Capítulo 59

Por la ventana percibo la oscuridad de la noche solo alumbrada por una gran luna llena. Me cuesta abrir los ojos al principio por las legañas. Me incorporo levemente, sentándome en la cama y mirando a mi alrededor. ¿Cuánto he dormido? 

Aún no estoy muy consciente de lo que pasa a mi alrededor cuando escucho la puerta de la habitación abrirse y cerrarse en un portazo. Una sombra de hombre corpulento se deja ver en el suelo. Alguien ha entrado. 

—¿Carl? Parece que te están volviendo a curar… ¿Qué has hecho esta vez...?

La piel se me pone de gallina, pero dirijo mi vista hacia esa voz. No puede ser…

Esa cara triste del pasamontañas me mira fijamente. Ese hijo de puta me ha encontrado… y sigue vivo.

—Vaya… eres… más duro de lo que pensaba… —Hoodie me daba un miedo terrible, pero ya había aprendido a hacerme fuerte frente a él. Sin embargo, el hecho de que sobreviviera a tantos golpes en la cabeza era… ciertamente… aterrador—. Supongo que habrás venido a matarme… Debería haberte dado un poco más fuerte. Créeme que me habría asegurado de que estabas muerto si Tim no hubiera llegado… —Hoodie empieza a negarme con el dedo índice mientras hace un sonidito con la boca.

—No te confundas, Carl… No he venido a matarte, solo a felicitarte… —Hoodie se da la vuelta, dándome la espalda. Toda la parte trasera de su capucha está ensangrentada. Se la quita. Luego, procede a levantarse el pasamontañas… ¿Qué… significa esto?

Su cabeza está abierta por detrás, su… cerebro… está aplastado, como si fuera plastilina. Su cráneo se encuentra abierto, como un cráter. Dentro de él, a parte del cerebro, puedo notar distintos bultos y tejidos, por Dios… S-su c-cabeza a-abierta… 

—Felicitarte por… convertirte en alguien como yo. Violador… asesino… maltratador… —dice con voz ronca mientras se da la vuelta para mirarme. 

—¡YO NO ME PAREZCO EN NADA A TI! —la voz se me rompe a mitad de la frase.

—Veamos… —se va acercando a la cama del hospital— Intentaste violar a Tenny… Has golpeado en varias ocasiones a Brian… Y ahora, has matado. Me has matado… a mí. Me repudiabas y te convertiste en mí. ¿No es irónico… Carl? —Hoodie empieza a reírse de forma descontrolada, cada vez más… y más fuerte. 

Cierro mi puño con fuerza e intento golpearlo con rabia, pero lo traspaso. Su risa se vuelve más estridente. La cicatriz que recorre su rostro no hace más que afearle aún más. Lo odio… lo odio… ¡LO ODIO!

—¡¿POR QUÉ HAS VENIDO, ENTONCES?! ¡¿PARA NOMBRARME TU SUCESOR?! ¡PUES QUE SEPAS QUE YO NO SOY UN PUTO ESCLAVO COMO TÚ! —Hoodie fue calmándose, pero seguía sonriendo.

—Ay… Carl… ¿No lo has entendido? No busco nada de ti. Solo quiero… que nos sigamos divirtiendo, que recuerdes a todo momento del día quien eres y lo que has hecho… —dice con voz apagada lo último.

—P-pero… p-pero… ¡f-fue en defensa p-propia…! —respondo con voz rota.

—¿Defensa propia es intentar violar a Tenny? —habla una voz, una voz de hombre… Giro mi cabeza hacia la esquina de la habitación y me encuentro con ese malnacido, con su sonrisa horrorosa tallada en sus mejillas— ¿Qué? ¿Ahora uno se defiende de alguien que ni siquiera le estaba prestando atención violándolo? Tienes un sentido de la justicia algo distorsionado…

—¡¡PÚDRETE, JEFF!! ¡¡LÁRGATE!! ¡¡VETE A LA MIERDA!! —grito a todo pulmón, comenzando a agitarse mi respiración y empiezo a sudar… No, no, no, esto es una encerrona.

