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Actuando como cualquier cliente dentro del bar, ordenaron un par de bebidas.

Jungkook se mantenía alerta ante cualquier movimiento extraño en el lugar. Mientras que Heechul se comunicaba en repetidas ocasiones con Hyuna.

La pelirroja se encargaba de vigilar los alrededores del bar. Junto con Hyungsik. Mientras que Jin se encargaba del chico; él hijo del traidor, que recientemente había despertado, alterado al notar que aquello no había sido solo un simple sueño, el cañón del arma de Jongsuk seguía apuntando a su cabeza.

Fueron necesarias un par de amenazas más. Hasta que el padre habló.

Siendo este uno de los guardias de Heechul, se daba el lujo de dar ciertas órdenes. Siendo una de esas, que a media noche, los encargados de vigilar el bar, llevarán a las chicas a la parte trasera, dónde posteriormente una camioneta blanca las llevaría a una nueva ubicación. Totalmente siendo una mentira. Aquella camioneta solo las llevaría a un lugar desconocido, tal vez a la mansión de Leeteuk, tal vez a uno de sus bares. No lo sabían.

Leeteuk se encargaba de no soltar información demasiada a los hombres.

-Alerta Jeon, una camioneta blanca acaba de ingresar al callejón al lado del bar- advirtió Hyungsik.

Jeon al interior, fué a una de las habitaciones donde las chicas esperaban a ser rentadas por esa noche. Ordenando que salieran y se ocultarán en la habitación contigua.

—Tres hombres acaban de bajar de la camioneta, no estoy seguro de que uno de ellos sea Leeteuk—

Escuchó Jungkook por él intercomunicador.

—Ven, junto con otros tres hombres— ordenó, para después ocultarse tras uno de los armarios en la habitación, esperando.

Los tres hombres desconocidos entraron al bar, pareciendo conocer el lugar ya que iban directo a las habitaciones de la segunda planta.

Jimin sonrió, al observar las claras intensiones de los mortales que con poco disimulo guardaban sus armas largas bajo sus pesadas gabardinas.

—Tengo que cumplir con mi deber— murmuró antes de terminar con el último trago de su margarita.

Levantándose de su asiento y acomodando su pulcro traje. Tomó el dije de amatista que colgaba de su cuello entre sus dedos, cerrando sus ojos y murmurando un hechizo que lo hizo volverse invisible ante el ojo humano.

Extendió sus alas, blancas y relucientes, para ascender al piso de arriba, donde vió a Jeon.

Segundos después el hombre al que vio entrar antes, ahora se encontraba en esa misma habitación.

Leeteuk borró la sonrisa que portaba en su rostro antes de entrar, al ver que la habitación estaba vacía, las chicas que le habían prometido no estaban.

—Busca al maldito mocoso— ordenó, y uno de sus hombres hizo una reverencia acatando su orden, pero antes de que diera un paso fuera de la habitación, el cañón de un arma cargada se encontraba apuntando directo a la cabeza de Leeteuk.

Los hombres que lo acompañaban hicieron el amago de sacar sus armas, pero antes de que eso fuera posible, los guardias de Hyungsik los tomaron de los brazos, tirandolos al suelo e inmovilizado sus manos.

—Cazado como una vil rata, creí que eras más listo Leeteuk— Heechul entró, con una sonrisa burlesca en sus labios.

—Digo lo mismo, me sorprende lo tarde que has actuado, Heechul— miró al portador del arma que en ese mismo instante estaba amenazado con terminar con su vida, encontrándose con la mirada neutra de Jungkook, que sin dudar, mantenía el dedo en el gatillo —¿Quién es este? ¿Tu perro guardian?—

—Dejate de bromas, imbecil— farfulló con odio Jungkook —¿Dónde está nuestra mercancía?—

—Oh vaya, el perro acaba de sacar los colmillos— dijo con burla a la vez que reía.

Jimin miraba atento cada uno de los movimientos de los mortales, esperando el momento adecuado para hacer su movimiento maestro.

—Habla imbécil— miró a Heechul.

—Podria decírtelo, pero porque no mejor, hacer un trato— Heechul lo miró interrogante, esperando a que continuará —Una alianza, dejar de lado todo este maldito embrollo de los territorios. Piénsalo así, más ganancia, más mujeres, más droga que fábricar y vender dónde quieras...—

—¿Y terminar como lo hizo Siwon? Prefiero matarte primero—

Leeteuk sonrió, recibiendo a cambio un golpe en la sien por parte de Jungkook y la empuñadura de su arma. Derribandolo.

—Mala elección— murmuró él, aún mareado por el golpe, apretó el botón de su brazalete, mismo que lanzaba una orden a los hombres que lo esperaban afuera.

Mismos que con armas largas, subieron a las habitaciones, en busca de su jefe, Leeteuk sonrió con suficiencia al escucharlos. Quedándose en el suelo cuando una lluvia de balas atravesaron las paredes, obligando a Jungkook y Heechul esconderse tras los muebles.

Tomando la oportunidad, Leeteuk salió de allí.

Entre los gritos de la gente que se encontraba abajo, logró escabullirse entre todos hasta llegar a la camioneta y partir de ahí.

Siendo seguidos por los guardias de Hyungsik.

