Des Judas

-¡Silencio!

La pequeña escucho como aquel cristal se destrozaba en mil pedazos, con nerviosismo trata de acercarse a la puerta de la habitación.

-¡Te abandonaré si sales de la maldita habitación!

-M-Mama...

Quería escapar, pero no podía, no podía abandonar a mamá.

-Maldita zorra, deja de discutir con tu hija.

-¡Tú no te metas!

Y así la niña vuelve a sentarse en el suelo mientras escucha la discusión del cliente de hoy.

(...)

-¿Donde está papá?

-¡Es un maldito bastado! Arruino mi vida.

-Me encantaría volveré a verle para así simplemente asesinarlo... ¡por su culpa tu estas aquí! Todo es su maldita culpa.

-Vamos mamá, se está haciendo muy tarde. Tenemos que volver a casa.

-¡A la mierda todo!

-Vamos... hace frío afuera y te enfermaras.

-¡Tu me enfermas! Maldito error...

Día tras día pasaban aquellos recuerdos por mi mente, era como si una parte de mi se quedara atrapada en el pasado, impidiendome seguir hacia adelante.

Después de ser abandonada por mi madre, mis abuelos me acogieron ya que no tenían más opción, sentían que era su responsabilidad. Ellos no eran malas personas, solamente eran indiferentes, podría estar días encerrada en mi habitación y nunca lo notarían.

No parecía ser un problema para ellos que no haya terminado la secundaria, nunca preguntaron sobre los moretones de mis mejillas ni mucho menos sobre las profundas cortadas que había sobre mis brazos, era simplemente invisible.

Nunca preguntaron mi nombre.

Me consideraba un fantasma, uno que simplemente se aferra a este mundo para sumergirse en los recuerdos del pasado. Nadie me conocía en Mittenwald, salía muy poco de casa.

-Buenas noches...

Saludo suavemente mientras me sentaba frente a la barra del bar, el hombre mayor al ver mi rostro sonrío levemente.

-¿Café?

-Sí...

Murmuro suavemente mientras bajaba perezosamente la mirada ante el álbum de fotos que tenía entre mis manos. Este era el hábito que cumplía religiosamente todas las noches, salía de casa para así irme a este bar durante toda la noche, tomando café mientras veía el álbum de fotos de mis abuelos, en este se encontraban fotos de mi madre.

¿Cómo llegó al mundo de la prostitución y las drogas? Parecía tan feliz en las fotos... ¿Acaso esa felicidad era ficticia? ¿Acaso se sentía como yo?

-¿Cuál es tu nombre? Siempre vienes a la misma hora y pides lo mismo.

-¿Mi nombre...?

No tengo un nombre...

-Luna~, me llamo Luna.

(...)

-Tu madre no te quiere.

-¡Callate! Tu no lo sabes.

-Sí te amara, no te hubiera abandonado con tus abuelos.

-¡No digas mentiras! Mi madre prometió buscarme. ¡NO DIGAS MENTIRAS JOHAN!

Johan... Johan...

Su nombre pasaba por mi mente cada vez que estoy en el patio de mi hogar, recuerdo haber jugado con un chico rubio... el parecía entenderme...

Acostandome sobre el pasto observo el cielo azul, sus ojos... eran azules. ¿Qué será de él? Recuerdo que de un momento a otro desapareció.

Desapareció como mi madre... como todo lo único que quiero...

-Johan... ¿Acaso tu sabias mi nombre...?

(...)

-No tengo nombre... mi madre... ella nunca me dio uno.

-¿Y tus abuelos?

-Cómo tu dijiste Johan... ellos no me quieren...simplemente soy una obligación.

-Siempre observas la luna, te veo todas las noches mientras lo haces.

-¿E-En serio...?

-Sí, siempre lloras. ¿No es así?

-Sí... la luna... mi madre esta viendo la misma luna que yo, siempre veía la luna cuando estaba con ella... es lo único que es verdaderamente hermoso...

-Johan... Me recuerdas a la luna, tu pureza... e-eres tan bueno...

