Capítulo 33
Una semana había pasado y las chicas no sabían nada de Minseok. Le habían informado a los Jung, la organización estaba movilizada para localizar y capturar vivo a Minseok, tenía que haber una forma de salvar a su hermano, porque para Wheein y Moonbyul, él era su hermano, demonio o no, lo era, y debían ayudarlo.
Moonbyul ciertamente tenía cosas que resolver con él, no solo le había hecho daño a ella misma, eso era lo de menos, pero él tenía que explicarle por qué dañar a Yongsun, por qué asesino a Krystal... esos detalles eran los que atormentaban a la chica, su hermano, su guardián, era un asesino.
— Byul...— La nombrada que se encontraba prácticamente ahogada en sus pensamientos levanta la vista del suelo y se encuentra con una castaña de ojos oscuros que le brindaba una pequeña sonrisa
— Oh, Yongsun, ¿qué sucede? — le pregunto poniéndose de pie.
— Me preguntaba si habías comido algo y te traje esto— dijo entregándole una bolsa.
— Oh...— Moonbyul abre la bolsa y se encuentra con todo un almuerzo preparado, su lado enamorado estaba que floreaba de felicidad –esto...
— Lo preparé yo misma...— si ahora, si moría de felicidad.
— Gracias— dijo brindándole una sonrisa de agradecimiento y Yongsun se alegró de haber preparado ese almuerzo.
Hacía unos días en los que Moonbyul no parecía querer sonreír por nada, eran sonrisas fugaces que le brindaba a ella, pero no era la misma.
La rubia se dirigió a la mesa del despacho de Wheein para poder comer cómoda, mientras que Yongsun la seguía con la vista, siendo percatado por Moonbyul.
— ¿Sucede algo?
— ¿Me preguntaba qué harías después?
— Sí, quiero decir, antes de ir a casa, tienes planes, ¿debes hacer algo? — pregunto nerviosa Yongsun, ella quería pasar el tiempo con Moonbyul, quería animarla un poco y se lo había propuesto así misma.
— Yo...pues buscar más información sobre el paradero de....
— ¿Quieres ir al parque de diversiones conmigo? — preguntó Yongsun en carrera nerviosa, al escuchar esto a la rubia los ojos se le abrieron impresionada, no esperaba que Yongsun le pidiera aquello.
— Yo...
— Por favor.
— ¿Es una cita? — preguntó con ánimos de hacerle una broma y el ver como Yongsun enrojecía era señal de que había funcionado, pero debía detenerla.
— Descuida, era una br...
— ¡Sí!
—Eh— se quedó confundida.
— Si es... una cita— dijo Yongsun sin mirarla a los ojos apenada y Moonbyul estaba sin poder creerse aquello, ¡YONGSUN LE PIDIÓ UNA CITA!
Dentro del subconsciente de Moonbyul.
— Oh por dios, oh por dios, oh por dios — repetía caminando dentro de su psiquis de un lado a otro molestando la paz y tranquilidad de Adán
— Moonbyul.
— Oh por dioossss; Yongsun me pidió una cita, ¿qué hago, qué hago?
— Moonbyul.
— Sabes lo que eso significa para mi Adán, la chica de la que... de la que estoy enamorada me pidió una cita, dios..
— ¡MOON!— la rubia detuvo su paso y miró a Adán como un gato asustadizo, lo que provoco que este se quedará sin saber que decirle por un momento, nunca había visto a Moonbyul así de nerviosa.
— Lo siento, pero debes reaccionar de acuerdo, Yongsun está frente a ti, con Eva dentro de ella te recuerdo, pidiéndote una cita, a ti, venga reacciona, saca ese lado tuyo provocador, o al menos intenta no arruinarlo— le decía agitándola por los hombros.
— Es cierto, es cierto— decía respirando más despacio.
Fuera del subconsciente de Byul.
— De acuerdo— dijo Moonbyul dejando el almuerzo de lado para dirigirse a Yongsun quien se puso más nerviosa al ver a la más alta acercarse a ella —será una cita entonces— dijo tomándole la mano a la castaña para darle un beso en el dorso.
— Es...está bien— dijo Yongsun y ambas se sonrieron.
[...]
