Capítulo 38

Han pasado tres días desde que le conté casi todo a Damian, y desde entonces no hemos avanzado mucho.
En mi defensa diré, que quería tomarme el día de mi cumpleaños y los dos o tres días siguientes con más tranquilidad, que creo que me lo merezco. De hecho, este año he tenido la mayor "celebración" de cumpleaños en mucho tiempo.
El mismo día 11 de noviembre, mi nuevo confidente me sorprendió con una tarjeta de cumpleaños de parte de todo mi antiguo departamento, y por su parte me obsequió también un collar de plata del que colgaba una luna que según él estaba en su fase creciente. No me lo he quitado desde entonces.

También me sorprendió Hoodie. Hace años, cuando teníamos más relación, siempre quedábamos en nuestro cumpleaños, sin importar lo que tuviéramos que hacer. Por ello, ese día fui al bosque esperando que no se hubiera olvidado de nuestra antigua tradición, y por suerte allí apareció. Cené con él, pero no traté de hacerle ningún interrogatorio, solo quería verlo como amigo. A pesar de que por la... naturaleza de su trabajo no había podido comprarme nada, sí que me hizo galletas de coco rallado y me cantó cumpleaños feliz, aunque no pude soplar ninguna vela.

[RIIIING, RIIIING]

—¿Janna?

—¿Liu? —sonreí automáticamente al escuchar su voz— ¿Qué ocurre? ¿Te apetece hacer lasagna pero no sabes con quién compartirla?

—Más o menos... —su tono de voz era risueño— Oye, acabo de quedar con Hoodie y me ha comentado que anteayer fue tu cumpleaños, siento no haberte dicho nada. ¿Te parece si quedamos para celebrarlo y te invito a una cena? Podría aprovechar para enseñarte a hacer lasagna, aunque me reservaré mis tips secretos.

—¿Cuándo quieres quedar?

—Mm... ¿Te vendría bien esta tarde? No quiero pasar más días sin felicitarte.

—Bien, entonces, ¿en tu cabaña de nuevo?

—Yo... Em... No creo que mi hermano esté ausente hoy. Además, me gustaría ver también dónde vives tú... Si no te molesta, claro —no me agradaba la idea de que otro Creepypasta supiera dónde vivía, pero prefería no encontrarme con su hermano en la cabaña. Además, si él había confiado en mí para enseñarme su casa, lo justo era que yo también lo hiciera—. Y no creo que mi cocina tenga el espacio suficiente para enseñarte a hacer la lasagna. Ahí apenas cabe una persona —escuché una pequeña risa por su parte. 

—Bueno... Tal vez no haya inconveniente.

—Entonces... ¿Dónde debería llevar los ingredientes?

—¿En una bolsa? —pregunté mirando a la cocina— Aunque creo que tengo la mitad de ellos aquí. Tú solo preocúpate de que el maestro cocinero esté en la entrada del bosque a las 18:30.

—Perfecto, allí estaré.

—Entonces ahí nos vemos —sonreí tras el teléfono y colgué.

18:32

Miré mi reloj de muñeca por tercera vez, y por fin divisé a Liu acercarse en la distancia al levantar la mirada. Llevaba consigo dos bolsas como de supermercado. Ambas en un brazo.

—Llegas dos minutos tarde, ¿qué ha pasado con tu puntualidad? —dije enfadándome de broma.

—Sí... Han habido... Algunas complicaciones —sonrió mirando a un lado mientras decía eso.

—Te lo perdono... Por esta vez... —sonreí de vuelta— Por cierto, ¿qué tienes en las bolsas? 

—En una, los ingredientes, no tiene sentido un regalo de cumpleaños en el que pagues tú. Y en la otra... sorpresa —lo cierto es que tenía una sonrisa muy bonita. Liu echó la mirada un poco hacia abajo y se detuvo en mi cuello, en mi collar más bien. Lo miró por unos pocos segundos.

—¿Es... un regalo de cumpleaños?

—Oh, esto... —dije agarrando la luna— Sí, me la dio... un amigo. Del trabajo.

—Si no recuerdo mal has ido cambiando mucho de trabajo —respondió con un tono algo nervioso, ¿se habría molestado por mi mentira? ¿Se habría dado cuenta de verdad?

—Sí... estuve hace poco de niñera. Hice algo de amistad con el limpiador de la casa y me regaló esto. Bueno... ¿Nos vamos? No puedo esperar por descubrir todos los secretos de tu lasagna.