(...)

-¿Un café?

-Sí...

Sonrío levemente mientras veía la foto que tenía en manos, era aquel chico, el único amigo que llegué a tener en mi vida. Fue una foto que tomó mi abuela hace mucho.

-Parece que al fin te encontré.

Escucho una suave voz detrás de mis espaldas, sintiendo como mi piel se erizaba volteo lentamente mi mirada para así toparme con un chico bastante atractivo...

-E-Eh... J-Jo...

Era exactamente igual.

-J-Johan~ volviste.

(...)

-Me avisas avergüenza el hecho que no tenga experiencias agradables para contarte, todo a sido tan malo... desde que te fuiste, todo ha ido de mal en peor.

Murmure suavemente mientras tomaba un sorbo de mi café, llevábamos horas hablando, la sensación de que era un estorbo para Johan ya me estaba mortificando. De seguro le molestaba escuchar mi patética vida.

-¿Pudiste encontrar a tu padre?

-¿E-Eh...? N-No... nunca lo pude hacer... dejé atrás ese sueño después de casi ser secuestrada hace varios años... el mundo es cruel, Johan...

-¿Tu madre nunca volvió?

-No... supongo que nunca me amo... y mi padre parece ser inexistente...

-Eso es, fuiste traída a este mundo por el único propósito de sufrir.

Podía sentir los cálidos brazos de Johan rodear mis tembloroso hombros, dejando salir un pequeños sollozo clavo mis uñas en mi propio brazo.

-Nada de esto tiene sentido... mi existencia es tan innecesaria... pero aun así... sigo aquí, a tu lado. Johan el destino nos unió.

-El destino.

-Sí, el destino. Algo me dice... algo me dice que si estoy a tu lado, podré dejar atrás este dolor.

Pude ver como una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios, no podía descifrar los sentimientos que se reflejaban en sus ojos.

¿O acaso sus ojos reflejan mis propias emociones?.

(...)

Como era de esperarse, Johan no se encontraba aquí. No lo veía desde aquella vez, han pasado más de dos semanas y no había rastro alguno de su existencia.

¿Fue mi imaginación? Era la principal pregunta que atormentaba mi dañada mente, solo tal vez... tal vez haya sido parte de mi imaginación, un anuncio de que próximamente perdería cualquier rastro de cordura que se aferraba a mi.

-Un café para la señorita.

-Sí.

Escuché una profunda voz a la cercanía, no preste la suficiente atención, mi mente se encontraba tan nublada.

-Café con canela, a tu madre le encantaba.

El nostálgico olor invadía mis fosas nasales, dibujando una pequeña sonrisa en mis labios tomo la taza entre mis temblorosas manos.

-Después de tantos años, sabría que te encontraría, te reconocería sin dudarlo.

Sintiendo un nudo en mi garganta dirijo mi mirada hacía aquella voz, topandome con un gran hombre de expresión tranquila.

-¿P-Papa?~

Sin poder dudarlo me lanzo sobre sus brazos, sin duda era el, la única persona que sabía eso de mi madre era yo.

"-Tu padre... no era mala persona"

Sin duda, es él.

-Toma.

Bajando la mirada veo que entre sus manos había un collar, tomándolo entre mis dedos no pude evitar dejar caer más lágrimas.

-¿M-Mama esta...?

-Lo siento tanto mi niña... ven, vamos a casa.

Caminando con pazos temblorosos dejo que el hombre mayor me guíe a donde quiera, mientras seguía llorando podía sentir sus suaves caricias sobre mis hombros.

-¿Cómo te llamas?

-Roberto.

(...).

¿En que momento mi vida cambió tanto? Todo esto parecía tan irreal. Después de la repentina aparición de mi padre todo a cambiado.

Roberto me llevó a vivir con él sin dudarlo, parecía no importarle mucho el echo de llevar a un desconocido a su hogar, aunque después de todo éramos padre e hija, no eramos extraños entre nosotros.

