O1
Con pesadez, se levantó del sillón para ir a la puerta que estaba siendo tocada con insistencia. Pensó en quién podría ser y no llegó a ninguna persona. Los únicos amigos que tenía entraban a su casa sin preguntar, ni siquiera tocaban la puerta o avisaban que iban a entrar.
Al abrir la puerta, no vio nadie. Sólo estaba una carta con una estética fina y costosa. La agarró y fue de nuevo a su sillón mientras la leía.
Resultaba ser una invitación a antiguos estudiantes de la escuela en la que Red solía ir antes que lo expulsaran por hablar en momentos inadecuados. Su ida a la escuela sólo había durado dos semanas y media.
No se arrepentía por haberle callado la boca a su profesor que no tenía ni idea de lo que era realmente un pokémon, ni de haberse saltado de clases ni mucho menos darse de golpes con otro niño. El muy cabrón había arrojado piedras a un metapod y su única excusa era porque el pokémon era débil.
De lo único que se arrepentía era de ver el rostro lleno de decepción y tristeza de su madre. Realmente odiaba cuando hacía esa mueca y chisteaba la lengua.
Recordó de repente que Green y Blue también habían ido a esa escuela y corrieron la misma suerte que él. Green había sido expulsado tan sólo en una semana por ser bastante borde tanto con sus compañeros e imprudente con sus maestros. Solía contradecirlos a menudo.
En cuanto Blue, fue la que más duró. Aproximadamente cuatro semanas, era demasiado hiperactiva y fue expulsada por problemas con una niña, tal parece que esta le había pegado chicle a Blue. No terminó muy bien para la otra niña.
—¡Red, aquí estás! Llevo buscándote por todo Kanto. O bueno, en realidad no...
“Y hablando del rey de Roma. O reina...”
Blue había entrado estruendosamente a su casa. Detrás de ella se podía ver a su Blastoise.
La chica tenía puesto un hermoso vestido de encaje azul, maquillada y con su cabello a medio arreglar.
—¿Y qué tal? ¿Cómo me veo? —preguntó Blue, agarrando su cintura viendóse coqueta.
Red dio una sonrisa ligera y mostró su pulgar arriba. La chica estaba satisfecha con su aprobación.
—¿¡De verdad lo crees!? —sonrió encantada—. Me llevé varias semanas en buscar un vestido igual a este. Blastoise lo eligió. Sabía que iban a hacer una reunión y me enteré que Yellow también irá, ¡así que quise verme bien!
Yellow y ella llevaban saliendo hace poco. No sabía quién se había confesado a quién, lo que sí sabía era que había sido un desastre. Y pese a las inconsistencias, fue el mejor día para Blue.
Se extrañó cuando no escuchó más palabras por parte de ella. La vio y ésta fijaba su vista a la carta que hace un momento estaba leyendo. Ella esperaba que fuera a la reunión.
—No —dijo antes de que la contraria dijera algo.
—Ni si quiera sabes lo que iba a preguntar.
—No ibas a preguntar nada -añadió, seguro—. Me insistirías o me manipularias para que vaya
Fingió estar molesta e indignada. Puso una mano en su pecho mostrando dramatismo y al ver que no funcionaba fue hacia la puerta. Red no creyó que se rindiera tan rápido.
—¡Blastoise, bebé! Ve a jugar con uno de los pokémon de Red, esta será una conversación larga —el pokémon asintió y se fue alegre a donde el pikachu de Red.
“Y vaya que lo será.” pensó, acomodándose más en el sillón.
La chica se dirigió segura a él y se sentó enfrente. Meditó acerca de cómo iba a comenzar su charla. Red sabía más o menos lo que le diría, pero prefirió que ella fuera la que hablara primero.
—Red, no has salido de aquí hace mucho tiempo —empezó mirándolo fijamente—. Estamos preocupados por ti. Todos, más tus pokémon.
Red no aguantó su mirada, fingiendo ver el suelo como si fuera lo más importante del mundo.
—¿Sabes la cantidad de veces que ha venido tu pikachu a mi casa pidiendo ayuda? ¿La cantidad de veces que pudieron haberlo robado? El pobre se ve tan cansado.
Al decir eso, Red no pudo reprimir una mueca.
Habían dicho eso innumerables veces que ambos se parecían tanto, pero ese parecido justo ahora lo odiaba. Red tenía una mirada envejecida pese a lo joven que se veía. Odiaba que su pokémon llevara esa misma carga junto él.
—¿Por qué no intentas pasar el rato? Distraerte con esa oportunidad sería una buena excusa —dio una pausa—. Has estado tan distante... tan triste desde que Green rompió contigo.
“No rompió conmigo. ” quiso decir, “En realidad, fui yo el que rompió con él. ”
Las palabras se quedaron atrapadas en su garganta. No podía decirlas, todavía le dolía y le era difícil asumir lo que había hecho. Después de bajar del Monte Plateado, ni siquiera era la sombra de lo que fue antes, y eso era lo que más le jodia. Tenía la certeza de que en ningún momento de su relación con Green pudo hacerlo feliz. Por lo que decidió terminar su relación por más que no quisiera. No estaba seguro (en realidad, no estaba seguro con ninguna decisión que había tomado en su vida), pero esperaba que fuera lo mejor.
Sí estuvo bastante deprimido los siguientes días, aunque al menos no se sentía presionado con impresionar a nadie.
De cualquier manera, no quiso salir más de su casa, sintiéndose cómodo con las mismas paredes con las que se había criado y, en algún momento, sintiéndose parte de ellas.
—¿Qué dices?
Red negó, moviendo ligeramente su pierna, nervioso e inseguro.
—No lo hagas por ti, hazlo por ellos —dijo Blue, señalando a donde estaban los pokémon del chico.
Él suspiró, estaba usando un chantaje que vestía de lástima a causa de sus propios pokémon. Y justo cuando se iba a negar de nuevo, su pequeño amigo eléctrico fue corriendo a donde estaba para abrazarlo. Red chasqueó la lengua, resignado. Blue no pudo reprimir una sonrisa victoriosa.
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Decidí partir esta historia en 3 partes porque iba a quedar re largo
Ya después le hago portada 🕴🏻
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