora—. Los chicos lamentan haberte atacado. Yo la verdad ni siquiera estuve presente porque me pareció mejor bañarme y ni me enteré porque hubiera avisado a Logan.
—¿Puedes ser más directo? —dijo el que se llamaba James.
—Y sí, esta disculpa debió de ser inmediatamente luego que estabas furiosa, pero nadie creyó que esto llegarías lejos. Ni el mismo Charlie. Así que en nombre de todos ellos, te ofrecemos disculpas.
Deformé la expresión en una indiferente mirando a los ojos al moreno. No podía sacar provecho de ninguno porque ya Logan dijo que no quería nada conmigo y el otro me había rechazado.
—Nunca quise una disculpa porque no quiero nada de ustedes, aparte que me dejen en paz. Ustedes se mantienen alejados y yo no les pateo el culo.
Cerré el casillero, torcí la boca en una sonrisa descuidada a Logan y me fui de allí oyendo a Mary Anne burlarse de que yo no era fácil. Y era cierto, no lo era.
***
El ambiente estuvo algo pesado con respecto al equipo, ignoré con todas mis fuerzas las caras que me ponían e incluso la de Logan que me pidió que los perdonara en la salida. Un poco después que estudiaba para un examen se presentó en casa, bajé para que no subiera y me llevé la sorpresa de que en el vestíbulo estaba Cynthia conversando con él, quien se suponía que ya se había ido.
—¿Qué harás después? —le preguntó con un tonito que le ponía a Lucas cuando quería estar a solas con él.
—Estar en mi casa. Me imagino que viniste a visitar a Lucas, ¿son novios? —preguntó Logan dando un paso atrás.
—No es nada en serio. Podemos ir luego a tu casa y ver qué pasa. Capitán —sonó como una gata en celo lo que me irritó.
Caminé hacia ella y la cogí del pelo.
—¡Sabía que eras una golfa! —escupí en su oído.
—Ay. Ay. Suéltame. Logan, quítala de mí —gritaba dolorida.
—¡Ni te atrevas porque te dejo sin miembro! —amenacé a Logan que tenía todo el propósito de desapártame.
Lo vi tomar su celular y llamar a alguien.
—Sabía que eres una zorra. Te vi en los baños en detención teniendo sexo con José Sullivan —grité—. Cuando eras novia de otro chico del equipo.
La incliné hacia el suelo y retorcí mas su cabello mientras se quejaba.
—¡Suéltame zorra! —gritó—. ¡También te acostaste con él!
—¡Suéltala! —escuché a mamá pedirme que venía corriendo.
Con el agarre de su cabello retumbé su cabeza contra el suelo antes de soltarla. Lucas pasó como una bala y la ayudó a levantarla mientras sollozaba, aparté a Logan que me retuvo cuando quise volver a lanzarme.
—No te acerques Cloy. No lo hagas —no se esforzó en gritar, habló calmado.
—Inventaba un chisme y me decía que iba a contarte para que le creyeras —dijo la muy calculadora.
—¡Maldita mentirosa! ¡A quién crees a quién va dirigido este puñetazo ahora!
Sin tantas premuras me lancé a ella. Él la escondió detrás de él, y el golpe fue a parar en su nariz. Se echó de espaldas gritando de dolor. Alonzo se aproximó a mí sacándome del vestíbulo hasta la casa.
De la puerta de la casa al salón los comunicaba un pasillo, en medio de estos dos había un ante salón donde del lado derecho estaba una puerta que daba a la pequeña biblioteca y del izquierdo la puerta al comedor que conectaba con la cocina que llevaba a las escaleras de emergencias a la terraza. Diagonal a la cocina estaba la sala principal y de frente un pasillo que llevaba a las habitaciones y paralelo a esto quedaba al fondo el cuarto de lavado con la del gimnasio.
Allí me dejó Catalina mientras le gritaba también.
—¡Se le estaba ofreciendo a Logan!
—Golpeaste a Lucas.
—¡Ya te dije que no quería hacerlo, era para ella! Y lo siento mucho.
—Cloy —dijo lastimero papá—. Se supone que no te meterías en problemas. Tienes que respetar esa relación.
