Capítulo 5
Un sonido fuerte me hizo despertar, y cuando me adapte a la luz vi a un hombre en mi habitación.
— ¿quien eres? — pregunte
Es obvio que no es Corey, el es rubio. Tampoco puede ser Damian, él ya no esta aquí.
— Oh, soy yo, Fede.
¿Qué?
— ¿qué haces tú aquí? — pregunte
Me puse de pie... ¡Oh no, otra vez no! Volví a la cama de inmediato y me pase bajo las sábanas... No me gusta que me vean así, recién despierto.
— Oh, tú madre dijo que viniera a despertarte — sonrió
Si, a despertarme haciendo que todos mis libros caigan de sus estantes.
— Iba a hacerlo, pero pareces cansada, así que te deje dormir.
— ¿por cuanto has estado aquí? — pregunte
— Unos cuarenta minutos — respondió
— ¿y por qué viniste? — pregunte
— Ahora me gusta estar aquí...
Que fastidioso.
— ¿y tú padre? — pregunte
— En su trabajo — sonrió
¿entonces para que viene acá sin su padre?
— ¿No te parece raro venir a la casa de tu... madrastra, por decirlo así, tú solo?
— No.
— Sal de mi habitación — bufe
— ¿te incómodo?
No, estás en mi habitación, en mi espacio personal, viéndome dormir y no me incomodas.
— Si, vete a jugar videojuegos con Corey o algo —bufe
— ¿Corey está aquí? — pregunto
— Si, ya largo — me alteré
...
Baje las escaleras y en medio de ellas estaban Corey y Federico susurrándose cosas, Corey parecía molesto...
— ¿qué sucede? — pregunte
— Nada — susurro Federico en un hilo de voz
— ¿seguros? — pregunte
— Si — dijo Corey entre dientes
Okey... Aquí pasó algo.
Bufe y seguí bajando. No quisieron decirme, no es mi asunto, o tal vez si, puede que Fede le este hablando a Corey de lo que siente por mi.
¿de lo que siente por ti? ¿Pascal que acabas de pensar?
No, Federico no siente nada por mi. Pero no veo otra razón para hablarse así...
...
Aun no entiendo lo que sucede con Florencia y con Damian, es decir, ellos se quedarían aquí en casa para no gastar dinero en hoteles; ¿si es así por qué Damian se fue? Igual esta gastando dinero... Dinero que su madre necesita y si yo fuese madre me iría con mi hijo. Mejor para mi que se vaya porque ya no la soporto, parece mi mamá.
Se escucharon gritos en las escales.
¿Acaso una no puede estar tranquila por un momento?
Si, mi familia es muy molesta, pero por lo general ni nos dirigimos la palabra solo cuando nos cruzamos por algún lugar de la casa; nunca nos buscamos. Pero ahora, no solo llegó Florencia con el idiota de su hijo, sino que también llegó el novio de mamá con el otro idiota a meterse en nuestras vidas.
— ¿eres imbécil? ¿cómo te atreves a decir eso? — grito Corey
Trato de no prestarles atención, dejaré que mamá solucione esto.
— No esperaré a que mamá llegue para que te corra, lo haré yo mismo — grito
¿mamá no esta? Genial...
— ¿Qué está pasando? — pregunte desde la cocina
Al no obtener respuesta me dirigí hacía ellos. Si las miradas mataran Federico estaría muerto.
— ¿me dirán que sucede o qué? — pregunte— Si seguirán en estas mejor vayan afuera...
— No sucede nada Pascal — susurro Federico
— Oh, lo siento, confundí sus gritos de furia con los de felicidad — bufe— Dime que esta pasando.
Me acerque a él y púes, gracias a Dios somos del mismo tamaño, ya que sino, no le daría miedo.
— Sí está pasando algo, algo muy extraño y enfermizo — mascullo Corey
— Es lo más natural del mundo — se defendió Federico
— ¿Es algo natural que...
— Dame un beso — me dijo Federico interrumpiendo a Corey
— ¡Oye, no! —exclamamos al unisono mi hermano y yo
— ¿Por eso pelean? ¿por qué le gusto a Federico?
¡Lo sabía! Pero lo dude...
— No es enfermizo que ella me guste — grito Fedrico
— Sí lo es, porque...
— Sí, mi padre y su madre son pareja, pero no somos familia — Dijo Federico interrumpiendo a Corey de nuevo
— Yo no...
— ¿y por qué me pides un beso así como así? —Ahora soy yo quien interrumpe a Corey
— Sentí la necesidad de hacerlo — respondió
— Sí necesitabas cambiar de tema para que...
— Para que dejaras de gritarme — grito Federico
Corey se cansó de que a cada rato lo interrumpieran y se lanzó sobre Federico para darle un buen golpe.
— ¿Qué le hacen? — pregunto un hombre
Corey soltó a Fede de inmediato, no sin antes darle un pequeño jalón de cabello, para luego voltear hacía aquella voz, la cual, le pertenece a Damian.
Parece molesto...
— Simple venganza, no te preocupes Damian — dijo Corey
Hablando de venganza... Damian Preston, me las vas a pagar.
— ¿Venganza por qué? — Pregunto Damian
Corey se hacercó a él y susurro unas cuentas palabras en su oído, no puede escuchar nada.
— Eso si que se merece una paliza — opino
Se acercó rápidamente a Federico y lo golpeo.Mientras Corey sostenía a Federico y Damian lo golpeaba aproveche para mi venganza contra Damian, le dí un puñetazo en la nariz y me abalance sobre él.
— ¿Qué están haciendo? — grito un hombre
¿y ahora quien es?
Nos detuvimos y Federico se puso de pie en cuanto vio a su padre frente a nosotros
— Jugamos — mintió nervioso
¿Es estúpido o qué?
— ¿Jugando? — pregunto mamá— No trates de cubrir a los animales de mis hijos.
¿pero que incoherencia acabas de decir mujer?
— ¿Qué le han hecho a Federico? — pregunto molesta— Sólo mirenlo
Si, toda su cara esta de distintos colores, su cabello despeinado, su ropa un poco rota pero ¿y qué?
— No nos regañes a nosotros regaña a Fede, mamá yo le gustyo, intentó besarme.
Señale a Federico de inmediato y todo se mantuvo en silencio por unos segundos
— ¿qué dices? — pregunto su padre
La pura verdad.
— ¿Sabe por qué su hijo viene tan seguido para acá? — le pregunto Corey
Cuando el señor estaba por responder lo interrumpió
— No porque usted se la pase de metido aquí también, su hijo es gay.
— ¡Corey! — Exclamó mamá
— Él mismo me lo confesó todo, pero como no le correspondí fue hacía Pascal por venganza y trato de besarla.
El novio de mamá no podía con la vergüenza; no podía creer que no supiera esa parte de la vida de su hijo...
— Basta, me largo — dijo con la voz entrecortada
Al irse mamá soltó un grito de frustración.
Y yo sigo aquí, ¿Por qué Corey no me lo dijo?
— Este tenía diner... ¡Fede... Eh... púes, me voy! Dile a tú padre que me llame.
Mamá... Mamá...
— ¿y ahora? — pregunto Federico
— ¡Te largas! — grite
Y así lo hizo.
— ¿y ahora? — pregunto Damian
— ¡Te largas también! — grite
— No — sonrió
— ¡Ay ya verás! — exclame
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