Capítulo 12: Dicho y hecho




Cuando Stiles finalmente puso un pie dentro de su casa luego de un agotador viaje, se topó con Evens jugando cartas, lo que parecía ser Carioca según escuchó. No pudo evitar sonreír al verlos así, y una confortable imagen de su futuro se le cruzó por la mente. Él quería eso, pero no ahora.

Cerró la puerta un poco fuerte para hacer notar su presencia en la casa, ambos, el Evens y su papá le voltearon a ver. Este último se levantó inmediatamente, esperando una larga explicación que probablemente no llegaría muy luego.

-Jovencito- habló John- ¿Se puede saber dónde te metiste?

-Es... - intercambió una mirada larga con Evens y luego volvió a fijar su mirada en su padre- una larga historia

-La quiero escuchar porque no me creo eso de que Evens sea el conocido del hermano de la tía del vecino de Lydia, quiero que seas completamente honesto conmigo, Stiles- suplicó sentándose nuevamente en el sofá- prometo tratar de entender lo que está pasando

Stiles se lo pensó por un largo momento, su padre se enteraría tarde o temprano, y por mucho que prefiriera que fuera tarde para no lidiar con eso ahora mismo, no podía esperar con algo así. Suspiró.

-Vamos a hablar a la cocina- dijo finalmente, caminando hacia esta- Evens, quédate donde estas, si quieres puedes cambiar la televisión, estoy bastante seguro de que te gustan los programas de superhéroes

El niño asintió rodando los ojos, un gesto que hizo que su corazón latiera fuerte al recordarle a Derek, eso era tan típico de su novio que sonrió inconscientemente.

Al entrar a la cocina junto con su padre, se sentó en la encimera.

-Prométeme que no me matarás- fue lo primero que dijo Stiles, tan rápido que el Sheriff dudó

-Stiles, soy tu padre, obviamente no cometeré un homicidio de ese nivel, no tengo planeado dejar mi uniforme por uno naranjo en prisión

-Y...- hizo una pausa no muy seguro de decir lo siguiente, pero mientras más rápido terminara mejor- y prométeme que no matarás a Derek

-Lo pensaré, ahora dime

-Prométemelo

-Bien, Stiles- dijo exasperado- te prometo no matar a tu novio hombre lobo, pero ya dime que sucede, porque algo me dice que no es nada bueno

-La verdad son muchas cosas- se rascó la nuca y decidido por fin a contarle toda la historia a su padre

(...)

Derek frunció el ceño, mientras miraba fijamente como Peter miraba su teléfono, como si estuviera mensajeándose con alguien, y con esa boba sonrisa en su rostro. Suerte que el no lucía tan idiota cuando miraba a su Stiles ¿verdad?

O eso esperaba.

-Deja de verme- se quejó Peter sin molestarse en apartar la mirada del móvil

-¿Con quién hablas tanto?- cuestionó con curiosidad

-Con el cadáver de Michael Jackson- respondió cortante, y Derek se tomó eso como que no iba a recibir una mejor respuesta

-Imbécil- giró sus ojos y sacó su teléfono listo para llamar a Stiles, pero el sonido del auto del Sheriff le detuvo, se concentró y escuchó la voz de su novio y suegro en el pasillo

-¡Prometiste no matarlo!- se escuchaba la voz agitada de Stiles persiguiendo a su padre hasta la entrada del loft

Derek se levantó rápidamente y observó la puerta, eso no se escuchaba nada bien, pensó en huir y saltar por la ventana, pero no alcanzó antes de que la puerta se abriera estrepitosamente y entrara el Sheriff con su pistola en mano, siendo seguido por Stiles, y un pequeño castaño de diez años atrás que parecía divertido.

-¡Tu hijo de...!- el Sheriff no terminó la frase solo por respeto a la madre de Derek- ¿Cómo mierda pudiste hacer algo así?

-Papá, hay un niño aquí- Stiles apuntó a Evens

-¡Si, un niño!- gritó alterado el Sheriff- ¡Un niño que es su hijo de diez años y que viene del futuro! ¡Aún estoy esperando por que las cámaras salgan por todos lados y me rebelen que esto solo era una broma! ¡Porque justamente es eso lo que parece!

Derek se quedó de piedra, pasando su mirada del Sheriff, a Stiles y finalmente a Evens. Aun siendo apuntado por la pistola del Sheriff dio un paso al frente.

-Sheriff, puedo explicar...

-No quiero que lo expliques maldita sea- susurró bajando la pistola por fin, y guardándola en su cinturón- quiero...- se detuvo, no podía decir delante del niño que este era un error, tan prontamente, no es que pensara que era una abominación, el estaría tan feliz si hubiese sido eso en un futuro, pero no ahora, joder, Stiles apenas era un adolescente a punto de cumplir dieciocho años-¿Cómo demonios no pudiste saber que algo así podría ocurrir?

-Ehmm hola- saludó Peter haciendo notar su presencia- si me permiten...- se levantó de su asiento y caminó hasta la puerta- tengo que ir a comprarme una hamburguesa

Los presentes le miraron como si fuera la persona más idiota del mundo, y seguramente era lo que pensaban.

Traidor, pensó Derek, se atrevía a dejarlo solo en una situación de vida o muerte con su suegro.

-Alto- le detuvo Peter- llévate a Stiles y Evens contigo-y eso claramente no sonó como un pedido, era una orden

-Uhm... ¿está bien?- respondió no muy seguro de llevarle la contraría ya que no quería ganarse las balas guardadas para su sobrino

-¿Qué? no, yo no...- comenzó a decir Stiles pero la mirada de su padre detuvo cualquier réplica, suspiró- Bien, me iré si me entregas tu pistola

Su padre se le quedó mirando.

