Siempre me has protegido, nunca he tenido mucha decisión propia por esa razón.

Debo admitir que me encantaba estar en ese lugar de comodidad, en donde no debía elegir, pero ya no es lo mismo de antes. Ahora de verdad soy una carga. Sin embargo ¿cómo voy a dejar de ser dependiente de ti si nunca me lo enseñaste?

Quizás estoy siendo demasiado estricta, pero culparte es más fácil que ponerme a llorar.

Obviamente el error no es sólo tuyo, yo dejé que lo hicieras, yo permití que me convirtieras en una inútil con tu sobreprotección. Me has dejado en un círculo vicioso en el que siento que no puedo salir y soy una ineficaz por no poderte ayudar en nada.

Si me fuera ¿me extrañarías? No estoy tan segura, quizás solo te preocuparías, pero tendrías un problema menos encima.

Si me fuera ¿sería capaz de vivir sin ti? No lo creo, no puedo ni pensarlo, quizás sin ti, no sólo moriría de hambre y frío en las calles por no saber sobrevivir, sino también porque yo sí, yo sí te extrañaría.

Te extrañaría tanto, que moriría de tristeza, una más grande que la que padezco ahora.