Gemí frustrada tomándome la cara con las manos y aplastándola y tuve que decirles porque no me caía en gracia.
Cuando estuve detención por los exámenes de química fui al baño y ella estaba ahí teniendo sexo con un chico. Luego me enteré que era novia del ex capitán y ese mismo chico me lo confirmó cuando se enteró. Es una zorra, lo quiere por el dinero, es una obsesiva de las compras.
Así precedió todo mi relato de lo que José Sullivan me contó y lo que sabía de ella. Del que todos dudaron. Luego de verla en el baño con uno de los chicos del equipo, la vi con José y ese mismo día lo vi a él llorar en detención, como éramos los únicos él me utilizó de pañuelos de lágrimas contándome todo. Que lo engañó y estaba con él por su dinero.
Luego él me saludaba y aunque no hubo un vínculo entre nosotros más de que agradecimiento Cynthia nos vio un día y me miro queriéndome matar, yo no me intimidé. Y meses después era novia de Lucas.
Y ninguno me creyó como Lucas cuando se lo advertí la primera vez que lo vi con ella.
—¡Cloy ya basta! —me gritó Lucas llegando—. Cállate la mal... bendita boca que nada más sabe decir groserías, vas a vivir con que yo siga siendo novio de Cynthia y te apretaras esa lengua cochina con tus insultos. Y tus golpes que ponen nerviosa a mamá y temerosos a Luis y Luz.
Miré a mi niño sentado a dos metros de nosotros cabizbajo e intimidado.
—Lucas no regañes a Cloy que yo soy el padre. Cloy no digas cosas sin bases y no insultes, por favor, a Cynthia —habló papá.
—¿Dónde lo escuchaste? —me preguntó mamá que me miraba enojada analizando cada una de nuestras actitudes.
Caminé a la sala porque sentía que iba a asfixiarme el encierro mientras le explicaba que era de su ex novio.
—¡Te estás volviendo loca con Cynthia! ¿Qué te molesta de ella? ¿Qué se la lleva mejor con Luz que tú? ¿Qué es bonita? ¿Qué están detrás de ella? Hasta celos lo creo, menos una historia de alguien como él. Y no entiendo los celos si te la pasas más tiempo con Luis. ¡Lo quieres más que a mí y no me importa! ¡Por el Dios en que no crees dame paz y respeto!
—Lucas no le grites a Cloy. Habla con ella de lo más tranquilo tus resentimientos —le dijo mamá.
Luz ya lloraba porque sabía lo dolido que Lucas se sentía, cuando vi lágrimas caer en él me sentí la peor persona y hermana del mundo. Al darse cuenta de sus propias lágrimas se dio la vuelta yéndose.
—Me importas, por eso lo digo —hablé antes de que abandonara la sala por completo—. Y me duele que no me creas. Pero pues, haz lo que quieras. No te lo puedo negar cuando yo también hago lo que me da la real gana —me calmé asegurándome que me escuchara.
Luz se detuvo frente a mí en una distancia considerable.
—Lo peor es que te tengo miedo. Luis, Lucas, yo. De seguro papá y mamá. Lo golpeaste.
—Hija... —comenzó papá diciéndole.
—Déjame hablar... por instantes recuerdo que eres mi hermana. No tienes nada de tacto o educación. Papá, mamá. —Los observó—. Esto me decepciona de ustedes. Cynthia discúlpala de mi parte.
—¡Oh! ¡Ve y hazte su novia y que te quite el dinero! —le exclamé molesta.
Me fui a buscar a Luis que se negó a ir conmigo a mi habitación, me fui a la mía con un fuerte golpe a la puerta al cerrarla.
Logan me llamó diciendo que estaba abajo queriendo saber que había pasado, le daba vergüenza subir. Le pedí que me esperara. Me bañé para calmarme la rabia, decepción y dolor. Me cambié tomando ropa, llaves y lo que si
Salí del piso con papá pidiéndome que no me fuera y mamá gritándome que dejara de ser una rebelde, bajé las escaleras con rapidez no pensando que subió al ascensor y sabiendo que como tomé las escaleras llegaría más rápido al vestíbulo, mi idea era no parar.
Cuando llegué al vestíbulo por supuesto él ya estaba allí, junto a un interrogante Logan y Roque.
