22. La Necesidad

Capítulo veintidós
La necesidad.

Lo intento, juro que lo intento...

¿Algún día podré hacer algo bien?

Intento hacer lo que me pides, pero simplemente no logró hacerlo como quieres.

Sus ojos me miran con decepción y los demás con molestia.

Siempre falta algo para que sea perfecto para ti.

Me gustaría cumplir siempre tus espectativas.

Lamentó no ser cómo tú...

Tú siempre has dicho que tengo todo lo que a ti te faltó. Quizás sea eso, tal vez tengo demasiado y siempre lo he sabido.

Perdón por ser torpe y una buena para nada. Te prometo que yo no quería hacerte enojar.

Todo es mi culpa. Siempre ha sido así. ¿Por qué debo ser así? Quiero cambiar, pero no sé cómo.

Perdón por no tener la misma visión que tu esperabas.

Sé que tú eres activa y de que los tres,yo soy más inútil. Quizás porque soy la más consentida, no debiste hacerlo... Lo siento, lo hice otra vez y te estoy culpando.

Siento mucho encerrarme en mi burbuja...

El mundo no es perfecto, siento ser despistada. Pero..., sé que no debería usar todo el tiempo mis audífonos, sólo qué, es la única manera que encuentro para mantenerme alejada de ustedes y los gritos.

Yo no quería ofenderte.

¿Por qué para ti siempre lo que yo diga y es contrario a lo que dices debe ser contestar? ¿Por qué me gritas? ¿Por qué yo grito?

Me esforzare en la escuela, ¿podrías sonreír esta vez si mejoró en los estudios?

Al menos, esto puedo hacer bien.

Por favor, dame un respiró.

Mi cabeza me duele, siento que todo se me amontona y ya no quiero seguir. Te veo y me doy cuenta que debo hacerlo. ¿Por qué ya no quiero?

Siento ser una egoísta, yo te quiero.

Todos dicen que tú y Jorshua se han sacrificado por mi. Creo que es cierto, tengo la teoría que es por esa razón que me odia, por mi culpa ha sufrido. Supongo, tienen razón cuando me llaman limón agrio..., por eso, deje de cantar naranja dulce. ¿Las verdades duelen? Demasiado.

No quiero ir ahí, sé que es una fiesta de tu amiga pero no me gusta ir.

Perdón por tener esta cara amargada, yo no quería venir. Es incómodo. Trataré de sonreír, siento mucho esto.

¿Por qué debo cuidarlo yo?

Haziel es mi hermano, aunque, mis compañeros dicen que no es mi responsabilidad. ¡Joder!  Soy egoísta, debo ver que trabajas demasiado, pero una parte de mí sólo quiere salir con más libertad como los demás chicos. Yo..., me siento frustrada, y aun así, sabes que puedes contar conmigo.

Lo siento, perdóname por todo...

Agacho mi cabeza, escuchando hablar a mi mamá. Sonríe mientras pica las calabazas y yo miro el curita alrededor de mi dedo y, luego, el vaso roto en el cesto de basura. 

¿Habrá alguna cosa que pueda hacer bien?

—No se te olvide que esta tarde deberás cuidar a Haziel.

Alzó la vista, mirándola con los ojos abierto y mucha confusión, eso no puede ser posible. Porque hace una semana había pedido permiso para salir con mis amigos al cine, 《¿segura?》. Okey, tal vez, después podríamos ir a tomar algo. No necesariamente, debía ser alcohol consciencia mal pensada.

—Mami, yo te había pedido ya permiso.

Ella suspira, dejando el cuchillo a un lado, sale y enjuaga las verdura para después echarlas al guisado que se calienta en la estufa.

—Alex, Haziel no puede quedarse solo. Y tu abuela sabes que nunca esta en casa, no quiero que se lo lleve. Sabes como esta la delincuencia en este país, un niño es un blanco para los enfermos.

—Pero, ma...

—No. — me dirige una mirada inquisitiva, de esas que las madres hacen a la perfección y te hacen querer esconderte —Alex, Jorshua saldrá con su novia. Además, a ti te dejé salir la vez pasada.

Hace casi un mes...

Me pongo colerica al recordar aquel sombrío día. Aquel en donde perdería algo tan preciado y cambiarían demasiadas cosas para mí.

Ojalá nunca lo hubieras hecho.