Todo ante mi dejo de ser tan gris, por alguna extraña razón todo era tan colorido que parecía irreal, como algún tipo de sueño.

-No quiero sentirme mal agradecida... pero es la verdad Johan, todo esto parece un sueño. No quiero hacerme falsas espectativas, tengo tanto miedo de arruinarlo todo.

Después de reunirme con mi padre, Johan volvió a mi vida, pero a diferencia de aquella vez se quedó a mi lado siendo mi mayor apoyo en esta situación tan confusa.

-¿Por qué temes a arruinarlo todo?

-Siempre lo hago... Johan, no tengo ningún talento, es como si mi sola existencia fuera nula. Es como si...

-Es como si llegaras a morir nadie notaría tu ausencia, como si nunca hubieras existido.

Ante las palabras de Johan simplemente asiento entre lágrimas mientras lo abrazaba con fuerza.

-¿Sabes? Yo notaría tu ausencia si llegaras a desaparecer.

Esas eran las palabras que necesitaba, lo único que deseaba escuchar. Levantando mi mirada me sumergí en la oscuridad de su mirada, dicha oscuridad tan profundas me arrastraba lentamente hacia lo que sería mi autodestrucción, pero eso no importaba, me daba completamente igual el hecho de terminar vuelta nada.

Sintiendo su suave tacto acariciar mi cabello sonrío dulcemente mientras posaba mi temblorosa mano sobre su fría mejilla, la suavidad de si piel hizo relegar cualquier musculo de mi cuerpo.

-Te amo Johan...

Viendo como dibujaba una sonrisa maliciosa de sus labios este se acerca ante mi para así depositar un suave beso contra mis labios.

Sintiendo como deslizaba su tibia lengua sobre mis labios simplemente los entre abro lentamente, no esperaba que mi primer beso fuera con Johan.

-Es mi...

-Tu primer beso, se nota que lo es.~

Ante esas burlonas palabras siento como desliza sus dedos entre los botones de mi camisa. Riendo suavemente quito mi camisa, dejando así toma mi parte inferior al descubierto.

Cuando las yemas de los dedos de Johan se deslizaron sobre sus pechos, la joven dejó salir un suave gemido.

Una sensación cálida y húmeda hizo que Luna chillara.

Johan estaba jugando con el pezón de Luna con su lengua, sus ojos fijos en los de la joven, burlándose de ella.

Después de darle una lamida ruidosa a la protuberancia rígida, se la metió en la boca y comenzó a chupar.

Era una sensación extraña, un poco cosquilleante. Luna cerró los ojos y respiró hondo, preparándose para ello.

Johan le dio al pezón de Luna una última y fuerte succión, luego lo soltó con un fuerte estallido y cambió al otro.

La estimulación estaba haciendo que Luna respirara entrecortadamente. Aún así, luchó desesperadamente por quedarse callada.

Johan lamió el otro pezón hasta que se puso rígido, luego deslizó su lengua desde el pecho de Luna hasta su estómago.

Se le puso la piel de gallina a lo largo de sus brazos. El aire se sentía aún más frío contra su piel húmeda.

En ese momento, Johan se detuvo y lo miró con una pequeña sonrisa.

Podía sentir el aliento caliente de Johan contra su piel. Con sus labios en el estómago de Luna, Johan bajo la única prenda que cubría su tembloroso cuerpo.

Luego deslizó sus dedos sobre la húmeda intimidad de la joven, provocando así que dejara salir un suave gemido.

Luna lo miró con lágrimas de placer.

Entonces Johan agarró las piernas de Luna, le dobló la rodilla y las abrió de lado a lado, dejando así expuesta su humeda entrada.

-¿Qué está...? Johan~

Luna trató de sentarse, pero era difícil moverse con Johan agarrando sus piernas.

Los ojos de Johan mantenían aquella tranquilidad tan característica de el, aunque con un destello ardiente con lujuria oscura mientras deslizaba todo el largo de su dedo medio en su boca.

Por alguna razón su corazón latió fuertemente ante tal acción, no sabía como reaccionar a esta situación.

