Capítulo 1

Las otras omegas hablan y hablan sobre sus celos, de cómo se cuidan y además hacen bromas de ello. Ojalá yo hubiera tenido esa información cuando el mío llegó por primera vez, estaba sola en casa y creí que estaba muriendo. Llamé a mis padres y también a una ambulancia, estaba desesperada porque creía que algo malo sucedía conmigo, no quería morir. Gracias a la Luna mis padres llegaron primero y vieron mi estado, estaba sudando, mi cabello se encontraba revuelto y lloraba sin poder detenerme, además mi ropa interior estaba empapada por lo que creía que era sangre.

Ellos me abrazaron mientras me decían que todo iba a estar bien, yo les gritaba que me llevaran a un hospital ya, entonces rieron y me explicaron con calma lo que me estaba pasando. Fue el día más horrible de mi vida y también el más humillante.

—¿Qué hay de ti Tesa? —Levanto la mirada de la pantalla de mi celular al escuchar mi nombre, el resto me mira expectante.

—¿Que cosa? —digo frunciendo el ceño.

—Tu primera vez, ¿con quién fue?

—No quiero hablar de eso —murmuro bajando la mirada.

—Él nos contó, vamos —insisten señalando a uno de los omegas varones que están en el grupo, entonces otra chica entra a la conversación, rompiendo el círculo que las demás habían formado. Ella es Brenda, una alfa que suele molestarnos y no me agrada.

—Escuché la conversación y yo podría responder por Tesa —comenta haciendo que baje la mirada. No puedo creer esto—. Ella no sabe quién fue el primero, porque lo hizo con varios alfas a la vez. -Brenda ríe luego de decirlo y todas las miradas están sobre mí.

—No puede ser, es increíble.

—Y creí que yo era el más experto en esto.

—Si, no es tan santa como quiere aparentar —agrega Brenda. Yo respiro profundamente, como me había enseñado papá, retengo las lágrimas y aclaro mi garganta.

—Es cierto, fueron varios pero yo no quería, fue una violación. —Todos callan en ese momento y sus miradas cambian, en especial la de Brenda—. Tengo cosas que hacer —hablo para luego dejar el grupo y entrar a las instalaciones de la escuela. Necesito calmarme, mis ojos están nublados y un gran nudo se formó en mi garganta, al menos mi voz no se quebró al hablar.

El recreo ya ha acabado pero no quiero regresar, en lugar de eso permanezco en la biblioteca, me gusta perderme entre los estantes de libros. El lugar es silencioso y no hay muchos estudiantes, además hay cómodos puff en donde te puedes echar a leer, pero yo prefiero los juegos en mi celular mientras ocupo el wi-fi de la biblioteca. Sin embargo, mientras estoy a punto de ganarle al jefe final de esta etapa, alguien aclara su garganta. Al mirar hacia arriba veo a un muchacho de cabello negro, él se mantiene de brazos cruzados.

—Ese es mi lugar —me dice en un tono autoritario.

—Oh, no lo sabía —respondo y al respirar siento su notorio olor a alfa. Rápidamente salgo de puff mientras recojo mis cosas, a pesar que este fue mi lugar desde que comencé la secundaria.

—Si, es mío a partir de ahora. Debo estudiar para un examen y este es el lugar más apartado.

No respondo a eso y mantengo la vista en el suelo mientras paso junto a él. En la entrada de la biblioteca me topo con otro alfa, en realidad chocamos porque yo estaba distraída pensando donde podría encontrar otro lugar para pasar el tiempo.

—Ah, cuidado Tesa. —Él me abraza y correspondo ya que conozco esa voz y aroma muy bien.

—Lo siento Dona —digo. No quiero separarme porque su aroma me da tranquilidad, es más, comienzo a frotar su rostro contra su pecho.

—Hey, ¿pasa algo? —Toma mi mentó para que levante la mirada.

—No, sólo... —Su mirada siempre tiene algo que me obliga a decir la verdad—. Un alfa me asustó.

—¿Quién fue?

—No, no fue nada. Cálmate —digo rápidamente al notar que comenzó a gruñir—. ¿Qué haces aquí?

—Me preocupé porque no estabas en clase —responde mientras toma mi rostro con las manos, así se acerca lentamente y deja un beso en mis labios—. Sólo te escapaste de nuevo, ¿no?

—Shh, no me delates —susurro para luego darle un golpe en el brazo.

