CAPÍTULO 33
Perjudicados
No tenía nada muy claro por la confusión que el dolor de cabeza no me dejaba vivir. Solo sentí agua bajar por mi cabeza y luego sostener un cepillo dental para lavar mis dientes. Envuelta en una toalla caminé con ayuda de la persona que me sostenía.
Era resaca. Era producto del medicamento. Era... agotador, delirante e impreciso, no podía captar nada a mi alrededor porque tenía la mente en blanco.
La voz de Samuel me habló diciéndome que la policía había venido en la madrugada, apenas podía pensar en que los chicos vendrían cuando nosotros nos adelantamos a la casa donde se daba la fiesta.
Entonces, cuando Jessica se acercó y gritó comencé a comprender.
—Bebiste —me reclamó Jessica—. Te dije que no podías. ¿Qué pretendes? ¡Te estás medicando! ¡Y quieres acabar con tu vida, al parecer!
—Hace casi un año, Ramiro se enojó por lo mismo —dijo Cristian de pronto.
Noté que a mi alrededor estábamos en el corredor de habitaciones de la casa de Ada.
—Me molesta, pero no en tu nivel —le dijo Duke caminado hacia nosotros con suavidad—. Esos son detalles menores.
—¿Detalles menores? ¡Es su salud, por encima de cualquier maldito policía que quiere conseguirla por culpa de sus padres que no saben cómo controlarla y también son culpables en esto! —volvió a atacar Jessica.
—Oye, yo no tengo la culpa —le contestó Duke frío y tajante
—¿Qué te pasa Jessica? —le pregunté—. ¿Estás en mi contra?
—No estoy en tu contra. Te quiero ayudar, más no te dejas ayudar. Nadie les pidió que se las dieran de héroes.
—Si fuera la misma Cloy secuestrada lo habrías hecho —le dijo Samuel.
Ella nos miro seria.
—No debimos dejarte que nos vieras... que regresaras a Brooklyn...
—¿Y qué? No seas hipócrita porque vas casi siempre. ¡Me visitas! ¿Qué te amarra si no es el tipo de ambiente con el que quieres vivir? Si eres un mal ejemplo para mí —dije sintiendo que algo se activó en mi—. Esa es la respuesta por la que yo no me alejo de ustedes.
»Ustedes se han comportado de forma egoísta como Ramiro y no se los eché en cara hasta ahora. ¡Sólo porque consumí droga! ¡No llamaron! ¡No hablaron más por el maldito chat! ¡Nunca preguntaron cómo jodidos me sentía! ¡Los llamé hasta que me bloquearon las llamadas! ¿Y yo qué? Recuerda que he peleado con Catalina para no dejarlos de ver. No me alejé como tú.
Me sentí temblar, todos mis otros amigos y unas que otras cabezas de los tatuadores se asomaron en el pasillo. La ira corroía en mis venas, como la decepción y la tristeza. Por la mirada de todos mis amigos, sabía que se sentían mal y que no lo habían pensado antes.
—Cálmate —dijo Duke tratando de tocarme, no me dejé—. Cloy no te puedes descontrolar.
—Tú tienes razón Jessica. Pero yo también la tengo —le dije con voz enronquecida—. Nadie parece darse cuenta ni apreciar que he luchado con mi madre para que los acepte al instante que me ordenó que no los vieran. Y ustedes simplemente le hicieron caso a Ramiro cuando se los pidió. ¡No es justo!
Gemí ruidosa sabiendo que lloraba, mi cabeza y oídos palpitaban, me separé un poco más... al dar cortos pasos no llegué muy lejos.
***
El dolor de cabeza que parecía bambolear sin rumbo, agregado la pesadez en el cuerpo se hizo presente al abrir los ojos viendo varias figuras cerca de mí. Un dèjá vú me recorrió, me traté de sentar más un aprisionamiento en la sábana me lo impidió. Aclaré los ojos pestañeando, alcancé a distinguir una cabellera rubia que era la de Jessica.
—Déjame sentarme que estoy mareada.
Pasé una mano por la cara para aclarar la vista y luego hice una visera con las dos para que no me dañara la claridad, ella dejó la sábana y me senté. Retiré las manos cuando me sentí menos mareada probando que mi vista estaba normal.
Me llevé la divina y fea sorpresa al ver a Parker Hilfiger cruzado de brazos apoyado en la puerta de la habitación de Ada. Duke estaba sentado en una silla y Samuel en medio de la habitación a un lado del papá de Logan.
