CAPÍTULO 29
¡Sorpresa!
Me sentí avergonzada y con la moral por los suelos por lo que sucedió la noche anterior, producto de la fenomenal resaca. Eso casi nunca pasaba y la última vez había sido casi un año atrás.
¿Cuál era la diferencia entre aquel día y ahora?
Ninguno.
Excepto, que el dolor de cabeza nada lo mitigaba y que Luz nos había reservado un turno en el spa. Y tuve que ir para que parara su verborrea sobre las ventajas de ir a arreglarnos.
La primera parada para desayunar donde me atiborré de panqueques, tocino, papitas, salchichas y aunque no quise, un café; el dulce me subiría el ánimo y lo graso me cortaría el malestar y la cafeína me daría energías.
Dejó de chatear con quien sea y me preguntó sobre Logan. Era complicado decirle a alguien qué era lo que teníamos, y se lo dije aunque no entendió.
—No me parece respetuoso para Chelsea. Con tanta sinceridad que te cargas deberías de ser clara en eso.
—Logan es el que solo quiere corresponderme porque siente cosas por mí. Yo siempre le he dicho que no quiero nada con él, e incluso él me lo dijo.
—Su relación es complicada. Tú eres como una fuckgirl —comentó luego de dejar el celular—. Como una rompecorazones.
—No se lo he roto a nadie, porque nadie se ha enamorado de mí. Cualquier persona piensa en el físico y los sentimientos deberían de ser más profundos para llegar a esa determinación. Y sinceramente nadie inexperto en el tema tiene la certeza de estar enamorado de verdad —mis palabras fueron lentas porque iba a dormirme luego le di un sorbo al café.
—Puede que Logan sí se haya enamorado de ti.
—¿Quién tiene novia y está "enamorado" de otra persona?
—Logan Hilfiger, el amigo que usaste —respondió con ironía. Yo rodé los ojos—. Vamos Cloy, admítete que te gusta.
—Ya te dije que antes quería sexo con él... Sí, me siento mal de haberlo usado, pero él tampoco colabora, está enojado y luego me habla y después sigue enojado. Y nunca me perdonó. Yo no le puedo seguir la corriente. Lo que sí te puedo decir es que no sé cómo arreglarlo, a pesar de que lo medio odie quiero que deje de pensar que soy una mala persona. Sí, le tengo aprecio y lamento haberlo tratado mal desde el principio, pero ahora estoy centrada en los problemas mayores.
Apoyé los codos en el borde de la mesa para pasarme las manos por la cara y dejar una presionada en la mejilla. Cerré los ojos por un momento por el dolor de cabeza que disminuía por el analgésico. Luz me miraba como si no me conociera.
—¿Tengo algo raro en la cara?
—No pensé que fueses tan abierta con tus sentimientos, eres una chica dura, pensé que ocultabas lo que sentías.
Me sonrojé porque tenía vergüenza que ella pensara de esa forma de mí, como si fuese un espectro feo sin sentimientos.
—Eso viene en mi paquete de sinceridad de primera categoría. —Me di de hombros sin saber explicar—. Eres de mi confianza así que expresarme se me da de forma fácil. Además, te he contado muchas cosas, en otros años tal vez no te hubiera explicado algo de todo esto.
Ella casi que iba a llorar.
—Qué bueno Cloy. Y también fue bueno que se lo hayas dicho. Tienes que entenderlo, nunca se había separado tanto de Charlie ni tener un conflicto como ese. Y no sabe manejar sus sentimientos. Sé que no debía decírtelo, pero eres mi hermana y quiero que lo sepas.
La siguiente parada fue cuando se detuvo, en la camioneta de Alonzo, de forma abrupta en una boutique de ropa. La seguí con mucho sueño como para procesar que se estaba comprando un vestido, o mejor dicho, me hizo probármelo, era celeste largo hasta los tobillos, sin mangas y con encaje claro en el pecho. Para ella escogió uno amarillo y sencillo que remarcaba su silueta. Las prendas las combinamos con tacones negros para ella y negros para mí.