—Mamá, ya les había confirmado a mis amigos. — comento con la voz esperanzada.

Sé que esta mal. Ha dicho que no y aferrarme a ello sólo hará que se enfurezca, además, de que significa mi poca capacidad de madurez ante sus ojos. Una parte de mí en verdad quiere obedecerle porque no sólo sé es lo correcto, también soy consciente de que mis actos anteriores me llevaron a una situación muy amaga que espero algún día superar. A pesar de ello, existe otra que se niega. Es aquella que pide hacer lo mismo que las demás chicas de mi edad, salir con sus amigos, beber un poco, estar lejos de los problemas de su jodido mundo y divertirse.

Además, yo siempre debo cuidar a mi hermanito. Lo adoro, sin embargo, a veces me gustaría no tener que cancelar mis planes casi siempre por jugar a la niñera.

—Mamá...

—¡Basta Alex! ¿Acaso no puedes pensar en otra persona que no seas tú? — explota —.  Yo me voy a trabajar, estoy todo el maldito día parada. Por una vez que canceles tus planes no se acaba el mundo. Ah pero claro, se me olvidaba, a la señorita no le importa otra persona que no sea ella, ¿verdad?

—Yo, —la volví a regar.

Alex, ¿por qué nunca haces nada bien?

Parpadeo varias veces para evitar que las lágrimas broten de mis ojos. ¡Maldición!, debí cerrar mi bocota.

—Haziel es un niño pequeño. Alex, no puede quedarse sólo. Necesita que alguien lo cuide, además, tu hermano hoy cumple meses con su novia, ¿recuerdas que cuando andabas con Fernando también te daba permiso?

Oír su nombre me dan náuseas. Aprieto mis puños, enterrando mis uñas en la piel de mi mano.

—Además, la calle también es peligrosa para ti. Y esa amiga tuya, no me agrada mucho, siento que es una problemática y tú eres demasiado buena para meterte en esos problemas.

—Pero tambien iba a ir con Jorge y Edmun, siempre cuidó yo a Haziel.

—Porque eres su hermana mayor. Es más, deberías de agradecerme. — dice de la nada — Así, en lugar de perder el tiempo, puedes aprovecharlo en estudiar para los exámenes. Estoy segura que la convocatoria para la Universidad no tardará en salir, economía es de alta demanda. —me observa suspicaz, mamá me intimida.

Los exámenes. Era algo que había intentado evitar. Pensar en ellos, me aterra, puede sonar una tontería pero, en verdad, tengo miedo. No sólo por la alta demanda de cada Universidad gratuita del país, si no, porque estoy insegura de todo. ¿Y si no lo lograba? ¿Qué pasa si mi esfuerzo no es suficiente?

¡Demonios! Ni siquiera estaba segura de querer ingresar a economía, pero cada vez que hablabamos de ello, mi mamá se emocionaba demasiado que no me atrevía a llevarle la contraria o pensar en otra cosa.

No importa, economía es la mejor opción.

—Estudia mucho, se que no me vas a fallar. — finaliza, acariciando mi mejilla.

Sé que trata de hacerme sentir mejor, pero fuera de hacerme sentir mejor aumenta el peso que cargo sobre los hombros.

Sus dedos aprietan suavemente mi mejilla, —Me alegro que me hicieras caso y hayas dejado esos escritos que no te llevarán a nada. Tienes más potencial que eso.

Oírla decir eso provoca que una fuerte opresión se instalé en mi pecho, el aire quiere escapar de mi cuerpo. Me siento culpable porqué no he dejado de escribir, significa que estoy mientiendo, no quiero hacerlo, yo sólo..., no puedo dejar de escribir porque aunque no sea buena, me gusta.

Ella tiene grandes espectativas, realmente quiero cumplirlas. Quizás tenga la razón y eso sólo es una distracción para lo que debería ser mi prioridad. Pero, no puedo y no quiero.

Mi madre aparta los ojos de los míos, llevándolos al reloj de la pared.

—Ya se me hizo tarde — gruñe apurada, corriendo a la estufa, revisa los vegetales y regresa a mí —. En media hora, apagas la estufa. Ya me voy, mi jefe me va a regañar. — se quita el mandil, tomando el chaleco verde encima de la silla y lo mete a su bolsa.

Se despide con un movimiento de mano y un grito para mis hermanos informando que se va. Lo último que escucho es el chirrido de la puerta abriéndose y cerrándose.