—Alonzo no me detengas. Vámonos Logan —dije sin mirarlo.
—Cloy espera, nena —me habló Roque—. Habla con Alonzo antes y te vas si quieres, puedes ir mi casa.
—Cloy, ángel. No te vayas. —pidió mi padre.
—Alonzo no me vas a convencer con tus apodos cariñosos. Me voy.
Mire a Logan que negaba súbito con su cabeza negado a mi petición.
—No te necesito, eso quiere decir que no es necesario que te sigas portando bien con mi madre —le dije—. Ya sabemos que solo quiero algo de ti.
Dejé a los dos hombres perturbados y al chico avergonzado con mejillas rojas como el chile picante.
Caminé más rápido hasta que papá me alcanzó con un abrazo.
—¡Déjame Alonzo! ¡No soporto que le creas a esa puta y a mí no! ¡Me adoptaste, maldición! —grité.
—No dije que no te creyera.
—Suéltame —le pedí firme sin gritar.
—No.
—No quiero verla.
—Le pedí que se fuera.
—Ni a Luz ni a Lucas.
—No puedo echarlos, son tus hermanos.
—Adoptivos. No importan, no me dan de comer, ni me quieren.
—Como yo sí, tienes que quedarte.
—No lo voy a soportar, déjame ir.
No me desistí en pedirle que me dejara en ese abrazo que duró un buen rato, me tuvo inmovilizada, cuando pude salí corriendo. Lo escuché maldecir por no llevar encima las llaves y apurar a Logan que fueran en su auto, me giré y mamá parecía decirle que me dejara y algo a Logan que no logré escuchar.
Cuando llevaba a paso apresurado dos cuadras pensando en ir a un hotel de estrellas apagadas, de mala muerte, escuché al insistente de Logan.
—¡Cloy! ¡Bonita! ¡Bonita! —sonó el claxon y ni lo miré—. ¿Me vas a ignorar? —Se ubicó casi que sobrepasando la acera, lo miré y me lanzó un beso en el aire, dejé de mirarlo—. Me estás ignorando.
—No lo hago, te estoy mirando —le dije sarcástica.
—Te sentirías culpable si lo hicieras, soy «ignorable».
—Creo que esa palabra no existe. —Rió por mi forma brusca en hablarle—. Sí, te quiero ignorar. Te estoy ignorando. Lo hago.
—Al menos me miraste.
—No es un honor. —Puso un puchero.
—Entiendo, eso es sarcasmo.
—No lo es. No vuelvas a decirme bonita.
—Deja el orgullo que nada te hice y sube, antes de que alguien suene su claxon... —Lo hicieron.
—¡Muévete! —le gritó la tipa que venía detrás del auto de él.
—Un momento. Ya puedes moverte tú.
Se estacionó dejándole paso a la tipa que nos echó un gesto airado.
—Te van a multar —le advertí.
—Súbete entonces.
—Traidor. Me dijiste que no cuando te lo pedí.
—No soy irracional. Ahora te llevaré a cualquier parte que quieras, pero súbete Cloy, por favor.
Resoplé dándome por vencida por su historial de insistencia, le pedí que me llevara a un hotel del cual no había ido aunque sabía la dirección, quedaba cerca del local donde me hice mi primer tatuaje.
No dijimos nada, perdí mis pensamientos en los acontecimientos hasta que vi donde Logan se detenía. Una casa de color café de tres pisos y planta baja, mejor dicho un casón de gente billonaria. Justo se detuvo dentro, cerca de la valla alta de la entrada.
—Esto no es el hotel.
—Por ti mi casa la convierto en hotel.
—¡Maldito seas! —le grité haciendo que él diese un respingo.
—Controla la rabia y tu boca.
—¡Cállate!
Salí apresurada del auto yendo hacia la reja, me detuvo poniéndose frente a mí y sus manos en mis hombros colocando su espalda contra dicha reja.
—¡Suéltame!
Su agarre era fuerte, pude soltarme al menos cuatro veces donde le gritaba lo molesto que era en groserías insultantes, él se sorprendió y tampoco me dejó huir en una conversación absurda de más de veinte minutos donde me decía que era mejor quedarme con él que a un hotel donde habían desconocidos. De a poco me llevó hacia adentro con algo de fuerza.