—Mierda. Me asustaste, ¿qué haces aquí? —disparé de inmediato, vi a Duke sentado en una silla y a Samuel de pie en medio de la habitación.
—Yo lo llamé —me informó Jessica que estaba sentada casi en el borde de la otra punta de la cama.
—¿Cómo te sientes? —me preguntó Hilfiger muy serio.
—Mal, me duele la cabeza, estoy mareada y tengo resaca.
—Cámbiate que nos vamos.
—No puedes ordenarme eso.
—Te voy a llevar a tu casa. —No despegó su mirada inescrutable de mí—. No pensé que te encontraría así —en su voz había molestia, incluso cuando le echó una mirada de disgusto a los chicos.
Los tres estaban serios, entonces, recordé la discusión antes de volver a desmayarme.
—Lo hubieses hecho Hilfiger. —Intenté levantarme porque me sentía inútil, más Jessica negó con su cabeza señalando con sus ojos mis piernas.
Todos salieron y Ada entró para buscarme su ropa, le pedí agua y analgésicos que, Jessica le prohibió traerme, fue a buscarlos. Sin ayuda de mi amiga me puse los pantalones de gimnasio que la otra chica jamás usó aparentemente, más una camiseta grande con una chaqueta conjunto del pantalón azul oscuro. Nada de ropa interior, puesto que la que me regaló Jessica no la conseguí y por supuesto no me pondría la de Ada.
Ella volvió con un café diciendo que Steve quería hablar conmigo, así que ellas salieron y el chico apareció luego con dos de esas pastillas milagrosas de la noche anterior. Le agradecí y las tomé con el café de un solo trago. Me levanté de la cama para irme luego de calzarme los zapatos de Jessica.
—Espera, no te vayas —me dijo él despegándose de la pared al verme abrir la puerta, puso su brazo en la misma para no dejarme salir.
—Tengo que irme —soné impaciente.
—No sé porque te escapaste de un hospital, pero no te estoy juzgando ni pidiendo una explicación. —Puso sus manos en mis brazos—. Lo único que te puedo pedir, es que me llames o envíes un mensaje diciéndome cómo termina esto. Sé que no eres muy informadora, pero por favor. No fue alucinante verte desmayada, ni es lindo verte golpeada. Por favor Cloy, estamos sinceramente preocupados por ti.
Su aspecto gritaba que necesitaba una ducha y dormir porque la resaca estaba en él como en mí.
—No se me olvida que decidiste alejarte como un puto cobarde.
—Lo siento. Yo... De eso tenemos que hablar.
—Yo no quiero porque ya lo hicimos. Entonces, esto es una despedida oficial.
—No tuvimos sexo. No podía aprovecharme de ti. Te quedaste dormida luego que te tatué y te hice las perforaciones.
No recordaba mucho, pero me quedé helada al cambiarme y notarme mis tres nuevos regalos. Entre mis tetas había un tatuaje diminuto de una llama en la oscuridad y en mi pantorrilla izquierda un corazón difuminado con cada una de la inicial de nuestros nombres escritas, en una banda que lo trazaba de forma diagonal, menos las de los traicioneros de Ramiro y Ronney.
No sé por qué pero comencé a besarlo, me sentía tan mal que apenas podía mi cuerpo responder, pero sabía que con el tiempo adecuado podríamos exigirnos más. El encanto se rompió cuando tocaron la maldita puerta.
—¡Estamos ocupados! —grité en medio del beso.
—Tenemos que irnos —gritó Parker.
—Parece tu padre.
Steve me sostuvo de la cintura.
—No lo es y es lo mejor.
Rodó los ojos.
—Fue intimidante, me preguntó que tenía contigo.
—¿Qué le respondiste?
—¡Cloy! —volvió a gritar Parker—. Sal de allí o llamo a tu papá.
Rodé los ojos yo.
—No lo hará. ¿Qué le dijiste?
Comencé a escuchar que tocaban la puerta constantemente, mis amigos pedían lo mismo de formas más grosera.
—¡Deja de chingar! —escuché a Byron decir.
—Cuando me llames te cuento —prometió juguetón.
—Maldición, ni un rapidito dejan hacer —exclamé para que me escucharan.
Se rió y me soltó. Abrí la puerta, él salió detrás de mí. Parker no estaba feliz, ni Duke, ni Sam, ni Cristian. Ni rastros de Byron.
—Camina delante de mi —ordenó el padre de Logan.
Me crucé de brazos.
—Yo camino por donde quiera.