La intrusión hizo gritar a Luna. Su cuerpo se puso rígido y apretó el dedo de Johan.

Era la primera vez que algo entraba allí, sin importar qué tan humeda estaba, aún dolía un poco.

-Es tan apretado...

Johan susurró, fascinado, mientras comenzaba a mover su dedo hacia adentro y hacia afuera contra las paredes de Luna.

La forma en como movía su dedo era tan dolorosa pero a la vez tan placentera, sin poder evitarlo dejaba salir fuertes gemidos tanto de dolor como de placer. Pero aquella sensación de incomodidad desapareció rápidamente, remplazandola por puro placer.

Antes de que Luna suplicara por más, Johan hundió la punta de su longitud en su entrada. Tenía los ojos abiertos, con una expresión completamente llena de gozo y la boca ligeramente abierta.

Se detuvo allí por un momento, luego comenzó a empujar. Un dolor sordo atravesó el cuerpo de Luna; casi se olvidó de respirar.

No podía ver. No podía oír. No podía pensar. El único sonido era el de su carne estirada hasta sus límites.

-Aaahh... aaaaahhh...!

-Estas demasiado apretada~.

Luna arqueó la espalda, desesperada por escapar del dolor. Johan lamió sus pechos mientras empujaba más profundo.

Johan había dejado de moverse, pero Luna aún podía sentir una intensa presión alojada en su interior, ahogando el dolor.

Luchando por controlar su respiración, Luna apretó los dientes, pero los gemidos y sollozos se abrieron paso de todos modos. Cerró los ojos con fuerza.

-Oh... estar dentro de ti... se siente bien... mi hermosa Luna~

Su longitud se obligó a atravesar las paredes sin experiencia de Luna.

El dolor fue abrumador. El sudor goteaba de su cuerpo mientras las luces rojas parpadeaban detrás de sus ojos. Pero aquel malestar poco a poco fue disminuyendo.

Las caderas de Johan chocaron con fuerza contra las de Luna. O estaba demasiado abrumado por la lujuria para reducir la velocidad, o no tenía intención de tomarse las cosas con calma para empezar.

- Hnn... aaahh... aaagghh...!

Luna grito entre una mezcla de placer y dolor. Johan estaba devastando su cuerpo desde adentro.

Y eso por alguna extraña razón la hizo sentir bien.

-Nn... Nngh....aah...AAHH...!

El cuerpo de Luna se sacudió con fuerza por los movimientos mientras la longitud de Johan entraba y salía. La habitación resonaba con respiración agitada y golpes en la piel.

-¿Te gusta?~

Johan susurró seductoramente, lamiendo su oreja mientras deslizaba sus dedos sobre su cuello.

-S-Si...

Cuando Johan comenzó apretar su cuello, una extraña sensación surgió en medio de la agonía.

-... Haa... aah...!

Se acumuló en sus caderas, un charco de calor que se endureció bajo los vigorosos golpes de Johan.

Una dulzura entumecedora se extendió por su cuerpo.

Mientras tanto, Johan continuó presionando, su expresión febril mientras cortaba la respiración de la joven.

Los sonidos hicieron que Luna deseara que esto nunca acabara.

- Aah... aah... haah... nngh...!

Su visión se nubló; su cuerpo sufrió un espasmo, llenando la hombría de Johan de sus fluidos al igual que apretaba aún más su miembro, se sentía aún más grande aún.

Allí, se quedó quieto, y Luna sintió a Johan latir contra sus paredes mientras disparaba su ardiente lujuria profundamente dentro.

-Haah... haah...

Sus hombros se agitaron mientras jadeaba por respirar.

Dedicándole a Luna una leve sonrisa acaricia su mejilla.

-Te... Te amo, Johan~

(...)

Escena muy tierna de Johan viendo las fotos de la protagonista.

-¿Quieres un té?

-No te preocupes Luna, estoy bien.