Media hora después, antes de que apague la estufa y cierre el gas, Jorshua se va. Lo sé, porque se lo dijo a Haziel antes de irse, no porque me avisará a mí.

Pasan dos minutos para que mi hermanito entre a la cocina, me mira con ojos de cachorrito y jala de mi blusa para llamar mi atención, —Hambre —
dice sufrido, sobando su pancita.

Le sonrio, por mucho que diga no es tierno, si que lo es. Sólo basta con mirar sus voluptuosa cachetes, la mueca de sus labios, sus ojos brillantes y los rizos despeinados.

—Siéntate, ya está. — aviso, sirviendo un plato, no sin antes advertirle que tenga cuidado porque se puede quemar.

Mientras comemos, mi celular empieza a pitar por las notificaciones que entran de Facebook, al principio decido que probablemente no sea importante, en cambio, ante la insistencia del pitido, desbloqueo la pantalla notando se trata de una publicación del grupo de la escuela.

—Genial. — ruedo los ojos al ver quién es el causante de tanto revuelo —Sigues siendo tan popular como antes, problemático.

En menos de cinco minutos se ha hecho bastante viral, tienes mas de doscientas reacciones, cien comentarios y veinte veces compartida. Se supone que es un grupo escolar, a pesar de eso chicos de otras escuelas también están en los comentarios, bueno el grupo no es privado.

¿Supieron lo que paso con Liam Hamilton? Dicen que el día de ayer envió un chico a coma por rayar su moto.

Comentarios:

A mi me dijeron que lo asesinó.

También yo, ¡dicen que esta en la mafia rusa!

¿Escucharon que hace unas semanas golpeó al capitán de fútbol de su escuela?

Si, estaba coqueteando con su novia.

¿De verdad? Yo escuche rumores de que había golpeado al de la prepa, y que el capitán lo demandó.

¿Cómo si alguien pudiera hacer algo contra él?

Mierda, meterse con ese chico es ponerse la soga al cuello.

¿Me pregunto si será igual en la cama?

¿Creen que sea real?

Obvio sí, ¿acaso no lo conoces. ¡Es Liam Hamilton! Él es capaz de eso y más, no debemos olvidar lo que le hizo al profesor Gómez el primer día de clases.

Me sorprende que no haya sido expulsado de nuevo.

¿Recuerdan cuando destruyó una patrulla? Estoy segura que lo hizo ensuciar sus pantalones.

¡Un chico esta en coma! ¿Por qué  no lo meten en la cárcel?

(...)

Vaya, a pesar de asistir a otra escuela sigue siendo el centro de atención de todos, ¿por qué no se meten en su vida? ¿Tan aburrida les resulta que deben inmiscuirse en la de otros?

Deberían preocuparse por sus asuntos, en lugar de....

Detengo mis dedos en mitad del comentario, ¿qué estoy haciendo? Estaba a punto de defender...¿lo?

Parpadeo muchas veces perpleja sin entender, actúe sin ninguna resolución o razonamiento, paso una mano sobre mi cara sin entenderlo. Debe ser mi falta de sueño, desde lo que paso con papá no puedo dormir por temor a que él llegué a medianoche e intenté hacer una locura bajo los efectos del alcohol.

Ladeo la cabeza para no pensar en ideas pesimistas, eso es lo que menos necesito ahora mismo que esos imbéciles han prendido la mecha.

Dejó de golpe el celular sobre la mesa y me dedico a comer con Haziel.

—¿Estás bien? Te ves molesta.

Veo a mi hermano fijamente, le sonrió tratando de transmitirle tranquilidad, aunque, esté a punto de explotar. No puedo evitar sentir rabia, creo que me he vuelto loca, dentro mi estómago tengo la sensación de un millon de alacranes que me hacen querer dar puñetazos.

Eso no esta bien, joder.

Cuando acabamos de comer, Haziel y yo empezamos con los quehaceres de la cocina, yo lavo los trastes y el limpia la mesa, todo mientras canto a todo volumen "Te necesito de Cali & el Dandee" y él se tapa los oídos en un mal intento de burla.

—Algún día seré valorada por mi voz. — le digo ofendida, creando mucha espuma con la esponja y el jabón.

Ríe pasando el trapo sobre la madera, —Yo cantó mejor que tú, pero esa no me gusta.

