12 "Eso espero"
CY
Despierto por el repique constante de mi celular, tengo sueño y maldigo a quien sea que esté llamando. Intento estirar el brazo para tantear la cama en busca del dispositivo que no para de sonar y vibrar, pero me consigo con algo más, o mejor dicho: alguien más.
Brinco como un resorte, chequeando y confirmando que sigo vestido.
Dadisha está durmiendo desnuda, cubierta apenas por sábanas y no recuerdo una mierda de lo que sucedió anoche.
Mierda, no.
No pude ser capaz de tener sexo con ella, ni siquiera me gusta y... Tampoco lo recuerdo.
Estoy descalzo y despeinado, la cabeza me palpita y tengo ganas de vomitar. Pero eso no es impedimento para salir de la habitación como un cohete, llamando a los chicos como un loco después de tomar el celular que ha dejado de sonar.
No reconozco el lugar y me arde la nariz y la garganta, entonces un flashback me aturde.
Inhalé cocaína.
¿Pero qué carajos? Yo...
—¡DUNCAN! —grito.
Escucho voces en la planta baja, me apresuro a avanzar hacia las escaleras.
Por lo visto estoy en una jodida mansión a la que no sé cómo llegué. No tengo ni puta idea de la hora o el día, o...
—¡Baby Cy! Vuelve a la cama.
¿Baby qué?
Termino de bajar las escaleras con el teléfono sonando nuevamente, es mi madre. Huyo de la voz de Dadisha entrando en pánico por todo lo que está sucediéndome ahora.
No hay recuerdos en mi cabeza y eso me hace colapsar.
—¡DAWSON!
Abajo hay personas semi desnudas durmiendo en los sofás, escucho gemidos que vienen de no sé dónde y quiero despertar de este terrible sueño.
¿Qué carajos pasó anoche y por qué no recuerdo nada?
—Hey. —Leo aparece de la nada, viene sin camiseta y en boxers. Rodea mis hombros muy animado y sonríe con la mirada perdida.
Ya está drogado otra vez.
Su pasada por rehabilitación fue en vano, una pérdida de tiempo, se engañó a sí mismo pensando que dejaría de ser un adicto y aquí está nuevamente
Recayendo..
Yo la verdad nunca creí en él, sabía que no resistiría la tentación. Y menos en un mundo como este.
—Me drogué anoche. —le suelto. Sigo sin poder creerlo— ¿Quién fue el maldito que me hizo hacerlo? Porque te juro que estando cuerdo no habría hecho algo así jamás.
Me siento mareado aún.
—No lo sé, hermano. Yo me enfoqué en lo mío y tú en lo tuyo.
Se ve pálido.
—¿En dónde están los demás? ¿Y por qué no estás vestido?
—No, la pregunta es por qué tú no estás desnudo con Dadisha mamandote la verga.
Me repugna la mención de la modelo.
—Estás drogado, viejo. Lárgate.
Lo empujo.
—Tienes razón, Jay no merece eso. —Se lamenta entre risas.
Lo dejo atrás buscando al resto de la banda pero es en vano, no están por ningún lugar.
Mi celular vuelve a repicar, esta vez es Duncan, contesto enseguida.
—¡Traigan el culo de vuelta al hotel, malditos descarados! —grita del otro lado de la línea. Está enojado— ¿Crees que es divertido lidiar con la mierda de ambos?
Yo ni sé de qué habla éste.
—Espera, no sé en donde estoy.
Escucho bulla del otro lado.
—Envíame tu ubicación. Y prepárate para recibir una demanda, hijo de puta.
Cuelga.
¿Qué?
No entiendo nada.
Leo aparece otra vez, ahora trae una bufanda y un porro de marihuana.
—¿Quieres?
Una mierda quiero.
No sé qué hice, ni cuándo, ni sé cómo es que llegué aquí. Sólo sé que estábamos grabando una maqueta en el estudio, Dadisha apareció y nos dió a todos unos pasteles, de allí hasta acá no tengo más recuerdos.
—¡BABY CY!