—Has hecho lo que has querido hoy —me quejé en un semáforo.
—Siempre haces lo que quieres... Nos agarré una cita en la peluquería del spa para que nos hidratemos el cabello.
—Nadie va a tocar mi cabello.
La última parada fue en el spa nos llevaron directamente a la sala porque llegamos puntuales. El masaje que nos hicieron me durmió, para finalizar con una mascarilla en la cara de un color marrón parecido a la mierda. En la peluquería aparte de la hidratación se me cortó las puntas y yo opté por lo primero más un planchado.
Cuando llegamos al departamento eran alrededor de las 02:40 pm. Duke no estaba pues me había avisado que jugaría con los chicos basquetbol en el barrio, más tarde venían por una merienda por el motivo de celebrar mi cumpleaños.
Me eché en el sofá y ella se sentó frente a mí en el suelo colocándome una mano en el brazo, supe que sería interesante la charla.
—Fue buena la mañana-tarde que tuvimos —dijo.
—Un mejor cierre hubiese sido una pasada al cine.
Tras una pausa dramática mirando a la nada habló, por fin, con tono suave.
—Logan me comentó que un día le dijiste que las personas cuando se cansan de llorar dejan de importarle muchas cosas. Como si fueras experta, ¿qué pasaste Cloy?
Maldito Logan Hilfiger.
—Nada a mí.
—Le hablaste de un trauma..., ¿qué sucedió? —continuó—. Dime, oye, te puedo ayudar.
—No me pasó a mí. Voy a dormir.
Avancé un poco hacia la puerta de la habitación, me sentía impotente cuando ignoraba mis emociones ante la gente que quería, como si no importaran, cuando me lo preguntaba alguien externo de mi círculo no me sentía mal al evitarlo. Sin embargo, cuando se lo conté a Logan lo hice porque sabía que sería diferente, él no me miraría como Alonzo me miro destrozado ese día luego de contárselo.
Y lo que logré fue que llorara.
—Logan me mencionó que te pasó algo. Él quería saber más, yo no sabía y no dijo nada más.
—¿Qué te dijo? ¿Qué tanto hablan Logan y tú de mi?—Me giré tensa hacia ella.
—Nada, mencionó que si podría contarle sobre la tragedia y se calló al yo no entender. Me dijo que si no me lo habías contado era porque no querías que supiera porque fue algo bastante feo... ¿qué ocurrió? ¿Está relacionado con que te dieran en adopción tan rápido? Eso sí lo sé, eso se sabe, creo que toda la familia, pero no qué, ni mamá ni papá saben porque era clasificado ya que eras menor de edad.
—Querían que se redujeran la cantidad de niños...
—Eso lo has dicho siempre, todos saben eso. Le contaste a Logan otra cosa, nadie más lo sabe, no que no sean tu hermanos-amigos.
—¿De qué hablan Logan y tú?
—De ti. Nuestras personas cercanas giran a tu alrededor —su tono fue resentido—. Pero Logan es muy amable y me pregunta cosas mías.
—El mundo no gira a mí alrededor, ustedes me toman importancia.
La conversación pasó a discusión.
—¿Ahora te menosprecias?
—Ustedes son los que quieren estar pegados a mí.
—Lo que tú harías si alguien a quien le importas pasara lo que tú pasaste. Eres rebelde, pero fiel a quien quieres.
Asentí alterándome, no quería atención.
—¿Y por qué estás resentida de que el mundo gire a mi alrededor? Te lo regalo, eres más genial que yo, nadie te odia, nadie te quiere golpear. Eres una belleza a la que nadie podría rechazar, eso mismo me dijo Logan.
—A la gente le gusta lo llamativo. —Se dio de hombros—. Tú destacas.
—¡No quiero destacar, mierda! No quiero llamar la atención, antes no me importaba, ahora estoy cansada del señalamiento cuando predico que no me interesa otras opiniones porque he perjudicado a muchos, a mis padres, a mis amigos... —Dejé caer mis brazos a cada lado poniendo en puño mis manos.