—Ni se te ocurra hablarle así… —ahora habló una voz femenina, esa voz… Por favor, que no sea ella…— Siempre siendo tan mierda de persona con nosotros, y ahora lo eres con mi novio.

Tenny aparece por la espalda de Jeff abrazándolo, apegada a él, tocándolo…

—¡¡QUITA TUS SUCIAS MANOS DE ELLA, JEFF!! MALDITA SEA, ¡¡DEJA DE MANIPULARLA!! ¡DEJA DE ALEJARLA DE MÍ! ¡TENNY Y YO ESTÁBAMOS BIEN ANTES DE QUE TÚ LLEGARAS! —trato de levantarme de la cama pero Hoodie me empuja a ella de nuevo, me agarra los brazos reteniéndome.

Escucho la risa de Jeff, burlándose otra vez de mí, intento zafarme de Hoodie mientras miro a Tenny y a su pedófilo. Jeff me mira y sonríe, agarra de la cintura a Tenny y se va acercando a ella, a su rostro, a sus labios, ¡A SUS PUTOS LABIOS! ¡LA ESTÁ BESANDO! ¡LA ESTÁ BESANDO MIENTTAS LA MANIPULA! ¡¡VOY A MATARLO!! ¡DEBO MATARLO! ¡NADIE PUEDE TOCAR A TENNY EXCEPTO YO Y SUS PADRES! 

Hoodie sigue manteniéndome en la cama, levanto mi pierna y le propino una patada en el estómago haciéndole retroceder. Me levanto de la cama dispuesto a golpear y matar a Jeff de una vez por todas, para liberar a Tenny, MI Tenny de su engaño, pero Hoodie me golpea en la cara con su fierro.

Caigo al suelo aturdido y el pedófilo descompuesto me jala por las piernas para llevarme de nuevo a la camilla, pataleo tratando de zafarme.

—Jeff… —escucho su risilla con ese asqueroso nombre— me gustaría… Ya sabes, más… —dice en un susurro y miro al frente.

—¡¡NO!!

—Mmm, si así lo quieres… —responde el asesino.

—¡¡NO!! ¡NI SE TE OCURRA! ¡SE SUPONE QUE ESO LO TIENES QUE HACER CONMIGO! ¡¡NO CON ÉL!! ¡¡TENNY!!

Hoodie me vuelve a golpear con el fierro en la cabeza, empiezo a ver borroso y perder el norte de mis sentidos. Me vuelve a acostar en la camilla, agarra la almohada y empieza a asfixiarme con ella, intento forcejear como puedo, pero es imposible… Lo único que escucho es mi respiración tratando de establecerse y… gemidos…

—¡¡NO!! ¡¡TENNY!! ¡¡NO!! —grité a todo volumen y desperté con la respiración agitada, todo había sido un sueño, me senté para tratar de calmarme y respiré descontroladamente al mirar al frente.

—¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!

Ben estaba de cuclillas en el pie de la cama, mirándome fijamente, en cuanto grité soltó una pequeña risita y se evaporó, justo en ese momento entraron tres enfermeras escandalizadas por mis gritos.

Empecé a llorar a mares, por el sueño y por el susto, no tardaron en venirme recuerdos de la celda, de Tenny, de Jeff, Hoodie…

Tengo… tengo que hacer algo… No tengo idea de qué, pero tengo que hacer algo con esto… esta situación… tengo que sacar a Tenny de allí, tengo que terminar con ellos, con esto, no puede seguir así, no puedo seguir así… 

—Oh… inspectora —una enfermera me habló mientras se dirigía hacia mí—. Carl está despierto, pero no ha tenido buena noche, le rogaría que por favor no… altere sus emociones, al menos no mucho… 

—¿Qué le ha pasado? —pregunté preocupada frunciendo el entrecejo.

—Ha sufrido un percance… No soy psiquiatra, pero parece sufrir de algunos síntomas de estrés postraumático… Tenga cuidado con lo que le dice y hace recordar, por favor… —asentí y la joven enfermera se fue, abrí la puerta y vi a Carl con unas bolsas enormes y oscuras, mirando al frente.