Volteo al inicio de la escalera y encuentro a Dadisha con una bata de seda, es hermosa en extremo con su cabello rojo y los ojos verdes. Pero no me gusta por el simple motivo de que es transgénero, y no es que tenga algo en contra de los homosexuales porque no es así, simplemente fui criado a la antigua, soy hetero y meterme con ella me condena como gay.
Además voy a casarme y...
Maldición.
Recuerdo la videollamada con Jay.
—Vitalis para ti. —rujo irritado.
—Eso no decías anoche mientras me chupabas las tetas.
¿Qué?
—¡Échate! amamantaron al rey. —Le estampo un manotón a Leo en la cabeza que nos mira a los dos divertido—. ¡Au!
—Yo no recuerdo nada de eso porque me drogaste.
—Sí, lo hice. Y valió cada maldita libra, me diste el mejor oral de mi vida.
Me entran ganas de vomitar.
No puede ser que yo...
—Me voy a casar, voy a ser papá y tu acabas de joderme todo. —No sé cómo carajos volveré a mirar a Jay a la cara—. ¿También cogimos?
—No. —Su cara se deforma por una mueca de molestia— Eres un aburrido. Ahora volvamos a la cama.
—NO IRÉ CONTIGO A NINGÚN LUGAR, MALDITA LOCA.
—A las damas... —empieza Leo otra vez.
—Cierra la puta boca o ¡VOY A SACARTE LA CABEZA!
—Que sea la de abajo y hacemos un trio. —Sonsaca Dadisha.
—Yo me apunto.
Malditos drogadictos.
Salgo de esa casa dando zancadas, no tolero estar allí ni un maldito segundo más. Mi celular vuelve a repicar, es Stei y no dudo en responder.
—Maldito hijo de puta. —ruje fúrica. Escucho que alguien intenta calmarla— Acabas de joderlo todo con Jay.
¿Qué?
Esto es lo que me faltaba.
—No sé de qué hablas, Stei. Estoy teniendo una mala mañana y... —Que haya amanecido en una casa desconocida y drogado me tiene de mal humor y ahora me salen con un reclamo de no sé qué.
—Siéntete orgulloso, imbécil. Te tenía en un pedestal y te me caíste, bravo, eres tendencia.
Cuelga.
Miro todas mis notificaciones y me quiero dar de frente contra una placa de hierro por imbécil. Continúo avanzando por la calle como un loco desesperado que observa la pantalla de su celular.
Descalzo y sin saber exactamente a donde voy.
Me grabaron besando a Dadisha, yo ni siquiera lo recuerdo pero sí sucedió porque está bien grabado y rodando por toda internet.
¿Cómo es que pude hacer algo así?
Veo el auto de Duncan a lo lejos y me detengo a esperarlo.
—Súbete, súbete ya. —Es una orden que lanza apenas se estaciona. Obedezco porque no tengo más opciones.
Ambos nos quedamos en silencio algunos segundos. Él está que echa chispas.
—¿Del uno al diez qué tan jodido estoy?
—Veinte, lanzaste la poca buena reputación que tenías al caño. Y la disquera quiere multarte.
Maldición.
De camino al hotel, después de buscar a Leo y meterlo a la fuerza al auto, me cuenta lo sucedido el día de ayer. Después de que Dadisha apareciera pidiendo disculpas por su comportamiento repartió pastelillos como ofrenda.
Pastelillos con alguna jodida droga que nos dejó a todos fuera de aire, así fue como se aprovechó de sacarme del estudio con Leo detrás de mí cual escolta.
Las cámaras que revisaron después les confirma esa teoría. La droga los tumbó por cuatro horas en las que se sentaron en el suelo a reír de quién sabe que cosa, y cuando el efecto pasó y reaccionaron se dieron cuenta de que faltaban dos integrantes.
Iniciaron la búsqueda, pero suponen que a Leo y a mí nos siguieron drogando hasta perder el control de nuestros pensamientos, ya que luego actuamos como autómatas según la cinta de seguridad de los lugares que visitamos.
