Capítulo 8: ¿Nuevos aliados?

Ya sabíamos que Lexy estaba mal de la cabeza, pero esto estaba a otro nivel. ¡Ahora se había enamorado de un maldito asesino que nos tiene secuestrados a todos! Bueno, tal vez "enamorarse" sea una palabra demasiado fuerte, pero estaba claro que a Lexy le había gustado.

El día continuó de forma tensa, apenas hablábamos con Lexy, y si lo hacíamos no era de buenas maneras, especialmente Tenny parecía la más mosqueada.

—A ver lista, dime qué demonios es lo que según tú yo no sé de Masky y tú sí. Ya sabes, esa supuesta historia de internet —gritó Lexy de repente.

—No sé porqué quieres que te la cuente si yo no sé nada, ya que no he dado un paseo de cinco minutos con él —contestó la rubia con orgullo, claramente quería que Lexy le rogara que se lo contara.

—Oh vamos, no te hagas la interesante ahora. Estáis enfadados conmigo por hablar con él cuando Tenny está aquí sabiendo las historias de todos pero sin decirnos absolutamente nada. Puede que hasta esté celosa de que Masky se fijara en mí y no en la loca que lee cuentos
suyos —oh oh, esto se estaba poniendo interesante entre las dos. Qué pena que no tuviéramos palomitas aquí dentro.

—¡Oh vamos, callaos ya! No puedo creer que vayáis a pelear cuando dos de nuestros amigos están muertos y los demás estamos aquí muriéndonos de hambre rodeados de unos psicópatas. Deberíamos estar más unidos que nunca pensando soluciones más que... —la gente parecía tener una manía con cortar a Lana mientras hablaba. Solo que en esta ocasión no era uno de nosotros el que lo hacía.

—Es aburrido cuando peleáis —habló un chico castaño con bozal, el mismo que asesinó a Fu.

—Tú... —murmuró Brian con cierto enfado y asco.

El sujeto llamado Toby ni siquiera miró a Brian, pareció ni siquiera importarle, nos acercó una bandeja a cada uno con una lata de atún y un poco de agua templada.

No era el mejor menú del mundo pero ya sabes lo que dicen: "desayuna como rey, come cómo príncipe y cena como mendigo". No desayunábamos como reyes ni comíamos como príncipes, pero al menos llevaban a rajatabla el "cena como mendigo".

Cada uno agarró una bandeja. Abrí la lata y empecé a comer despacio y beber mi agua templada, hasta que escuché a Brian quejarse.

—Mi agua está caliente, esto me va a dar diarrea... —dijo molesto.

—Si quieres puedo sacar un cubo de hielo de donde tenemos el cadáver de tu hermano y dártelo para que tu estúpida agua esté fría —respondió sarcásticamente el castaño, realmente me intimidaba su presencia, así que me limité a comer, haciendo Brian lo mismo que yo.

—Por cierto, he traído a un... amigo. Se ha empeñado en venir a conoceros —Toby miró a su izquierda y de allí apareció un ser monstruoso con aspecto de payaso en blanco y negro.

—Hola —dijo con una gran sonrisa, viéndose una hilera de dientes afilados.

—Hola... —contesté sin perderle de vista ni por un segundo, el payaso sacó de su bolsillo una golosina y me la extendió. Viendo toda la situación esa golosina tenía todas las papeletas de estar envenenada, pero no quiero imaginar qué sucedería si la rechazo así que pensé que lo mejor sería agarrarla pero no comerla.

—Tómalo, es de fresa.

—Gracias... —con dificultad por el miedo me acerqué y agarré el envoltorio.

—Cómela —dijo mirándome fijamente a los ojos.

Sin muchas opciones, miré rápidamente a Tenny, quien me miraba preocupada, pero dándome a entender que era mejor no llevarle la contraria, abrí el dulce y lo comí, sabía a fresa, no notaba nada extraño y lo tragué.

—Por si te lo preguntas, no estaba envenenada —dijo empezando a reír levemente— me alegra que confíes en mí, pequeño.

—Laughing, vámonos, tengo que ir con Slenderman —habló Toby, a lo que Laughing me miró por unos segundos y se fueron, pero antes de que cerraran la puerta se escuchó una voz familiar.

—Espera, no cierres la puerta.

—Tenemos que ir con Slenderman...

—Tú sí, yo no —contestó el moreno, se escuchó un resoplido del castaño.

Tras toda esta extraña escena, se escuchó el sonido de la puerta al cerrarse y tras eso, el sonido de unos pasos venir hacia nosotros se hacía cada vez mayor.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro al ver al hombre de máscara blanca frente a la celda por segunda vez el día de hoy.

—Anda, deja esa bazofia y vamos a comer algo de verdad —dijo fijando su rostro en mí.

Me levanté contenta y me acerqué a la puerta de la celda, justo antes de salir, no pude evitar mirar a Tenny con prepotencia. Ella podía meterse conmigo todo lo que quisiera, pero yo tenía más ventajas que ningún otro. Y para ser sincera, Masky es probablemente el segundo hombre más decente que he conocido... dejando a un lado la parte de que es un asesino, claro.

Atravesamos el largo pasillo juntos hasta llegar a la puerta, la última vez no fui al exterior pero en esta ocasión todo era diferente. No había ningún cadáver de por medio y por lo que había entendido, Masky tenía la noche libre.