Le sacó la lengua, provocando que ría con mas fuerza. Creo que soy el pilar débil de la familia, todos logran molestarme con tanta facilidad que se ha convertido en su pasatiempo favorito.

Cantamos "Para cosas buenas" de una banda juvenil del dos mil dos, Erreway cuando trapeo la cocina. Bueno, quizás, estamos gritando, como sea, ambos reímos con nuestro concierto privado de dos.

—Pon a Queen, Queen —exige Haziel, saltando en su silla.

—Eres un mandon —él se cruza de brazos, haciendome poner los ojos en blanco.

Tomó mi celular, antes de buscar al grupo en YouTube fijo mi atención en el icono de WhatsApp a un lado de la hora. Abro la bandeja de mensajes y no me sorprendo encontrar un mensaje de:

Liam Hamilton.

Creo que después de todo, me he acostumbrado a intercambiar mensajes con él. Después del primer día en que me recogió de la escuela, acordamos que iría por mí una vez por semana y lo vería en la gasolinera cerca de ella, así que, sólo debo apresurarme a salir para que nadie me vea subir a su motocicleta. Odio correr, pero vale la pena con tal de no recaer en estúpidos rumores distorsionados.

Abro su mensaje, tengo curiosidad de preguntarle sobre lo que dice la publicación.

De Liam
Sheccid.

Inconsciente, sonrió. Por lo regular las conversaciones se inician con un cordial "hola", aunque tiene razón, su absurdo apodo ya no me molesta tanto, supongo que me he ido acostumbrando.

Yo
Insisto. Tengo un nombre, ¿lo sabes?

De Liam
Sin duda. Pero, eres mi Sheccid.

Yo
Será un milagro el día que me llames por mi nombre.

De Liam
Lo hago, en mi mente está presente siempre.

Yo.
No parece

De Liam
Vamos, que también le has agarrado cariño al nombre.

¿Cómo no hacerlo? Si todo el tiempo te llaman de esa manera, aunque, no es algo que vaya admitirle a ese egocéntrico.

De Liam
Ayer fue un día difícil.

¿Día difícil? ¿Debo tomarlo como una confesión que lo que dicen es cierto?

De Liam
¿Que harás hoy?

¿Que haré? Mi vista rápidamente pasa a mi hermano que espera ponga la canción que me pidió.

Yo.
Estaré ocupada.

De Liam
¿Que tal sí ya no estas ocupada y salimos?

Según leo el mensaje, mi entrecejo se frunce. ¿Quien se cree? ¿El centro del universo?

Yo.
No. Y ahora, tengo muchas más cosas que hacer. Adiós.

No señor, él no va a decidir si estoy o no ocupada. Reproduzco la canción de Haziel y sigo lavando el piso, escuchandolo cantar a todo volumen We Will Rock You.

Pasan las horas, el día es tan monótono cómo a los demás. Cantamos, escuchamos música, vemos la televisión, leo los mensajes molestos de mis amigos por cancelarles a la mera hora, mensajes de mi mamá pidiéndome que compre cosas y que estudié..., nada fuera de lo común.

Ahora, Haziel y yo estamos encerrados en mi habitación, él dibuja a un Goku algo raro con la estructura de un personaje de minecraf mientras yo intento concentrarme en química y física, la verdad es que a pesar de entenderle en el momento después soy un fracaso en sus conversiones, equivalencias, reacciones y ecuaciones; si no lo estudió correctamente temo que después me olvide de los primeros temas. ¿Por qué debe ser tan complicado retenerlo?

Estoy concentrada, necesito estar concentrada, pero por más que me esfuerzo por mantener la mente dentro estos aburridos libros, nada mas no. De un momento a otro mi imaginación vuela y, en lugar de estar atenta a mis apuntes mi cabeza crea un mundo bastante lejano al presente, nuevos escenarios se crean sin ser los míos o de mi hermano quién tiene botados mis colores alrededor de toda mi cama —creo que hasta debajo —. Más bien son protagonizadas por Eris, Máxime y Edek.

Tiro el libro a no se dónde y saco de mi mochila la libreta que más me gusta cargar, porque si no mi mamá capaz la encuentra y yo me meto en un gran problema.

Y sin darme cuenta, mis libros están tirados en no sé que parte, mi libreta de escritos sobre las piernas y la pluma entre mis dedos inició a trazar delicadamente cada letra.

(...)