—Sí... —creo que se calmó por mi respuesta. Ya volvía a su expresión normal. Creo que he disimulado bastante bien— Aunque... No creas que compartiré todos los secretos. Si lo hiciera dejaría de parecerte especial mi receta —rei y nos pusimos a caminar hacia mi casa, hasta la cual apenas había diez minutos andando. Por el camino aprovechamos para hablar y romper más el hielo. Me pregunto si en esta ocasión descubriré mucha información útil.

—Bien... ¿Te costó cargar con las bolsas?

—No mucho, estoy acostumbrado a llevar peso —me pregunto si se referiría a los cuerpos. Tengo que tener la mente clara, él no es como Hoodie, Liu eligió esta vida, no puedo desconcentrarme...

—Llegamos —anuncié deteniéndome en la puerta de mi hogar, Liu se quedó mirándolo de arriba a abajo.

—No sé porqué pero me esperaba más un piso, o una casa diminuta... ¿Sabes? Tienes buen gusto, me encantan las fachadas de colores oscuros.

—Bueno, al ser un pueblo y a las afueras he podido conseguir alquilar una buena casa, es cierto... Aunque si pudiera elegir, yo habría puesto la fachada de colores más vivos, y en tonos pastel, como las de Irlanda.

—Sí, esas también son bonitas —por su tono de voz, creo que realmente él odiaba esa idea.

—Bueno... ¿Entramos? —Liu asintió y abrí la puerta. Le di algunas indicaciones básicas de las habitaciones— Este es el salón, y si cruzas ese pasillo, a mano izquierda está el baño. La cocina está por aquí... —lo guie hasta allí y procedió a dejar las bolsas en la encimera. Después, abrí la nevera sacando una botella de vino tinto.

—¿Bebes a menudo? —preguntó con curiosidad mientras vertía el rojo líquido en una copa, y luego en la otra.

—Solo cuando me aburro, pero no llego a ser alcohólica —le pasé una copa y la levantó.

—¡Salud! —exclamó chocando nuestras copas.

—¡Salud! —bebimos un poco y me acerqué a la bolsa de los ingredientes, sacándolos y ordenándolos.

—Bien, comencemos a cocinarla...

Liu se dispuso a explicarme las diferencias entre la clásica receta y sus modificaciones, aunque algunos pasos los dejó en secreto. Ambos nos pusimos a hacerla, y él me guió en todo momento, preocupándose hasta del más mínimo detalle.

Cuando por fin terminamos de hacerla, la sacamos del horno y la colocamos en la mesa, Liu me retiró la silla para sentarme y nos sirvió más vino a ambos. Luego se sentó él también.

—No tiene mala pinta —comenté echándole un vistazo.

—No, no parece envenenada —bromeó Liu, comenzando a cortarla en trozos, saliendo mucho humo de ella.

—Espero que no tarde mucho en enfriarse un poco, me muero de hambre...

—Y yo... —nos sirvió a ambos y soplamos nuestros platos, comenzamos a comer después de unos minutos.

—Está muy buena —dijo terminando de masticar.

—Bastante —repetí su acción y comimos en silencio por un largo rato.

—Entonces, ¿cuántos años cumples?

—Veintisiete, ya me hago mayor... —rei levemente y le miré— ¿Tú cuántos años tienes, Liu?

—Treinta, es gracioso, tienes casi la misma edad que mi hermano, solo dos años menos —sonrió y traté de hacer lo mismo mientras apretaba los cubiertos con fuerza ante su mención—. Te agradaría, de hecho, podrías conocerlo.

—Tal vez —forzosamente asentí y seguí comiendo.

—Hasta físicamente te pareces un poco a él ahora que lo pienso... Ambos sois morenos, tenéis ojos azules, piel bastante blanca...

Vuelve a hacer una sola comparación con ese malnacido y en vez de la lasaña ceno carne humana al guiso.

—¿Y cuándo es tu cumpleaños, Liu? –—traté de desviar el tema para no perder los estribos.

—El 4 de abril, estoy pensando en robar un andador de alguna residencia de ancianos —rei ante su broma.

—¿Y lo sueles celebrar a lo grande? —me resultaba curioso pensar en una gran celebración Creepypasta con todos ellos de invitados.

—Realmente no, pero me gusta celebrarlo con Jeff y mis amigos más cercanos, ya sabes, Hoodie, Bloody, Ben y Toby —sus ojos brillaban, se nota que lo pasa bien con ellos.

—Oh, si te soy sincera nunca habría adivinado que eras cercano de Bloody y de Toby —dije sonriendo sorprendida.

