Game of kingdoms (+18)

I: GRAY

La noche del juicio se presentaba, Gray fullbuster debia actuar con cautela o seria su última noche, había pasado por una mal rato mientras era inculpado por un crimen que no cometió,  "traicion a la corona" era culpado de vender informacion a espías del reino enemigo. Ishgar era un reino en crecimiento al nor oeste del continente. con una poblacion habilidosa para la herreria y donde habitan los mayores tramposos de apuestas, una ciudad repleta de estafas y bares llenos de exuberantes mujeres desfilando desnudas mientras eran halagadas por gordos con bolsillos aún más gordos por dinero. Y Gray sabía de antemano que su historial de vida no seria conveniente esta noche, pues había nacido en aquél reino enemigo y muy pocos lo sabían,  por suerte ninguno de ellos estuvo allí esa noche.
Una mujer morena con armadura emitía un juicio en contra del pelinegro desgraciado.
- Lord Fullbuster ¿tiene algo que decir en su favor? es su cabeza la que esta en juego esta noche-dijo abalanzando un cuchillo sobre la punta de su dedo- ¿sabe lo que significa que la casa fullbuster pierda a su único heredero?
- Sé muy bien lo que significa - reclamó- y no pretendo dejar en manos de los Dragneel mi casa y mucho menos mi gente. - jaló en vano las ataduras de sus manos y pies. Eran pesadas y sólidas como el hierro, pero alineados con metales aún más pesados. - esta es una equivocación, no tienen pruebas de que yo sea un espía, mi lealtad está con la corona. No con esa escoria de gente.
- Oh por supuesto que tenemos pruebas, y más que suficientes - respondió alguien en el fondo, mientras mas se acercaba más se notaba su figura, un hombre de mediana edad con sonrisa malevola y elegante traje de ceda. Cabello rubio canoso y ojos verdes.
- ¡Tú! - reconoció con ira aquél hombre -debí sospechar que esto era obra tuya, Merion eres un maldito degenerado.
-yo cuidaría mi lenguaje si fuera usted, Lord Fullbuster.No hay necesidad de redordar quién esta encadenado. ¿ o si..?
La encarcelera replicó
-Sir Merion,  no es asunto de usted el que Lord Fullbuster este encerrado. Le pido que se retire de la sala.
- Por supuesto madame, solo venia a recordarle a mi querido amigo que si su cabeza rodaba por la horca ... yo seré el que se encargará de tratar bien a su querida esposa, y darle un buen trato todas las noches. Como ella merece. - se retiró burlándose discretamente.
Gray estaba euforico, las cadenas rechinaban del movimiento que emitió. Cada vez deseaba tener mas fuerza sólo para soltarse y acabar con aquel desgraciado y vil comerciante. Era una víbora aquél Merion,  un mercader que comercia con esclavos y joyas, pero tuvo un interés sospechoso en la esposa de Gray, del cual inmediatamente fue desterrado del reino costero de la casa Fullbuster por tratar de espiar a escondidas y robar prendas de su amada. Debia tener un buen castigo digno de todo pervertido, sin embargo al tener protección de la corona por ser un importante comerciante no se podia hacer más que pedir su desalojo asi sea por la fuerza. Pronto pagaría por sus fechorías,  Gray se encargaría de aquello por sus propias manos.

II: NATSU

Suroeste de fiore, capital de fireland, una mujer rubia confrontaba a su esposo sentado en una sala llena de varios lords y personas aliadas.

-Hasta ahora no hemos hecho nada, en unas horas podría morir si no actuamos Natsu. - replicó la mujer rubia vestida de negro con una cinta que ataba su cabello. Su voz de preocupada simulaba que le importaba mucho la vida de aquél hombre.

- ¿Tanto te importa ese bastardo? Sólo es un traidor, y trato de quitarte de mi lado.

- El único que ha tratado de quitarse eres tú Natsu.  Deja el pasado atrás de una maldita vez, él no me hizo nada. Y tú eres el que podría sacarlo de allí.

- Y por eso debería morir, no es mas que otro vil traidor.

Aquella mujer le dio una bofetada que retumbo en toda la sala. En seguida los demás cesaron de hablar de Gray y volvieron la mirada hacia Natsu quien estaba atónito de lo ocurrido. Vio como Lucy desprendia lágrimas de los ojos, sin embargo eso lo hacía enojar aún más. Lucy, estaba saliendo de la habitación mientras todos evitaban verla para no crear un ambiente incómodo en aquél sitio.

