CAPÍTULO 37


Seis semanas después

Tregua

Los vítores, gritos y palabras de ánimo iniciaron cuando los dos equipos salieron para debatirse por el puesto, quien ganara iba directo al juego final, allí en Madison High se mostró el esfuerzo que todo el año habían demostrado los pandas de North George Hill Preston.

Mis compañeros ya no tenían nervios como los juegos pasados por los becarios de universidad y agentes de equipos, ahora tenían miedo de no poder dar un buen juego.

Fue un partido intenso, los alacranes de Madison eran demasiados buenos pues en vacaciones tenían campamentos de lacrosse haciéndolos tener una preparación tremenda, mientras que los pandas podían descansar varias semanas, pero no opacaba que eran ágiles y sus estrategias de juego se habían consolidado.

No obstante, Charlide Fodds era una pieza muy importante en el juego, así que cuando estuvo hospitalizado el equipo buscó otras formas de cubrir el puesto y estar al nivel de lo que ofrecía este.

Y la ausencia de Charlie les costó el campeonato, por dos puntos malditos de diferencia.

Cuando me acerqué a ellos mientras las porristas estaban a su alrededor dándoles ánimos tenían sus caras decepcionadas, mucho peor que el primer partido. También había una mezcla de indignación y culpa. Dickerson estaba llorando echado de espaldas en el césped mientras Jerry y James lo apoyaban.

Abracé a Hanck al mismo tiempo que Mary Anne.

—Lo hicieron demasiado bien —le dije.

—Siempre nos dices eso.

—No podría mentirte diciéndote que el tercer puesto es una maravilla —repliqué con suavidad.

—Has ganado algo Hanck, yo nunca he ganado el concurso de manualidades —razonó Mary Anne—. El equipo había estado fuera del cuadro de honor desde hace cinco años. Muchos ganaron agentes, eso sí es un premio.

Él negó con la cabeza aunque volvió a abrazarla, me hizo un movimiento con la cabeza para que fuera hasta donde estaba Logan felicitando educadamente al equipo ganador. Puse una mano en su hombro.

—Has ganado un agente, ¿o no? —le pregunté—. ¿Una beca?

Él me miro casi con desilusión.

—Los he rechazado.

—Estás loco —le dijo el capitán de los alacranes—. Pero no si me dejas que esta chica sea mi cita en el baile de graduación.

—Puede estar loco porque no creo que te deje y entre otras razones porque sabe que yo diría que no —contesté.

Se fue con una sonrisa de victoria diciéndome que me contactaría para que aceptara.

—Felicitaciones, quedaron en el cuadro de honor. —Me giré a Logan para abrazarlo—. Aunque no sea una maravilla estar en el tercer puesto.

—Sigo apostando con Tyler eso de las preguntas, me debe unos cien.

—Tan serio que se ve no creería que chismea contigo sobre mí y maneja todo el contenido de nuestra relación.

Me aparté y le puse su gorrito de panda que me había puesto de la misma forma, regalo silencioso, hacía unos días.

—Mariana también sabe mucho de nosotros dos

—¿Te sientes impotente, molesto?

—Triste, esto era uno de mis sueños —confesó—. Ganar el campeonato junto a mi equipo.

—Es una mierda, ¿cómo crees que podemos arreglarlo?, ¿saboteando a los de Paterson? —El equipo que se disputaría con Madison—. Podemos hacer algo.

—Mi salud mental no me dejaría en paz. —Hizo un puchero tomando un mechón gris de mi cabello—. Podemos quejarnos y ya luego saber que nos alivia.

—¿Helado?

Sonrió con un brillito aunque de tristeza también de emoción.

—A Charlie no le molesta que celebremos o no. Así que hay que mejorarle el ánimo al pobre de Dick. Creo que estaba tan ilusionado como yo, tal vez si lo hubiera preparado mejor para la posición de Charlie habríamos ganado.

Lo tomé de la mano ignorando a su ex novia que se adelantó a darle un abrazo de lástima. No solté nuestros dedos entrelazados.

—Lo siento. Ganaras en otros partidos —le dijo.

—Gracias Chelsea por el esfuerzo de todas las chicas y el tuyo. Al menos ustedes si ganaron su premio de escuadrilla.

Se despidió y sintiendo una mirada de odio en la nuca nos arrodillamos hasta Collins.

