Mi infierno no lo seca cualquier viento externo,
mis lágrimas no se precipitan por cualquiera,
nombre de mujer tiene una de mis mil tormentas,
que surcaba mis nubes y ahora destroza mi cielo.

Tus mareas eran las que me volvían loco,
ahora celoso por pensar que tocan tierra de otro,
¿qué viento soplará meciendo tus nubes?
¿ahora quién besará tu mejilla pensando en sí existe un "para siempre"?

Un ciclón no puede durar eternamente,
sólo dejará escombros en mi superficie,
superficie que por tí, aún algo siente,
la melancolía casi no se hace notar,
hasta que, el sol se da cuenta que le hace falta la luna en su eclipse.

Tu lluvia ajena y discreta también empapaba mi suelo,
lo has dejado húmedo y te llevaste el paraguas de mi consuelo,
hoy soy un par con el agua,
porqué me llueve tanto al intentar pasar página.