-Mi Lord...  - dijo el consejero Happy- La decisión que tome ahora es importante, si Gray muere no solo tendrá mas problemas administrando unas 5 aldeas que conforman su reino, si no, que ahora serán 10 con el pequeño reino de Snowland.-dijo Happy.
Pequeño en comparación al de Fireland de Natsu pero con unos puertos y gente que solo podría hacerse cargo Gray, además el clima no era del agrado de Natsu, quien estaba satisfecho con el clima calido de su reino.

- Natsu, hemos llegado a un acuerdo- Erza la caballero real de fireland se volteó a ver a los demás- Sí salvara a Lord Gray, Snowland volverá a tener tratos con vuestro reino. Podremos volver a recibir mas comerciantes y llegaria la prosperidad y abundante comida que tanto anhelamos desde hace tiempo. Por lo tanto sería conveniente que actúe sabiamente, si el rey imperial se entera por usted que Gray es inocente lo soltará sin pensarlo dos veces.
Un hombre de cabello oscuro y largo se acercó a decir unas palabras.

- Juvia cree que ha caido en una trampa por culpa de Merion-comentó Gajeel del reino de Metaland famosos por su herreros y conocimientos sobre cualquier tema en general- Natsu debes pensar en como aquél infeliz estaba acosandola desde que llegó y probablemente tenga algo que ver con lo que está pasando con la vida de Gray. Acaso no sois amigos desde hace años.  ¿Donde quedo esa amistad? - exclamó en descontento

-Opino lo mismo- afirmó Lily consejero de Gajeel de robusto cuerpo y piel morena- Es hora de actuar mi Lord. Por los viejos tiempos.

Natsu solo callaba sin pensar mucho, odiaba hacerlo, prefería las guerras de conquista, aquellas tareas de analizar y razonar se las dejaba a Lucy quien ahora estaba molesta por su actitud. Sin embargo sus aliados más fieles le aconsejaban lo mismo. Tenía que dejar aquél resentimiento de lado y pensar sabiamente.

- Happy trae mi pluma favorita y el papiro más resistente que tengamos.

Todos tuvieron una expresion de felicidad,  salvo Natsu que solo hacia una mueca con su boca.

III: GRAY

Ya se hacia la hora del juicio, frente a la corte del rey de fiore, y a su amada, Gray estaba encadenado tratando de compadecerse de su ella por verlo en ese estado tan deplorable y humillante, sin embargo era ella la que mas temía por la vida de él y por la descendencia que aún no tenían. Gray era un hombre tan ocupado que no dedicaba mucho tiempo a complacer a su esposa, ni siquiera el día de su boda la desposó como debía. Sólo se fue dejando una nota la cual decía que tenía asuntos que resolver, una carta muy sospechosa que sin duda dejo marcada a Juvia, pero esa noche no se comparaba con la que estaba presenciando. Si no salía vivo de esta, pues no habría mas oportunidad de saber como era su esposo en la cama.

- Lord Gray de la Casa Fullbuster, se le acusa de cómplice y espía de Ishgar,  además de traidor a la corona y vender información a cambio de esclavas y joyas. Tiene algo que decir. - preguntó el rey desde su trono a unos metros de Gray.

- Mi lord... mi lealtad está con usted. El único traidor aquí se sienta en aquél lugar. - señaló a Merion con la mirada- me incriminó sólo por haber sido desterrado luego de acosar a mi esposa. Acaso no es injusto que deba ser tratado así.

- blasfemas en contra del mejor comerciante del reino. - respondió Merion- es obvio que eres un traidor, hasta tengo pruebas.

- Muestre sus pruebas y yo le mostrare las mías - replicó Gray

- Fred trae las esclavas.

Un hombre con la cabeza cubierta trajo a 3 mujeres  semidesnudas que estaban atadas y asustadas, además de estar llenas de cicatrices por varias partes del cuerpo.

-¡Hablen! - exclamó Merion
Enseguida la mas alta de cabello enrulado claro, empezo a hablar por las otras dos que la acompañan.

-nos-nosotras fuimos unas de las esclavas del Lord Gray. El nos nos... abusó una noche y estuvimos allí mi-entras vendía informacion a unos hombres con marcas en su cuerpo. Eran muy temibles - confesó una con voz muy temblorosa.

-¡Es mentira! - gritó furioso- nunca hice tal... - fue callado por un guardia que lo azoto con un baston grueso de madera.

-¡agh! Gritó de dolor.

Juvia veía la escena con dolor y angustia. Debia defenderlo a cualquier costo, no podría vivir sin él a su lado. Era la persona que mas amaba en la vida y estaba allí por su culpa.

