Capítulo 5: No debisteis haber hecho eso
Su piel azulada y sus cuencas ensangrentadas eran aún más terroríficas de lo que cualquier película de terror me había mostrado. Después de haber visto a los demás, ya creía cualquier cosa posible, pero los otros no dejaban de tener aspecto "vivo" (salvo alguna que otra mancha o cicatriz).
Él, sin embargo, era igual que un cadáver al que acababan de asesinar brutalmente. Era tan grotesca la imagen que todos nos quedamos petrificados, incapaces de hacer un mísero ruido.
—Entregádmelos, sé que los tenéis con vosotros —dijo el chico tendiéndonos la mano.
Nos quedamos extrañados mirándonos los unos a los otros, ¿a qué se refería?
—Dadme los teléfonos móviles ya, no querréis que os los pida por las malas... ¿Verdad? —repitió de forma amenazante.
Era impresionante, toda esta situación había sido tan extraña y terrorífica que ni siquiera nos habíamos percatado de que teníamos nuestros móviles con nosotros, aunque ya era tarde para utilizarlos...
—Que sepas que nuestra localización está activada —dijo Locke calmadamente tras tragar saliva. Ingenuo... — ya nos deben estar buscando, y sabrán que este es el último sitio en el que hemos estado —esta vez habló con voz más temblorosa, porque aunque quisiera ocultarlo, estaba tan atemorizado como el resto.
El chico fijó su mirada en Locke.
—Parece que tengo que volver a repetirlo —dijo sonriendo— dadme los teléfonos.
—¿O qué? —contestó Locke haciéndole frente. El rubio de pupilas rojas y ojos negros se cruzó de brazos y lo miró fijamente. De repente, un teléfono comenzó a vibrar, Locke bajó la mirada hacia el suyo y lo sacó de su bolsillo, en éste se leía la frase "No deberías haber hecho eso...".
—¿Pero qué? —murmuró Locke desconcertado. Tenny rápidamente le arrancó el móvil de la mano y se lo entregó al chico. Ella parecía saber mucho más sobre quien sea que fueran ellos que lo que nosotros podamos imaginar...
—Por favor, no le hagas nada... Ten nuestros teléfonos, pero no nos hagas daño —suplicó temblorosa entregando su aparato electrónico también, al igual que los demás tras unos segundos.
—Os perdonaré esta vez, solo por ella, la próxima vez no dudaré en hacer con tu mente lo que me plazca —dijo con una sonrisa tomándolos y yéndose de la habitación.
—Tenny, ¿por qué...?
—¡Locke, no vuelvas a hacer eso! —le interrumpió alterada— ¡Casi haces que te mate! ¡No estamos tratando con nadie del instituto! ¡Tenemos asesinos a nuestro alrededor! ¡Y muchos de ellos ya no son ni humanos! —alzó la voz histérica por la estupidez que estaba cometiendo nuestro amigo, hasta que respiró hondo tratando de relajarse— Él es Ben Drowned, es un ente que puede controlar los dispositivos electrónicos que quiera. Puede parecerte gracioso su atuendo, pero créeme que no es nada divertido lo que puede llegar a hacerte...
—¿Y cómo sabes tanto? —espetó Lexy en seco.
—¿Es uno de las historias que dices, no? —preguntó Lana mirándola.
—Sí, conozco a todos los que están aquí, o al menos a la mayoría y sé de sus historias, y en cierta forma puedo hacerme una idea de qué tan peligroso es cada uno, es mejor no tentarlos.
—¿Quién es el más peligroso de los que están con nosotros? —hablé nervioso.
—Jeff The Killer, a menos que Slenderman esté aquí, que es posible por sus proxys, aunque Laughing Jack no se queda atrás... En cualquier caso, parece que la única que no nos hará daño es Sally.
—Vaya, cuántos nombres... —soltó Fu, mi hermano, tratando de calmar la tensión que había en el ambiente.
—Esa cría de Sally no nos puede ayudar en nada —comentó Lexy.
—Pero dudo que sea buena idea tenerla de enemiga, cuantas menos enemistades mejor —respondió mi hermano.
—Si os soy sincero, dudo que por mucho que nos quedemos despiertos y hablando de cada psicópata que nos vaya a amenazar saquemos algo que nos pueda servir para escapar, solo estamos perdiendo el tiempo —dijo Carl— deberíamos dormir, estamos cansados y ha sido un día largo, ni siquiera nos han dado de comer, estamos desperdiciando energías.