—Todos te ayudaremos a arreglarlo —cambió el tono a su usual calmado.
—Si soy una mala persona con todos ustedes, con Logan, con sus amigos, con tus amigas, con los de Lucas. Estoy agobiada de la atención, estaba bien como antes.
—Ya sabemos que eres buena persona. Ellos ya lo saben.
Me abrazó, me calmé un poco a corresponderle.
—¿Hablan mucho de mí? Digo, tú y Logan
—Mucho. —Me miró—. También tenemos conversaciones divertidas, sé todos los nombres de sus perros. Lo veo como mi primer amigo, porque Francis me ve como su hermanita y eso es medio asfixiante, tenemos una amistad rara. Pensaba que los amigos de Lucas eran los míos, pero Jase no se toma nada en serio, con Mark su amargura no lo deja abrirse del saludo y una que otras bromas ácidas y con Kevin su miedo de ser un hablador es muy difícil de entablar una relación.
» Por eso me agradó Roger, no tenía miedo de hablarme y tratarme como si me fuera a partir o ofender por cualquier cosa, pero él no me vio como solo amiga. Con Logan a pesar de ser inexplicablemente él, es muy cuidadoso conmigo y me inquieta un poco, aunque creo que te estoy robando a tu amigo... él me ve como una amiga y eso quiero, tener un amigo hombre.
La mire comprendiéndola.
Entonces, me di cuenta que había cambiado mi dinámica dejando entrar nuevas personas en mi vida y hacerse mis amigos, el impedimento para abrirme era yo misma. Pero comenzaba a abrirme.
Y supe que yo no había cambiado porque eso fue lo mismo que ocurrió con mis hermanos amigos.
Se supone que de niños somos unas personas y a medida que crecemos somos otras personas. Y yo era la misma desde entonces. Antes de Ramiro era una niña egoísta y cero amorosa con Jessica, en su proceso adopté mi propia personalidad y me llené de rabia gracias a él, en mi primera adopción me volví triste y desinteresada, cuando conocí a los otros amigos confié un poco más hasta que vi a esa niña muerta y perdí toda inocencia.
Me volví alegre y más receptiva con mi segunda adopción. Hormonal luego de mi primera vez. Fraterna en mi reencuentro con mis amigos. Y mi violencia afloró.
Sentí que el mundo me consumía cuando mis amigos-hermanos me dejaron y ahora todo es un bucle. Porque me siento mal por ser como soy y estoy tan apegada a esta personalidad que no quiero cambiar.
Y debo hacerlo.
La oportunidad de ser mejor hermana se me presenta cuando Luz me habla de hacerme una sesión de fotos. No me niego, me baño, me maquilla y nos vestimos con lo que compramos hace unas horas. Con una cámara fotográfica me tomó algunas fotos en el balcón y luego conduje hasta la casa mientras sigue en lo mismo. Reímos como locas tarareando a Ana Gabriel.
En el estacionamiento permanecían los tres automóviles, el de Catalina, el de Lucas y el deportivo de papá. Estacioné a un lado de las demás mientras las luces se encendían pues funcionaban con sensores de movimiento. Avanzamos lejos de la puerta divisora dándonos cuenta que todo el vestíbulo estaba a oscuras.
—No me gustan las apuestas, pero apuesto que fue Luis quien apagó todo, qué niño travieso —dijo ella a mi lado deteniéndose.
—Hecho, si no fue él te doy tus dolaritos y te pago todo para ir a ver a HotBrady y te juro que hago lo posible por cogérmelo.
—¡Cloy! —Gritaron muchas voces anonadadas, pero de inmediato dijeron—: ¡Sorpresa!
La pantalla de las cámaras se encendió para dejar ver una foto de mí y unas letras en colores neón con esas palabras que no quería que nadie me dijera hace dos días atrás. Al instante se encendieron las luces dejando ver a toda mi familia, mis hermanos-amigos y mis compañeros bien vestidos en una clara posición de celebrar mi cumpleaños.
