[01]
Para su sorpresa, estar en una cárcel de máxima seguridad no era tan malo como parecía. Si no fuera por la pésima comida y los gritos de los demás en el lugar, no sería más que algo parecido a él estando en su habitación todo el verano.
Suspiró.
Por la mañana todo era demasiado tranquilo, no había chirridos de los pájaros y no había un grupo de adolescentes ruidosos en la cocina. Solo era él y el pequeño cuarto blanco. La luz del sol apenas se filtraba por los pequeños agujeros en la parte superior de la pared trasera.
Un año había pasado volando. Había perdido su graduación y su entrada como héroe ahora era inexistente. Le sorprendía cuanto había cambiado su vida en tan poco tiempo, pero no sé arrepentía de su decisión.
Nunca lo haría.
•
-¿Realmente vamos a ir?- No pudo evitar parecer enojado.
-Es nuestro trabajo- Su voz era estoica.
-¡Pero Yaoyorozu!- Su puño golpeó la mesa frente a él con fuerza.
-Yaoyorozu tiene razón, Kirishima.-
-¿Tú también, Todoroki? Cómo pueden... aceptarlo y ya...- Kirishima mordió su labio fuertemente- ¿No es nuestro amigo?-
Después de eso, todo en el avión quedó en silencio.
Yaoyorozu suspiró. No podía entender nada. Desde hacía un año que no lo hacía. ¿Qué había llevado a alguien como Midoriya a hacer eso? Él... ni siquiera había intentado objetar durante su juicio, y ahora esto.
Una solicitud de emergencia había sido enviada a todas las agencias de héroes. Aún podía sentir el sentimiento extraño cuando leyó el comunicado en su celular. Su corazón latió como loco con cada palabra escrita.
Gran parte de la prisión de máxima seguridad donde se encontraba Midoriya había sido destruída. Los reos estaban escapando y era imposible que la prisión se hiciera cargo sola, así que llamaron a tantos héroes como pudieran.
Era una misión complicada. No solo todo aquel que estuviera ahí adentro era ridículamente fuerte, además de eso, había alguien lo suficientemente fuerte para destruir la cárcel y sobre todo eso... La idea no dejaba de dar vueltas en su cabeza.
La única persona que conocía que podía hacer eso era... él.
Giro su vista hacia el fondo del avión. Algunos de sus compañeros se habían negado rotundamente a ir y los que estaban parecían preocupados. Incluso Bakugō estaba extrañamente tranquilo sentado en su asiento.
La noche no había hecho más que comenzar.
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El sonido de las sirenas lo despertaron. Estaba aturdido y el dolor en su cabeza se hacía cada vez más fuerte. Todo había pasado increíblemente rápido, una explosión y todo era un caos. Cientos de criminales soltados por todo el lugar, corriendo, matando, o en el suelo con alguna herida grave.
Ni siquiera sabía que o quien había provocado todo pero tenía una sensación incómoda en su pecho. Estaba demasiado agitado para pensar con claridad. Así que siguió avanzando por el pasillo blanco ahora cubierto de rojo por todos lados, todo ahí era grotesco.
Cuando llegó afuera pudo verlo con mejor claridad. Era una zona de guerra. Todos estaban peleando contra quién sea que tuvieran enfrente sin siquiera parar un segundo a pensarlo.
Golpeaban y golpeaban y seguían golpeando. Nadie se salvaba, aún que no es como si hubiera alguien a quien salvar, todos eran villanos después de todo. Criminales sin escrúpulos que no durarían en matar a cientos de personas si pudieran.
Por primera vez en un año, pudo notar en que clase de lugar había estado. La clase de persona que todos creían que era.
Las palabras regresaron a él como una flecha: "Culpable". Y no pudo evitar reír de lo estúpido que había sido.
Pero no tenía tiempo para reflexionar al respecto. Tenía algo que hacer, algo que no podía esperar.
Así que camino tan rápido como su cuerpo lastimado se lo permitía, pasando a través de todo aquel que intento acercarse, respirando profundo con cada golpe que daba, con cada paso. Hasta que llegó a la parte destruída de la cárcel, vio la ciudad a lo lejos, su corazón latía como loco, respiro profundo y sonrió hacia el helicóptero que estaba llegando.
•
Toda clase de poderes se veían a lo lejos, miles de ellos. Los demás helicópteros llegaron poco a poco, cientos de ellos.
-¿Estamos en una guerra?- Escucho a Kaminari preguntar.
Era difícil no pensarlo. Era la primera vez que tantos héroes se reunían en el mismo lugar, al menos la primera vez en la que lo hacían para pelear.
Todos parecían ansiosos. Y las cosas no hacían más que empezar.
Cuando se acercaron para bajar del helicóptero sintió que su corazón se iba a detener. De pie, con una sonrisa en su cara y cubierto de sangre, estaba Midoriya.
-¡Abre la puerta!- El grito de Bakugō resonó desde detrás del avión.
Pero el piloto no hizo caso.
-Que abras la maldita puerta sino quieres que destroce el helicóptero- Estaba molesto. No era nada parecido a otras veces, realmente se sentía como si pudiera matar a Midoriya.
-No abras la puerta, aún no estamos lo suficientemente abajo- Nejire, por otra parte, estaba calmada.
Bakugō golpeó con fuerza el helicóptero creando un agujero donde su puño impacto.
-¿Qué estás haciendo?- Antes de que siquiera pudiera voltear Nejire ya tenía a Bakugō contra el suelo.
-Voy a matarlo- Fue aterrador. Bakugō no había dudado ni un segundo en declarar sus intenciones.
Yaoyorozu volteo a ver el lugar donde Midoriya estaba. Él no se había movido ni un centímetro, la sonrisa en su cara seguía ahí. Pero había algo raro, era como sí...
-Va a brincar- Su voz apenas se escucho. -¡Va a brincar!- cuando Nejire escucho el grito de Yaoyorozu, era demasiado tarde, Midoriya había pasado por un lado del helicóptero con una velocidad abrumadora haciendo que este temblará.
Era ridículo. En primer lugar ella no había hecho nada por qué pensó que no había forma de salir de la cárcel a menos que fuera con un helicóptero o algo parecido, pero... ¿Desde cuándo puede brincar esa distancia?
Sí, ella no podía entender nada. ¿Qué está pasando? ¿Qué pasó en el pasado? No podía entenderlo.
•
Respiro sintiendo todo el aire pasar desde su nariz hasta sus pulmones. Tenía que hacerlo, de otra manera sentía que iba desmayarse en cualquier momento.
Y no podía hacerlo, aún no. Tenía que seguir avanzando, incluso si su cuerpo dolía y temblaba, incluso si sus ojos se cerraban y su conciencia se iba por segundos.
Cuando dio la vuelta en un callejón de la ciudad sintió a su cuerpo ceder. Sus rodillas fallaron y todo su cuerpo cayó en lo que sea que fuera ese charco.
No debía parar, aún no podía pero su cuerpo no lo obedecía y su conciencia se alejaba poco a poco.
-Mierda- su voz estaba rota.
Las gotas de lluvia poco a poco comenzaron a caer sobre su cuerpo.
-¿Estas bien, Midoriya?- Las gotas pararon de caer sobre él.
[01]
Es la primera vez que escribo algo de "misterio" y honestamente se me está haciendo difícil no revelar todo. Además de que dejar la historia por tanto tiempo no ayuda...
En fin, trataré de no tardar tanto está vez.
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