Los cuatro se miraron, Samuel bufó, se acercó inesperadamente y me cargó en su hombro con la cabeza hacia abajo. Ellos comenzaron a decir que a todos se les había ocurrido. En el forcejeo para bajarme me dio una nalgada para que dejara de moverme y me sorprendí porque él no era así. Luego se fueron contra Steve al decirle que no teníamos que haber tenido sexo porque estaba malherida.
Y él respondió que ellos le habían dicho que me entretuviera mientras la policía pasó por la casa a hacer un chequeo, según ellos le contaron más o menos lo que había pasado a Ada y ella actuó como que nunca nos había visto o conocido a Jessica que vivía calles arriba.
Luego comenzaron a hablar de los gemidos que escucharon que creían que fueron de nosotros. Pero era notable que allí sucedieron varias cosas que por la naturaleza de ser una Party Tatto no se podía decir. Y menos podía preguntar cuando tenía el café en la garganta.
Por supuesto, que vomité pastillas y alcohol mientras Samuel sostenía mi frente. Creo que fue mi estado miserable más penoso.
Parker en su auto deportivo nos condujo por el camino empedrado a Duke y a mí, mientras los demás chicos venían en su limosina. No podíamos transitar las autopistas porque circulaba un boletín con nuestros rostros. Sí, así de dramático. Duke no estaba señalado de nada ya que en las cintas de videos no lo vieron conmigo.
De pronto pensé en la desesperación que debían sentir mis padres, el arrepentimiento me golpeó de forma abrupta, me escapé para evitar la realidad. Varios podrían estar muertos por mi culpa. Logan y Charlie... Además de salpicar a todos mis amigos, metiéndolos en problemas.
Odiaba a Ramiro.
—¿Por qué decidiste ayudarnos? —le pregunté a Parker acomodándome en el asiento quitándome las lágrimas con la manga de la chaqueta.
—Porque no es justo lo que te está pasando —contestó tratando de ser suave—. Pero mi sorpresa es, encontrarme con una fiesta donde casi todos están borrachos y con seguramente estupefacientes en su sangre. ¿También te drogaste? Necesito saber donde estoy metido.
—No —contesté con frialdad.
—Todos ustedes lo llevaron al extremo. Ustedes pueden ser mis hijos. Cloy y Jessica tienen la misma edad de Logan y con un carajo, no puedo compararlos porque no se criaron en las mismas condiciones... me pregunto si mi hijo tiene estos pensamientos de que la solución es huir... A lo que iba, es que son tan jóvenes e inexpertos que piensan que huir es una solución. Ya los regañé a todos pero me falta a ti Cloy. Y todos llevan un regaño por igual.
Lo mire con ojos lacerantes, no estuve para regaños ni mucho menos que no provinieran de mis padres.
—¿Qué quieres que te diga? ¿Qué me justifique y quedes en una puta paz solo porque nos estás ayudando? —le repliqué, volvió a mirarme cortamente cuando dije la grosería—. No sabes nada de lo que sucedió en ese puente.
—Así que entonces, dilo: ¿Por qué no cediste al interrogatorio de los policías en vez de huir? Escapando podrías haber empeorado tu salud, la de Duke y perjudicar más a tus amigos.
—No estoy para escucharte algo que ya sé. Así que ahórrate la maldita charla.
—¿Y qué? ¿No vas a escucharme porque tienes problemas? ¿Te vas a privar del sentido de la audición? ¿O la infección te dejó sorda? —Mi mirada fue rabiosa—. Mírame como te plazca. Me escucharas y luego me dirás qué jodidos diablos sucede.
»Mientras tú y Logan iban a buscar a Charlie allanaron la casa de Cristian, consiguieron droga. Ramiro Banner había dejado el paquete horas antes.
—Para el puto auto aquí —le bramé dándole un puñetazo al vidrio, fue tan fuerte que dio un respingo y lo detuvo.
Quité el seguro y me salí, miré a todos lados viendo un pueblito pequeño; una bodega, una fuente de soda, una plaza, un teléfono público. Caminé con decisión hacia lo último.
—Vuelve Cloy McNaughton —pedía Parker con voz profunda. Me giré de inmediato porque necesitaba algo, fui a su encuentro en medio de la calle—. Como tu padre te hubiese mandado a un internado de monjas.
—¡No me importa lo que pienses de mi!
—Te estoy regañando porque tengo el derecho, ya que te estoy rescatando de un apuro. Esto es grave, a tus amigos pueden meterlos en prisión, de nuevo. ¿Quieres que dos de ellos lo estén también? Te buscaras otros abogados que te ayuden porque yo no te ayudaré.