Había nacido un veintinueve de febrero del dos mil, por lo que mi cumpleaños era en año bisiesto. Sin embargo, en los años de trescientos sesenta y cinco días yo lo celebraba luego del veintiocho, es decir, primero de marzo y a veces cuando el dos de marzo caía en fin de semana lo celebrara ese día. Era muy genial escoger qué día celebrarías cumpleaños. Este año con mis ánimos abajo y el problemón en el que estaba metida no quería celebrar nada.
Recorrí la vista por todo el lugar, el vestíbulo no se usaba para eventos ya que estaba la terraza, pero esta tenía nieve, estaba adornado con mesas y sillas de manteles con colores cítricos como naranja, verde y rojo, no eran mis favoritos pero los usaba en la ropa, estos mismos colores estaban en varias tiras de papeles con formas geométricas distribuido en todo el techo, así como el arreglo de globos de la mesa donde estaba a desbordar de comida y dulces.
Era una representación demasiado alegre de la versión que nunca fui, no es que fuera triste o algo parecido, es que todo era muy... demasiado contento y brilloso. Sé que era un agasajo sorpresa, pero era demasiado el color mal combinado, además de que odiaba que me abrazaran para felicitarme.
—Vaya que es sorpresa —hablé en el momento de silencio que se formó mientras todos esperaban paralizados que me pusiera a gritar molesta—. No me lo esperé.
—Sabíamos que no querías celebrar tu cumpleaños —habló Alonzo acercándose a mí y abrazándome con fuerza—. No obstante, ningún cumpleaños pasa por debajo de la mesa en esta casa. Feliz cumpleaños, de nuevo. Te tengo un regalo, pero el de Catalina te va a gustar más; ella fue la idea de esto y de invitar a tus amigos.
—¡Vamos a celebrarlo! —Me acerqué a Alonzo—. Gracias. Aunque ya me di cuenta que no me gusta que me hagan fiestas sorpresas. Pero estoy feliz.
Se carcajeó y besó mi frente, luego mamá se acercó y cuando sonreí por primera vez agradeciéndole todos comenzaron a cantarme feliz cumpleaños y a abrazarme como locos. Cuando la excitación se fue muchos comenzaron a hablar entre sí mientras caminaban de aquí para allá a buscar bocadillos.
Y allí estaba, eran oportunidades de cambiar, tenía todo lo que soñé cuando niña y mucho más si podría ser humilde. Era mi deber aprovecharlo.
Dickerson volvió a abrazarme por quinta vez en diez minutos exclamando feliz cumpleaños.
—Dickerson... los demás quieren abrazarme —dije con una voz más suave.
—Ay, pero si nunca te doy abrazos. Me desquito de los que nunca te he dado antes y es tu cumpleaños —se excusó con las mejillas encendidas.
—Dick, ve con los chicos a comer —le dijo Mary Anne más molesta que yo, yo solo estaba fastidiada de su efusividad repentina.
Mary Anne rodó los ojos, mire al chico con cara aterrada y desvíe la vista hacia Byron que con solo pasar las manos por su cuello fue suficiente para que el chico se alejara hasta la mesa donde estaban los demás. Saludé a Hanck agitando una mano al descubrirlo mirando a Mary Anne, Logan estaba a su lado detallándome.
—Dickerson solo es fastidioso, no es tan malo como todas las chicas dicen que es —dije observando cómo hablaba sin parar con Jerry.
—¿Vas a defenderlo?
—Sonaste mucho como Charlie —dije pretendiendo ser suave.
—Adoro que seas sincera conmigo. Y yo lo seré contigo —dijo antes de tragarse un bocado de magdalena—. Acércate o acércalos, acaba la agonía. Se nota su tensión que no saben con quién hablar ve y preséntalos con nosotros.
Enfoqué mi vista hacia mis amigos-hermanos que hablaban entre ellos seguramente decidiendo si llamarme o acercarse. Como a dos metros hablaban Jerry y Dickerson, mis demás compañeros hablaban de pie en una mesa con Luz, sus amigas y los amigos de Lucas, mismo que hablaba en una mesa cerca de la puerta de salida con Duke, mis hermanos-amigos me miraban desde la mesa de la comida notablemente incómodos, no conocían a nadie y le tenían reservas a mi madre.