—Sí, realmente con Toby me volví cercano hace tan solo año y medio más o menos. Con Bloody sí que tengo más tiempo de amistad, aunque te sorprenda somos más parecidos de lo que cualquiera se imagina —dijo mientras procedía a beber un poco de vino—.
Últimamente también he hablado más con Clockwork, no la conocía tanto en mi último cumpleaños pero puede que en el siguiente la invite —me dió una mini punzada en el pecho, creo que es porque me preocupa que pueda estar comentando con demasiados Creepypastas nuestros encuentros—. Y... ¿Qué hay de ti? ¿Cómo sueles celebrar los cumpleaños?

—Pues... Hace bastante que se me pasaban de largo como un día normal, tal vez solo me lo tomara como unas mini vacaciones y listo —Liu se me quedó mirando, algo... ¿apenado por mí?

—¿Y qué te ha hecho hacerlo diferente este año?

—Realmente no pensaba que fuera a ser así, pero Dami... —mierda Janna, no menciones a otra gente— Mi amigo del trabajo, me sorprendió con el regalo, y luego aprovechando que he vuelto a contactar con Hoodie hemos seguido una vieja tradición nuestra y hemos celebrado solos mi cumpleaños, aunque esa parte ya te la sabes —rei algo nerviosa y seguí comiendo.

—¿Has soplado las velas? —contestó levantando una ceja.

—Mm... De hecho, no. Ni siquiera he comido tarta —creo que se notó algo de tristeza en mi voz. No pude evitar recordar mis cumpleaños de la infancia, siempre me hacían una tarta de nata con fresas, y no había año en el que no soplara las velas.

Miré mi plato, ya estaba casi vacío. La lasaña estaba tan rica que ni me había percatado de cuánto había comido.

—Mm... —me contestó sonriendo pícaramente— Entonces creo que esto te gustará —se levantó y se dirigió a la cocina—. ¿Recuerdas la otra bolsa, la de contenido confidencial? —no pude evitar sonreír ampliamente.

—¿Confidencial? ¿Qué clase de sustancia prohibida has traído a mi casa? —dije de brazos cruzados riendo.

Liu se mordió ligeramente el labio mientras sonreía, y finalmente sacó de la segunda bolsa un paquete con velas, un encendedor y un "cartel" en el que ponía "feliz cumpleaños". Luego abrió el frigorífico y sacó una tarta de crema.

—¿Cuándo has metido eso ahí? —dije con los ojos abiertos de sorpresa. Creo que me faltaba un poco el aliento, no me creía que hubiera preparado todo eso en tan poco tiempo. Se esmeró, sin lugar a dudas.

—Mientras estabas en el baño cuando terminamos de hacer la lasaña y te dije que iría recogiendo la cocina. Tenía poco tiempo desde que Hoodie me avisó y quedamos, así que la he hecho yo mismo, espero que te guste —contestó mientras ponía el dulce sobre la mesa del comedor e iba colocando varias velas en círculo sobre la tarta, en el centro puso el cartelito.

—No me creo que hayas preparado todo esto —no podía dejar de sonreír, y él tampoco. Iba encendiendo las velitas con el mechero y cuando terminó hubo un silencio algo incómodo—. Deberías cantarme el cumpleaños feliz, ¿sabes? —dije mirándolo burlonamente. Él rio.

—No sé si te gustará escucharme cantar, no quiero estropear el momento —contestó. Yo no podía apartar la vista de sus ojos verdes.

—Estoy segura de que no lo harás, pero si tanta vergüenza te da, cantaremos juntos.

—Me parece bien —Liu y yo comenzamos a cantar, aunque yo me callé tras decir la primera palabra para que él siguiera solo. No cantaba como un cantante profesional, pero tenía una voz verdaderamente bonita.

Se detuvo y soltó una mini carcajada cuando se percató de que mis verdaderas intenciones eran que cantara solo. Sin embargo, continuó cantando, con las mejillas sonrojadas. Al terminar, aplaudí y soplé las velas, pero no diré que deseo pedí, porque si no, no se cumplirá.

—¿La probamos a la vez? No he hecho muchas tartas, de hecho esta es la primera que hago una completamente solo.

—Probémosla a la vez, y si no me gusta, fingiré. Pero del maestro de la lasagna tengo altas expectativas —sonreímos y procedimos a tomar el primer bocado al mismo tiempo. Creo que o bien me mintió con eso de que era la primera tarta que hacía o bien tiene un don innato para la repostería también—. Esta no es la primera tarta que haces —él rio echando su cabeza levemente hacia abajo.