- Mi rey, no le haga mas daño a mi amado os suplico que pare no puedo verlo en ese estado.

- Que cierre los ojos entonces - comentó uno de los lords presentes en tono burlón

-Lady Juvia, puede confirmarnos que el lord al que le es fiel e inocente y no es un traidor a la corona.

- Mi señor rey, sólo es cuestión de que usted mismo lo vea con sus ojos, el reino de Snowland es prospeŕo y con buenos clientes comerciantes de las islas del oeste y del norte que pasan cerca del puerto para abastecerse.

- Veo que eres una lady que hace sus trabajos, me jmpresiona tu carácter y el querer defender tanto a tu esposo. Sin embargo que tienes que decir al respecto ¿te es fiel y su amor es tuyo o sospechas que hay otras usurpando la cama donde duermes?

Juvia se quedó en silencio por unos segundos, los suficientes como para que el resto de lords en la sala se quedaran pensativos. ¿Acaso ella sospechaba de infidelidad? O... ¿no le complacía su propio esposo en la cama?  Un sin fin de preguntas en aquella sala y Gray se lamentaba todas las veces que se escapó o evadió las oportunidades de desposarla. En parte por miedo a... ¿lastimarla? Posiblemente. Allí él la miraba con decepción, pero de si mismo por no haber sido un buen amante, desde luego si salía de esta con vida podría jurarse a si mismo tratarla con más cariño y como toda mujer de su calibre merece ser tratada.

-Mi rey, tengo una petición,  si mi cabeza rodase esta noche. No deje que aquel malnacido de Merion se acerque a ella.

-¿Entonces admite que lo que dicen en su contra es cierto?
-Nunca afirmare tal barbaridad que jamás he cometido ni pienso cometer.

Merion habló o gritó mejor dicho.
-¡Esto se esta volviendo muy aburrido, matenlo de una vez, es un traidor y merece que le corten la cabeza!
-No porfavor... - suspiró Juvia indignada.
El rey muy pensativo desde su trono no podia dejar de pensar, habia conocido al lord desde hacia tiempo, antes de que su padre falleciese y le dejase el reino a su hijo. El único que tenía. Que muriese significaba que el reino estaría en manos de Lady Juvia, quien no duraría mucho por ser vulnerable. En todo caso el reino mas cercano y  fronterizo, Fireland se extenderia mas hacía el norte. Estaría seguro que Lord Natsu le convenía una extension a su reino. O en todo caso tendría que aceptar la oferta de Merion de comprar aquella costa. Y como el lord de Fireland no había mandado señal de interés en Lord Gray, se hacia tarde ya que la justicia estaba inclinando el hacha en contra de la cabeza de Gray.
- Lamentablemente debo tomar la decision sangrienta. - se levantó del trono acercándose a Gray quien arrodillado se mostraba miserable- Lord Gray fullbuster queda condenado a la horca. Pueden llevarselo.
Los guardias fueron arrastrando a Gray mientras oían los gritos de Juvia pidiendo que lo liberasen. La sala estaba estupefacta y callada pero Merion sonreía de felicidad, se había salido otra vez con la suya, y quién sabe cuantas veces más podía hacer lo mismo. Decapitar lords y quedarse con sus viudas parecía una tarea divertida. Si no fuese porque esa noche casi al instante de darse la orden. Llegó un emisario con una carta que estaba sellada con la insignia del dragón de fuego. Por supuesto el rey cesó toda actividad al instante. Mientras Merion borraba su sonrisa macabra dibujando una severa preocupación y obstinación 《¡¿Ahora que mierda acaba de pasar?!》 Se dijo a si mismo.
El emisario con un sombrero llamativo color rojo y una túnica roja y negra que decian mucho que hablar al respecto, además de escamas grabadas a los laterales y el gran símbolo de la casa Dragneel, un dragón desprendiendo fuego por su boca rodeado por un círculo negro.
-Espero...haber ...huh ..llegado a... hah... tiempo... - jadeaba de cansancio aquél chico joven de ojos castaños y cabello naranja.
- Veo que tienes una carta de la casa a la que perteneces, permiteme leerla.
El emisario la entregó en sus manos mientras todos en la sala real veían incrédulos la cara de asombro del rey imperial. Era una expresión exagerada para un hombre de mediana edad y con tanto poder y respeto de sus súbditos.
-Guardias, desaten a Lord Fullbuster, se retiran sus cargos por completo.  - hubo un sonido de asombro al unísono en la sala- llevense a Merion a la sala de tortura. Yo mismo me encargaré de él.  Por ahora, escolten al lord y lady Fulbuster a su reino.
Juvia tenia una expresion de alegria y a la vez lloraba por consolación. La cual obtuvo satisfactoriamente al momento que Gray decidió correr y abrazarla.
-Esta bien - dijo con voz temblorosa mientras abrazaba a la peliazul sollozando en lágrimas.  Mientras los guardias se llevaban al vil mercader a su celda, donde debia estar.