De camino hacia ellos, mamá me llevó hacia la mesa de los regalos a un lado de la mesa de comida, mis amigos al vernos caminar hacia allá hicieron retroceso hacia cualquier mesa. Ella me hizo abrir todos los regalos y agradecerles a quien me lo regaló mientras Luis grababa, había algunas diez cajas medianas y una exageradamente grande que sobresalía de todas.
Al acabar con la presumiera obligada de regalos reanudaron la música para ir a bailar.
Samuel me abrazó.
—Sé que tienes que atender a tus otros invitados. Pero habla con los chicos para que se relajen, creen que tu mamá les va a saltar en cualquier momento o tus compañeros le van a hacer algún desprecio.
Me senté para pedirles que se relajaran y de allí pasamos a conversar de las últimas cosas cotidianas, Ron, Byron y Marco se peleaban por la comida, Tris y Lindy se daban comida en la boca, Cris se miraba en la cámara de su celular nuevo y me sacaba fotos, Jess conversaba con Samuel y conmigo, Duke se tomaba un refresco silencioso alternando la mirada a las personas en las mesas, como no hablaba con nadie lo tomé del brazo para levantarlo.
Protestó cuando lo dejé en la pista de baile. Le di una vuelta riéndome de él.
—No quiero bailar Cloy.
—Aburrido.
Enredé mis manos en su cuello e hice que me bajara en una vuelta de baile divertida mientras reía sin parar y veía a mis invitados de cabeza reírse sorprendidos de mostrarme así.
—¡Me siento plena y feliz!
—Me da gusto verte así.
Lo llevé hasta la mesa de regalos que se llevaba Karen con Denise a la casa. Le agradecí y le avisé que tomaría dos cajas antes de que se fuera.
—Escoge uno —le dije luego de sacar los celulares.
—¿Por qué me das tus regalos de cumpleaños? Siempre me das algo en tu cumpleaños.
—Porque odio los regalos de cumpleaños porque te obligan a regalar algo innecesario. Y porque tu celular de teclas no le funcionan la mayoría de las teclas.
—Pero me gusta.
—Ajá, escoge un celular. Yo no usaría dos nunca. ¿Blanco o dorado?
—No, te lo regaló tu hermano y el otro chico cabello de incendio. —Solté una risita.
—Yo le digo pelos rojos. Me quedo con el blanco, ya he tenido varios dorados. —Le tendí la caja que con reticencia aceptó, yo lo abracé—. No seas un rarito, ya acepta mi regalo Duke, así podemos chatear por Facetime en mi nuevo trabajo.
—Habló la que olvida los celulares en todas partes. —Rodee mis brazos en su cuello, él dejó sus manos en mis brazos.
—No importa. Sería menos pesado nuestros trabajos mientras nos video chateamos.
Besé su mejilla para que aceptara y lo hizo.
—¿Y qué tal con el pelitos de incendio? No nos quita el ojo.
—Lo mismo.
—Yo no te veo como mujer, pero si se pierde una gran joya. —Tomó mejilla—. ¿Alguno de tus compañeros vale la pena para que estés con ellos?
—Son buenos, fastidiosos, un poco efusivos, pero buenos compañeros hasta ahora.
—Crees que eres mala, pero te juntas con gente buena. —Sonrió y se apartó—. Debemos dejar los cariñitos, tu madre me quiere matar, a tu padre ya lo matamos de un infarto.
—Ellos siguen creyendo que tenemos algo e igual con Sam pero es contigo con quien vivo. —Soltó una risa mientras tomaba mi mano y con la otra se bebía un coctel frutal.
—Deben de estar sufriendo. —Alzó la vista para mirar a la mesa de mis compañeros—. Nos han dado miradas curiosas, así que no están en son de pelea o nos miran por encima del hombro. Deberías de presentarnos.
