Capítulo 11

Narra ________.

Estúpido Alex. 

Me di vuelta para ir a mi habitación y me encontré que aún estaban presentes Vic y Mike.

—¿Qué?

—¿Qué de qué? —dijeron al mismo tiempo.

—Que ¿qué miran?

—Nada...

Raro. Eso era lo que acababa de pasar.

Cuando ya había subido las escaleras y estaba a punto de entrar a mi pieza escuché un No dejes que te vuelva a tratar así, cariño. Por parte de Mike. Y al ponerme a pensar me sorprendía que Vic no se le haya tirado encima.

No me quedaba nada más que hacer que terminar de ver todas las series que tenía inconclusas en Netflix ya que, el día no estaba muy lindo, o quizás yo no tenía ánimos, y no tenía planes para ir a ningún lado.

Me quedé dormida en algún momento de una serie. Estoy segura que iba por el capítulo 9 y al despertar ya era el 13.

Revisé la hora en mi teléfono. No era muy tarde. Tenía un mensaje de Matt diciendo que me invitaba a comer algo. Acepté.

Me cambié de ropa, la mía había quedado arrugada por haber dormido con ella puesta.

Me vestí casual, aunque me empeñé en verme bien y me maquille más de lo usual. Quería verme linda. Quería sentirme linda.

Una vez lista, esperé. Matt dijo que él pasaría por mí. Así que lo esperé mientras veía en Netflix un documental sobre la vida marítima. Estaba en mi lista hace mucho tiempo. Era relajante, y en mi opinión perfecto para hacer tiempo. Habían animales extraños y muy feos. Y otros muy adorables. Por algunos momentos no me pareció tan entretenido, pero no era capaz de sacarlo. Me tenía completamente atrapada. 

Me llegó un pequeño mensaje de Matt. Solo decía. "Estoy afuera"

No me despedí de los chicos y solo salí sin hacer mucho ruido.

—Te ves preciosa.

—Solo estoy vestida como siempre Matt, no es para tanto.

—Siempre te ves preciosa.

—Estúpido, no digas eso. —rió para luego abrazarme y darme un beso en la mejilla.

—¿Lista para nuestra cita?

—¿Es oficialmente una cita? Pensaba que era una salida de amigos. —dije en forma de burla.

—Por su puesto que es una cita.

Me tomó por la cintura y me guió a su auto. Muy caballeroso, me abrió la puerta del auto para que entrara, y luego se fue por la otra puerta para entrar a su asiento.

—Como no esperabas que fuera una cita, creo que esta noche va a sorprenderte. —sonreí un poco nerviosa, pero bastante ansiosa por lo que se vendría.

***

Fue una noche muy divertida, fuimos a comer comida chatarra a un restaurante que se veía muy fino, luego fuimos a un lugar donde, estacionado en tu auto podías ver películas mudas, y luego de eso fuimos a su casa a jugar videojuegos de realidad virtual. Fue sensacional.

Matt era muy idiota, pero sin duda era un chico muy tierno y divertido. Dijo que desde pequeño siempre le gustaron las películas mudas porque le encantaba todo lo que se podía decir sin ocupar palabras. Y lo encontré realmente adorable. Su emoción al ver simplemente a los actores ahí sin decir nada pero diciéndolo todo a la vez era muy adorable, las conclusiones que sacaba por su lenguaje corporal y expresiones faciales era muy lindo de ver. 

Habíamos llegado al final de la noche y estábamos afuera de mi casa. Pasaron varios segundos donde solo estábamos ahí, estáticos y en silencio en el auto. Sin decir nada para no arruinar el momento.

—¿Esta es la parte de la cita donde nos besamos y hacemos de la noche algo aún más espectacular?

Sí, esta era esa parte.

Me acerqué a su rostro y lo observé unos cortos segundos. Sus labios hicieron presión con los mios y una de sus manos se posó detrás de mi cabeza ejerciendo un poco más de presión a nuestros labios.

Se separó un poco de mí para darme otro corto beso. Me miró y sonrió.

—Creo que ha sido todo por hoy. 

Me abrió la puerta del auto y me acompañó hasta la entrada de mi casa.

—Nos vemos, linda.

Me besó y se alejó rápidamente hacia su auto.

Miré como se subía y esperaba a aue yo entrara a casa. Saqué mis llaves, algo torpe porque me tenía nerviosa que él me mirara. Me di una vuelta, le sonreí y entré.

Una vez con la puerta cerrada detrás de mi, no pude evitar sonreír estúpidamente y cerrar los ojos por un momento.

Matthew me hacía muy feliz.

Pensar en él me ponía de buen humor.

Su sonrisa me llenaba de paz interior.

Él me hacía querer abrazarlo y no soltarlo.

Matthew era definitivamente el hombre que toda mujer desearía tener a su lado.

Pero por su puesto yo tenía dos hermanos muy metidos que habían visto todo.

—Me agrada él. Te hace feliz. —Maldito Vic, tenía razón.

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