Arriba, dónde el caos aún no paraba, Jungkook fue herido en su brazo. La bala se alojó en su hombro. Siendo respaldado por Heechul que tomó su arma y logró derribar a tres de los diez hombres que seguían disparando.

Jongsuk tomó igualmente su arma, entrando al lugar y matando a los restantes con ayuda de Hyungsik y Hyuna.

Los tres entraron para auxiliar a su jefe y a Jungkook, que ahora mismo se encontraba con una hemorragia.

Jimin decidió que ese era el momento.

Buscando matar a Jeon, para llevar su alma al cielo.

—Dispara— murmuró Jimin a uno de los hombres en el suelo, quién débilmente tomó su arma y apuntó.

—No, maldito mortal— una voz, ronca, se hizo presente antes de que la tragedia ocurriera. El cuello del hombre fue golpeado, rompiendo la columna de este, terminado con su vida; pero antes de que Jimin logrará reaccionar, una fuerza oscura lo arrojó con fuerza fuera del lugar.

Jungkook junto a los demás eran ignorantes de aquel hecho sobrenatural. Su mente ahora mismo solo se concentraba en el dolor que arremetía en sus músculos cuando intentaba mover su brazo.

—Quedate quieto maldición— gruño Hyungsik ante la insistencia del menor por ponerse de pie. Pero tenía que parar el sangrado antes.

—Vamos, la policía no tardará en llegar, tenemos que salir de aquí— ordenó Heechul.

Jongsuk se encargó de cubrir la herida de Jeon, mientras lo ayudaba a salir de ahí, tomándolo del brazo sano y llevándolo a la salida.

Seokjin los esperaba afuera, con el traidor y su hijo.

Subieron rápidamente a la camioneta.

—No debe haber testigos y lo sabes— murmuró Seokjin antes de disparar a la frente de cada uno de los hombres que se encontraban en la acera.

Una vez en la camioneta, partieron a casa.

—Quita su ropa— ordenó Hyuna a Jongsuk; una vez la herida fue expuesta, Hyuna la cubrió con la tela rota, en un intento de que para de sangrar, lograndolo después de unos minutos. —Escucha Jungkook, la bala sigue ahí, no puedo sacartela si no tengo una transfusión de sangre—

—¡Solo sácala maldita sea!—

—¡No puedo!, Perderás sangre en el proceso, te dió cerca de una puta vena Jeon. Alguien aquí debe ser de tu mismo tipo de sangre— pensó un momento, recordando sus estudios para casos como estos —Será la mía, Hyungsik, tú me ayudarás. *

El mayor asintió.

Jeon tan solo dejó caer su cabeza en el asiento, esperando a que el dolor bajara.








—¡Lárgate! Esa alma ahora me pertenece— gruño Taehyung, teniendo al ángel tomado por el cuello mientras lo arrinconaba en la pared.

—Los arcángeles lo quieren, deja de interferir en mi deber— soltó con burla, Jimin miró aquellos ojos del demonio, tornarse de un carmesí brillante.

Pero antes de que el demonio intentará golpearlo de nuevo, Jimin lo hizo, haciéndolo retroceder con un golpe en el abdomen, mandandolo lejos con una ráfaga de aire creada por sus grandes alas.

Taehyung se alzó en el cielo, deteniéndose al extender sus alas.

—Dejate de juegos maldito angel, si te lo llevas, nuestro tratado ya no tendrá validez. Mis demonios y yo tomaremos las almas que queramos—

—Mi dios no lo permitiría, ese mortal tiene la oportunidad de ir al paraíso, entiéndelo—

Taehyung soltó una carcajada.

—El no sé arrepiente de sus pecados, los siete principes infernales lo quieren, si te atreves a llevártelo, no dudes en que mis demonios y yo subiremos a la tierra; a reclamar como nuestros a todos los mortales—

—Crearán el caos y la guerra entonces los arcángeles nos encargaremos de ustedes—

Nuevamente, el celestial se lanzó en ataque hacia Taehyung, que con agilidad esquivaba sus golpes.

Jimin se vio en desventaja cuando sintió una nueva presencia acercarse, otro demonio.

Más fuerte.

No podía arriesgarse a pelear con dos demonios.

Así que cuando ambos se acercaba a lo más alto del cielo, Jimin se ocultó entre las nubes, alejándose rápidamente de allí.

Taehyung gruño frustrado cuando noto que él angel se había escapado. Pronto a su lado se encontraba Yoongi, que también había sido llamado minutos antes.

—Un arcángel está aquí. Piensa romper con nuestro tratado— Taehyung miró a su amigo —debemos cazarlo, y si es necesario matarlo. —




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*Cómo dato importante que todos deberían saber y que ahora se dió la oportunidad.

¿Importa saber nuestro tipo de sangre? Si, y mucho.
En caso de que por algún accidente o cosa por el estilo y se necesite una transfusión sanguínea, es necesario saber tu tipo de sangre, ya que no puedes donarle a cualquiera, ni recibir cualquier tipo de sangre, se necesita tener una compatibilidad. Si les interesa fácilmente pueden buscarlo en Google. 


Cómo sea.
Si tienen alguna duda, háganmelo saber.

Espero les haya gustado, si ven algún error por favor, diganmelo.

Buena noche.

—Akira.


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