Capítulo 82
—Ah… —Noah soltó un suspiro de aburrimiento, estaba sentado en el banquillo—. No sé cómo puedes pasarte todo el día golpeando el saco de boxeo, yo ya estaría muerto hace cinco horas, Carl.
—Noah, si Angie estuviese secuestrada por unos cretinos, ¿no pararías de entrenar y pensar en cómo rescatarla?
—Conociéndola ella sería la secuestradora —bromeó—, pero te entiendo. Entonces es la motivación lo que hace que estés todos los días aquí golpeando el saco y moviéndote por horas.
—Mis motivaciones son el odio y el amor —dije haciendo pasos cortos y golpeando repetidas veces el saco con fuerza.
—¿Estás seguro de que no quieres los guantes? —preguntó Noah cruzándose de brazos.
—No, sin ellos es mejor.
—Está bien, está bien. Y dime, ¿has encontrado algo nuevo?
—No, la misma malinformación de mierda. En internet no hay nada verídico de ellos, solo lo que nosotros sabemos por Janna y lo que yo vi. No puedo creer que nadie haya intentado investigarlos de verdad o al menos dar información real. Incluso hay personas que dicen haberlos invocado, ¿te lo puedes creer?
—Eh… —miré a Noah, bajó la mirada al verme y dejé de golpear el saco.
—¿Qué? —pregunté, al ver que no respondía me acerqué a él.
—Bueno… digamos que… no creo que… bueno… Carl, no creo que sea mentira eso de invocarlos, o al menos que sean tonterías.
—¿Por qué lo dices? —tomé una botella pequeña de agua y bebí un sorbo.
—Invoqué a un proxy… concretamente a Masky.
—¿Qué? —me atraganté con el agua y tosí varias veces.
—Bueno… realmente no fue a uno solo… —cuando me calmé lo miré incrédulo—. Tal vez a Masky… Hoodie… —abrí los ojos exageradamente— y… Liu.
—¿Alguien más? ¿La Creepyhouse entera? ¿Jugaste a la Ouija de paso?
—Tenía curiosidad, ¡solo eso! —rodó los ojos y soltó un suspiro—. Sé que es peligroso, pero te recuerdo que tú invocaste a Zalgo.
—Es distinto, se supone que Zalgo no existía y era una especie de ente o demonio. Los Creepypastas en teoría la mayoría son humanos, y tú ya sabías que eran peligrosos porque tanto Janna como yo lo gritamos a los cuatro vientos —fruncí el ceño.
—Pero aún así escuché algo, y mira —Noah me mostró sus brazos, estaban con arañazos—. Esto me ha pasado desde que invoqué, despierto con arañazos, me siento vigilado y escucho estática. Hasta creo que he visto el símbolo proxy algunas veces… Tengo pesadillas, en ellos aparecen hospitales, gente llorando y gritando, doctores sin rostro y pacientes vendados por todo el cuerpo.
—Joder… —murmuré y me senté bebiendo agua.
—¿Cuánto crees que durará?
—No lo sé, supongo que hasta que atrapemos a los humanos y matemos a las criaturas.
—Solo espero que esto no cueste demasiado caro a Precespyata, ya hemos perdido a muchas personas por culpa de ellos. ¡Y encima la maldita PCE no hace absolutamente nada!
—Se supone que son policías, ¿no? —le miré.
—Se supone, pero hacen menos que un policía de tráfico en este caso. Hasta ellos patrullan más las calles por si ven a alguien, mi tío trabaja ahí y está hasta las tantas buscando algo de ellos. No es justo que nosotros, los propios habitantes, tengamos que encargarnos más de una amenaza que viene de fuera que los que los llevan siguiendo desde hace años.
—Hay algo raro con ellos, tienes razón en todo. No entiendo por qué dejan morir a los padres, ni siquiera han movido un dedo por nosotros desde que estuvimos secuestrados. A parte, ¿cómo se enteraron de nuestro secuestro?
—Nadie tiene idea, el único que lo sabía era Lautaro, al menos amenazaba a Janna constantemente en que si no encontraba alguna pista le quitaba el caso.
—¿Lautaro? ¿Lautaro no era el antiguo comisario?
—Sí, lo era, hasta que Jeff lo mató.
—¿Cuándo lo asesinó? —pregunté.
—Hace un mes, ahí decidimos que el nuevo comisario fuese Damian. Su padre lo hizo bien cuando lo era y no dudamos en que seguiría su ejemplo su hijo.
—Pero Lautaro debió… haber dejado algo como constancia, ¿no? De lo que dijo la PCE o de dónde vienen.
—No tiene porqué, pudieron simplemente haberlo hablado y se acabó…
Noah y yo estábamos en un punto muerto, por muchas vueltas que diéramos no íbamos a llegar a nada.
Me levanté y seguí golpeando el saco, Noah se levantó y nos despedimos, ya que él debía volver al trabajo.
—Vas a terminar con músculos en los músculos, Carl —bromeó Janna, habían pasado dos horas y me encontraba haciendo flexiones.
—Ya voy al mismo ritmo que Damian cuando corremos de madrugada —sonreí y sacudí mis manos para verla mejor.
—¿No quieres tomarte un descanso? Está bien que entrenes y estoy orgullosa, pero tampoco debes dejarte la piel en la comisaría.