—Te he dicho que es la primera vez que la hago completamente solo, pero me has pillado, la he hecho más veces con ayuda de mi hermano —otra vez mencionándolo. En cuanto se me olvida que es uno de ellos, nombra a Jeff, el peor de todos, para recordármelo.

—Parece que tu hermano y tú tenéis muy buena relación —dije tomando el siguiente trozo de tarta con algo de desgana.

—Sí... Creo que ya sabes que nuestras historias no son en muchos casos del todo ciertas. Realmente Jeff y yo nunca nos hemos distanciado mucho, somos la única familia que tenemos —dijo tomando él también tarta. Creo que notó que mi ánimo de repente cambió—. Janna... ¿Ocurre algo? —apoyó su mano izquierda en mi brazo, que estaba posado en la mesa.

—Oh... no, nada. No te preocupes, esto es maravilloso —sonreí para disimular. Aunque también lo hacía para seguir disfrutando del momento, me dije que me tomaría estos días más libres y eso haría, no permitiría que ningún Creepypasta estropeara esto.

—Llámame loco pero creo que es por Jeff, cuando lo he mencionado antes también te has vuelto algo más seria... —me acariciaba el brazo con la mano que apoyó en él.

—No, es solo que... Ya sabes, tiene fama de... bueno, de hacerle mucho daño a la gente por placer y... solo se me hace raro que alguien bueno como tú sea... —me estaba poniendo nerviosa. Estoy metiendo la pata—. Perdona, no quise decir eso... Olvidemos esto, volvamos a lo de antes —deje escapar una risa tímida.

—Comprendo... —dejó de acariciar mi brazo y pasó a sujetarme la mano con delicadeza— Por favor, no te sientas mal por ello... Entiendo que veas mal lo que hace... Supongo que tú habrás sido más de ir solo a por los malos, y es cierto que eso es mucho mejor... Pero Jeff no es tan insensible como lo pintan. Dentro de que entre nosotros no hay ángeles, él es buena persona, créeme. No creas que porque él tenga fama de psicópata manipulador es de verdad así, si lo fuera, estaría claro que no estaríamos tan unidos...

—Me... Me tranquiliza oír eso —lo sigo odiando. Janna, mente fría, no estás tratando con Hoodie, que fue obligado a vivir así. Estás hablando con Homicidal Liu, hermano de Jeff The Killer, y ambos eligieron asesinar y encima a inocentes... Creo que por una vez desearía que la historia Creepypasta fuera real completamente y Liu solo fuera a por otros asesinos, eso haría mucho más fácil todo esto... Aunque el Creepypasta también dice que mata a aquellos que parecen felices...

—Tienes razón, volvamos a lo de antes —dijo con una sonrisa algo forzada—. ¿Sabes? Creo que realmente sé muy poco sobre ti, cuéntame, ¿qué hobbies tienes?

—Bueno... Ahora que lo dices... Últimamente no me he enfocado mucho en mí misma... pero de pequeña me encantaba la fotografía, siempre salía una vez por semana con mi padre a tomar fotos al campo —creo que mis ojos se mojaron al instante. Sonreí y me los sequé con mis muñecas—. Perdona, me pongo nostálgica.

—Es normal... A mí también me pasa cuando recuerdo cosas de mi infancia —Liu sonrió y desvió su mirada hacia una puerta acristalada del comedor que lo conectaba con el pasillo, en frente se podía ver el salón.

—Mejor vámonos allí, vamos a estar más cómodos —dije amablemente mirando también hacia allá.

—Primero te ayudaré a recoger esto —volvió a sonreír y juntos dejamos los platos, los vasos y los cubiertos en el lavavajillas. Una vez el comedor estuvo ordenado, nos dirigimos al salón. Liu empezó a contemplarlo todo con detalle.

—Aunque tú no diseñaras la casa, me gusta la distribución, y me parece original esta idea de que el salón en vez de tener una puerta tenga un arco. Le da una apariencia muy abierta pero guardando la intimidad.

—Creo que ya sé porque te llevas tan bien con Bloody, él es un apasionado del arte y tú de la arquitectura, ¿me equivoco? —contesté sonriendo mientras nos sentábamos en el sofá.

—Pillado —Liu levantó sus manos y rio —, aunque también me gusta mucho el arte. Con Bloody he aprendido a apreciar cada pequeño detalle...