Pasaron las horas, y aunque Moonbyul quería tirarse al suelo y rodar en bolita por lo nerviosa que estaba debía evitarlo. Adán la había amenazado por secuestrarla en su subconsciente y tomar el control del cuerpo, ella se negaba completamente, la última vez que tuvieron lo que parecía ser una cita era él quien controlaba el cuerpo, no volvería a dejarle el control en una situación así.
— Ohhhhhhh— se quejaba Yongsun casi haciendo un puchero cuando ambas llegaron en el auto de lujo de Moonbyul al parque y vieron el cartel de cerrado por reparaciones, fue definitivamente decepcionante, pero Moonbyul no dejaría que eso quedará allí.
— Creo que hasta aquí llegamos— Yongsun la miró curiosa — ¿Crees que dejaré que termine lo que no había empezado? —, pregunta Moonbyul colocándose el cinturón de seguridad
— Yo, esto... ¿qué haremos? — pregunto Yongsun mirándola confundida.
— Tú solo ponte el cinturón de seguridad, yo me encargo— dijo encendiendo el motor con potencia, no había necesidad de repetirle a Yongsun que se pusiera el cinturón, rápidamente se lo puso y Moonbyul el dio marcha al auto a gran velocidad.
— ¿A dónde iremos? — pregunta Yongsun a cada rato y Moonbyul siempre le respondía que lo vería al llegar.
Cuarenta y cinco minutos pasaron en aquel auto y estaban a las afueras de Seúl, tal vez había sido en poco tiempo, pero Moonbyul se sabía los atajos además de que iba a gran velocidad.
— Ven— dijo Byul parada junto al asiento de Yongsun luego de abrirle la puerta — ¿Dónde estamos? — preguntó luego de tomarle la mano a Byul y bajar del auto.
— Bienvenida a mi escondite— dijo y frente a ella había una casa de campo realmente bella
— ¿Tu escondite?
— Sí, acá venía la mayoría de las veces en que sentía emociones y sentimientos difíciles— dijo abriendo la reja para que Yongsun pudiese pasar.
— ¿Sentimientos difíciles? — pregunta inconscientemente Yongsun mirando lo lindo del lugar.
— Si...en este lugar...— dice Byul concentrada en abrir la puerta — en este lugar me di cuenta que lo que sentía por ti era más que un capricho— dijo abriendo la puerta por completo, pero Yongsun solo había escuchado lo que había dicho.
Sin voluntad su rostro se había sonrojado y su corazón galopaba cual caballo en su pecho, desde cuando escuchar a Moonbyul decir aquello la ponía así, se lo estaba preguntando desde hacía días.
Al entrar Yongsun entendió porque era más un refugio que una casa. A primera vista se veía un mueble realmente cómodo, una gran alfombra entre él y el gran televisor en la pared, y mencionando las paredes del lugar se encontraban llena de fotografías.
Fotografías de Minseok, Moonbyul, Wheein, de ellos juntos, en algunas haciéndose maldades, en su mayoría eran fotos instantáneas, ellos se ven realmente unidos, Yongsun ya lo sabía, pero que el lugar al que Moonbyul considera refugio este tan lleno de fotos de ellos lo confirma, pero sin esperárselo ahí estaba una foto que no creería que encontraría.
Aquella vez la empresa había hecho una fiesta para despejar el agotamiento, recuerda que le tomaron la foto instantánea, pero cuando quiso volver a verla le dijeron que alguien la había tomado, así que... ¿había sido Byul?
— Si quieres puedes recorrer todo el lugar, prepararé algo de comer— dijo Byul recogiéndose el cabello en una coleta, haciendo aparecer en la cabeza de Yongsun el pensamiento de que se veía realmente hermosa con el cabello recogido.
— Yo...te ayudaré— le propuso a Moonbyul acercándose a donde ella estaba parada y Byul fue a negarse.
— Y no quiero escuchar que te niegues— dijo sonriéndole y dejando a Moonbyul con las palabras en la boca, pero segundos después estaba sonriendo — de acuerdo, ven— dijo y la tomó de la mano sin Yongsun esperarlo para dirigirse a la cocina.
...
En otro lado, en la ciudad de Seúl
— No pienso volver a fallar, si Eva no es mía, no lo será de nadie— dijo un Lucifer adueñado del cuerpo del joven Minseok, quien a pesar de que intentaba resistirse al control de este, el poder de él era demasiado fuerte, no por algo era el príncipe del infierno.
Lucifer planeaba algo, y no se detendría hasta lograrlo.
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