—Carl… ¿cómo te encuentras? —dije mientras me sentaba delicadamente en la cama y acariciaba su mano.

El chico sonrió con falsedad, igual que sus padres cuando los conocí. Se notaba que seguía sufriendo.

—Muy bien… Janna.

—Oh… Carl… ¿has… tenido pesadillas con ellos?

De repente su mirada se perdió. Temo no haber sido demasiado delicada.

—Yo… bueno… ¿es algo normal, no? Hay gente que ya tiene pesadillas sobre ellos sin haberlos visto nunca… No soy débil por ello.

—¡Por supuesto que no eres débil! –acaricié su rostro —Carl, eres una persona increíblemente fuerte. No olvides eso… 

Ahora sí noté como sonreía sinceramente. 

—Dime… ¿qué ocurría en el sueño…? No hace falta que me lo cuentes si no quieres pero… viene bien soltarlo, créeme —Carl soltó un suspiro lentamente y me miró algo asustado.

—Bien… Era de noche, soñé que me despertaba, todo estaba tranquilo y… entonces, apareció Hoodie… —fruncí el ceño al escuchar el nombre de mi amigo, ¿lo habrá torturado él también? No, Hoodie me dijo que lo curaba de las palizas de los otros chicos… Eso me dijo él…— Me insultaba, se burlaba de mí, justo desde ahí —señaló la puerta con el dedo índice.

Miré detrás de mí, tratando de imaginar a mi amigo encapuchado y volví la vista al rubio.

—Entonces, él se dio la vuelta y… se subió el pasamontañas y se quitó la capucha… Tenía la cabeza a-abierta… me recriminaba el haberlo matado, se burlaba de lo que hice y… 

—Espera, Carl… espera un momento… ¿Cómo que te recriminaba el que… lo hayas matado? —abrí los ojos asombrada, Carl se encogió de hombros cada vez más, viéndose más pequeño de lo que es, se sentía intimidado.

—Y-yo… Janna… y-yo… y-yo no t-te conté cómo… escapé… —tragó en seco— Y-yo… le golpeé a-a Hoodie… yo… cr-creo que lo maté… Sí, estoy seguro de que lo hice… —tragué saliva en seco, procesando lo que me iba contando.

—Espera… Ma… ¿mataste a Hoodie? ¿Con su propio fierro...? ¿Mientras él te… te curaba tú…? —apreté más fuerte la mano de Carl y me aguanté las ganas de llorar. Aún así, el chico sabía perfectamente lo que me dolía esto. 

—Lo… lo siento tanto yo… sé que sois… eráis amigos pero… —empezaron a caer lágrimas de su rostro— Pero se lo merecía… se merecía eso… y más —Carl me miraba a los ojos y hablaba con dureza. Estaba hablando en serio, él creía que Hoodie debería estar muerto, ¿por qué? ¿Qué me está ocultando?  

—Carl, debes explicarme lo que significa esto porque ahora mismo no comprendo na…

—Me violó. 

El corazón se me detuvo por un momento. Dejé de hacer fuerza en la mano del chico y lo miré, suplicándole una explicación con los ojos.

—Me violó, me torturó, me golpeó, me humilló, me echó paños con agua hirviendo cuando me quejaba… Y luego se llenaba de moralidad diciendo que a cambio me curaba y me daba mejor comida que en la celda. Oh, y también me dejaba ducharme, todo un detalle… 

Me quedé sin palabras. Sentía un profundo dolor en el estómago y empecé a tener náuseas. 

—Disculpa… 

Me levanté y comencé a caminar por toda la habitación, pensando, procesando… Estaba tratando de centrarme en mi respiración para calmarme. Con un gesto con la mano le indiqué a Carl que me siguiera contando.

—Esta es la verdad… Janna… acepté su trato… acepté que me siguiera utilizando sabiendo que algún día conseguiría escapar cuando empezara a dar por sentada mi debilidad… ¡HE SIDO SU MALDITA PROSTITUTA TODO ESTE TIEMPO Y AHORA ESTÁ MUERTO! —el llanto de Carl se fue mezclando con una risa de… ¿alegría? Me detuve en cuando la escuché y lo miré con pena.