Sintiendo como mis mejillas se calentaban asentí lentamente mientras caminaba rápidamente hacia Johan, abrazando su cuerpo dejo salir un suspiro. La felicidad que invade mi cuerpo es indescriptible.

-Después de tanto tiempo... en serio estoy tan feliz, Johan~

Alzando mi mirada deposito un suave beso sobre su pálida mejilla, el rubio acaricia lentamente mi cabello mientras sonreía levemente.

-Quiero enseñarte algo...~

Tomando su mano le guío hacia mi habitación, haciendo que tome asiento sobre mi cama corrí hacia uno de los estantes de mi habitación, tomando entre mis manos aquel álbum camino lentamente hacia Johan.

-Tal vez este sea la posesión más sagrada que tengo... si llegara a morir me daría completamente igual, aquí quedaría inmortalizado mi persona, para toda la vida...

Sentándome a su lado dejo sobre sus piernas aquel álbum.

-Todo este tiempo... desde que regresaste a mi vida, siento como si algo me empujara a seguir adelante. Johan... me has devuelto los deseos de vivir.

Sintiendo como de mis mejillas caían tibias lágrimas dejo salir una pequeña risa, de seguro pensara que soy una pequeña niña llorona.

Sintiendo sus frías manos tomar mis mejillas hacerca mi rostro hacia el suyo.

Podía ver el mismísimo infierno en sus ojos.

-Luna... no sabes lo feliz que me hace escuchar tus palabras. Pero yo no hice nada, fuiste tú la que ha deseado seguir viviendo.

Sintiendo como depositaba un suave beso sobre mis párpados dejo salir otro sollozo.

-¿Deseas seguir viviendo aún sabiendo la crueldad del mundo?

-S-Si estás a mi lado para siempre...

-¿Para siempre?

-S-Si... hasta hace no mucho fue que empecé a comprender el verdadero significado... por eso, deseo que estés a mi lado para siempre.

Tomando el álbum de fotos entre mis temblorosas manos lo acerco hacia el aun más.

-M-Mira... observa mis recuerdos...

Viendo como este lo tomaba entre sus manos, se dispone a ver página por página todos mis recuerdos...

-¿R-Recuerdas esa foto Johan...? ~

Dirijo mi tembloroso dedo hacia aquella fotos de los dos. Viendo como Johan dibujaba una pequeña sonrisa en sus labios asiente lentamente.

-Nunca podría olvidar esta foto, ¿me permites conservarla?

-Sí.

Sintiendo como Johan tomaba nuevamente mis mejillas deposita un profundo beso sobre mis labios.

El beso de Judas.

Abrazando su cuerpo permito que tumbe mi cuerpo sobre la cama.

Todo esto parece un sueño.

(...)

-Muchas gracias padre, es un vestido hermoso~. ¿Crees que me quede?

Abrazo con fuerza a mi padre ante tal repentino regalo, Roberto era una persona extremadamente detallista a la hora de entregar regalos, pero era la primera vez que me regalaba un vestido ¿Acaso saldríamos a comer? ¿Sería un lugar tan costoso que ameritaba que tuviera buena presencia? Era tan extraño... además el vestido se me hacia tan familiar.

-Esta hecho a tu medida, soy tu padre por su puesto que conozco cada parte de tu cuerpo.

Extraño, sonaba tan extraño... ¿por qué desconfiaba de algo tan absurdo? Tal vez se deba a que era extraño que una persona que apenas llevo conociendo meses sepa mis medidas exactas... supongo que es normal, es mi padre... eso creo.

-¿Por qué un vestido? No pienses que no me gusta, me encanta de hecho. ¿Pero por qué...?

-Me encanta verte con las joyas que te regalo, pero verte con un vestido que escogí especialmente para ti.

Su tono de voz nunca cambiaba, relajado. Sin importar que estuviera sucediendo su voz siempre sonaba igual de monótona, como si fuera algún tipo de marioneta... sintiendo como depositaba un suave beso sobre mi cuello la sensación de incómodidad invade mi cuerpo, es normal que los padres sean afectivos, el lo es conmigo pero esto se sintió tan extraño... como si algo malo fuera a pasar.