IV: Regreso a Rainland

Parecía un día tranquilo, con nubes de lluvia asomándose por el horizonte,  los dias lluviosos eran la cotidianidad de aquel reino costero, sin embargo ese día era mas inquietante que nada. Los súbditos,  aldeanos, navegantes, y todo aquel que pertenecía a ese reino celebraba la llegada de lord y lady Fulbuster de kingslanding, donde el rey imperial ejercia su cargo.  Gray se asomaba por la cubierta del barco, no habia dormido bien y menos con Juvia a su lado, estaba entre emocionada y melancólica por lo sucedido la noche anterior. Algo asi como su habitual yo pero más encariñada. Gray se permitió esta vez ser meloso con ella. Sin duda se lo merecía despues de tal acto en la sala del rey. Ahora ella se aferraba a él con mas fuerza que un elefante tratando de derribar una puerta de castillo. Bien no tan exagerada pero si lo suficiente como para dejarle marca en el brazo a Gray.

- Por fin, estamos en casa - suspiró Gray

- Pensé que... que no iba a regresar conmigo. Soy una mala esposa por pensar tan pesimista. Por eso ti amor se lo entregas a otras y no a mi ¿cierto? - se desprendio por fin de su brazo pero con los ojos llorosos y la voz temblorosa, Gray sabía por donde venía aquella conversación ya era la 3era vez que utilizaba ese papel para obtener lo que quisiese.

- No pienses que no te amo. Porque en ti es donde reside mi mayor fortaleza y mi mayor debilidad. - Gray tomando su mano la acercó hasta su pecho y le dijo unas palabras que alegrarian por fin a Juvia.
- Sé lo que quieres, y lamento no habertelo dado antes, sólo que ya sabes...
- Cosas de hombres - suspiró ella riendo y gimoteando a la vez.
- Si... eso creo.
- Promete que no ha estado con ninguna otra chica que no sea Juvia..
-Eso es algo imposible de prometer, pero si te refieres a la cama, entonces no, no ha habido ninguna mujer eso te lo aseguro. Además - hizo una pausa de preocupación- tengo un secreto que descubriras por ti misma esta noche.
- No me importa el tamaño mi Lord. Solo el deseo de estar contigo y no cumplirlo es una tortura para mi.
Gray casi se cae por la borda al escuchar aquellas palabras.
- Te aseguro también que no es lo que parece. Por su puesto te explicaré todo a su debido momento...
Un tripulante se acercó a interrumpir, negándose a si mismo haber escuchado una charla sobre tamaños e infidelidades, era mejor pasarlo por un malentendido muy superficial.
- Mi señor,  hemos llegado por favor los demás estarán desembarcando sus cosas por usted, tampoco hay mucho que desembarcar pero lo importante es que llegó en una sola pieza.
- ehm gracias... ?
- Jorel Colten mi señor. 
- Señor Colten avise a los demás que estan invitados a un banquete esta noche, y por supuesto podran disfrutar de nuestra comida y burdeles.
- Siento mucho rechazar su oferta, muy generosa por cierto. Pero el rey ha dicho que volviesemos inmediatamente por otra tarea que nos tiene.
- De acuerdo, al menos llevense un poco de vino, no les caerá mal en el camino.
- Muchas gracias mi señor. 

Los aldeanos los recibieron con una estupenda porra de bienvenida 《Salve el Lord Fullbuster y Lady Fullbuster》《¡Aye sir!》 Se escuchó entre la gente, el consejero y mano de Natsu estaba entre aquella masa de leales a la casa Fullbuster. Para su sorpresa no estaba sólo,  estaba acompañado por el Lord Natsu, Lady Lucy, Lord Gajeel y Lady levy de la casa Redfox. Acompañados por la caballero Titania  y el az de guerra y mano de gajeel Panther Lily, tan ágil como una pantera. Ellos esperaban por la llegada de Gray y Juvia. Al verlos bajar Natsu esbozó una sonrisa de satisfacción,  del tipo de sonrisa que pones cuando sabes que te deben la vida. En cambio Lucy soltaba unas cuantas lágrimas de felicidad al verlos regresar. Y los Redfox tan estoicos como siempre se limitaron a saludar con el brazo medio alzado. Gray seguia siendo sostenido de un brazo por Juvia para evitar que cayese o tropezara torpemente en su llegada.  Por tanto solo bajaban la rampa hasta que se acercaron los otros lords a asistirle de inmediato.