Cuyos videos también están circulando en las redes sociales.
Nadie sabe qué droga nos dieron realmente pero destruí una estatuilla pública, oriné en la alcantarilla delante de cientos de personas y rompí la vidriera de una tienda con Leo aupando mis acciones vandálicas. Acaban de demandarme, así que ahora debo pagar un millón de libras esterlinas por mis daños causados.
También fui grabado besando a la pelirroja con tanta sed que de verdad parece que lo disfruto. Nada de eso lo recuerdo.
Y todavía debo hacerme una prueba toxicológica para evaluar lo que realmente consumí.
Dadisha es una afamada modelo, pero constantemente se involucra en escándalos. La idea de Duncan era relacionarla conmigo por cuestiones de marketing, pero ella metió la pata la primera vez, dejándome con una mala imagen que ahora toma fuerza.
Sí que se la rifó con las drogas.
Quiero matarla.
—Voy a denunciarla. —Tengo que hacerlo, no puedo permitir que me arruine la imagen así.
Va a destruir mi carrera.
A las cinco de la tarde ya me he presentado ante el tribunal, he cancelado mi deuda, he evitado a los reporteros que me persiguen y he dado un comunicado a través de Twitter y Pictagram.
Me siento del puto asco, casi violado.
No tengo ni las bolas para llamar a Jay, sé que no va a creerme. Estoy empatucado con tanta mierda que realmente parezco culpable.
Jack me envía un mensaje casi a las doce de la noche: "Quiero creer que tienes una explicación para todo lo que se está diciendo de ti".
No le respondo. No tengo cabeza para nada.
Los resultados del examen llegan y revelan que tengo un cóctel tóxico en el sistema que involucra: cocaína, metanfetamina, crack, LCD, heroína y hierba.
No sé cómo es que sigo vivo.
Al día siguiente, después de lidiar con las consecuencias de mis actos antes los medios de comunicación, y estando ya desintoxicados y cenando en el restaurante del hotel, Duncan sigue machacando mi cagada y la de Leo que no ha abierto la boca desde que salió de los efectos de toda la mierda que se metió. Nadie dice nada, la disquera quiere matarme y Dawson no me habla.
—Lo siento ¿Vale? No es mi culpa, me drogaron. Ni siquiera sé lo que hice, ni cómo.
Silencio.
—Necesito volver a América.
—No puedes. —Ese es Duncan— Tus problemas los arreglas desde aquí, estoy cansado de los desastres de todos ustedes. Tyler no hace más que coger como un maldito conejo con diez mil tipos distintos cada noche, Leo se droga hasta con la crema de dientes y tú... Estás en la cima de los imbéciles. Si no la cagas abriendo la boca con tu estúpido ego lo arruinas ahora con esto ¡Quiero que sean unos artistas enfocados! No unos malditos deslumbrados con la fama. Pisen tierra, Dawson es el único serio aquí.
Sale de la silla como un relámpago, abriéndose paso entre la gente fuera del restaurante.
Stella me mira y niega con la cabeza, Rob me hace señas para que me tranquilice y Leo se encoge de hombros.
Tyler me regala una sonrisa de consuelo y Dawson teclea algo en su celular, ignorando lo que sucede a su alrededor.
Decido salir a tomar aire, aprovecho de llamar a Jaden, no lo hice ayer por miedo a su reacción, pero desde que desperté hoy le he dejado miles de mensajes, la he llamado, hasta he intentado ubicar a Stei y sus padres, pero nadie ha respondido. Pienso que ahora será igual y que no va a contestar, pero lo hace.
—¿Qué quieres?
Respiro profundo.
—Escúchame, por favor —Le pido—. Nada es lo que parece.
—No sé cuántas veces he escuchado esa maldita frase. Un día te encontraré con la verga dentro de Dadisha y me seguirás diciendo lo mismo.
—Cariño, me drogó —Mi voz sale como una súplica—. Nada de lo que hice fue estando en mis cabales, ni siquiera lo recuerdo.