—Carl tiene razón, esto es una pérdida de tiempo... —suspiró Locke mientras se recostaba en la pared algo cansado. Vaya, Locke dándole la razón a Carl, esto es nuevo...
—Pero no hemos hecho nada, solo hemos caminado por el bosque y hemos estado desmayados por horas... —frunció el ceño Josh.
—Cansancio mental y emocional, Josh, no el físico —respondió Lexy imitando a Locke y cerrando los ojos.
Me apoyé en la pared sentada buscando una posición cómoda en vano, así que me acosté en el suelo usando mi brazo derecho como almohada mientras Josh dormía al lado mío, aunque lo cierto es que si de normal no podía dormir bien, en este entorno aún menos.
Mientras intentaba relajarme, sentí un brazo alrededor de mi torso.
—¿J-Josh? —tartamudeé girando un poco la cabeza para mirarlo, haciendo que levemente me sonrojara.
—Lo siento, pero ni loco duermo solo, menos con esas cosas pudiendo matarnos cuando les plazca... —dijo seriamente pero con una voz temblorosa, entendí su miedo, de hecho hasta era palpable, así que abracé sus brazos sintiendo su calor y acurrucándome junto a él. Josh me hacía sentir a salvo.
Las horas pasaron y, tal vez fuera por cansancio, conseguí dormirme profundamente, y no fue hasta que el sol alumbró toda la habitación que desperté.
Escuché el sonido de la puerta abrirse y unos pasos aproximarse a nuestra celda. Cuando miré mejor la salida de esta, vi claramente a un hombre alto con máscara azul, de la cual salía un líquido negro por la zona de los ojos. Parecía que nos traía "comida" (si se puede llamar así). Nos tendió a cada uno una bandeja con dos rodajas de pan blanco con bordes y mantequilla junto con un vaso de agua, se suponía que ese iba a ser nuestro desayuno.
—Es Eyeless Jack —susurró Tenny sorprendida.
—Buen provecho —dijo el hombre de la máscara con tono burlón. No sé como describirlo, pero su voz me puso la piel de gallina, y no como un hombre suele ponérmela. Estaba aterrada.
—¿Qué mierda es esto? —preguntó Josh con desagrado. Nunca ha sabido cuando hablar y cuando callarse... Le di un golpecito en el brazo, pero creo que se lo tomó como algo gracioso.
—Comida, ¿eres ciego? —respondió ese tal Eyeless.
—Tenny, tú que los conoces, ¿este quién es? ¿La sirvienta? —se burló Josh susurrándole, pensando que no lo escucharía. ¡¿Pero qué le pasa?! ¡Lo que es capaz de hacer con tal de quedar como el gracioso del grupo!
—¿Qué has dicho? —se acercó el enmascarado a la entrada de la celda.
—Nada, solo preguntaba si esto era todo... —dijo Josh con voz temblorosa.
Eyeless se dio media vuelta y caminó lentamente hasta la salida, prefirió no darle importancia al comentario de Josh. Menos mal...
—Josh, ¿qué haces? —pregunté con miedo.
—Nada, es solo que ese imbécil no es capaz de matarnos él mismo y prefiere matarnos de hambre —respondió Josh burlonamente.
En ese momento, vi el rostro de Josh pálido, miré hacia la celda y vi al enmascarado cruzado de brazos.
—Así que, ¿me estás llamando cobarde? —soltó enfurecido Eyeless, a lo que Josh negó rápidamente con la cabeza.
—Eso pensaba.
El asesino abrió la celda y entró en ella antes de que cualquiera pudiera reaccionar. Tenía en su mano un bisturí y con fuerza tomó del brazo a Josh y lo golpeó contra los barrotes, le subió la camiseta y le apuñaló en el estómago en la zona del hígado. El pelirrojo gritó de dolor mientras trataba de zafarse sin éxito alguno.
—¡LEXY! ¡LEXY! ¡AYÚDAME! —gritó mirando mi cara horrorizada.
—¡JOSH! —exclamé con voz desgarradora su nombre con mi agonía en auge.
El enmascarado arrancó los riñones de mi querido amigo, llevándose de por medio sus intestinos y su hígado, dejándonos a nosotros una última imagen espantosa de Josh.