El ambiente se había vuelto tenso, tanto que podía estar dentro de ella le daba un fuerte dolor de cabeza. Era extraño, perturbador y rencoroso.

—¡Que hace él aquí! — escupió con desdén el chico que recordó se llamaba Máxime — No basta con lo que tu familia a hecho.

—No trataras de hablarme de moral, ¿cierto? Porque, dudo que entre monstruos como ustedes ese concepto exista.

—Maxime, Edek — los regaño el hombre que ella reconocía como el Director del lugar, aquel, al que había suplicado también a su madre. —Calmense ambos, Eris podría escucharlos.

Todo era tan confuso para Eris, no tenía de otra que mantenerse oculta en la parte de arriba de las escaleras.

—¿Cómo puedes pedirme que me calme? ¡Acaso no es suficiente que su madre quiera derrocar a la de ella!— sigue Máxime, sin importarle las palabras del adulto—. El Sol derrocando a la Luna.—bufo.

En ese instante, el reino reino en toda la sala. Lo único audible era la respiración de Edek y Flamount, incluso, de ella, quién abrió los ojos por su declaración y colocó la mano sobre su boca para no ser escuchada.

¿Acaso había escuchado bien?

—Ve a tu habitación— le ordenó la voz que existía dentro su cabeza.

—No

— van a descubrirte

—¿Y? Tengo derecho a saber

—Eris— amenazó esa voz.

—Yo no tengo nada que ver con lo que mi madre haga— respondió Edek con molestia.

—¡COMO......—

—A ella no le pasará nada— lo corto sin más, no tenía ganas de iniciar una pelea y mucho menos si ella se encontraba ahí— yo voy a cuidar de Eris.

—¡Estás loco! — Antes de que pudiera proseguir, fue interrumpido por el rubio.

—No me digas que tú piensas cuidarla. Dime, ¿cuánto tiempo sobribe un vampiro sin sangre? ¿Cuanto tiempo aguantará tomando el sustituto? No solo tú, todos. Porque eso es lo que son.

No importaba la edad, él sabía lo que sentía y no dejaría que nadie se interpusiera en su camina. Subió la mirada sobre cada escalón hasta encontrar sus claros ojos con los oscuros de ella mirada — Volveré mañana. — le prometió con una sonrisa cálida y amable.

(...)

El timbre del teléfono suena repetidas veces, al principio decido no tomarle importancia, sin embargo, es imposible por la insistencia de la personas.

Molesta por haber sido interrumpida, y, antes de responder, respiro y exhalo un poco de aire para responder:

—Fany, ¿qué paso? —contesto, no sonando tan ruda

—¡Alex! — chilla desde el otro lado de la línea, suena bastante mal.

—¿Qué te paso? ¿Estás bien?

Oírla de esa manera me preocupa, —No le entiendo a cálculo.

Casi de me caí la quijada, oh, santo cielo, me siento como esas chicas de la rosa de Guadalupe que lloran por una niñería. Aguantando las ganas de gritarle por preocuparme en vano. Reuniendo mucha paciencia, le explico como hacer la jerarquización de operaciones.

—Tranquila — le digo, ocultando mi desesperación. Es la quinta vez que le explico lo mismo —Recuerda la jerarquía, lo que debes resolver primero es la potencia y la raíz cuadrada, después la multiplicación y división, y al final, la suma y resta. No es nada difícil...

Gracias a mi hermanito, interrumpe la llamada indicando tiene hambre, cosa que —literal — agradezco.

Comienzo a calentar a flama baja para ir a comprar tortillas, no sin antes pedirle a Haziel no se acerque a la estufa.

No voy muy lejos, calculo que en menos de cinco minutos. Llegó a la esquina y cuando estoy a punto de dar la vuelta, vuelvo a pegar mi espalda contra la pared, mi estúpido corazón empieza a latir desembocadamente, dentro de mi estómago tengo un torbellino destruyendo todo a su paso y sensaciones iguales al temor, la ira, la tristeza junto —estúpidamente — la vergüenza de ver a tu primer amor, recorren mis venas.

Es Fernando.

De la nada, mi respiración se vuelve caótica, asomo un poco la cabeza para comprobar si continúa allí o ya se fue. Para mi mala suerte ahí sigue, maldición, no quiero verlo ni que me miré. La forma en que me siento es simplemente inexplicable, pero me hace sentir mal.