—Los busco, déjame en paz. Y deja de regañarme que no soy tu hija.
—Todo este problema es porque eres una mal criada.
Abrí mi boca enojada e impactada por su opinión.
—¿Mal criada? Mal criada tus pelotas que me la sudan Parker Hilfiger. —Su mirada furibunda me dio a entender que no le gustó mi insulto, incluso el tono rojizo de su piel lo delató—. Puedes irte a la mierda, porque no me voy a subir a tu auto.
—¿Qué harás? —bramó.
—Sacarte del problema que Jessica te metió, yo no.
Comencé a buscar la razón por la cual me había regresado entre los bolsillos delanteros de su abrigo desabrochado y de sus pantalones. De inmediato sacó mis manos de él alterado y pasmado.
—Deja de tocarme —vociferó, en ese momento si le tuve miedo a sus ojos desorbitados.
Aparté mis manos de él sin ninguna moneda a la vista.
—Llamaré a la jodida policía para sacarte del problema Parker Hilfiger.
—Qué bueno que no seas mi hija, serias un dolor de muelas.
—Lo agradezco porque no quisiera tener a padres ausentes.
Evidentemente le tocó el ego.
—Nadie quiere cargar con tus problemas —replicó.
—Un diplomático doble moralista. —Me mofé de lo que diría a continuación—. Mismo que tiene un hijo que chantajea a sus compañeros de clase. Me criticas que sea una mal criada, directamente insultando a mis padres, cuando Logan es un chantajista por dinero.
Dio varios pasos atrás con la información que solté, no me importó decirla, porque se metió con mis padres. Duke se acercó con lentitud, se veía peor de lo que yo me sentía.
—Deja que el señor Hilfiger te lleve, no hay otra alternativa Cloy. Cálmate —me dijo, llevándome de nuevo.
Parker regresó un minuto después para seguir conduciendo hacia la ciudad, nadie objetó algo más en todo lo que quedó de camino. Al llegar a una calle de la casa le agradecí a Parker. Duke se despidió de mi, se lo llevaría a una clínica. Iba a cerrar la puerta cuando no evité preguntar, total, ya iba a saberlo.
—¿Maté a Ramiro? ¿Se murió Charlie?
Parker y Duke se miraron con gravedad; el movimiento de ojos de Duke fue lento, el de Parker rápido y fijo, la noticia fue dicha de su boca y me cayó pesado.
Días después
Por mi jodida culpa
A la maldita policía y prensa les asombró como pude dejar a un hombre sin ojo, a otro cojo al cortarle dos dedos del pie, a uno un desprendimiento de vertebra y a otro lo dejé sin memoria; sin embargo, a los que a mí me importaban habían sufrido daños más graves. Todo habría sido en defensa propia hasta que capturaron a Ronney y confesó que yo había planeado todo con Ramiro.
Mis padres pagaron una fianza muy alta porque todo indicaba según el historial de mensajes en mi celular desde hace semanas que yo le decía a Ramiro que estaba cansada de Charlie Fodds y le pedía ayuda para sacarlo de mi camino porque amaba locamente a Logan Hilfiger. También le pedí que lo secuestrara y lo golpeara y luego fingiera que Ramiro lo había secuestrado ante Logan para llevarlo hasta el lugar donde él quedaría inconsciente y mataríamos a Charlie.
Todo salió mal porque la policía llegó antes, gracias a que Duke quien estaba de acuerdo con todo se alió con Ramiro por dinero para que la policía llegara porque sabía que yo trataría de matar a Ramiro para no dejar cabos sueltos.
Los putos mensajes habían sido "borrados" de mi celular pero quedó un rastro el cual Ronney comprobó, mensajes que se remontaban al catorce de febrero. Todo parecía verdad, para los medios yo era «la asesina de un estudiante de instituto», «la asesina de su mejor amigo», «la asesina de cuatro hombres de seguridad» los cuales eran tipos cualquiera que querían ganarse dinero de forma fácil fingiendo ser guardaespaldas.
De no ser por el dinero de mi familia estuve a punto de pudrirme en una cárcel.
La prensa de la ciudad expuso mi vida. TODA MI VIDA..., como había sido abandonada en un orfanato, mis peleas en el instituto degradando sin sentido a mis amigos y a mí. Mi reputación estaba en suelo y por primera vez me importó lo que hablaban porque incluyeron a mis amigos y familia, no podía controlarlo, era tan denso y grande que sentía que iba a explotar.