—Es una mierda. Y siento que es mi culpa —le dijo Logan—. Te habría preparado mejor, incluso habrías sido un buen capitán.

—No, no te culpes que me pongo a llorar —lloriqueó—. Es mi culpa, no frené ese gol en el segundo tiempo.

—El tipo era dos veces más grande que tú, no podrías —le dije—. Vamos, si fuera tan fuerte no me habría dejado golpear de cinco tipos, no salí ilesa. Casi me revientan el cráneo.

—Y a mí me noquearon muy rápido —me siguió Logan.

—Lo siento —dijo Dickerson.

—No te disculpes. Es culpa mía, no estoy todavía al cien por ciento, he hecho esfuerzos tremendos porque sigo lesionado.

Todo el equipo que estaba congregado, las porristas y los aficionados lo miramos. Él había dicho que estaba bien cuando no. Dickerson se sentó y lo abrazó. Logan soltó algunas lágrimas.

Celebramos en la mansión Hilfiger, todos bebían sin consciencia y Parker y Margot miraron la escena sin decir nada, por lo demás salieron avisando que regresarían en la mañana. De pronto, mientras jugaba al beer pong Hanck se me acercó a decirme que Logan necesitaba compañía en la terraza de la segunda planta. Subí recordando el lugar con mis manos sujetas a la taza de helado de chocolate blanco.

—Te prometí helado. Ven —le pedí.

Me sonrió y se sentó conmigo en el mismo mueble, comimos en silencio hasta que me preguntó que hacían los demás abajo. Teníamos a sus perros alrededor, mientras para los demás perros no era un peligro, Zuki sí lo era.

—¿Sabes? esto debió de ser alguna especie de ritual luego de los partidos contigo —me dijo quitándose un poco de helado de la comisura.

—Tenías novia.

—Oh cierto. —Saboreó sus labios en silencio creyendo que era un error, me reí un poco—. Lo siento.

—No te preocupes. —Me senté de lado y crucé una pierna en la otra colocándome un cojín entre mis piernas ya que llevaba falda—. ¿No te has sentido con un poco de rabia? Yo la tendría.

—Es tristeza.

—Si era rabia podríamos ir a mi departamento y boxear.

Le tentó la idea.

—No puedo dejar la casa sola con los chicos...

—Mañana, luego de la premiación cuando sientas rabia por no ganar.

Estuvo de acuerdo y tomó a la perra que no sabía su nombre y la acarició distraído. Había tenido un mejor humor y apariencia desde que su amigo dio señales de vida, ahora solo se sentía fracasado por no haber ganado. Por mi parte, Copper me miro con ojos suplicantes, entonces lo sostuve, de pronto Logan me tomó una foto.

—Te ves hermosa.

—Dame a ella y dímelo en portugués —pedí. Como esperé me miro asombrado—. O en italiano como Paolo.

—¿Luz te dijo? —interrogó.

—Nunca me lo diría. ¿Y cómo se llama?

—Qué ansiedad.

—Quiero saberlo. Puede llamarse Luna, Bella o Mel.

—Bel de Belinha —confesó con una sonrisa.

Le quité a la pequeña y me sacó varias fotos que miramos cuando incómoda por la posición por mantener distancias de él y los perros, pegué mi espalda a su pecho, estaba nervioso aunque me recibió con normalidad.

—Mamá como premio me quiere dar un perro —comentó algo quejoso.

—Debería de ser mejor que una cachetada, ya sabes que Catalina... —murmuré acariciándole el pelaje a Bel.

—¿Qué quieres tú de premio?

—Es una tradición que sea por un nuevo idioma. Apenas no llevo ni el diez por ciento del nuevo idioma que aprendo. Ahora no quiero premios, no me lo merezco.

Dejó su barbilla en mi cabeza con suavidad.

—¿Cuál es el idioma?

—Tendrás que adivinarlo. —Subí la cara para verlo sonreír listillamente.

—Qué odisea. Volviendo al tema, yo te iba a dar un premio.

—¿El helado? Es significativo.

—No, de eso no. Es un trato mejor.

Seguíamos mirándolos a los ojos, su cara estaba llena de expectación. Subí más mi cuerpo para presionar mis labios a los suyos, me apartó, bajó a los perros y sentado me tomó de la cara para besarme. Lo hicimos el silencio unos minutos hasta que alguien nos interrumpió.

Maldita sea.

—Hay una estúpida puerta que tocar —me quejé.