Comencé a llorar desconsoladamente mientras Eyeless se llevaba el cuerpo sin vida junto con las tripas de la celda.
—Recordad con quién estáis tratando —dijo amenazante antes de marcharse.
Tenny soltó un suspiro en cuanto el asesino se fue tratando de calmarse, se escuchaba mi llanto sonoro por toda la habitación y un sollozo de Lana, mientras que Fu vomitaba en una esquina lo poco que tenía en el estómago. Yo seguí llorando y gritando, golpeando las paredes y suelo. Solo Carl y Lana se acercaron a consolarme al principio, pero no por mucho tiempo.
El resto del día pasó "tranquilo" sin ningún alma que rondase por nuestra celda de tortura, se nos había quitado el hambre que teníamos al ver los intestinos de Josh salir y ser arrancados como si se tratase de felpa. No hablábamos del tema.
En mi caso, pasé el resto del día sola en una esquina de la pequeña celda llorando. Josh acababa de morir y a nadie parecía importarle, al igual que tampoco les importaba yo.
Llegó la noche y al rato todos nos quedamos dormidos, hasta que sentí que alguien se levantó y caminaba hasta la salida de la celda, abrí los ojos y vi a Fu correr fuera de esta, Sally la había abierto.
—Puedo escapar... —murmuraba mi hermano repetidas veces.
—¡FU! —grité despertando a todos mientras me levantaba de golpe y me asomaba a la puerta —¡FU! ¡NO LO HAGAS! ¡TE MATARÁN! —empecé a ponerme histérico. Antes de que alguno más intentara escapar, la puerta de la celda se cerró de golpe, haciendo que gritase por unos segundos.
—Yo que vosotros no haría eso —apareció Jeff de la nada sonriéndonos, en especial a Tenny.
El asesino parecía estar disfrutando del espectáculo, mi hermano corría desesperado hacia la salida, y una vez en el bosque, lo perdimos de vista.
No podía dormir, daba vueltas y vueltas preguntándome por qué esto me tenía que pasar a mí. A lo mejor estaba soñando, a lo mejor sigo en mi cama y mañana me despertaría con el despertador a las seis para entrenar. Sí, sí, es eso...
*Chiiiir*
¿Qué demonios es eso?
—Aprovecha, sal —dijo la tal Sally mientras abría la puerta.
No podía creerlo, esta era una oportunidad única y no iba a dejarla escapar. Salí corriendo con todas mis fuerzas hacia el exterior, no tenía tiempo en molestarme a llamar a los demás, la puerta me la había abierto a mí y era mi oportunidad de oro. Al final si iba a poder dormir en mi cama y entrenar por la mañana.
Mientras corría escuchaba los gritos de los demás, pero estaba demasiado emocionado como para mirar atrás, ya había salido a la oscuridad del bosque, era libre...
De repente, todas mis esperanzas se desvanecieron cuando un dolor punzante tocó mi espalda, caí desplomado al suelo con un grito ahogado solo para ver al chico con bozal sacando lo que parecía ser un hacha de mí.
—Chico, ¿por qué lo has hecho? —me susurró en el oído.
No sentía mis piernas.
—Quería escapar... —sollocé haciendo mis manos puños.
—¿Dejando a tus amigos atrás pudriéndose?
—Pensaba venir a por ellos después con ayuda, lo juro... —dije llorando.
—No lo creo...
El chico me arrastró a la puerta de la habitación y dejó mi cabeza en el suelo, solté un jadeo y sentí cómo me golpeaba con la puerta con fuerza una y otra vez, abriéndola y cerrándola. Yo solo podía llorar y gritar del dolor mientras lo maldecía entre gritos como podía: sentía la sangre corriendo por el suelo, mi mandíbula rompiéndose, mis labios reventados... duró aproximadamente 30 segundos, entonces aplastó mi cabeza contra el suelo, hasta que clavó su hacha en ella y con un cuchillo atravesaba mi pecho, llegando a mi corazón...
En todo momento escuchamos los gritos y maldiciones de Fu hacia lo que lo golpeaba. Ninguno vio nada. Solo pudimos imaginar su dolorosa y lenta muerte.
