Los comienzos en mi vida han sido muchos porque he tenido diversos cambios, y creo que puedo volcar en una hoja cómo se juntaron mis problemas.

Veintiséis semanas antes

Desagrado compartido

Pasé bajo perfil de los ojos de Logan Hilfiger, al menos en las entradas, recesos y salidas. En algunas clases me saludó, le correspondí para no ser grosera porque nunca se portó así conmigo. Del resto ignoraba su persona.

Nos conocimos en detención vacacional, en el instituto era la pena máxima para cumplir un castigo si no querían expulsar al estudiante. Yo había bañado en café los exámenes de química del que tenía asegurado un cero, el castigo había sido asistir al protocolo de la pasada graduación, de la que no asistí y por ende conocí la detención vacacional.

Por supuesto que alguien educado como él no pisaría jamás detención, sino que estaba en un curso enseñando lacrosse a niños y como todo un metido me sacó conversación y me ayudó con la caja con implementos para pintar los casilleros. Me negué y él fue insistente.

Y fue un maldito error porque los días siguientes no me lo saqué de encima.

Cuando las clases comenzaron estaba consciente que él me buscaría, así que lo evadí, hasta ese jueves en la mañana al cruzármelo en la entrada.

Agitó su mano hacia a mí con una sonrisa que no le correspondí, solo le devolví vagamente el gesto de la mano, el chico que estaba a su lado Charlie Fodds, su mejor amigo, golpeó levemente su bíceps y leí sus labios que preguntaron:

«¿Le sigues hablando?» con una mueca extraña cercana al desprecio, Logan asintió.

Yo me detuve cuando iba a pasar la puerta y levanté mi ceja aniquilándolo, el pendejo desvió la vista hastiado.

—Recuerda que a veces esas amistades que te buscas no son convenientes y mucho menos de una chica como Cloy McNaughton —habló alto, sin dejar de clavarme una mirada acusatoria, para que yo lo escuchara.

Me di la vuelta, caminé fingiendo lentitud unos pasos hasta plantarme frente a él. Arqueó una ceja cruzado de brazos, yo si le di una mirada de desprecio. Logan Hilfiger abrió la boca varias veces intentando que su pensamiento se hicieran verbal. Los chicos a su lado quedaron en silencio.

—Charlie Fodds no arruinas mi mañana. Esta mañana hace que te desprecie más y me importes menos —le aclaré con indiferencia, dejando que mi expresión lo manifestara.

—Pobre de ese sentimiento. Y de ti... —canturreó.

—Charlie, olvídalo —le interrumpió Logan.

—Y de ti misma si crees que yo tengo un sentimiento hacia ti. Te ves patética aquí, inclusive.

—Eres tú el patético al provocarme cuando sabes cómo quedaste la última vez —le dije.

Un nervio en su mandíbula se contrajo. Se dio media vuelta, iba a irme, pero volvió a hablar.

—Aléjate de aquí, chica violenta frustrada social —escupió con veneno.

Nos miramos fijamente, él con el desprecio que ocultó antes, yo con ira, así que en menos de cinco segundos tenía mi pecho apretando su espalda, mi puño machacando su nuez de Adán y la otra mano doblando su brazo en un costado donde me apoyé para echarlo hacia abajo.

—No pareces recordar lo de la última vez maldito pendejo, te daré apenas una probadita de lo que ahora soy capaz —sisee con odio en su oído.

Y de un tirón lo dejé caer al suelo pegándose en su frente en el proceso.

Todos estaban tan perplejos que no se acercaron, mejor porque si me intentaban detener saldrían golpeados. Me moví para mirarlo toser a la vez que noté pequeñas líneas en los costados de los ojos por la tensión.

—Ahora si voy a hacer algo contra ti —gritó.

—Y si lo haces espera la revancha, pendejo.

Logan estaba inmóvil con la mirada turbada. Rodé los ojos cuando escuché a un profesor acercarse.

Lo más seguro es que iba expulsada. Y no. El profesor apellidado Flynn no me llevó a dirección, como castigo me pidió ir el sábado a ayudarle con algunas cosas de su materia.

Más tarde, en la hora del almuerzo me reuní con mis hermanos para confirmarles sobre el rumor de pasillo. A Luz no le gustó que lo haya golpeado y le tranquilizó que no me hayan reportado en dirección, Lucas en cambio estaba más analítico hasta que comenzó a hablar.

—Cloy... —dijo él con su voz de regaño en español—. ¿Y por qué te insultó? Desde esa vez no lo había hecho con ninguno de nosotros.