Por suerte, en ese momento finalizan las clases y Donato me acompaña a casa como todos los días, fue un poco difícil para mis padres aceptarlo. Incluso yo misma me sorprendí, cuando un día estaba llegando a casa después de clases y lo vi sentado en la sala junto a mis padres. Ambos tenían una mirada fría y seria. Donato estaba un poco intimidado, pero aún así continuaba allí, al verme rápidamente se puso de pie y me sonrió. Yo quedé estática cuando mis padres también se levantaron.

—Hija, este chico dice que es tu novio —dijo papá manteniendo sus brazos cruzados.

—Si bueno... l-lo es —respondí apenas, mi voz sonaba muy aguda. En eso mamá vino hacia mí para darme un abrazo.

—Tranquila, no estamos molestos —me dijo mientras acariciaba mi espalda—. Sólo sorprendidos, ¿ya se lo dijiste? —me murmuró eso último solo para mí.

—No, aún no —respondí suspirando.

Y todavía no se lo dije. No he encontrado el momento adecuado de hablar sobre el tema.

—Hey, estás muy rara. En serio —dice sacándome de mis pensamientos. Le sonrío mientras tomo su mano.

—Sólo pienso en el examen.

—Yo estaba pensado también, necesito ayuda con unos ejercicios de química. —Él me mira con unos ojos de cachorrito, ya sé lo que quiere.

—Bien, te ayudaré —acepto mientras rodo los ojos. En unos minutos ya estamos en la puerta de mi casa y saco mis llaves del bolsillo.

Mamá nos recibe con una sonrisa y le pregunto si Donato puede pasar a mi cuarto para estudiar. Ella acepta porque su lema es los estudios primero, además prometió que luego nos traería galletas.

Al entrar a mi cuarto hago una mueca y me pongo a limpiar rápidamente mientras él toma asiento en la cama. Estoy muy avergonzada, mi habitación está muy desordenada, pero tampoco sabía que Donato vendría hoy conmigo.

—No mires el desastre, por favor.

—Deberías ver mi habitación —responde soltando una risa.

—Okey —murmuro cuando me siento a su lado. Ya ordené la ropa y tenemos el escritorio libre de hojas sueltas y lapices de colores—. Déjame ver los ejercicios.

—Tesa, perdón. —Él toma mi rostro para dejar unos cuantos besos cortos sobre mis labios—. Te mentí, no tengo tarea.

Donato continúa besándome hasta hacerlo de una manera más profunda. No me da tiempo de hablar o regañarlo porque su boca toma la mía de una manera descuidada. Hasta muerde mi labio inferior con fuerza. Me separo para poder recuperar el aliento mientras sus manos apartan mi cabello y también acarician mis hombros.

—Llevamos un buen tiempo de novios, ¿no crees que deberíamos avanzar? —susurra a unos centímetros de mis labios. Vuelve a besarme, haciendo que los chasquidos se escuchen en toda la habitación. En ese momento siento una mano levantar mi blusa, la intento detener pero otras me sujetan con fuerza de las muñecas. No puedo moverme, siento miles de manos desgarrando mi ropa.

—¡No! —niego de inmediato dándole un empujón. Miro a mi alrededor y veo a Donato limpiar la linea de sangre que sale de su labio inferior.

—E-Está bien, tranquila. —Intenta acercarse pero se detiene en seco—. Estás temblando —murmura para luego retroceder.

—Yo... yo... —mis palabras no salen a casa del nudo en mi garganta. Lo arruiné todo.

—Lo siento, no quería presionarte. Soy un idiota.

—Yo lo siento... Es un miedo que... Algo muy malo me pasó hace tiempo.

—¿Por qué no me lo dijiste? —Donato avanza para darme un abrazo. Sin embargo mi cuerpo se mueve y huye de él hasta terminar acurrucada en una esquina de la habitación—. Tesa, ¿qué fue?

—Perdón, n-no puedo decirlo. Vete —mi voz falla ante el llanto y comienzo a llorar luego de que escuchara la puerta cerrarse. Tuve la oportunidad de decirlo pero no, odio no ser fuerte y enfrentar esto cara a cara como lo haría un alfa o beta. Incluso otros omegas son más fuertes que yo.

—¡Tesa! —oigo a mamá correr hacia mí y me aferro a ella cuando la siento a mi lado—. ¿Qué pasó? ¿Donato te lastimó?

—Estoy bien. Nos estábamos besando y recordé lo que pasó... Fue horrible, tampoco pude decírselo —respondo en medio del llanto, mis palabras apenas son comprensibles.

—Ya, ya. Debes hablar con él, tu padre y yo podemos ayudar si quieres —murmura, su voz me calma así como su aroma a rosas.

—Si, por favor.

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