—No los vi besándose jamás así que tiene que repetirlo —dijo Mary Anne riéndose como una maniaca.

—Queremos usar la piscina —preguntó Hanck—. ¿Podemos?

—Claro, vamos. Le pediré a alguien del servicio que nos ponga el climatizador, no sé ponerlo.

Me levanté y caminé junto a los tres, Logan estaba avergonzado, el par solo me daba miraditas felices.

***

Era casi el mediodía cuando Logan apareció por mi departamento mientras desayunábamos lo que Duke había preparado. Cristian que le había abierto venía detrás de él haciéndole muecas.

—Infantil —murmuró Duke.

—¿Y Samuel? —le pregunté a Logan.

—Salió temprano con mis padres. ¿Puedo sentarme? —Al tener mi permiso se sentó a mi lado—. Vengo a decirte algo.

—No hay más waffles para ti —le dijo Cristian.

—Por favor para, te estás comportando como Ramiro. ¿Podrías al menos respetar a todos con quien he estado y a Logan? —le pedí irritada.

Se comportaba así con cada chico que había estado o coqueteaba. En mi estancia aquí viviendo con los tres tuve que decirle que lo de nosotros no funcionaría nunca más, no le gustó y me recordó de cierta forma a Lucas, pero Cristian solo estaba encaprichado con la idea de tenerme.

La verdad que lidiar con los sentimientos de tantos chicos era bastante desgastante, y eso me pasaba por ser caliente, coqueta y una zorra fácil.

—¿No se han acostado? —preguntó Cristian.

—Maldición Cristian cállate la boca. Estoy harto de tu drama. Todos de hecho, Samuel quiere colgarte de cabeza al saco —habló Duke—. No sigas con esto, respeta a todos los amigos de Cloy que nada te han hecho. Ellos son hasta mejores que nosotros mismos y por ser decentes merecen nuestro respeto. Ahora levántate, coge tu plato y vete a otro lado.

Duke tomó su plato y taza yéndose a la habitación. Cristian dirigió la rabia hacia él, nos miro enojado y salió del departamento.

—No quería molestar —dijo Logan.

—Le ha afectado esta situación. Queremos salir del juicio y que nuestras vidas se acomoden.

—Me da temor, se ha comportado muy mal cuando no lo había visto así.

—No será otro Ramiro. Cristian es muy impulsivo y se defiende con sus sentimientos. A pesar de todo Samuel es su sostén.

No quería hablar del tema porque me estresaba así que metí en su boca una fresa y luego un pedazo de waffle.

—¿Qué significaron aquellos besos? —me preguntó Logan cerca de mí.

Luego de la interrupción no tuvimos otros momentos a solas porque se puso paranoico de que alguien cayera a la piscina, así que nos mantuvimos afuera. Irónicamente éramos uno de los pocos que no estábamos borrachos. En la mañana hubo mucho sueño como para hablarlo.

—La terapeuta me dijo que tuviera momentos de respiros satisfactorios. Que aunque estemos quebrados igualmente necesitamos no prohibirnos lo que nos hemos impuesto.

—¿Con respecto a mi? —preguntó ceñudo.

—A todo lo que me he ordenado no hacer.

—¿Cómo qué?

—Lo de Catalina fue uno aunque fue radical. A mostrar más sentimientos, a refugiarme en brazos seguros. Cosas de ese tipo, si bien es cierto no me gusta hablar de las terapias.

—Todos necesitamos de ellas, comenzaré a ver a una la semana que viene. He tenido muchas pesadillas...

Apreté su mano mirándonos unos segundos.

—¿Decidiste venir a verme para preguntarme eso?

—Quiero preguntarte muchas cosas. Pero vine porque Charlie ya ha podido hablar y quiere hablar contigo.

La siguiente media hora me asee, me cambié de ropa y él condujo hasta la clínica.

En el piso de la misma habitación donde se moría, en el pasillo, estaban sus padres que me miraron recelosos, entré con Logan. Charlie leía con pereza el periódico, mejor dicho uno de los varios periódicos que tenía en su regazo, ya no estaba pálido, pero seguía con la venda en la garganta.

—¿Mis padres te cayeron a golpes? —me preguntó él con voz cortada y grave, como si tuviera gripe, en una nota de indiferencia y desprecio.

—Casi —le contesté.

—Sabes que esto no es sano. —Logan comenzó a quitarle los periódicos—. Nadie los lee.