- Veo que aún conservas tu cabeza - comentó Natsu
-Veo que aún quieres que la conserve - repuso Gray.
Ambos se miraron fijamente y tensaron un poco el ambiente, hasta que finalmente rieron y los demas lanzaron un suspiro de despreocupacion.
- Tenían que ser hombres, idiotas - susurro Lucy detras de Natsu.
- Espero que me des un gran banquete hoy Gray lo merezco despues de todo.
- No puedo negarlo dare un manjar con los mejores platillos u postres. - afirmó estrechando su brazo. Parece que por fin se habían reconciliado.
- ¡¿Habrá pastel de fresa?! - Preguntó Erza
-Por supuesto que lo habrá son mis favoritos también- respondió Juvia.
-Mejor hablemos desde mi castillo, estou muy exhausto y quiero un descanso.
Todos estuvieron de acuerdo con aquello que dijo Gray, en seguida se retiraron en carruajes atados a caballo mientras Gray observaba como aquel barco zarpaba. Esperaba que al menos se hubiesen llevado el vino que les propuso.

V: El banquete real

Estaban todos los lords reunidos en la mesa principal de la gran sala, los cocineros,  y la servidumbre trabajaban como máquinas sin césar,  aunque ellos no supiesen que significaba ser una maquina todavía. Actuaban velozmente, motivados por ver a su rey de vuelta. "UN BRINDIS POR EL REGRESO DEL REY" exclamó uno de los súbditos mas viejos del reino. Quien se ejercia como un navegante desde su juventud, los demás brindaron y los reyes reunidos en el banquete sonreían satisfechos con aquél día, aquél banquete y aquél regreso amistoso con el reino de fireland. Desde que se supo de los rumores de Lady Lucy y Lord Gray las conexiones han estado muy tensas y limitadas, fireland ademas de ser conocida por su clima caluroso, se caracterizaba por las criaturas marinas que hundian barcos e impedian sostener puertos en aquella costa suroeste. Era una bendición que la amistad se viera reforzada, las noticias empezaron a circular por todos los reinos, Mercader traidor es ejecutado junto a varios espías,  Rey de Fireland interviene por la cabeza del Rey de Snowland. Amistad se vuelve a unir. Prosperidad en ambos reinos...
Eran buenas noticias para todos.
- Sólo por curiosidad, que escribiste en aquella carta que enviaste al rey imperial Natsu.
- No recuerdo bien Lucy, pero creo que puse algo asi como " oye tú, suelta al idiota de Gray y ejecuta a Merion o enviaré a mis dragones"
- En serio que elocuente eres con tus palabras. - dijo lucy decepcionada y asombrada de lo que redactó.
- No es mi culpa que no hayas estado allí para redactar mejor. Además sabes muy bien que mis dragones son temidos en todo el reino.
Natsu había vencido a unas fuerzas de 20 mil hombres enemigos con 3 de sus dragones, se dice que aun tiene otros 8 pero nadie los ha visto. Por eso el rey teme de la fuerza de Natsu, sólo que este no se hace cargo del propio imperio por si mismo porque no quiere, es mucha responsabilidad inútil,  prefiere las guerras y conquistas, según lo que había acordado con el rey.
Gray se sentaba junto a Juvia un tanto incómodo por no estar tan acostumbrado a las verbenas, fiestas, banquetes ni ningún otro tipo de reuniones, a diferencia de Natsu, siempre estaba en expediciones en busca de objetos raros, tribus, y misterios en las montañas. Era llamado El misterio de hielo de vez en cuando por ser tan aislado, y frío, su palida piel completaba su apodo.
- Juvia, yo debo irme, estoy cansado lo siento, continúa sin mi.
- Mi lord lo acompañaré, no quiero quedarme sin usted ningun segundo más. 
A Gray le incomodaba mas que no se despegara de su lado pero se habia jurado que no la volvería a tratar mal, y de paso, la recompensaría por ser tan buena esposa. Si se recordaba aquella vez donde la conoció,  ella desembarcaba en su puerto con su tío el mercader más importante de su tierra en otro reino lejos de fiore, Gray no se imaginaba que Juvia sería su esposa, fue su padre y su tío quiénes se hicieron cargo de juntarlos, era un compromiso arreglado desde hacía tiempo cuando ambos hombre hicieron un trato, su sobrina sería la esposa de su hijo mayor y el le entregaría el cargamento de medicinas mágicas que curaban una extraña enfermedad que arrasaba con todo a su paso, incluyéndo las carnes que comían y las ovejas que producian lana y leche. Eso sucedio cuando ambos hombres seguian con vida, de no ser por la trágica guerra a la que fueron a combatir 3 años después el destino seria diferente. Gray regresó a salvo de la guerra luego de la victoria que obtuvieron gracias a Natsu y sus dragones, pero su padre no. En ese entonces ella tenia 19 y el 20 años. Habian pasado 6 años desde entonces, ya con 26 años aun no había hecho avances en su relación, la presión de concebir un heredero lo estaba acorralando. Era hora de actuar pero no estaba preparado. Culpa de su leve fobia a las mujeres durante su infancia. Y en parte a algo que ocultaba desde hacía mucho. Una maldición.