—No quiero estar sola contigo aquí —dije ya más calmada en un tono de voz firme.
Estábamos en el recibidor de adentro. Y no aceptaba el hecho de despistarme con una charla ridícula que me llevó hacia dentro, además también de mirar embelesada la construcción. Era bella y atrayente.
—Es lo que hay —respondió calmando su respiración caminando frente a mí.
Gruñí, tirando mi mochila al suelo del recibidor
—Pediré pizza —anunció buscando con su mirada frente a una mesita que tenía una libreta.
—No me gusta la pizza.
—Por amor a toda la belleza.... ¿Qué te gusta mujer? —preguntó entre un tono de: «estoy molesto pero si le hablo mal va a ser peor».
—Un sándwich basta.
—Qué simple —comentó leyendo y pasando hojas de una libreta que puso al lado del fijo que estaba en la mesita.
—Qué entrometido.
—Te invito a desplazarte y conocer la casa, no quiero que te quedes enterrada allí —pidió mirándome y extendiendo su brazo en un gesto cortés.
—No te pases.
—Deja de estar a la defensiva, yo no soy Cynthia —sonó con carácter y no con condolencia.
—Si me hubieras dicho sí a llevarme cuando te lo pedí estuviera bien contigo.
—Deja el rencor.
—Deja de hacerte propio de mi vida y mis decisiones.
Levantó la vista para observarme por al menos treinta segundos analizando mis palabras. Al parecer en la lógica de mantenerme en un lugar con un amigo como él no entraba respetar lo que yo quería.
Y me obstinó, ¿por qué ya no tenía la cara roja de sangre por los putazos de mi parte?
Cierto, sus manos en mis hombros no me dejaron hacerlo.
—Ay. Eso dolió y no sé porqué, no me hago propio de tu vida Cloy.
—Sí, cuando me tienes aquí sin ir a donde yo quiero.
Balbuceó atrapado e incomodo.
—Yo..., mira yo no..., Cloy... pasa que...
—¡Habla! ¡Maldición!
—Tu madre me lo pidió, ¿entiendes?
Me aproximé a él empujándolo antes de poder insultarlo.
—¡Traidor de mierda! ¿Cómo puedo entenderlo?
Su mirada de sorprendimiento por mi acto violento duró unos diez segundos hasta que me ignoró nervioso tecleando algo en su celular y llamando a mi madre diciéndole que estábamos en su casa.
Yo ignoré toda la corta llamada, ¿por qué ella no lo odiaba si lo conoció con el pene erecto encima de mi?
—¿Ya te dije que soy bueno con las palabras? Esta mañana le caí bien.
Hizo una expresión altiva y coqueta.
—Te quiero golpear. Es en serio —espeté entre dientes.
—Yo sé que no estás contenta y no puedes entenderlo así como estas. —Dejó las hojas de la libreta para mirarme—. De molesta.
Se me acercó para abrazarme, me fastidió el gesto, Logan no se sentía como un abrazo reconfortante y a la vez inmovilizador de papá, no se sentía nada. Me despegué de él a los cinco segundos.
Él sonrió marcándosele un hoyuelo que ni idea que lo tenía. Le eché mala mirada.
—Estoy contigo y contra la señorita interesada de dinero que me dijo que me tenía una propuesta bastante sexual cuando supo que sería el capitán. No iba a acostar con ella. —Alzó las manos.
—Te vi temeroso, ni que lo digas.
—Te ayudaré a solucionarlo.
Me entendía, entonces me desahogué, creo que por eso y todo lo que ya antes sentía. Sí me había desahogado con el saco, no de forma verbal, o sí... porque a veces hablaba en voz alta mientras le pegaba al saco. Era normal hablar en voz alta, la única segunda voz que le contestaba era a mi consciencia... en ciertas ocasiones.
Lo mire intentando que no se me viera que me sentía mal, puso una mano en mi hombro dándome apoyo. Yme rendí.