-Luna... me siento tan arrepentido de abandonar a tu madre. Veamos el álbum de fotos, quiero recordarla.

-P-Padre...

Sintiendo como se acumulaban las lágrimas en mis ojos abrazo con aún más fuerza su cuerpo. Tomando su mano camino hacia mi habitación, al entrar dejo el hermoso vestido sobre la cama mientras buscaba en uno de los estantes aquel álbum, al tenerlo en manos camino hacia Roberto.

-Mi infancia no fue fácil, dure tantos años odiadome... realmente sentí que arruine la vida de Mamá, pero gracia a ti y a Johan siento que mi vida esta mejorando que estoy cambiando.

-Mi niña, ven.

Dejando salir varias lágrimas, Roberto me guía hacia su regazo mientras posaba aquel álbum abierto sobre mis piernas.

-Gracias a Johan... siento que estas fotos son hermosos recuerdos...

Pasando delicadamente las páginas sonrío ante cada fotografía, eran muy pocas, lo sabía. En su mayoría eran fotografías de mi madre en su juventud, fotos de mi cuando tenía cinco años...

-Me dijiste que tenías una foto muy especial aquí...

-Sí~, aunque me da tan vergüenza tenerla acá.

-¿Por qué?

-Ah... es una foto de mi pequeña, estando junto a Johan. Es la foto más especial que tengo.

Sintiendo como los brazos de mi padre envolvían mi cuerpo con un poco de fuerza, siento su respiración estaba sobre mi cuello río ante las cosquillas.

-Me puedes decir donde esta?

-No~, es tan vergonzoso... es mi gran secreto.

Sintiendo un fuerte golpe estallar contra mi cuerpo, me doy cuenta que estoy en el suelo. Viendo desde abajo con bastantes a Roberto, trato de levantarme pero siento como patea con fuerza mi cuerpo.

-¿Donde esta la maldita foto?

-J-Johan... Johan la tiene...

-¿Qué? Maldición... el no me dijo nada.

¿Qué no le dijo nada? ¿Qué significa todo esto?

-Johan me dijo que podía hacer lo que quisiera contigo. En serio eres linda y no eres una perra molesta.

Mi mente esta completamente nublados mientras sentía como Roberto me tomaba por el cabello y me forzaba acostarme sobre la cama, trate de alejarlo pero otro fuerte golpe hizo que mi cuerpo simplemente se quedara paralizado ante el dolor.

-No hagas las cosas más difíciles. Sabes, realmente no soy tu padre, espero que eso te tranquilice un poco.

¿Qué?... ¿me metí en la casa de un desconocido que fingía ser mi padre? Esto tiene que ser una maldita broma.

Las ganas de vomitar aparecieron al sentir como lamía y mordisqueaba mis muslo, trate de pegarle una patada pero fue imposible.

-No hagas que lo haga por las malas.

Un fuerte golpe estalló contra mis mejillas, para así sentir como me besaba con fuerza.

Esto tiene que ser una pesadilla...

(...)

Cuando Luna se despertó, estaba sola, tumbada boca abajo en la cama. Su padre no estaba a la vista.

Empezó a levantarse, pero el dolor la detuvo en seco. Estaba por todas partes, crudo y palpitante, el signo de un cuerpo maltratado.

-I-Igh...

Ante el duro golpe de la realidad no pudo evitar dejar salir un agudo sollozo, no fue un desagradable sueño, realmente su padre... no, un hombre desconocido la había violado.

-A-Ah...

No deseaba moverse, pero el miedo de que este volviera le asustaba. No sabía que hacer ante esta complicada situación.

-M-Maldicion...

Maldijo en voz baja para así cerrar los ojos nuevamente, no había nada que pudiera hacer al respecto, más que simplemente escapar o quedarse en cama.

No podía caminar, además que toda su voluntad se desvaneció aquella noche.

El ardor y el dolor se concentraban en su intimidad, al bajar la mirada pudo notar las sábanas cubiertas de sangre, demasiada sangre para su gusto.