Teníamos un acuerdo implícito de hablar en el idioma natal de ellos fuera de casa. Éramos lo suficiente precavidos para permitir que alguien pudiera escuchar lo que decíamos. Mucho menos siendo el chisme el predominante del día y que se mal interpretara algo, no es como si me importara a mí pero en cambio a ellos sí.

—No le gustó que Logan Hilfiger me saludara. —Sorbí de mi frappe de fruta.

—¿Quién es Logan Hilfiger? —Por su cara interrogante intuí que nunca había escuchado su nombre.

—Un estudiante de aquí, que es su mejor amigo y están juntos en el equipo de lacrosse. Nos hablamos apenas en detención vacacional.

—Sé quien es —habló Luz—. Él se ve amable, incluso Charlie Fodds aunque tenga su carácter. No le veo el sentido a que se molestara por saludarte con el otro... o ¿tuviste un altercado con Logan Hilfiger?

Negué con la cabeza antes de darle un mordisco a mi burrito.

Luz ahora parecía saber mucho sobre el equipo de lacrosse porque estaba en prácticas en la escuadrilla de animadoras y se relacionaba con ellos.

—Con lo que pasó es razonable que quiera que estés lejos de él —supuso Lucas—. Le gustas tanto, volvió a acercarse a ti, pero te dio igual.

Esa nota de mala broma decía algo más. Por lo general cuando él estaba alegre hacía comentarios con algo de poco humor sin llegar a lo negro, más bien tenían una chispa de lo malo que podría ser la situación. Lucas era el correcto, creo que era para equilibrar su carácter tranquilo y reservado. Luz en cambio hacía menos juegos de palabras y respetabas las opiniones, tenía el pensar que si una situación era buena no podía decir algo mejor de lo que ya era, y si había algo malo no consolaba ni era tan optimista.

Tanto equilibrio en su comportamiento la hacían ver vacía, para mí era la más dulce, sentimental y cursi de la casa. Y aparte de Luis, el pequeño malcriado y demandante, estaba Catalina y Alonzo, ella decente y sin titubeos y él paciente y condescendiente.

Por último estaba yo que era directa, realista y cruel.

Los cuatros hermanos éramos diferentes en todos los sentidos, mientras los mellizos eran delgados, ojos marrones, piel morena y cabello marrón pareciéndose a sus padres. Luis era blanco pálido, ojos oscuros y cabello negro y era bajo. Yo estaba relativamente a la misma altura de Lucas y parecía la mayor.

—A ninguno por la vergüenza —dijo Luz.

—El problema comenzó contigo —dije. Era cierto, había sido compañero de Lucas.

—Ay Cloy, como si tú no fueras nada notable ante las vistas femeninas y masculinas —dijo riéndose.

—Ya sé que soy despampanante —dije luego de tragar.

Luz iba a agregar algo cuando Cynthia Malone apareció, me sonrió con hipocresía y abrazó a Lucas por detrás besando su cuello haciendo que él se apartara un poco. Él le susurró algunas cosas y después se despidió de nosotros diciendo que nos veíamos en la salida

—Va a hacer que él le haga un bebé si se siguen demostrando ese tipo de amor —comentó Luz sonrojándose.

—Eso no es amor ni de cerca.

—Yo no creo que sea conveniencia mientras él se ve feliz —replicó antes de meterse una rodaja de tomate.

—Ustedes son tercos.

—Lo dice la persona que prometió no meterse en problemas este año y hoy golpeó a un chico. En realidad, volvió a golpear.

Me metí otro mordisco del burrito para no responderle mal y amargarme el almuerzo,

***

El viernes antes de la salida en el campo de lacrosse nombraron a los nuevos integrantes de la cuadrilla de porristas. Lucas estaba a mi lado con su novia y sus amigos, cuando nombraron el nombre de mi hermana Jase Kendall, que estaba a mi otro lado gritó y se emocionó más que yo. Me reí por su efusividad cuando fue a alzar a Mark Nichols que gruñó arriba de él.

—Se ha vuelto loco —me gritó Lucas, por encima de la algarabía mientras nombraban a las demás participantes.

—Dijo que le tenía envidia de la buena porque nunca pertenecería a un equipo de nada —intervino Cynthia para que él lo mirase.

Me senté y de nuevo Jase se sentó a mi lado para volver a su coqueteo pasivo.

Cuando la chica que era capitana le dejó el micrófono al entrenador Miller él nombró a Logan Hilfiger como nuevo capitán. De inmediato comenzaron a vociferar consignas todo el equipo de lacrosse y los demás nos reímos porque era como si ellos mismos fueran parte de la banda que tocaba al fondo, qué horror.