La línea se queda en silencio. Escucho un sollozo suyo.
—Mi amor, por favor...
—¿Te acostaste con ella?
—No.
—Pero la besaste.
—Sí, y te juro que no hay recuerdos en mi memoria. A Leo y a mí nos drogó, bueno, a todos... Y...
—¡Ay Leo! —Lloriquea— Perdió todo su avance.
Y escucho sus sollozos fuerte.
Me da pena por ella que cree en Leo cuando ni él mismo apuesta por su recuperación.
—Perdóname por decepcionarte, yo te juro que no... No sé lo que pasó, no era yo realmente. Estaba intoxicado y...
—Eres un maldito idiota —chilla— Te odio.
Y cuelga.
Mierda.
Cierro los ojos con fuerza.
No sé qué hacer ahora, y ni siquiera puedo volver a Nueva York para intentar arreglar todo lo que hice.
Regreso adentro, Duncan ya ha vuelto. Tanta seriedad y silencio me revuelve el estómago, tomo asiento e intento comer algo.
***
El en vivo resulta un éxito y las redes sociales vuelven a hacerme el título principal de las noticias.
"Cy: drogado y abusado"
Obviamente destruyo la imagen de Dadisha porque es lo menos que merece, y es salvar mi relación o ella. Y a Jay la escogeré miles de veces por encima de quién sea.
No tardo nada en recibir disculpas de figuras públicas que se atrevieron a opinar sobre mi situación, señalándome de delincuente.
El fandom sale en mi defensa y poco a poco parece que hay posibilidades de recomponer lo que hice.
Duncan me informa que podré volver a Nueva York en tres días y que tendré una semana para arreglar mis mierdas antes volver. Dice que lo hace por Jaden y el bebé que viene en camino, no por mí. Y eso lo agradezco.
Recojo todas mis cosas con tiempo y me enfoco en terminar mis tareas para poder viajar sin actividades pendientes.
Mi madre no ha parado de llamar, pero no quiero hablar con ella. Mucho menos después de joderlo todo con mi novia.
Hablo con Jack y le cuento todo con detalle, también con mi padre que se angustia por todo el escándalo.
—Eres un hombre de buena familia, hijo. Te crié como un caballero, nunca dudé de ti.
—Dile eso a mi madre. —bufo— Seguramente va a decirle a sus amigos que estoy muerto para quitarse el peso de encima al ser mi mamá.
Los mensajes que he recibido de su parte son poco alentadores. Dice que se avergüenza de mí y que me olvide de pisar su casa cuando vuelva.
—Ella está loca, tu lo sabes más que nadie. Tiene dos años odiando a Jaden sin motivo alguno.
Me encojo de hombros aunque sé que no puede verme.
—Papá, debo decirte algo.
—Dimelo, Vita. —Es el único que me dice así.
—Voy a ser papá y... —Pensar en que Jay vaya a dejarme me rompe por dentro. No quiero perderla, no quiero que por mi culpa todo se vaya a la mierda— no sé lo que voy a hacer si todo esto...
—Cálmate. Ella tiene que escucharte.
Es que la conozco.
Será difícil hacerla entrar en razón.
Mi imagen está enterrada bajo metros, el perfil de artista ejemplar se acabó y ella... Ella cree que Dadisha y yo tenemos alguna relación secreta.
Debe odiarme.
—Papá, ella ha tenido pérdidas antes. No quiero que todo esto afecte al bebé, por favor ve a verla mañana... Llévala con Emilio para que la chequeen —entro en pánico— No ha querido responder mis llamadas, hace una hora contestó pero ahora me bloqueó.
—Vale, Vita. Cuenta con ello, mañana la llevaré al chequeo.
Papá es el único de mi familia que sabe sobre el embarazo de Jaden. Se emocionó tanto cuando se lo dije que ambos lloramos por videollamada.
—Y quédate con ella, verifica que todo esté bien con el bebé. Confirma que ella esté bien, dile que la amo.
—Tranquilo, arreglarán sus problemas, hijo, yo lo sé.
Eso espero.
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