Miraba al suelo fijamente sin poder creerme que a escasos metros de mí se encontraba el cuerpo sin vida de alguien que yo conocía. ¿Tan fácil se podía matar a alguien? El silencio era absoluto, ninguno hablaba, y eso permitió que escucháramos la conversación entre asesinos.
—Toby, ¿terminaste con él? —preguntó creo que Jeff irrumpiendo el silencio.
—Sí, iré a quemar el cadáver —contestó la voz del de Googles.
—No te preocupes, yo me encargo —dijo ofreciéndose el de la sonrisa.
—¿No te importa?
—En absoluto —dicho esto, el chico con bozal se lo agradeció y se fue.
Jeff se acercó al cadáver y lo arrastró hasta la celda donde estaban sus víctimas.
—¿Qué os parece la cabeza de vuestro asiático? —preguntó naturalmente mirando cada una de las expresiones de los secuestrados. Brian estaba irónicamente blanco, sin palabras, con el brazo estirado señalando a su hermano y con lágrimas en los ojos.
—Jeff, no seas grotesco... —se quejó Sally.
—Sally, no debiste haber abierto la celda —la miró Jeff con el ceño fruncido— se supone que los estamos reteniendo.
—¡Ellos fueron engañados por Zalgo!
—¡No es nuestro problema! ¡Las normas son las normas! ¡Humano que entra en el bosque, humano que es nuestro y no debe salir! —regañó Jeff a la pequeña, a lo que respondió con un suspiro— Vete a dormir, ahora, y no te quiero ver cerca de aquí de nuevo...
—Pero —Tenny iba a decir algo hasta que fue interrumpida por un Brian furioso.
—¡LÁRGATE! —le gritó el moreno a Sally —¿POR QUÉ DEMONIOS ABRISTE LA CELDA? ¡FU MURIÓ POR TU MALDITA CULPA! —espetó Brian a la pequeña, a lo que Jeff lo miró fijamente llevando su mano al bolsillo de su sudadera.
—¡CÁLLATE BRIAN Y NO LE VUELVAS A HABLAR ASÍ A ELLA! —gritó Tenny a todo pulmón, recibiendo una mirada de odio de Brian, pero no retrocedió, se quedó parada frente a él sin flaquear, como se le ocurra tocarla...
—¿¡DEFIENDES A UNOS ASESINOS!? ¿QUÉ PASA CONTIGO TENNY? ¡DESGARRARON A JOSH DELANTE DE TI Y AHORA ACABAN DE MATAR A MI HERMANO A POCOS METROS DE NOSOTROS! —Brian tenía algo de razón en lo que decía, pero yo conozco a Tenny, y sé que ella nunca defendería a unos asesinos.
—¡NO LOS DEFIENDO! PERO ELLA NO TUVO LA CULPA DE QUE FU SE FUESE CORRIENDO DEJÁNDONOS A TODOS ATRÁS, Y JOSH PROVOCÓ A EYELESS JACK —Tenny siempre sabe qué decir.
—¡NO TE ATREVAS A SIQUIERA MENCIONAR SU NOMBRE! —gritó una Lexy histérica llorando a mi lado.
Antes de que pudiera responderle, Brian levantó su mano abierta con intención de golpear a Tenny, iba a interponerme, pero antes de que pudiera hacerlo Jeff entró y atravesó con su cuchillo la mano de Brian. La había defendido, me había robado la oportunidad de protegerla...
—Esto por Sally —sacó el cuchillo de la mano de Brian y lo agarró del cuello mientras lo estampaba contra la pared— y esto, por ser un imbécil integral. No quiero matarte ahora, sería muy aburrido dos muertos en una noche, quiero jugar más contigo... ¿Te vas a comportar o me vas a obligar a abrirle el canal a tu hermano y meterte dentro para que vayáis juntitos de la mano? —amenazó con voz ronca. Brian muerto del miedo asintió varias veces con rapidez y Jeff lo soltó mientras fijaba su vista en Tenny. Por miedo no le dije nada, pero no me gustaba nada como la miraba.
—Gracias —susurró y él salió de la celda y cerró la puerta.
—Sally, vámonos —ordenó el asesino cargándola en brazos.
—Gracias —le sonrió la niña antes de irse, cuando se marcharon, nos dejaron en un silencio sepulcral.
Curiosidad n°5: Fu nunca pensó en volver a por los demás mientras escapaba.
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