Al llegar a la alcoba real Gray se desplomó sobre la cama. Acto seguido Juvia se desvestía quitándose prenda por prenda cada tela que la cubría,  recordó como era el frío usual del reino por ser un terreno muy elevado, su abrigo, su vestido, su ropa interior y otras prendas que cubrían su delicada piel para no morir de hipotermia en los dias invernales como aquellos días de enero que estaban dejando apenas semanas atrás. Gray estaba a punto de quedarse dormido y fingir que no pasaba nada pero sabía que tarde o temprano ella vendría a obtener lo que por derecho marital es de ella. Juvia deslizó sus dedos por la cremayera que cerraba su vestido azul ligero como pluma, hasta que finalmente quedo desnuda y mostrando su esbelto cuerpo del cual todos los hombres del reino deseaban con desesperación, la envidia de muchas doncellas menores que ella, un exuberante pecho con unas caderas tan curvas que las diosas podrían bajar del cielo a admirar su belleza. Y unas piernas tan suaves y delicadas se posaban frente a Fullbuster, cuyos ojos permanecían cerrados, tal vez recordó aquél viejo dicho ojos que no ven corazón que no siente salvo que esta vez si sentía como palpitaba en exceso su corazón debido a la presencia divina que ocasionaba su amada esposa. La cual yacía acostada junto a él acariciando su oscuro cabello liso sin peinar y frotando su pecho contra su brazo izquierdo de una forma sutil y afeminada.
Gray en su intento por permanecer dormido agitaba la respiración y Juvia sabía que estaba consciente de ella, más no entendía la razón por la que su esposo era tan tímido y distante con ella en tantas ocasiones, no recordaba la ultima vez que sus labios y los de él se juntaron para formar un beso, tal vez porque nunca lo habían hecho en esos 6 años que estaban juntos. A veces sospechaba de otras mujeres y cuando surgió lo de Lucy recientemente su corazon se había hecho pedazos, y no fue si mo hasta que el mismo explicó el malentendido que ella se tranquilizó y decidió confiar una vez más en él.  Pero ya estaba decidida, no iba a dar ningún paso atrás,  por fin despues de tantos años se convertiría en mujer, dejaría de ser una doncella y tendría la oportunidad de descubrir aquel placer prohibido que tanto anhelaba a corta edad. Fue desabrochando la camisa de su esposo mientras este permanecía quieto, boton por botón fue separando las dos partes hasta que se encontró con algo que no se imaginaba nunca en su vida, unos extraños grabados circulares negros aparecían a un costado cualquiera diria que es un tatuaje tribal pero ella reconocía esas marcas, en su aldea eran famosas las brujas y hechizeras incluso una le ofreció enseñarle magia básica,  cosa que no resultó bien del todo. Apartó su mano sorprendida y la llevo hasta su boca tapando su expresión de asombro y miedo.
- No quería hacerlo por esto...
Tomó su mano y la sostuvo firmemente tratando de levantarse.
- Tu cuerpo... pero ¿por qué?
- ¿Recuerdas aquella expedición que dure 3 semanas sin regresar? Quede atrapado en una caverna misteriosa que atrajo mi atención, desde entonces cosas malas han ocurrido, como anoche por ejemplo. Por eso no quería desposarte, tenia miedo de lastimarte de algún modo, pero trato de buscar la cura, por eso salgo de vez en cuando durante 3 días o más, nadie puede saber esto salvo yo... querrán matarme si se enteran que estoy maldito.
- Entonces lo de Lucy, caíste accidentalmente sobre ella por culpa de eso. ¿no es asi? - pregunto confundida
-Así lo creo -respondió mirandola a los ojos y un tanto enrojecido y a la vez excitado de estar con su esposa al desnudo, la primera vez que la veia de esa forma y la primera vez que contaba su secreto a alguien. La intimidad con su amada se volvió mas fuerte esa noche.
- Mi amor, pensé que no querrías estar conmigo. Lamento ser una tonta - dijo abrazandolo, dejando que su cabeza se recostara en sus desnudos senos.
-De verdad lo siento, no es tu culpa, fue mía por no haberte desposado aquella noche de nuestra boda hace 4 años. Era muy tímido lo admito.
- No importa,  debiste haberme dicho hace tiempo.
- Tenía miedo que me consideraras un demonio, por eso preferí mantenerlo en secreto hasta hallar la cura.
- No importa si eres un demonio, hasta los ángeles mas puros suelen caer en manos de la oscuridad y tú mi amado Lord, no serías un demonio ni aunque los dioses te desterrasen del cielo. Tu corazon es tan bueno que tus subditos se reuniron a celebrar tu llegada.
- Gracias, los dioses debieron haberme castigado por evadirte tantos años y ahora que me di cuenta de mi error... veo que una diosa es mi esposa, ahora ya veo el sentido a mi infortunio.
- Sólo calla amado mio. Hallaremos la forma lo prometo.
Le dio un beso en sus labios que no olvidaría.