—Me alegra que le haya pagado tres mil y tantos a tu amigo. —Me observó—. ¿No has soñado conmigo? ¿Teniendo pesadillas?

—Nadie podría decir que no —contesté de forma seca.

—Pensé que me mentirías, aunque ni el propio Logan detectó tus mentiras.

—Nunca me mintió. En nada —replicó él. Ambos sabíamos que sí.

—Cosa de la que tú crees.

—Escucha, sé que debería de tenerte respeto porque estabas moribundo y porque eres amigo de Logan, pero no puedo seguir escuchando que me juzgas. —Me crucé de brazos.

—Te tengo un poco de consideración porque salvaste mi vida. Y yo salvaré la tuya. Así me lo dijiste en un sueño, no fue cuando casi me moría, fue hace unos días.

—Imagino que para eso me mandaste a llamar.

—Todavía la prensa cree que está en coma, punto a favor para los abogados de Ramiro —explicó Logan—. En estos momentos tus abogados con los de nosotros hablan para llegar un acuerdo, pero no quieren que nos incluyamos así que te traje para que te enteraras.

—Mis padres y yo quieren que estés presa, pero salvaste mi vida y Logan me ha hecho darme cuenta que no te aliaste con Ramiro. Lo sigo creyendo.

—Vaya. Algo bueno que escuchar aparte de que te despertaste. —Entrecerró los ojos no creyéndome, yo me di de hombros—. Entonces no me crees que no organicé ningún plan con Ramiro y por eso vas a apoyarme.

—Lo hago por Logan.

—Yo también te fui a buscar y te salvé por Logan.

—Lo hago por amor.

Nos miramos a los ojos, entonces, descubrí que todavía habían dudas de mi inocencia en él.

—No podría fingir odio hacia Ramiro, estabas allí —dije y se dio de hombros—. Con respecto a nuestros abogados que no te escandalice toda la trampa que hemos hecho.

—Yo si juego sucio, ¿quién cree que le metió ideas de ti a Chelsea? Yo hice que Logan le confesara su beso y que ella viniera a mí a pedirme consejo. Yo envié el corazón de res explosivo. Sorpresa, felicidades.

Logan lo observó descontento y pasmado.

—Como dirían los memes latinos. Te falta calle —le dije.

—El envío se hizo desde la sede del centro de Queens con una identificación falsa y los empleados no recuerdan la cara, ni las cámaras capturaron algún rostro preciso porque iba encapuchado. —Sonrió grande creyendo que fue una gran hazaña—. Iba en ventaja, siempre.

—De lo que tú crees Fodds. No te ha servido de mucho, Logan no te eligió y siguió tratándome. Y me ama.

No le gustó al torcer la boca.

—Chicos, no discutan. Y tú y yo hablaremos cuando te recuperes —le dijo Logan y se dirigió a mi—. Charlie dará su testimonio en la tarde. Ya los abogados de Ramiro se contactaron con la abogada de Charlie, ofrecieron una suma excesiva para que no lo incrimine, pero como Charlie ha dicho que juega sucio le han dicho que no puede ni hablar ni mover el cuerpo porque quiere llegar a un acuerdo con tus abogados.

—Hemos aceptado el trato diciendo que aceptaré porque mi familia está en la bancarrota por las cuentas de la clínica. Es mentira. Y a último momento mi testimonio se mostrará en el juicio y me presentaré para burlarme en sus caras —dijo Charlie.

—Solo quiero que digas la verdad y no que me traiciones luego —le dije.

—Me salvaste la vida. Le avisaste a Logan, peleaste por nosotros, nunca lo fingiste ni tu amigo el que llevaste. Apartaste a Ramiro de mí cuando me estaba matando. Logan es tu amigo y te quiere como tal. —No quería reconocer que Logan me amaba—. Le di mi palabra y te la doy a ti. Estoy a tu favor.

Observé a Logan que garantizaba con su mirada que no mentía, por eso confié. Allí me di cuenta que confiaba tanto en Logan para confiarle eso. Estaba segura.

Logan me dejó en el departamento y le dije antes de bajar de su auto que por fin formulara su pregunta que sabía quería hacer.

—¿Qué sientes por mi? —cuestionó.

—Demasiado para definirlo. No sé cómo y no quiero hacerlo —contesté.

—Lo mejor es no hacerlo más.

Bajé del auto intrigada, ¿por qué lo decía? 

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