Advertencias: De seguir actualizando, probablemente habrá algún capitulo con Lime o Lemon así que eso.

Género: Drama, Romance, Misterio.

Personajes: Izuku Midoriya, Itsuka Kendo, Momo Yaoyorozu.

[Ninguno de los personajes me pertenece. Solo los tomo prestados para escribir este intento de historia]

Las cosas ya no eran tan simples como siempre lo habían sido. Aún que nunca lo fueron para empezar.

Todo siempre había sido difícil. Desde su falta de poderes hasta su extremo nerviosismo, la prohibición de usar sus brazos, el descontrol de sus posteriores poderes y toda esa cantidad de enemigos que, pensándolo mejor, no debía pero tenía que enfrentar.

Tuvo que hacerlo, manejar con todo eso. Con el peso que All might depósito sobre él, con la expectativa que todos los que conocían su secreto tenían sobre él. Con todo.

Todo había sido ridículamente difícil de principio a fin.

Juraba que había hecho enfadar a algún dios o diosa en alguna de sus vidas pasadas. Estuvo a punto de morir cientos de veces, eso debía ser prueba suficiente de eso.  

Sin embargo no todo era malo. Tenía a personas que apreciaba y lo apreciaban cerca. Estaban todos sus amigos, estaban todos sus maestros, estaba su madre.

Con el tiempo logro controlar su poder, y a sus nervios también, al menos lo suficiente como para poder hablar normalmente frente a toda esa gente hambrienta de alguna noticia sobre él.

O, como para poder llevar un juicio contra él sin querer encerrarse a llorar en su cuarto. 

—¿Cómo se declara, señor Midoriya?—

Escucho la voz áspera del juez frente a él, sus ojos grises penetraban a sus verde esmeralda sin dejar un solo espacio para escapar. Aún que no es como si fuera a intentarlo.

Trago saliva antes de desviar la mirada del juez hacia sus amigos. Las caras de todos parecían afligidas. Bakugō parecía querer matarlo, aún que eso era más normal de lo que parecía. Todoroki parecía molesto. Uraraka lloraba junto a su madre e Ida. Les agradeció mentalmente por cuidar de su madre.

Luego observó dos rostros que no esperaba ver ahí, y menos con la seriedad que reflejaban. No pudo evitar sonreír.

Relamió sus labios secos y volvió a pasar saliva por su garganta. Respiró hondo y, antes de soltar todo el aire, sonrió despreocupadamente.

—Culpable— contestó.

Y, después de escuchar todas las voces juntas sin entender realmente algo, escucho el sonido del martillo.

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Para las personas que me han seguido durante un tiempo, ya saben cómo soy, casi nunca termino lo que empiezo.

Sí, lo siento.

Así que no diré que intentaré terminar esto, por qué lo más seguro es que no lo haga. Y de hacerlo, eh, mejor para todos ¿No es así?

En fin, es básicamente un borrador, un prólogo a una historia aún más grande que llevaba un rato en mi cabeza. ¿Tendrá desarrollo? No lo sé.

¿Me volverán a ver este mes? Tampoco lo sé.

¿Debería escribir algo de Izukuxmomo? Tal vez.