VI: unas copas demás no dañan a nadie

Eran las 12, a media noche no quedaba nadie cuerdo ni sobrio, era la hora especial, muchos aprovechaban la ocasion para tener un poco de diversión nocturna y gratuita con chicas que caían por el alcohol, como era habitual en los reinos, no les sorprenda la actitud de estos hombres con mas sangre en el pene que en la cabeza. Guerraa y mujeres, no puedes vivir con ellas ni vivir sin ellas, era la ideología favorita de muchos hombres salvajes en ese estado de ebriedad. Cuando el ron y el vino se apodera de una mujer, cosas malas le puede pasar, pero cuando el ron y el vi o se apoderan de un hombre cosas malas puede hacer ¿Es ley de vida? Puede ser...
Natsu llevaba en su espalda a Lucy quién habia perdido los estribos de tanto alcohol que bebió ( en realidad solo bastaron 3 copas de vino para que cayese, su punto de embriaguez es muy bajo).
-

Joder cuantas veces tengo que decirte que no bebas porque terminas siempre de la misma forma. Y el que debe cargarte soy yo.
- Que lindas mariposas, se parecen a ti Natsu. Son muy inquietas y les gusta volar por todas partes - dijo en su ebriedad mientras presionaba la cara de su marido.
- Ya estamos llegando, esta debe ser nuestra alcoba.
Empujó la puerta con su pierna, vio a una pareja teniendo sexo.un hombre con oscuro cabello largo y musculoso cuerpo debajo de una chica delgada con cabello azulado gimoteando de placer.
- Este no es el cuarto... -  cerró la puerta descuidadamente, la pareja ni se dio cuenta de la interrupción solo siguieron con su placer.
- Creo que acabo de ver algo suculento¿No quieres también algo suculento Natsu?
- Me gustaría comer algo, tengo hambre.
- Por supuesto que comerás algo mi lord, sólo llévame a la habitación y te daré de comer.
- Como sea, creo que es esta - abrió otra con un simbolo de fireland. Efectivamente era aquella puerta. Detrás una recamara con sabanas rojas y una chimenea encendida, al fondo, la vista al mar era impresionante, tambien la brisa fría que acogia la habitación.  Por desgracia no vió nada de comer en la mesa. Se preguntaba que clase de rey no dejaba comida para sus invitados, dejó a Lucy acostada en la cama.
-Iré por un bocadillo,  regreso rápido. - dijo dándole la espalda
-Aquí esta tu bocadillo mi Lord - saltó encima de él haciendole unos chupetes en su cuello, dejando una marquita notable roja, casi morada. Natsu empezaba a excitarse mientras era aprehesado por aquella rubia.
-¡Mierda me quieres calentar tan rápido!- exclamó él
- ¡Estoy encendida!~ dijo ella desnudandose mientras halaba su cuello hacia ella y caía encima de ella sobre la cama, volviendo un lío las sabanas rojas. Tenía la sensacion de que la noche iba a ser inesperadamente agitada, no estaba en sus planes el tener sexo con ella, pero su apetito de comer y el apetito sexual se confundían con el alcohol que pasaba por sus venas. Lucy le quitó su túnica roja y negra que llevaba puesta, paso su mano sonre su pene, haciendole pequeños toques con sus dedos, los cuales bastaron para ponerle duro en un instante. Todavía estaba bajo los efectos del alcohol pero no importaba ya que ninguno de los dos recordaría con exactitud lo que sucedería a continuación.  Natsu dejaba escapar algunos gemidos vergonzantemente, si alguien sabia como prenderle en la cama era su exuberante esposa, cuyo cuerpo rivalizaba con la divinas caderas de Juvia, poseían tallas difíciles de distinguir entre las dos. Ambas tenian bendiciones de la diosa del amor y el erotismo. Eran unas envidiables mujeres para hombres que quisiesen poseerlas  y mujeres que quisiesen sus figuras como ellas.
- Espero que me complazcas mas de lo habitual esta noche mi lady.
- Y yo espero que deje de ser tan idiota mi lord.