—Estabas en todo tu derecho a hacer lo que hiciste… —se fue calmando para escucharme— Fue en legítima defensa y… y aunque como agente de la ley no debería decir esto, yo también pienso que la gente así está mejor muerta…

Me rompí al decir estas últimas palabras. Pero si Hoodie de verdad había hecho todo eso con plena consciencia, estaba claro que no solo era tan deplorable como el resto de sus compañeros, sino que también me había mentido y por tanto me había hecho daño personalmente… 

Carl se quedó callado unos momentos mirando las sábanas, yo solté un suspiro y me senté a su lado en la silla. Me recosté en el respaldo tratando de asimilar todo. Hoodie… el proxy que había sido mi amigo durante todos estos años… ¿Un violador? Y… muerto… Aunque se lo mereciese… habiendo llevado las vidas que tuvimos que sobrellevar, ambos sabíamos que uno un día podría desaparecer de la noche a la mañana para siempre. Nos habíamos hecho a la idea de que uno podría morir en cualquier momento, pero… ¿La memoria de lo que fue mi amigo ser mancillada de esa manera por él mismo? No, nunca me he podido preparar para esto, violar nunca ha estado en delitos que se puedan perdonar en mis principios.

Levanté la vista de mis muslos hacia Carl, quien me miraba estremecido. Supongo que estará confuso porque Hoodie era mi amigo, pero sabe que pienso igual que él, que violar es imperdonable, es algo tan innecesario de hacer… menos a un pobre niño… 

—¿Hay… hay algo que me debas contar, Carl? ¿Algo más?

—Sí… y creo que debí haberlo hecho al principio, pero… con la emoción… Perdón Janna, perdón, en serio… —dijo con voz rota y tomé su hombro delicadamente, él suspiró y trató de hablar lo más calmado posible— L-los padres de Josh… ¿están muertos…?

—¿Cómo sabes tú eso? —fruncí el ceño y me incliné hacia él para prestarle la mayor atención posible.

—Janna… verás… Jeff le dijo a Tenny que va a matar a nuestros padres… Según vayamos muriendo o siendo asesinados… Los padres de Josh han sido asesinados por Jeff, deberían ir por los de Fu y Brian o por la madre de Locke, ya que el padre de Lexy se suicidó…

—Espera… ¿Por qué os informaban de esas cosas? Se supone que Jeff está manipulando a Tenny para quedarse con ella, ¿no? Pues… ¿qué ganaría diciéndole que va a ir matando a todos vuestros padres? —pregunté confundida.

—Creo que… creo que él pretende que Tenny vea que confía en ella. Pero yo sé que algún día se dará cuenta de que solo es un deplorable asesino incapaz de amar y que solo disfruta del sufrimiento ajeno… —no pude evitar sonreír al escuchar el desprecio que Carl le tenía a Jeff, y que por supuesto yo compartía.

—Bueno… Pues gracias a esos "despistes" de Jeff evitaremos que haya nuevas víctimas entre los padres….

Carl también sonrió levemente. Luego nos quedamos varios segundos en silencio, procesando todo lo que acababa de contarme.

—Por cierto… Janna —dijo con aire apenado. Yo le miré a los ojos y agarré su mano, invitándole a decirme lo que quisiera—. Si puedo preguntar… ¿Qué… qué pasará con mis padres… y conmigo cuando me den el alta...?

Me detuve unos segundos para pensar bien mi respuesta.

—Bueno… Como comprenderás están en arresto preventivo y bajo la lupa de los servicios sociales… Pero sin una denuncia no podrán ir a juicio…

—¿Tendré que volver a vivir con ellos si no denuncio? Porque no creo ser capaz de vivir por mi cuenta aún… —Carl miraba para las sábanas y su voz estaba algo apagada.

—Estoy… segura de que encontraremos a alguien que te acoja y sepa cuidarte, ya verás… 

Al decir eso se me pasó una idea por la cabeza. ¿Pero sería factible acoger a alguien que ha conseguido escapar de los Creepypastas mientras estoy saliendo con uno? 

Curiosidad n°59: El enemigo de tu mayor enemigo es tu mejor amigo.

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