***
Mirarme en el espejo me hacía sentirme maldita, era un reflejo propio de la desgracia, me odiaba y todo lo que me rodeaba.
Arreglé mi cabello en un moño sobre mi nuca, pasé las manos por todo mi cuerpo. Me sentía distinta, mi cuerpo estaba débil por estar quebrado. La única dos veces que me sentí así fue cuando me golpeaban con tan solo nueve años aquella primera familia que me adoptó y, cuando vi a esa niña sin vida a los doce años, sin ganas de nada, sumida en un silencio.
Eran muchas etapas... ira, incredulidad, desgana hasta un sufrimiento que no se iba.
No podía con nada, era todo tan excesivo y repugnante, me dolía en gran medida. No sabía cómo arreglarlo. Si unos días antes no quería saber nada, ahora quería encontrar una solución, pero no llegaba a nada porque mi cabeza pensaba todo a la vez. No daba para concentrarme.
Tenía en mano una cámara que era de Luz. No había dormido bien ya que no me tomé las pastillas que me daba Evensen porque descubrí que tenían alguna sustancia somnífera. Cuando desperté presa de una pesadilla mi respiración fallaba y me quedé en blanco. En definitiva fue un ataque de pánico.
Con cámara en mano tomé fotos de mi cuerpo, si la gente hablaba de todo el desastre problemático iba a hacer que hablaran de algo mejor logrando que mi familia y amigos pasarían a un plano distinto. Hablarían solo de lo sexy que era desnuda.
Saqué la tarjeta de memoria, me senté en el suelo dejando la laptop en mis piernas, conecté la memoria en un porta USB, cree con rapidez una cuenta en Instagram con un seudónimo Cloy_19, dejé de foto de perfil la vista de uno de mis pezones perforados, en la parte de publicación donde subí una foto etiquetando a la mayoría de los chicos de la escuela.
Observé mis ojos llenos de lágrimas en el espejo, no solucionaría mi dudosa reputación más si desviaría la atención de la gente que amaba.
Bajé el dedo dispuesta a publicar cuando el ruido de la puerta ser abierta me hizo mirar hacia allí, me topé con la expresión asombrada de Luz, me repasó de inmediato deduciendo lo que ocurría.
Avanzó hasta mí con la mirada puesta en la cámara y el botón donde iba a estar mi dedo.
Me levanté alzando la laptop en el aire, la esquivé directo hacia la salida cerrando la puerta.
—¡Apaguen el maldito internet! ¡Apaguen el internet! —gritó intentando abrir la puerta, me quedé frustrada en el marco de que con mi mano al ir a la salida había deshecho la publicación—. ¡Papá! ¡No seas una maldita demente y detén esa publicación Cloy McNaughton!
—¡Cállate la boca Luz Jackeline!
Estaba tan desesperada buscando la jodida foto que mis manos temblaban, con el brazo sostenía el aparato y con la otra buscaba con el teclado la foto en las carpetas mientras mi espalda aseguraba la puerta.
Como se abría hacia adentro salió con facilidad tratando de quitarme la laptop, forcejeamos hasta que inesperadamente enganchó un pie en mi tobillo apretando y haciéndome caer de boca, la maldita laptop se me resbaló algo lejos de mí al meter las manos en suelo para no golpearme.
—¡Maldita seas Luz!
—¿¡Estás demente?! ¡¿Te crees actriz pornográfica?!
—¡No lo hago por dinero!
—¡Papá! ¡Maldición! ¡Todos han estado en esta habitación y ahora nadie está cerca!
Me levanté y de inmediato ella me tomó de los hombros para tratar de regresarme al suelo.
—¡Quita tus manos de mi Luz!
Me intentó tomar de las manos, más yo no quise golpearla, justo cuando iba a empujarla me metió un golpe en el estomago que me dejó sin aire, entonces la tomé del cabello y la empujé contra la cama donde cayó como idiota.
Iba a buscar una toalla porque no era lindo sentir mis tetas de aquí para allá, pero no me lo permitió al subirse en mi espalda unos segundos.
Me giré para taclearla en el suelo cuando escuché una voz masculina.
—¿Deberíamos de grabar esto? —preguntó Dickerson Collins entre ruborizado, perplejo y divertido en el marco de la puerta.
Estaba acompañado de un impactado Hanck, una entretenida Mary Anne y un apenado Jerry.
—¡Agarren la maldita laptop y apáguenla! —gritó Luz intentando inútilmente de taclearme de nuevo.