Apoyó sus nalgas en la mesa cruzando sus pies uno delante de otro, parecía un matón con traje negro, saco, camisa blanca y botas negras. Y todo por el hecho de su pelo desordenado y ropa cara que le quedaba grande. Imité su posición.
—¿Pero qué? —pregunté divertida creyendo que propondría alguna broma.
Su mirada se suavizó al mirarme todavía con nuestras manos entrelazadas.
—No pongas en tu corazón el mismo espacio que nosotros representamos a ellos, no nos olvides, no nos cambies. —Su mirada fue muy intensa, llena de cariño.
—Duke, siempre dijiste que hiciera más amigos. ¿Ahora por qué crees que te cambiaría?
—Son iguales que nosotros, lo veo. Te siguen con la mirada, te admiran y te quieren. Y son la misma cantidad que nosotros, hasta que Killian salga. Ramiro está desterrado.
—No te pongas celoso. A ti siempre te he visto como un hermano, bueno, aunque pensé por cortos segundos que eras muy guapo. Lo seguiré pensando.
Él se río, parecía estar contento ese día.
—El otro momento me hubiese horrorizado, pero ya nos vemos tanto que es parte de tu personalidad. —Me reí yo, él me miro con brevedad hasta posar la cara en alguien de la mesa de mis compañeros—. ¿Te arreglaste con Logan?
—Eso quiero.
Me tomó de la mano y me llevó hasta la mesa de los chicos diciéndole que les presentaría a mis compañeros.
—Genial, le voy a preguntar a el rubio de allá cuál es su problema conmigo —dijo Cristian poniéndose de pie.
—Al fin. Qué poderes de convencimiento Duke —dijo Sam.
—Fue fácil.
Caminé por delante de ellos unos pocos metros, mis compañeros se callaron de golpe al vernos.
—Chicos les presento a mis hermanos-amigos. A Duke ya lo han visto y los conocen algunos.
—¿Tienes novia? —le preguntó Mary Anne mirando a Samuel.
—Sí, si tiene —le dijo Jessica, casi le ladró. Incluso rodeó su torso con sus brazos.
Todos la miramos extrañados, ella no era así.
—Ya nos dimos cuenta quien es —le respondió antipática, luego miro a los demás—. Hola, soy Mary Anne, Mariana para mis amigos.
—Quietas. Ella es Jessica y este es Duke —hablé.
—¿Eres hijo de un militar o mafioso? —le preguntó Dickerson.
—No —Duke frunció el ceño—. ¿Ves Cloy? No me equivoqué, el parece un Cristian.
—¿Yo? Pero si no soy rubio —dijo el aludido y se dirigió a Dickerson—. Además me estabas mirando mal.
—Porque yo quería ese taco y se acabaron —le respondió Dickerson.
—Qué pérdida de tiempo.
—Sí, tienen su parecido —opiné mirando a Duke—. Él es Dickerson.
—Experto en sacar de quicio a Cloy —por su tono estaba orgulloso de sí mismo.
—Yo también lo hago —dijo Ronney.
—Él es Ronney, Katrina y Marco —dije.
Él alzó sonriente la mano, ella hizo lo mismo pero con labios sellados no queriendo estar allí y Marco le dio la mano a Tyler que estaba cerca.
—Soy Tyler.
—Y yo Byron antes de que te olvides de mí, Margaret —dijo Byron.
—¿Por qué Margaret?
—Su antiguo nombre, pero no es un florecilla ni silvestre ni de cerca.
—No hay rosas en aguas turbias —dije—. Nunca me olvido de ti.
—¿Ah, no? Navidad, dos mil diecisiete, tenía varicela y no me visitaste. Le dijiste a Sam, luego voy y nunca fuiste. —Cierto, a él unos vecinos decidieron tenerlo en su casa para cuidarlo.
—Ya me disculpé, parece que nunca se te olvida. —El sonrió malicioso dándome a entender que me lo seguiría recordando, maldito desgraciado. Decidí cambiar de tema—. Ella es nuestra Lindsay.