—No estuviste en la casa, fue peor de lo que me imaginé ninguno de mis hermanos me hablan. Me tienen miedo por el golpe a Lucas. Luis ni me miro, Luz se pasó con palabras de mierda. Todo esto es una maldición, Cynthia es una maldición.
Él estuvo atento a todo lo que dije, con eso sabía que estaba para mí.
—Desahógate Cloy. Por ti. Solo estamos los dos.
Pidió con cariño y suavidad tomando mis manos. Me solté de él quedándome inmóvil en ese lugar. Me desconocía, me abrí con alguien tan desconocido para mí, con alguien que no debía estar contándole nada.
Me ganó el estrés, decepción y dolor.
Lucas y Luz se pasaron terrible, y mi niño... Luis me odiaba y me tenía miedo. Mis padres... ellos jugaron a la diplomacia por la influencia de la maldita sucia.
—No quiero regresar aunque no quiero que mi padre esté preocupado y mi madre. Ya extraño a Luis. No quiero que Lucas me mire dolido. No quiero que Luz me diga cosas horribles.
Mi voz se rompió cuando alcancé el límite de las lágrimas en mis cuencas, había reprimido el llorar esas horas, me dolía la cabeza y rostro por eso, sentía que me faltaba el aire, mi garganta se sentía atorada, mis pulmones quemaban...
Luego de siete meses me permití llorar con un desconocido, que era lo peor.
Logan me llevó hasta un sofá para sentarme y abrazarme.
—Sentí que eras extraterrestre y que eso de llorar no era lo tuyo —emitió suave en ese tono de humor de él que era más a un insulto que provocar una risa fácil.
—Cierra la boca maldito traidor.
—Por lo menos estoy en mi propia casa donde no puedes llevarme fuera de la puerta y tirármela a la cara.
—Te odio Logan. —Me di una palmada en la frente cuando recordé que lo había tratado mal en el vestíbulo frente a papá y Roque—. No te odio y discúlpame por decir que no importas.
—Te disculpo y discúlpame si te de verdad te molesta que te diga bonita. Y discúlpame por mentirte diciéndote que te llevaría a donde quisieras. Y discúlpame por hablar con tu mamá sin consultártelo.
—Te disculpo. No lo de mi madre.
Un espasmo recorrió mi cuerpo y comencé a sollozar hasta tiempo después cuando no recordaba el momento que tenía la cabeza en las piernas de Logan, unas muy húmedas por mis lágrimas.
—Guao Cloy. Esto fue lo que no orinaste —comentó—. A mí me hiciste orinar. Mira mis piernas.
Lo golpee como pude en el pecho.
—Ni siquiera me dejas llorar en paz con tus chistes estúpidos y absurdos.
—Ni llorando dejas de ser violenta. —Tras una pausa comentó—: Me siento las piernas pegajosas, bastante que has llorado. Ya, no me gusta verte llorar.
—Tenía tiempo sin llorar. La última vez que lo hice fue por..., por cosas significativas que me patean fuerte. Duro horas llorando.
Ladee mi cabeza en sus piernas como mi cuerpo para mirarlo, estaba asombrado.
—Qué barbaridad. Creo que yo lloro por todo —bromeó.
—No te miento. Lo que menos tengo es ganas de mentirte.
—Te creo. Uno llorando es sincero. Tu corazón es fuerte mujer. Leí que cuando las personas lloran liberan tensión y estrés, espero que te vuelvas blandita luego de que llenaste mi pecera: mis piernas. —Rodé mis ojos sonriendo un poco—. ¡Je! He logrado hacerte sonreír ¿Cosquillas?
—Te pateo las bolas.
Él rascó su mandíbula apenado.
—Qué comentario tan violento mujer.
—Me has dicho mujer varias veces, ¿ee parezco vieja?
—No, siéntete halagada.
—No me hagas cosquillas ni hoy ni jamás.
—De acuerdo.
Limpió por primera vez con sus pulgares mis lágrimas pidiéndome que dejara de llorar, por mucho lo intenté. Lavé mi cara en el baño y él pidió hamburguesas por domicilio antes de irse a duchar y comimos al rato.
Por obviedades de Catalina siendo una mamá racional no me dejó dormir en casa de Logan y me fue a buscar con papá.
°°°
Besotes problemáticos pero amistosos 😚
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