—Oh, acabas de hacerme recordar algo que también me encanta: la música. Espera aquí, creo recordar que tenía una radio —ilusionada fui hasta una habitación en la que tenía trastos varios, y saqué una radio que compré hace un par de años. También tomé algunos discos de distintos géneros, ya que no sabía cuál le gustaría a Liu.

Cuando regresé con todo, él me miraba desde el sofá, sentado pero inclinado ligeramente hacia la izquierda para verme regresar al salón. Su brazo izquierdo estaba apoyado en la parte superior del asiento, y su cabeza reposaba sobre su mano. Me sonreía de forma radiante mientras yo colocaba la radio encima de unos estantes en la pared. Luego procedí a enseñarle los discos.

—Música antigua, me gusta. Elijo ese disco de Jazz, ahora apetece algo más relajante.

—Estoy de acuerdo, pero me ofende que llames antiguas a las canciones de los 70's y 80's —dije entre risas mientras metía el disco.

—Y eso que soy más viejo que tú —respondió él.

Empezó a sonar la música y me senté junto a él, eché mi cabeza hacia atrás, concentrándome solamente en la melodía y cerré los ojos. De pronto, recuerdos con mis padres me invadían lentamente, mi padre sentado en su sofá mientras leía un periódico, mi madre en la cocina haciendo la cena, y yo en el sofá jugando con coches de juguete teniendo una Barbie de conductora dentro de él.

—Janna... —me llamó Liu con tono preocupado.

—¿Liu...? —respondí con voz quebrada, abrí los ojos y noté mi cara húmeda, había comenzado a sollozar levemente.

Liu me abrazó con fuerza tratando de consolarme y le correspondí por instinto, ya que necesitaba cariño, algo que no me habían dado en mucho tiempo... Me quedé sollozando unos minutos, en cuanto me calmaba, volvía a recordar a mis padres y recaía de nuevo al llanto.

—Janna, ¿dónde están tus padres? —preguntó titubeante, a lo que sorbí un poco mi nariz.

—Están... están muertos... —Liu tragó en seco y se tomó unos segundos para hablar.

—¿Hace... hace cuánto tiempo...?

Subí la cabeza y lo miré a los ojos, con los ojos rojos y la cara empapada de mis lágrimas.

—Hace 16 años —sentencié firmemente, su cara era un poema, estaba pálido y se le notaba nervioso—, ¿y los tuyos?

—Hace 16 años... —repitió y tragó en seco— ¿Sabes... tienes alguna idea... de quién los mató?

—Un vagabundo lo hizo —bajé la mirada—. Tenía aspecto demacrado, deforme, horrible... Aún recuerdo su mirada, el estado en el que me dejó y huyó de la policía... Sobreviví de milagro, pero juré que en cuanto lo encontrase... —solté un suspiro y Liu pasó la mano por mi espalda, se veía algo más aliviado.

—¿Lo llegaste a encontrar?

—No... Aún no... —murmuré— Pero en cuanto lo haga, créeme que le haré toda clase de torturas, todas las que he estado imaginando todo estos años...

—Puedo ayudarte a encontrarlo.

—¿En serio? ¿Cómo? —fruncí el entrecejo, extrañada.

—No lo sé, pero si tienes alguna pista de él, te ayudaré encantado a que sufra —sonrió como un niño pequeño.

—¿Lo... lo prometes? —hice una mueca triste.

—Lo prometo, Janna —sonrió ampliamente y nos abrazamos con fuerza—. Oh, debería irme ya, es de madrugada... Vaya, ¿tanto tiempo hemos estado?

—Se me ha pasado demasiado rápido —inquirí mientras me limpiaba el rostro.

—Sí... —murmuró Liu y se levantó del sofá, lo acompañé a la salida— Entonces... Buenas noches.

—Buenas noches, Liu —sonreí mirándonos mutuamente, él bajó la mirada un momento y volvió a subirla.

—Adiós, Janna —nos despedimos finalmente, él se fue caminando con dirección al bosque. En cuanto lo perdí de vista cerré la puerta y solté un suspiro, para empezar a soltar una gran y estruendosa carcajada, ¡era demasiado irónico!

—Homicidal Liu... Prometiéndome que matará por mí a su hermano, Jeffrey Woods... —dije entre risas imaginando la escena y luego me detuve en seco, pensando en el castaño de nuevo.

La persona que mejor se había portado conmigo después de la muerte de mis padres, era el hermano del asesino de ellos, y no podía evitar querer su cercanía, Janna, ¿qué mierda has hecho?

Curiosidad n°38: Este fue el cumpleaños más feliz de Janna tras la muerte de sus padres.

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