Tiene su mano encima de la cintura de una hermosa chica, sonríe y besa su frente repetidas veces que lo único que quiero ahora mismo es irme y romperle la cara.

—Alex, —me sonríe la señora Ramírez, quien viene de regreso.

—Buenas tardes, señora Ramírez, ¿ya viene de regreso?—dentro de mi metabolismo hay un caos, la sensación no es nada agradable, pero, a pesar de eso sonrió como si el día fuera de lo más magnifico.

—Así es, ¿y tú? ¿Vas a comprar algo?

Si..., no...

—Si. Eso creo.

Ríe ocurrente, —Ojalá mi nieta fuera igual a ti. Lo único que piensa es en salir con su novio.

Chica buena, es así como ella me ve.

—Gracias.

—Oh, por cierto. Lamentó mucho lo de Fernando.

Mis ojos de abren grandemente,  igual a dos canicas. ¿Acaso sabe algo? ¿Le dirá a mamá? ¿Hay rumores?

—En verdad que esperaba ustedes dos volvieran, hacían tan linda pareja. — ah, habla de eso. — Sinceramente, espero que termine con esa chica y se den otra oportunidad, ambos son chicos muy buenos. — dice, palmeando mi hombro como muestra de ánimo.

¡Grita! ¡Sacalo!

No puedo hacerlo, todos dirían que fue mi culpa.

—¿Gracias?

La anciana asiente sin perder su sonrisa, continúa su camino, dejándome a mí en esa calle vacía.

Me engañó, me mintió y me hirió.

Tengo dos opciones, continuar mi camino a la tortilleria como en un principio estaba pensado, olvidarme de su presencia y fingir que no lo conozco, o, regresar a casa.

No lo pienso. Doy media vuelta y regreso.

Llena ze impotencia, quiero regañarme y lo hago en voz baja hasta que veo salir a mi vecina junto a su hija, rápido cambio mi expresión, nos sonreímos y con un movimiento de cabeza nos saludamos.

Ya no quiero esto.

《SOY UNA COBARDE》《EL DEBERIA SENTIR VERGÜENZA, NO YO. ¿POR QUE LA SIENTO?》

De nuevo sola, corro en dirección a la casa y me olvidó de todo. Recuerdos fugaces tardarán mi cráneo, desde los ingenuos "te amo", las promesas, los besos, las declaraciones, los abrazos..., todo una mentira.

Subo las escaleras azotando la puerta detrás de mí, las lágrimas cubren mi rostro y yo no encuentro un final. Alrededor de mi hay tantas personas a las que siempre les debo sonreír y ayudar, profesores a los que debo demostrar soy la mejor, compañeros que me llaman "nerd", "ñoña", "aburrida", mi madre que quiero enorgullecer, mis hermanos... esperando mucho de mí. 

¿Por qué esperan tanto? ¿Por qué piden mucho?

Siempre invisible, nunca te meteras en problemas.

Hablan porque les da envidia tu inteligencia y tu capacidad.

Un ocho es para mediocres, Alex, no lo olvides.

¡Has las cosas bien!

Gritos, todos gritan.

Debo hacer las cosas bien, debo ser buena si quiero que los demás sean buenos conmigo, pero yo fui buena con mis amigos y con Fernando, ¿por qué ellos no lo fueron conmigo?

Tu hija es tan buena, ojalá la mía fuera así de obediente y aplicada..

—¡Mientes! Eres pura mentira — estoy enloqueciendo, ahora le grito a mis libros —. Los problemas de una chica no radican sólo en el maldito amor o el estúpido chico perfecto y atractivo. En la vida real no hay ningún chico perfecto y guapo. Todo es negro.

Si yo no hubiera bebido demasiado, si tan sólo no me complicará tanto la vida.

Perdón, perdón...

Me miro en este espejo, realmente, no hay nada de mí.

Dije que lo olvidaría, que seguiría y ahora me encuentro llorando como la tonta su soy, por un chico al que deposite todas mis esperanzas. No puedo gritar, no puedo decir cómo me siento porque no quiero dar problemas, ¿quien creería cómo él hiciera eso?

Me llamarían mentirosa.

Yo, yo debo olvidar. Concentrarme en las expectativas que debo cumplir, porque voy a cumplirla.

Quiero un abrazo.

Deseo salir.

Conocer.