-No te daré mi arma Stiles- rodó los ojos- Hey tú- llamó a Peter y le dejó el arma en la mano

Derek jamás había amado tanto a Stiles, ya que acababa de salvarle de unos cien balazos.

Observaron el silencio como Stiles, tomaba la mano de Evens y caminaba junto con este y Peter hacia la salida, Derek sonrió mirando las manos unidas de Stiles y Evens. Pero cuando la puerta se cerró se hizo el silencio tenso en el loft.

-¿Sabes lo que acabas de hacer Derek?- fue la pregunta del Sheriff, que recibió una mirada dudosa, esperando a que le explicara- Stiles es un adolescente, no está listo para algo así, si encontraba que lo del vínculo era demasiado ¿sabes lo que opino de que ahora no solo sea eso, sino que también espere un hijo?

-Lo sé- sonó exasperado, pasando ambas manos por su cabello- es solo que no sabía que algo así pudiera suceder, Deaton me lo explicó hace unos días y... Sheriff, se que con decir que lo siento no es suficiente...

-No, no lo es- le cortó- yo... me alegro de que ames a Stiles, pero tenía la esperanza de que esto sucediera quizás en algunos años más, cuando él esté listo

-También yo, esto me tomó por sorpresa...

-Lo que decida Stiles, sea lo que sea- comenzó a decir- tienes que respetar su decisión

Derek lo sabía, él lo supo desde ese día en la veterinaria, ese día preciso en el que recibieron la noticia. Stiles decidiría si se quedarían con Evens o lo darían en adopción, y a pesar de que sonara horrible lo que pensaba, él no perdería a Stiles, ni por su hijo ni por nadie.

(...)

Stiles miraba fijamente como Evens y Peter comían tranquilamente sus hamburguesas, como si hace poco su padre no hubiese apuntado un arma contra el sobrino de Peter que resultaba también ser el padre de Evens.

-Esta es una de las mejores hamburguesas que he comido- comentó Evens felizmente

-¿Verdad que sí?- concordó Peter con una pequeña mueca que tuvo la intención de ser una sonrisa

Stiles los miraba atónito.

-¡¿Cómo mierda pueden comer tan tranquilos?!

-Pa... Stiles- se corrigió Evens rápidamente- recuerda que no debes decir esas palabras, tú mismo me lo enseñaste

-¡En mi defensa tu aun ni siquiera has nacido!- le gritó exasperado apuntando al niño con su dedo incide, de alguna forma tenía que explotar su nerviosismo- y aunque hubieses nacido ¡yo no estoy listo para decirte esas mierdas, no sé cómo ser un buen hijo y mucho menos sabré como ser un buen padre!

-Buen punto- dijo Peter aun comiendo su hamburguesa y mirándola como si fuera lo más hermoso del mundo, ni que fuera Neal Caffrey, pensó Peter riendo para sí mismo- eres el peor hijo

Stiles se levantó de la mesa, lanzando una mirada asesina al mayor y caminando hacia la salida del local de comida rápida. Sabía que no es malo dejar a Evens con Peter, no es como si este fuese a matarlo, o enseñarle como hacer ataques terroristas, aunque dudaba un poco de esa última opción.

Caminó, o mejor dicho, casi corrió en dirección al loft, tenía que asegurarse de que su padre no se había encargado de convertirlo en padre soltero.

Al subir rápidamente por las escaleras, entró a la sala, y vio a su padre hablando seriamente con Derek, este al verlo rápidamente ocultó algo en su bolsillo, algo extrañamente brillante.

-Hey Stiles- le sonrió

-Sigues vivo- lo apuntó con un dedo- Oh, gracias al cielo

El Sheriff los observó fijamente y caminó hasta su hijo.

-Tu y yo iremos a casa- le dijo, y aunque parecía más calmado, aun parecía estar bastante molesto- andando

-Espera ¿Dónde está Evens?- cuestionó Derek viendo como el Sheriff salía de la habitación

-Está con Peter- respondió Stiles siguiendo a su padre, pero se detuvo al ver el rostro preocupado de Derek- descuida no le está enseñando a destripar conejos indefensos, solamente están comiendo hamburguesas a una cuadra de aquí, ve y quizás los alcances- se acercó a Derek y le besó la mejilla- nos vemos mañana, te amo- dijo antes de salir también del loft

(...)

-¿Mil?- inquirió Lilith con el ceño fruncido, observando con sus ojos penetrantes y poco benévolos a su viejo compañero ojos amarillos- ¿Estas totalmente seguro de que necesitamos mil almas?

-Así es- concordó Azazel- por el momento tenemos a millones de demonios menores encargándose de todas ellas, ya que nosotros y maldigo nuevamente a los Winchester por esto, no podemos pasar a su mundo, pero si queremos traer a Lucifer necesitamos mil almas, ese es el precio a pagar en nuestro hogar- susurró eso ultimo haciendo referencia al infierno- Lilith, mi querida y hermosa Lilith, si lo conseguimos, seremos libres, sin tener que seguir las órdenes del intento de Rey del infierno, y seguiremos al verdadero Rey

La demonio sujeto su rostro en un gesto pensativo, necesitaban pasar a través del Nemeton, su portal con forma de árbol, esa era su prioridad, ya que si no lo hacían los Winchester jamás dejarían que recolectaran todas las almas de Beacon Hills, lo sabía, esos estúpidos hermanos eran los encargados de no dejar ir a su amado Lucifer, su amor, su perfecto rey del caos, rey de la muerte y de las almas.

-Como tú, mi buen amigo Azazel, desees- le sonrió acariciando su rostro con ternura, todo estaba dicho solo faltaba hacerlo

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