—¡Nosotros somos los jugadores sensuales pandas de lacrosse en la escuela North George Hill Preston en Nueva York! ¡Tenemos veintiún títulos...!

—Esto no es cierto. No estamos en Hig school musical —se quejó Jase.

—Hay cosas peores que verlos cantar —dijo Cynthia.

Yo me fui a buscar unos libros que necesitaba y salí cuando toda aquella excitación había bajado. Decidiendo aprovechar irme en metro y sentirme libre unos instantes, justo en la entrada de árboles escuché mi nombre, pero no presté atención porque no era nadie que conociera. Seguí mordiendo mi manzana como si nada.

Logan me rodeó poniéndose frente a mí, lo esquivé.

—Espera, debemos hablar...

—No me voy a disculpar con tu amigo —lo corté.

Se le deformó la cara en desilusión entrecerrando los ojos, aunque la forma en que usaba el uniforme de chaleco beige y corbata negra le quedaba bien.

—Tienes qué. Y él también. No estuvo bien. Hay que llevar las cosas en paz, tu estado no es muy bueno.

—Eso no te importa. Así que adiós.

—Si somos amigos entre todos, aquello no volvería a pasar.

Me reí secamente por una idea tan absurda como esa, se había quedado sin algo que decir con coherencia.

—No seré tu amiga para dejarlo en paz con Charlie Fodds —repliqué.

—Entonces, tienes que ser amiga porque no tienes amigos.

—Eso es lo que menos te imaginas.

Volví a hacer un amago para moverme, pero no me dejó.

—No tienes amigos aquí —dijo, como diciendo una verdad universal.

Le di un mordisco a la manzana preparando otra negativa y al mismo tiempo moviéndome a un lado y avanzar

—¿Me das de tu manzana? Siempre me han gustado más las rojas, no quedaban más—. Sin darle a oportunidad a decirle no, tomó mi muñeca y comió de mi manzana mientras me miraba algo tímido—. Gracias, está rica tu manzana. —Me guiñó.

Me solté de su agarre y se me ocurrió el plan original del por qué él estaba ahí.

—Si quieres follarme dímelo.

No lo tomó bien porque se atragantó con el pedazo que había mordido, me dio asco y me aparté yéndome.

—¡No puedo decírtelo porque quiero ser tu amigo!

Me detuve, abrí la boca totalmente desubicada. Él no quería follarme. Quién carajo se creía para decirme algo como eso luego de mirarme más de la cuenta en detención vacacional.

Me di la vuelta para decirle lo que se ocurrió al instante. El asunto se vio entorpecido al ver a Charlie Fodds tomando a Logan Hilfiger del brazo, ya que pretendía seguirme. Charlie también se detuvo al verme cara a cara, no evité reírme con crueldad. Al parecer le di miedo al dejarlo caer y porque tenía un moretón abultado muy feo en la frente. Un instante después adoptó una seriedad indiscutible hasta dejarla en su amigo con hastío.

—No discutan, por favor —rogó Logan, yo lo miré con una sonrisa malvada.

—Tenía una mejor respuesta, pero esta es mejor: no me molesten.

—Ya deja el drama Hannah Montana —respondió Fodds, mirándome con desafío.

—Ahora es drama. Tú eres el que jode luego de más cinco años, no pareces superarlo —disparé.

—¿Simplemente no pueden dejar a un lado lo que sea que pasó y ser amigos? —nos preguntó Logan conciliador.

—No. Si me deja de molestar, quedamos en paz. No acepto ser amiga de ninguno de ustedes —dije.

La respuesta de Charlie Fodds fue una negativa con su cabeza. Más allá, lo que parecían ser el equipo de lacrosse, abuchearon la escena.

—Si dejas de hablarle a Logan, lo dejamos en paz —ofreció como si eso fuera lo mejor que se le cruzó por la cabeza.

—Hecho. Ya le había dicho a tu amigo que no seríamos amigos.

Sin agregar algo más me di la vuelta y tiré la manzana en una cesta de camino hacia la puerta.

No soy fan de escribir y menos de leer. No obstante, si debo, tengo y quiero colaborar tendré que seguir escribiendo. Aunque revelar cosas de mi no es mi fuerte.

 °°°

Espero que les haya gustado.

¿Este capítulo fue suficiente para hacerlos seguir leyendo? Es importante para mi saberlo y que mantengamos la interacción en comentarios.

Besos problemáticos por doquier😚.