—¿Alex? — la voz de mi hermano me devuelve a la realidad, limpio mi cara con las mangas de mi blusa.

Por muy mierda que me sienta en estos momentos, debo ignorar la opresión de mi pecho, y, el ardor de mi garganta y ojos.

Debo verme patética.

Santa Virgen Santísima, me olvidé de la estufa. Bajo a toda velocidad, al ver que —afortunadamente — la flama sigue encendida y la comida apenas empieza a hervir suelto una bocanada de alivio.

Mamá tiene razón, soy una buena para nada. Mi descuido le pudo hacer daño a Haziel.

Cierro la llave del gas y de la estufa para servír. Escucho las magníficas peleas que sus muñecos de Goku y Vegeta —recién recortados — tuvieron. Pienso en cómo ha sido mi vida: aislante, antisocial, inadaptada y con buenas calificaciones.

Nunca he hecho nada que vaya en contra a lo que "esta bien" para los ojos de los demás. Digo, si bebo sin que los vecinos o personas de mi entorno lo sepan, porque no quiero estar en la boca de los demás, no me gustaría tener a quienes juzguen mi vida o estén más pendientes que de la suya propia; es horrible, igual a cuando pensaban que yo era otra conquista de cama de Hamilton. Si lo pienso un poco, es comprensible que siempre dé puñetazos a todos, sólo hablan de su vida.

Liam...

Oh, oh.

No, no lo puedo creer. ¿Lo voy hacer?

De pronto, tengo mi celular en las manos al mismo tiempo que mis dedos se deslizan por las teclas de la pantalla.

Yo.
¿Hoy saldrás?

Estoy ansiosa por recibir su respuesta, desesperada mantengo la vista en la conversación del chat.

¿Por qué tarda mucho?

¿Acaso no ve que tengo miedo de arrepentirme?

—¿No vas a comer? — Haziel frunce el ceño, con la cuchara en la boca.

—Esta muy caliente.

—Soplale —dice sabiamente.

En otras circunstancias, le daría una contestación, en cambio, al ver que ya aparecieron las dos palomitas y debajo de su nombre la palabra "escribiendo", los nervios combinado con las ansias pueden conmigo.

Liam
Esta noche tendré una pelea. ¿Ya se te quito lo berrinchuda?

Aprieto los puños, conteniendo las ganas de escribire que se vaya mucho a la... china.

Ojalá, no te arrepientas, Alex.

Yo.
¿Puedo ir?

No espero ni un segundo la respuesta, sin duda, lo dejé impresionado.

Liam
¿Qué le hiciste a mi Sheccid? ¿Quién eres?

Yo
Soy Alex, patán. ¿Me llevas o no?

Liam
La pelea es a media noche.

Carajos.

Yo
No inporta, quiero ir. Bueno, sólo a prometes no me pasará nada malo.

Necesito saberlo.

De Liam
No debería prometerlo, ese lugar no es para ti. Pero, créeme, te cuidaré. Y también, Tavo, si no quiere le rompa el culo.

Inconscientemente, suelto una estruendosa carcajada.

De Liam
Paso por ti esta noche, Sheccid.

<<¡Arrepientete!>> grita una parte de mí.

Yo.
Ok

No le hago caso.

Estoy tan comprometida con viejos fantasmas que por primera vez quiero romper lo que soy. Me esfuerzo, quiero que ella me diga que soy asombrosa igual que ella, pero mi torpeza me obstruye.

Quizás, esto sea un gran error. De hecho, estoy casi cien por ciento segura que en unas horas estaré muy arrepentida. Aun así, no pienso dar marcha atrás.

Sólo una vez tengo la necesidad de terminar con todo. Sólo una vez, dejar de ser la chica buena y poder hacer algo que sé nunca me atrevería.

No lo quiero en mi vida, nunca lo quise. Aunque, eso ya no tiene sentido porque me guste o no, Liam Hamilton se ha colado.

Hola wattleaders, quiero disculparme por la tardanza. Sé que no es el mejor capítulo que he escrito de la historia, pero creo todo se me salió de control, jajaja

Espero les haya gustado, voten y comenten si fue así o si no. Es válido sólo no hate.

Por cierto, los invito a leer una nueva historia que subí llamada "Edén", sólo esta el prefacio, pero les agradeceria su apoyo.

¡Gracias por estar un capítulo más conmigo!

Dulces madrugadas. 😘😙

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