—¡Tú me ganaste en las naciones unidas! —le dijo Logan—. ¿Te acuerdas Jerry? El año pasado la chica del Washington high.
Duke le susurró algo a Cristian, yo negué con la cabeza divertida sabiendo que tramaban algo.
—Sí, sí. Oh rayos, sí. Era de un año menor. —Pareció darse cuenta porque le sonrió y extendió su mano—. Soy Jerry, un placer.
—Lindsay. —Le sonrió—. Mucho gusto.
—Búscate una novia pelos encendidos —habló Cris poniendo una mano en la cintura de ella.
—De incendio —susurró Duke, fui la única que escuché.
—De incendio —repitió Cristian.
—¡Amigo! Es lo mismo que te dije cuando te conocí —le dijo Dickerson riendo.
—Teníamos tres años Dick. —Jerry soltó una risita—. No se me olvida. Volviendo al tema, solo nos presentábamos.
—Búscate una novia —replicó Cris.
—Desistí en la búsqueda.
—Qué tontería —dijo Duke mirándolo, en ese momento él lo entendió—. Aunque es lo mejor.
—Por eso lo hice, porque era mejor.
Samuel carraspeó.
—Entonces, se conocieron en las naciones unidas ¿Son estos chicos que me dijiste que casi te ganaban? —le preguntó a Lindy.
—Sí, eran muy buenos —dijo ella con su voz aguda.
—Hasta yo lo pienso —intervine.
Presenté a James Espinoza estaba relajado y Carlos y Eliot chicos se sentían algo fuera de lugar. Pero si estuve en la fiesta de cumpleaños de uno en la casa de otro, qué ridículos. Hubo un momento tenso donde todos me miraron, pero no sabía de qué trataba hasta que él habló:
—Y yo soy Logan, desde hace tiempo quería conocerlos.
—¿No te habías presentado cuando hablaste antes? —le pregunté.
—No.
—Por Logan conocí a todos ellos y sin su existencia fuera una desadaptada. Así que gracias por insistir ser mi amigo.
A Logan se le pusieron las mejillas rojas y no tenía nada que decir y cuando diría algo se le adelantaron.
—Yo también quería conocerte —dijo Cristian—. Ramiro hablaba pestes de ti.
—Lo esperé, pero ese es su criterio. No tenía nada sobre él porque no lo conocía, no lo conozco, pero sus acciones dicen demasiado —respondió Logan.
—No hablemos de eso, estamos en una fiesta —intervino Sam.
—Sí, no hablemos de cosas desagradables —coincidió Duke.
—Deberíamos de conocernos y formar el criterio que queramos.
El silencio se formó al ninguno tener un tema que sacar. Se me ocurrió la idea de que hablaran en parejas y elegí. Duke y Carlos porque el primero siempre dice que me ve como mi hermana y el otro porque me dijo que sería solo mi amigo por siempre. Sam y Logan: papá oso uno y papá oso dos, los sensatos que nunca me dejan hacer lo que quiero. Cris y Mary Anne porque son los impulsivos y si es posible se coquetean a sí mismos.
Jess y Elliot porque son tímidos. Tris y Hanck porque ninguno supera mi culo. Lindy, Dickerson y Marco porque se ven lindos con su inocencia. Byron y James porque no les gustan juntarse con alguien que se guarda lo que piensa. Ron y Jerry porque son cerebritos.
Yo busqué a mamá para agradecerle por esa fiesta.
***
Mis amigos-hermanos ya habían entrado en confianza con mis compañeros, lo que me alegró. Parecían llevársela bien aunque Duke, Cristian y Byron tuvieran reservas hacia Logan, James, Dickerson y Jerry.
Mientras estaba en el baño recibí un mensaje de Ramiro, aunque él numero no se veía sabía que era él. La última vez que me había enviado había sido el día de mi cumpleaños para felicitarme.
¿Contenta? Me alegra que tu celebración no vaya como la del año pasado que terminó abruptamente. Estoy enojado porque no me invitaste, pero tranquila que en el siguiente lo celebro contigo.