La aparté con la cadera y con la mano en su cara al ver a Mary Anne caminar a la laptop en suelo, al menos seguía encendida.
—Tápenla, Hanck aparta la vista, igual tú Dick —chilló Jerry a punto de un colapso con la cabeza gacha.
Medio levanté la vista para ver a Hanck mirarme con descaro, agradecí que la depilación de hacía dos semana pasada estuviese intacta. Caminé hacia Mary Anne pero Luz logró dejarme caer en el suelo a golpearme la rodilla gritando a todo pulmón el nombre de papá y sentándose en mi espalda.
—¿Qué te hiciste en los senos? —preguntó el fisgón.
—Cállate Collins y lárgate —le pedí.
Pellizqué a Luz en la cintura, me dejó y me arrastré en el piso de estomago.
—De lo que se ha perdido Logan —murmuró Hanck—. Bueno, ya vio algo...
—¿Vinieron a verle las nalgas? —les cuestionó mi hermana persiguiéndome en el suelo, mordió mi pie, la patee en la frente—. Agárrenla, verga. No puedo.
—No, no, no. —Jerry entró en pánico dando un paso hacia atrás—. Si tu padre me ve... no, no, no.
—Cobarde. Luz déjame, no seas jodida.
—¡Ibas a subir una foto desnuda! Lo interrumpí maldita tonta, te creí fuckgirl más no pendeja. Qué ejemplo de hermana.
—No me cuestiones.
Me puse de rodillas, me tomó de cuello para acostarme sobre ella hacia atrás boca arriba. Uno de los chicos jadeó, les regalé una vista estupenda de mi vagina en esa posición.
—¡Maldición Jerry! ¡Haz algo! ¡Tyler! ¿Qué coño les pasa? Ayúdenme —ella siguió gritando el nombre de papá.
—Cloy, deja la idiotez —habló Mary Anne—. Deja de forcejear y vístete.
—Si los chicos no quieren tocarla, ayúdame tú —Luz le dirigió una mirada asesina.
Iba a tocarme, pero le metí un golpe en su barbilla haciendo que se echara hacia atrás, allí Hanck se acercó mientras los demás salían a buscar a mi madre que hablaba con la prensa.
Mi hermana no podía conmigo y yo tenía el cuerpo tan débil así como mis nudillos que por momentos cedía a su fuerza.
Quienes llegaron fueron McGwire y Evensen seguido de Astrid, la noticia es que había viajado parte de mi familia materna, los tres jadearon al verme sobre Luz.
—¡Lárguense todos maldita sea! —farfullé rabiosa.
—Relájate, sabes que te estás desmayando a cada nada —habló el novio de mi prima.
—¡Me importa un pito! ¡Luz déjame!
Francis se movió a la cama por el edredón que me lanzó desde arriba cubriéndome, mejor, ya estaba bueno que me miraran. Eso sí, la cara de gusto de todos ellos jamás la olvidaría.
—¿Antes de llamarnos no pudieron haber hecho algo tan simple cómo cubrirla? —preguntó mirando a todos bastante molesto.
Luz dejó su lucha y salió debajo de mí con ayuda de él. Iba a ayudarme cuando notó que me acomodé el edredón y quería levantarme, más no se lo dejé, ni muchos menos a Evensen que se acercó.
—No me toquen y lárguense —les grité.
Busqué la laptop que estaba a un lado de Mary Anne en los sillones, todos me miraban con lástima, me detuve cuando escuché la voz de Lucas.
—Desconecté la conexión Cloy.
Lo mire a los ojos desde el marco de la puerta, al menos no me miraba así, sino más comprensivo. Me sentí ridícula frente a todos así que sin necesidad de mirar a los demás me encerré en el baño. No podía enfrentarlos, estaban enterados de lo que podía llegar a hacer y que me viesen desnuda les mostró todo de mi.
Sentirme tan expuesta por lo menos me hizo recapacitar de la demencia que iba a cometer y todo era mi culpa.
A Ronney lo habían atrapado y enfrentaba cargos informáticos, manipulación de contenido violento. Las coordenadas casi que imposibles de rastrear venían de la vivienda de sus tíos, pero jamás estuvo allí. Usó un dispositivo que replicó la información que enviaba desde un lugar remoto.
Mientras él hacía todo eso a Logan le habían casi llegado a fracturar una costilla. Ramiro tenía los huesos de la nariz destrozados y su cara desfigurada en un coma inducido, por mi culpa. Que Charlie se debatía entre la vida y la muerte, por mi jodida culpa.
3/¿?
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