—No te preocupes, estoy bien en cuanto al ejercicio, me viene bien —Janna me hizo un ademán de que la siguiera, caminé hacia ella.
Caminamos por el pasillo hasta llegar a la cafetería, donde estaba Damian sentado en una mesa.
—Has mejorado mucho, Carl, ya lograste alcanzarme —dijo con una sonrisa cuando llegamos.
—Pero todo es gracias a ti, tú me ayudaste a mejorar y entrenar, al igual que Janna —ambos sonrieron y Damian fue a buscar la comida, pasaron unos dos minutos y empezamos a comer.
—¿Qué tal con Noah? —preguntó Janna.
—Bien, no parece un mal tipo. Es fácil llevarse bien con él.
—Me recuerda a ti, tenéis casi la misma edad.
—Supongo que es por ser los más jóvenes.
Janna sonrió y siguió comiendo su ensalada.
—Estaba pensando en que podríamos pedir comida para llevar hoy. ¿Os apetece algo?
—¿Sushi? —sugirió Janna mirándonos.
—Me parece bien —contesté y así decidimos qué cenar, luego recordé lo de Lautaro—. Janna, Damian, ¿puedo preguntaros algo?
—Claro —dijeron al unísono.
—¿Por qué te eligieron comisario?
—Mi padre era el antiguo comisario, y cuando se jubiló Lautaro le sucedió. Pero, repentinamente fue asesinado y por la gran reputación de mi padre me escogieron a mí los compañeros de oficina.
—Nunca me habías hablado sobre tu padre —me sorprendí— ¿vive en Precespyata?
—No, hace un tiempo que él y mi madre se mudaron lejos de aquí, a un pueblo de costa —sonrió— no les he hablado sobre ti por si… ya sabes, nos tuvieran pinchado el teléfono. Pero me gustaría que algún día os conociérais. Siempre han querido nietos —me sonrojé al escucharlo, ¿me consideraba como un hijo? Damian miró a Janna de reojo, pero no se dio cuenta.
—Vaya, ¿ya quieren nietos? —rio Janna sorprendida— ¿tienes ya alguna candidata? Con Lily te veo química. —No sé si lo dijo en broma, quiero decir, es la inspectora jefe de policía, la inspectora… Mierda, ¿no es obvio?
—¿Lily? Pero si solo hablamos en comisaría…
—Pues yo la he visto haciéndote ojitos —sonrió Janna. Se estaba divirtiendo intentando suponer a quién le gustaba Damian.
—Por cierto… —quería cambiar de tema de conversación, Damian se notaba incómodo— he estado hablando con Noah mientras entrenaba —ambos me miraron— y me ha contado cosas de la PCE…
Janna miró a Damian con expresión de "Noah siempre hablando de más". Damian rio.
—Y… ¿Qué te ha contado exactamente? —Preguntó Janna.
—Que nadie sabe realmente cómo se metió en la investigación, por ejemplo. Bueno, solo Lautaro debía saberlo en realidad… ¿No habéis descubierto más cosas sobre ellos? ¿Por qué no nos toman en serio?
Janna y Damian se miraron entre ellos, y luego me miraron a mí. Janna indicó con la cabeza a Damian que hablara él.
—La PCE es un misterio, si te soy sincero… siempre se encargan de los casos más sonados y misteriosos, pero no son muy transparentes con las pruebas, ni siquiera cuando lo solucionan. Tienen fama de ocultar mucha información y de escoger a cabezas de turco para pagar públicamente por los crímenes, mas no decir quiénes son los verdaderos culpables. Por supuesto esto solo son teorías, pero viendo cómo se están comportando aquí me hace creer que es cierto…
—Además… —habló Janna— con los periodistas pasa algo raro. Cada vez es más difícil encontrar información pública sobre vuestro caso, ya ni se escucha apenas en las noticias. Estamos seguros de que son ellos. Lo están saboteando todo…
—¿No podéis llamar vosotros mismos a periodistas independientes y contar lo que ocurre? —pregunté indignado por toda esta situación.
—Ojalá fuera tan fácil… —contestó Damian relajado— pero la investigación de la comisaría es muy clandestina. Tenemos que ser cautelosos para no llamar demasiado la atención…
—Oye, y esto suena algo loco pero… —comprobé que nadie nos observara y bajé el tono de voz— ¿y si la PCE está en contacto con ellos, con los Creepypastas, y están intentando negociar algo? O… ¿y si ellos mismos son los culpables?
—Carl… mejor no dar nada por sentado —dijo Damian con un tono de voz más firme. Me enderecé— escucha, tienes que tener cuidado al sacar esas teorías, y mucho más al decirlas en público. No olvides que estamos hablando de una organización gubernamental importante. No nos pueden oír acusándolos de relacionarse con ellos… ¿entiendes? —asentí con la cabeza.
Un silencio incómodo inundó el ambiente entre nosotros por unos segundos.
—Hoy llegando a comisaría casi atropello a un gato negro y rojo —soltó Janna de la nada. Damian y yo nos miramos entre nosotros y comenzamos a reír.
Qué buena forma de destensar el momento.
Curiosidad: n°82: A pesar de que los señores Dimills ya no viven en Precespyata, mantienen a su hijo informado de que el caso no ha sido televisado en otros lugares, entre ellos donde actualmente residen el ex comisario y su esposa.
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