Luego llegaron más amenazando que no me saldría con la mía y pagaría caro.
Bufé enojada y bajé las escaleras de emergencias encontrándome con Logan y quedamos en lo mismo porque no quería tener más conflictos con Chelsea.
Al ser como las diez de la noche cortaron el pastel, los primeros en retirarse fueron los Hilfiger, pero al cabo de cinco minutos regresaron deslizando con un paraguas una caja negra mediana. Donde tendría que ir un moño, estaba una pequeña corona de flores con el sentido pésame hacia mi apellido.
—Un repartidor lo dejó, firmé por ti porque no tiene nada de bueno esto —habló Margot—. No tiene remitente, ni una nota.
—No me fío de este tipo de regalos anónimos. Hemos recibido muchas extorsiones —dijo Parker que cargaba con el paraguas y dejaba la caja como a un metro de nosotros a un lado—. No está pesada.
Observé la caja con curiosidad, desconcierto, rabia. Parecía una maldita broma porque no tenía identificación. Él único que me hacía amenazas que no eran vacías era Ramiro, por eso debía ser de él.
—Un cobarde hace esto. Es una puta broma —dije inclinándome a tomarla.
—Déjala en el suelo y la abres —sugirió Logan.
Le hice caso con la mirada de todos que se acercaron, Samuel me dijo que él la abriría porque las granadas eran ligeras. Al parecer el único que pensaba eso. Sacó una navaja pequeña y cuando ya estaba lista para abrirla del todo se cortó cuando alguien habló.
—No la abras. Llamemos a la policía, puede ser una granada como sugeriste —le dijo Catalina, no lucía nerviosa, más bien seria y demandante. Sí que era supersticiosa.
Parker ya llamaba a la policía explicando sobre la caja sospechosa.
Todos literalmente se alejaron menos Duke, Logan y Samuel que volvimos a agacharnos ya que había quedado abierta. Ramiro no quería matarme.
En silencio Samuel con una pajita unida con varias más, alzó una tapa lo que ocasionó que se moviera explotando con el sonido de un seco «plo».
Él trató de alejar a Duke y Logan con un brazo y a mí con el otro rodeándome mientras me tiraba al suelo.
Muy tarde porque un líquido rojo nos había salpicado a los cuatro.
Los gritos surgieron de inmediato, no había humo ni fuego, yo me aparté de Sam para ver qué mierda había sido eso.
Logan miraba impactado las solapas de la caja que no habían volado, el contenido era un bulto rojizo y blanco hecho trizas.
El olor del líquido que nos había machando no estaba podrido, era sangre fresca.
—¿Quién está herido? —gritaba Mary Anne mirando a todas partes.
Jessica se apresuró a nosotros tomando primero al que estuvo a su alcance, Duke, le tomó el rostro entre las manos preocupada.
—¿Duke estás bien?
—Sí. ¿Cloy? —me buscó con la mirada y asentí que estaba bien cuando Alonzo me tomó de los brazos y me alzó para alejarme, incluso Parker a Logan que no salía del asombro.
Samuel y Duke se levantaron mientras Mary Anne le buscaba heridas a Sam alejándolos del lugar.
—No es una bomba —dije a nadie en particular, asombrada y muy enojada.
Mamá preguntó si alguien había salido herido y cuando todos confirmaron con un no se vino hacia mí buscándome heridas.
—No fue una granada. No fue una granada... —susurró papá contra él besándome el cabello mientras yo miraba que Jessica y Mary Anne observaban de cerca la caja.
—¡Es un corazón de algún animal! —gritaron las dos.
—De res, parece —dijo Jessica.
—Creo que sí —dijo la otra.
Personas más allá, vi a Margot se acercarse y entregarle una nota a mamá que estaba ensangrentada. Yo fui más rápida separándome de papá para tomarla, era un cuadrado blanco con letras negras impresas.
Así de destrozados quedarán nuestros corazones... o tal vez exclusivamente el tuyo.
¡Feliz cumpleaños Cloy McNaughton!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top