•La Carta Después•
24/2/1990
Noemí Rivera es una muchacha que ha tenido que pasar por varias cosas para llegar a ser como es ahora. Su madre la encontró en la calle, sedienta, en los huesos y sin esperanza de vida alguna. Entonces la adopto legalmente como su hija. Y aunque la rescató de la muerte, abusaba de ella física y mentalmente cada día, sin importarle sus sentimientos, y la obligaba a trabajar limpiando casas para que ella pueda obtener unas monedas para comprar alcohol. Noemí solo tenía 7 años, y se acostumbro a este trato. Yo estaba muy lejos de mi hermana cómo para saber que ella tenía una "hija" y la trataba de ese modo. Así que cuando descubrí su despiadada forma de actuar la lleve a la corte y me quedé con la niña, Noemí fue a múltiples sesiones de terapia por muchos años, Y con el tiempo todo paso, pero a pesar de ello, a veces suelo escucharla llorar en su habitación por las noches. Entonces vos apareciste, y trajiste mucha felicidad a su vida, tal vez más que yo. Pero vos ya sabías está historia, y aún así hiciste que esto pasará, hiciste que el tormento volviera a su vida cuando empezaste a actuar de la misma forma que su despreciable madre. Belinda, vos le trajiste recuerdos muy poco agradables, y las lágrimas nocturnas se hicieron mares y mares de llanto que se hacían cada vez más interminables. Pero ella te amaba. Por qué vos habías sido la que la acepto como su amiga pese a saber su pasado. Pero vos solo querías verla sufrir mientras disfrutabas, ¿No?. Desde que empezaste con esos pensamientos sádicos, todo lo que querías era corromper su autoestima y su estado mental cada día para saciar tu ego. Te recomendaría o mejor dicho necesitas ir a terapia, necesitas ayuda para sanar y no lastimar la vida de nadie nunca más.
Atte: Philippa Rivera, la tía de Noemí.
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