- Eso será una tarea difícil pero no imposible. - prosiguió a besarla con pasión, introduciendo su lengua dentro de su boca. Parecía gustarle a ambos aquella cálida sensación de placer a la vez que sus saliva se mezclaban la una con la otra dejando un sabor amargamente dulce en la boca del otro debido al alcohol que aún residía entre sus bocas, Natsu hambriento de comida se limitaba a saborear sus labios y luego probaría cada parte de la piel de su amada. Lucy quién seguía actuando seductora y sensualmente, estaba calentando aún más a su esposo al frotar sus voluptuosos senos en contra de él.  Su pene empezaba a palpitar deseando poder entrar en ella y soltar todo el fluido blanco que retenia. Empezó a dominar los movimientos de los dos, es decir, agarró a lucy por la cintura y la levantó sobre él haciendo que encajara su pene en la humedecida vagina de ella. Seguidamente su cadera se movía constantemente de arriba a abajo logrando penetrar más a fondo con su miembro, Natsu no se quedaba atras con su virilidad masculina, un tonificado cuerpo que entrenaba seguido y constantemente para derrotar a todo aquel que le retara. El fruto de sus entrenamientos los mostraba en la cama al tener mas resistencia física y mentalmente en estas situaciones. Su pene era su arma y sus manos sus aliadas mas eficaces para generar un inmeso placer, ya había hecho varias veces el amor con Lucy pero en ninguna ocasión esta ha quedado embarazada, no sabían porque pero seguirían intentandolo hasta conseguirlo, ha diferencia de los redfox quienes ya habian concebido una hija de 2 años.  Natsu tenía experiencia con sus manos sonre todo al tocar cada parte de Lucy quien era como un raro artefacto al que presionaba en ciertos puntos para generar sonidos y movimientos que le causaban gracia y placer, sus expresiones faciales combinadas con los gemidos y como respondía cada parte de Lucy dejaba mucho que desear a la imaginación. Pero a Natsu sólo le importaba que ella tuviese el momento mágico,  el cual hoy conocemos como orgasmo. Los sabios dicen que este es el período de tiempo durante el sexo donde las mujeres quedan embarazadas facilmente. Natsu lo intentaba pero no llegaba a correrse a tiempo, siempre quedaban segundos por fuera y debia continuar con sus dedos. Esta vez tenia una corazonada, que sería diferente, era una estupenda noche ¿ como no se iba a sentir feliz si oía los gemidos de su esposa provocados por él mismo? Los senos de Lucy eran mordidos y saboreados por Natsu, le encantaba jugar con ellos y dejarle marcas territoriales a su piel, ya llevaba acumulando varias desde noches atrás. 
- Natsu, no te detengas, yo estoy... estoy a punto de.. - gemia cada vez mas fuerte, Natsu tuvo que cerrar su boca con un beso para no despertar a nadie a esa hora, estaba a punto de correrse adentro también, y justo en el momento se detuvo a chorrear aquél líquido blanco espeso y viscoso dentro de ella, dentro de su vientre, esperando que la diosa de la fertilidad le bendiciese esa misma noche por haber salvado la cabeza de su rey aliado.
Ambos acabaron de tener un momento mágico  al mismo tiempo, tantas veces haciéndolo debían servir para algo mas allá de placer. Ahora los dos desnudos y bajo las sabanas rojas se acurrucaban el uno sobre el otro para tener mas calor del que requerían,  la madrugada se hacía fría y ellos odiaban el frío,  pero amaban compartir el calor que generaban sus cuerpos, la sangre de Natsu era especial por mantenerlo siempre caliente en todo momento, Lucy le encantaba esta habilidad de Natsu en las noches frías como éstas.  Ahora no se podía evitar quedar embarazados tras esa noche mágica y llena de gozo. Se quedaron dormidos casi al instante, Lucy mas rápido que Natsu, quien seguía apretando sus senos suavemente.

Continuará...¿ ?

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