Pero no podía hacer nada, deslizando sus temblorosos dedos hacia aquel líquido viscoso que salía de su intimidad simplemente jadeo.

Recuerdos de la noche anterior la atormentaban y le hacían pensar más de lo habitual.

"-Johan me dijo que podía hacer lo que quisiera contigo"

No... Johan no podría estar involucrado en algo tan cruel como esto.

(...)

Luna vagó por el límite entre los sueños y la realidad.

La línea entre ellos era un miserable borrón. Se levantó y se hundió, una y otra vez, incapaz de distinguir el uno del otro.

Cada vez que se despertaba, se sentía como si lo hubieran sacado de un pantano fangoso. Todo lo que quería era dormir, pero su cerebro se negaba a dejarla.

Luna estaba acurrucada en su cama. Había perdido todo sentido del tiempo.

Lentamente se incorporó hasta quedar sentada, usando ambos brazos como apoyo.

Estaba en una condición terrible, tanto física como mentalmente, pero después de todo este tiempo acostada, pensó que tenía la energía para levantarse de la cama, al menos.

Bajó las piernas al suelo y miró alrededor de la habitación.

Aquél hombre desconocido no volvió después de aquel encuentro, aunque el miedo aún le atormentaba. Después de todo, era la casa de Roberto.

Había olvidado cuanto tiempo había sucedido.

Cuando se levantó de la cama, sus piernas cedieron. Dejándose caer contra el frío suelo dejó salir un suave sollozo.

Algo atrapado en su pecho. Le dolía el corazón.

Como un rastro persistente de su sueño olvidado, despertó sus emociones, tristeza y miedo.

Sabía que ese hombre en cualquier momento volvería, pero no sabía cuándo.

Y ni mucho menos el por qué no había abandonado esa casa. Tal vez una parte de ella anhelaba que Johan viniera a rescatarla.

(...)

Escucho como la puerta se abría, abriendo lentamente los ojos se topo con Johan. ¿Será otro sueño? Dejando caer más lágrimas de sus ojos cubre su rostro con las mantas.

-¿Luna?

-N-No me mires... d-doy tanto asco...

Me abrazo a mi misma mientras dejaba salir más sollozos, no deseaba que Johan me viera de esta forma, tan usada... tan miserable.

-Así es, estas al borde del colapso.

-J-Johan...doy tanto asco... estoy sucia... e-el me...

-Lo se.

Sintiendo como un lado de la se hundía a mi lado contengo un grito. Mi mente está a punto de estallar, Johan fue... J-Johan...

-Sientes que no tienes valor como persona, después de todo fuiste usada como un juguete. Y es la verdad, nunca tuviste valor alguno.

Viendo como retiraba de mi cuerpo las mantas, desliza sus manos sobre mi cuerpo golpeado.

-La vida no tiene sentido, no tienes ningún propósito.

-E-Estoy completamente sola... ¿N-No es así?

Siento como si Johan fuera a desaparecer en cualquier momento, tomando con fuerza una de sus manos dejo salir un fuerte sollozo.

-P-Por favor... permiteme estar para siempre contigo...

Dibuja una pequeña sonrisa en sus labios mientras busca algo en su chaleco.

-Ten. De esta forma estaremos juntos para siempre, a esto te referías cuando me dijiste que querías estar para siempre conmigo ¿no es así?

Tomando sus mano lentamente dirijo el arma hasta mi frente mientras sonreía.

-Johan... T-Te amo tanto... ¿Estaremos para siempre?

-El para siempre no existe...

Tienes razón.

De un momento a otro perdí cualquier rastro de consciencia, y así una sensación de verdadera pasa inunda mi ser. Johan me ayudó a conseguir esta paz tan anhelada.


(...)

Espero que les haya gustado este one shot sobre Johan, amo mucho Monster y no pude evitar hacer un one shot así.

Próximamente publicaré uno sobre James de Silent hill 2, espero con ansias la funa. Gracias por leer uwu

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top