✔️14.- Total sinceridad




Alena se quedó en silencio, en espera de las próximas palabras que pronunciaría su acompañante.

Una de las cosas que más valoraba en una persona y en la vida misma era la sinceridad, para ella no había cabida para las mentiras u ocultamientos, no existía razón alguna que justificara el decir una mentira, estas solo causaban dolor y al fin y al cabo siempre salían a la luz, como pudo ratificar meses atrás. Por lo que agradecía mucho que Piero quisiera sincerarse con ella desde el principio para así evitarse problemas futuros. Claro si es que había un futuro.

El chico se reacomodo los anteojos, subiéndolos hasta colocarlos en el puente de su nariz para por fin poder emitir alguna palabra.

—Has estado recibiendo algunos mensajes desde hace algunos meses solo con unas iniciales al final ¿no es así?

Alena agrando sus ojos para después asentir. ¿cómo era posible que ese chico de gafas rojas lo supiera?

— Yo soy la persona que los envía.

Esas últimas palabras terminaron por elevar sus niveles de sorpresa y confusión al máximo ¿En realidad era él? ¿Se habían conocido anteriormente y ella no lo recordaba? ¿Cómo se enteró acerca de lo de su ex?  ¿Y los poemas?

Esas y otros cientos de preguntas rondaban por su cabeza. Preguntas a las cuales pronto tendría respuesta.

—Explícate, por favor —Ale soltó un suspiro— que no entiendo nada.

Piero asintió, entendiendo perfectamente su confusión.

—Te lo contaré todo, solo te pediré que escuches atentamente y no me interrumpas. Al final si aún te quedan dudas, las responderé con gusto.

—Habla ya —Ale habló con voz firme.

Apenas Piero soltó la primera palabra se mantuvo en completo silencio como había prometido hacerlo.

—Como te dije mi padre me pide ayuda constantemente con sus negocios, esta vez era con unos inversores rusos por lo que tuve que viajar hasta acá. La primera vez que vine fue hace ocho meses.  Ahí conocí a tu prometido. Un día estaba en una junta y como ese día llegamos a un acuerdo todos decidimos ir a celebrar a un bar que estaba dentro de un hotel. Conforme pasaba la noche todos terminaron muy borrachos, yo solo había tomado un par de tragos ya que debía regresar al día siguiente a Italia. Dieron las 3 de la mañana y decidí irme. Antes quería ir al baño por lo que le pedí a la recepcionista que me dejara usar un baño sin pagar habitación y ella me dejó usar el de empleados que estaba al final de un pasillo muy largo.

Al caminar por ahí escuché ruidos extraños en una de las habitaciones por lo que decidí ir a ver qué pasaba y encontré a tu prometido....

—Ex prometido —Alena recalcó esas dos palabras.

Piero la vio mal por haberlo interrumpido, pero después prosiguió con el relato.

—Bueno ex prometido teniendo sexo con una mujer, en ese momento no sabía quién era el así que no le tome importancia y luego me fui de ahí.

Un par de meses después regrese para firmar el contrato. Una semana antes de irme decidí salir a explorar y termine en un parque en donde te vi por primera vez, tampoco le tome demasiada importancia. Luego al día siguiente mientras leía el periódico apareció la noticia de tu compromiso y ahí vi su foto junto con la tuya nuevamente y recordé todo lo que había pasado.

La verdad me enoje demasiado, no me parecía correcto lo que hacía. Engañarte y todavía querer casarse contigo, por lo que preparé un plan, bueno en realidad al final no fue un plan, sino una coincidencia, resulta que entre al mismo hotel y los volví a ver, esta vez entrando a la habitación juntos, así que solo con solo buscar tu nombre en internet apareció tu teléfono celular también así que te envié ese mensaje.

Después de eso los otros mensajes fueron solo por impulso, solo quería que te sintieras mejor por la traición de tu ex, no esperaba ninguna respuesta, pero desde que respondiste se convirtió en algo habitual, lo hacía casi diario.

Luego pasó lo de mi accidente, por cierto, gracias por ayudarme ese día. Creo que el golpe fue demasiado fuerte porque cuando te vi no te reconocí, luego cuando estaba en el hospital recibí tu nota, pero no fue hasta que me dieron de alta y luego de que el efecto de los medicamentos pasara que pude recordar todo claramente.  Decidí llamarte y aquí estamos ahora.

Luego de una confesión de tal calibre la estancia se sumió en un silencio total, a tal punto que podría escucharse un alfiler caer al piso.

La mente de la castaña trabajaba a mil por hora, tratando de procesar toda la información que había obtenido.

Transcurridos 10 minutos de silencio, Piero decidió hablar.

—Vamos Ale, te llevare a tu casa.

La ojiazul apenas asintió en un movimiento casi imperceptible, después de pagar la cuenta, el cómo todo un caballero le retiró la silla y caminaron uno junto al otro hasta el auto, donde otra vez le abrió la puerta.

El trayecto se hizo en completo silencio, a excepción del suave murmullo de la radio y las indicaciones de Ale hasta su casa, el auto se detuvo después de media hora.

Se hizo nuevamente el silencio, solo opacado por la respiración de ambos. Piero rodeó el auto para abrir la puerta de la castaña, espero a que saliera para cerrar nuevamente.

Ale avanzó algunos pasos antes de que Piero la tomara por el codo para detener su marcha. Lo que provocó que la ojiazul girara bruscamente y sus ojos se encontraran.

Barone se tomó un respiro antes de pronunciar palabra alguna.

—Vuelvo a Italia el jueves, todo depende de ti, es tu decisión si esto —refiriéndose a su "relación"—  continúa o termina aquí, pero quiero que sepas que he disfrutado demasiado todo lo que he pasado contigo desde que comenzó a pesar de todo.

La respiración de Alena se detuvo por un segundo, las palabras quedaron atascadas en su garganta imposibilitándole hablar.

Dio un paso al frente, acortando la distancia entre los dos, alzó la mano para dedicarle a Piero una suave caricia con la yema de los dedos, al tiempo que el cerraba los ojos absorbiendo el contacto.

—Buenas noches, señor Barone

—Buenas noches, señorita Ivanova

Alena reanudó sus pasos, con el sonido de sus zapatos de tacón resonando contra el asfalto hasta perderse en la oscuridad, dejándolos a ambos con las pulsaciones aceleradas.



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