Capítulo 10


Damian me hace pasar pena. Esta bailando... ¡En la calle! la gente pasa y se nos queda mirando raro.

— Vamos Pasal, únete — grito 

—   Lo haces apropósito — susurre

— No, en realidad, así soy siempre, solo que no te había tomado confianza — admitió

— ¿Y a las personas que pasan a tú lado si les tienes confianza? —pregunte sarcástica 

Se debe tener mucha valentía para bailar así en la calle sin miedo a que la gente te vea así.

— Esas personas no me importan — jadeo mientras se acercaba a mi

 Me cruce de brazos y fruncí el ceño.

— ¿Entonces yo si te importo? — pregunte

Mordí mi labio nerviosa, ¿como él puede ser tan bipolar?

— Si, eres mi amiga a partir de ahora — sonrió

— ¿Y quién lo dice? ¿Donde quedó el odio? — pregunte

— Lo digo yo, y el odio ya quedó atrás Pascal, te lo he dicho, no hay nada más que podamos hacer para volver atrás...

— ¿Me seguirás contando? — pregunte

— Todo a su tiempo, debes entender que no es algo muy cómodo para mi.

Asentí y comencé a caminar.

Él tiene razón, nunca tuve una idea en concreto de porque lo odiaba, solo lo sentía y según yo... sabía el porque, pero no era así, saqué conclusiones de donde no habían, no debí aferrarme a una idea que me favorecía, porque no quería aceptar que tal vez era yo el problema. Yo dañé su amistad, ellos se alejaron gracias a mi. Pero no solo yo tuve la culpa, Seth quiso acercarse y yo me aproveche de su ayuda y Damian... él solo quería a su mejor amigo, pero que mal que no sabe compartir.

Siento algo húmedo en mi mejillas; genial, estoy llorando. Tomo la manga de mi suéter y limpio las lágrimas.

  — Oye, ¿no íbamos a bailar? — pregunto Damian 

No quiero verlo a los ojos, se dará cuenta de...

— Algo le pasa a tus ojos — susurro— ¿Por qué lo haces?  —pregunto 

— Se llama llorar y los humanos lo hacemos cuando tenemos alguna emoción fuerte.

— Ay, que graciosa —bufo— ¿Por qué lo haces? — pregunto

— Estoy emocional — dije seria

— Que emoción la tuya, contagias mi alma de alegría — sonrió

Voltee a verlo y no pude contener la risa, pero mientras más me río más lágrimas salen de mis ojos.

Suspiró y me abrazó.

— ¿Fue mi culpa cierto? ¿Fue culpa mía que Seth se fuera? — solloce 

— Si, y con él se fueron mis sentimientos, mis emociones... mi alegría, lo poco que quedaba, y mi trasero.

Él tiene razón, si ha sido mi culpa entonces le quite todo lo que le quedaba... ¿qué?

— ¿Trasero? 

— Si, antes tenía más — dijo haciendo puchero  

Sonreí mientras limpiaba mis lágrimas.

— No fue solo tú culpa...

— ¿Me contarás más? — pregunte

— Pasaron los días y esa niña no dejaba de meterse en problemas, Seth le aconsejaba una y otra vez que dejará de vestirse así y yo no hacía más que decirle que se veía ridícula, era la verdad. ¿Sabes? A pesar de todas las cosas que estaban pasando en la vida de Seth el apoyaba a todo el que podía, él sabía lo que era sentirse mal y no tener a nadie; sus padres se estaban divorciando, vivían bajo el mismo techo y su madre no dejaba de echarle toda la culpa a él ''Seth esto, Seth aquello, Seth tu padre dice que no te quiero por eso me dejara'' Siempre la escuchaba gritarle, pero lo hacía cuando su esposo no estaba, en realidad yo nunca conocí a su padre, pero su madre era la peor y tú, tú no ayudabas mucho. 

— Sigue — pedí 

— Si termino de contarte hoy no tendré nada para contarte mañana — sonrió 

...

— ¿En qué pensaban los dos? — grito Florencia

Al llegar a casa fuimos directo a la cocina y ahí estaba Florencia

¿por qué lo dices? pregunto Damian

Mira como vienen mascullo

Sólo es un poco de helado bufe

Vayan a limpiarse ahora mismo ordeno

Tú no me mandas.

Los ojos de Damian iban a salir de sus cuencas al escucharme decir eso, pero no me importa, es la verdad, ella no me manda.

— Púes entonces... No vuelvas a hablarle Damian — tartamudeo

¿Qué le pasa hoy a esa loca?

— Púes entonces... No vuelvas a hablarle Damian —la remede

Y Damian no pudo aguantar la risa.

— ¿Te vas a reír? — pregunto indignada

— No, me voy a dormir, porque esto es tan aburrido — dijo sarcástico

— Entonces usted váyase de mi casa — masculle

Y la risa de Damian seso de inmediato.

Ella parece avergonzada pero no me quedaré callada.

— ¿Quién se cree? ¿Le caigo mal? ¿Tiene algo en mi contra? — pregunte

— Desde el primer día, desde que llegamos has estado amargada con nosotros, parece que no te importaramos.

— Era así, me sacaban de quicio ambos, yo odiaba a Damian y a usted le odio esa voz chillona Florencia pero...

— Pero siempre te has creído más — me interrumpió

— Lo soy, soy más que todo el mundo la rete

— No te preocupes, ya no molestaremos, mañana es navidad, una semana más y nos largamos.

Salió de la cocina sin más. Hice contacto visual con Damian por unos segundos y luego desvié la mirada.

— Lo lamento — susurre mientras salía de el lugar hacía mi habitación

— Lo lamento — grito él y yo le dedique una pequeña sonrisa

— ¿Quieres contarme más? — pregunte

— Ya te lo he dicho todo — bufo

— Si, pero eso fue un resumen.

— Pero no recuerdo más, no exactamente.

— Cuentame sobre la vida de Seth — pedí

— Eso debería hacerlo él — suspiró

— Me has dicho que no volverá — me alteré

— Ve a bañarte —bufo

Lo vi unos segundos y el se acercó a mi pero siguió de largo y me hizo una seña para que lo siguiera.

Abrió la puerta del baño y me empujo hacía dentro. 

— Avísame cuando estés desnuda — grito desde afuera

Comencé a quitarme la ropa ¿Por qué debo avisarle?

— ¿Para qué te avisaré? — pregunte

— Para entrar — grito

¿Entrar?

— Tú no entrarás — grite

Termino de quitarme la ropa y entró a la ducha para luego cerrar la persiana. 

— ¿Ya? — pregunto

— No entrarás — grite

Escucho como la puerta se abre y se cierra, oh no. 

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