Abrió la puerta de metal y tras esta nos encontramos en medio del bosque. Continué andando de la mano de Masky hasta que llegamos a una pequeña cabaña de madera. Por fuera parecía abandonada, pero por dentro (aunque no contaba con los mejores lujos ni estaba completamente limpia) era perfectamente habitable.

Al entrar ambos, Masky cerró la puerta con seguro, en ese momento no estaba segura de si iba a matarme o a follarme.

—Como comprenderás tengo que asegurarme de que no vayas a escapar, no querría que me obligaras a dispararte —dijo con tono sarcástico al ver mi cara de sorpresa— ¿te gustan las alitas de pollo? Están recién hechas —me ofreció el moreno.

—Me alegra que ya no creas que tengo que ponerme a hacer ejercicio —dije burlonamente mientras me sentaba frente a la mesa. Él se sentó en frente mía, pero no se quitó la máscara ni cogió nada de comida.

—Yo ya he cenado —dijo mientras empezaba a comer.

—Solo por curiosidad, ¿nunca te quitas la máscara en frente de nadie? Que no es que me disguste, es solo que debe ser incómodo —confiaba en él más que en cualquiera de los otros pero no debía olvidar quién era y por ende debía tener cuidado con mis palabras.

—Se van a enfriar —dijo refiriéndose a las alitas, estaba claro que no debía tocar el tema de la máscara— por cierto, ¿qué tal llevas la muerte de tu amigo?
—lo cierto es que ese era un tema que yo tampoco quería tratar, pero no me atrevía a negarme a contestar.

—Bueno... Josh era el único amigo real que tenía, y sin lugar a dudas el único hombre que no se acercaba a mí solo por mi cuerpo... lo cierto es que echo muchísimo de menos su voz, su cercanía, el cariño que me daba... —dije esto último a punto de llorar— no creo que vaya a encontrar a nadie como él... —el tema de Josh me ponía demasiado sensible, y creo que me sinceré con Masky más de la cuenta. Pensaba que a él le habría aburrido, pero por el contrario vi como tendía sus brazos para agarrar los míos mientras se inclinaba un poco para delante.

—Oye yo... he perdido a mucha gente con los años y sé perfectamente cómo te sientes. Sin embargo, y aunque sea difícil, la vida continúa si aprendes a caminar solo por ella. Nunca te dejará de doler pero lo sobrellevarás. Te volverás más fuerte que lo que nunca pensaste que podrías llegar a ser y... quién sabe, tal vez sí vuelvas a encontrar a otra persona que te acompañe por el camino y lo haga todo más sencillo... —el tono de su voz parecía diferente, como si no solo fuera una charla de apoyo para mí sino también para él mismo. Ciertamente, se notaba su tristeza interior y que al igual que yo, echaba de menos el cariño de alguien...

Nos miramos mutuamente después de eso, era extraño conversar con alguien sin ver sus expresiones faciales pero con él no se sentía incómodo. Yo ya había terminado mi cena por lo que supuse que me llevaría de nuevo a la celda, sin embargo, Masky me hizo una seña para que me sentara en un pequeño sofá con él.

—Masky yo... sé que sigo siendo tu prisionera pero quiero que sepas que tras la muerte de Josh has sido el único que se ha preocupado por mí. Todos los que pensaba que eran mis amigos me han dado la espalda —al terminar de hablar no pude evitar tomarle de la mano. Él se quedó mirándome, callado, y con su otra mano agarró un mechón de mi pelo para colocarlo tras mi oreja.

—Entonces está claro que necesitas nuevos amigos —en mi mente, Masky sonrió dulcemente tras decir eso.

—Escucha... si te hacen daño o te dicen algo ofensivo, no dudes en decírmelo —el tono de voz con el que lo dijo era tierno, pero su seria máscara hizo que la frase se volviese un tanto escalofriante.

Volvimos a fijar nuestras miradas, él parecía que quería alguna clase de respuesta por parte mía. Aunque yo solo pude actuar, pues no encontraba palabras adecuadas.

Ayudándome de la mano con la que sostenía la suya intenté guiarlo hasta mi cintura, lo más cercano a un abrazo que había tenido desde la muerte de Josh fue hace unos segundos cuando Masky me tomó de los brazos, y quería comprobar si podía conseguir algo más.

Para mi sorpresa, justo cuando su mano iba a tocar mi cuerpo, él detuvo su brazo en seco.

—Creo que la muerte de Josh te está afectando bastante, deberíamos parar —dijo Masky calmadamente.

Me quedé en shock, esto nunca me había pasado antes.

—Sí... tienes razón supongo... perdona —no se sentía como un rechazo absoluto, sino más bien como si me estuviera haciendo un favor tratando de no aprovecharse de mí y de mi situación.

—Lo siento pero... deberíamos volver a la celda antes de que alguien te vea aquí fuera —dijo levantándose del sofá.

Tras quitar el seguro volvió a darme la mano para guiarme hasta la celda. Una vez allí nadie excepto Tenny me dirigió la mirada, aunque mi mente estaba demasiado distraída como para dejar que sus miradas me afectaran. Ahora solo una cosa estaba en mi cabeza: Masky.

Curiosidad N°8: Josh y Lexy tenían una relación de dependencia emocional, cada uno completaba el amor del que cada uno carecía: Josh el maternal de Lexy (ya que Josh la animaba a tener más confianza en ella misma y la hacía sentirse querida) y Lexy el paternal de Josh (porque Lexy ayudaba a Josh a ser más independiente y a resolver mejor sus conflictos).

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