7
—Te presentaré a alguien del equipo, estarás bajo su cuidado— mencionó Heechul al pequeño pelinegro. —Confío en que se llevarán muy bien—
Caminaron ambos hacia la sala principal.
Para Jungkook, este mundo era aún desconocido. No negaba que a veces por las noches, se ponía a pensar en lo que se había metido al aceptar entrar a tal grupo. ¿Tenía miedo?, Por supuesto; como cualquier mortal lo tendría al saber que en cualquier momento, la policía llegaría por ellos y los enviarían a una cárcel dónde pasarían el resto de sus miserables vidas.
O en el peor de los casos, acabaría muerto con impacto de una bala en su frente. Lo que pasara primero.
Pero ya no podía hacer nada.
Llegaron y justamente una persona los esperaba allí.
Un tipo alto, bien vestido y con porte serio los miró. Su mirada era fría, pesada, que a cualquiera asustaría. Pero no a Jungkook.
—Él es Hyungsik, se encargará de enseñarte lo básico para sobrevivir, aprenderás a usar un arma de fuego, a defenderte con arma blanca y sin ellas— Heechul juró ver por unos segundos un brillo en la mirada del más joven— pero eso será después. Por ahora él será también tu tutor, ya sabes, un maldito analfabeta no nos sirve aquí—
Y así fué, durante un año, Hyungsik le enseño lo más importante del estudio, lo que necesitaría para vivir.
Se impresionó mucho cuando el más joven comenzó a mostrar interés en la química; siendo genuinamente útil cuando él mismo, creo su propio veneno; echo a base de materiales de la vida común, siendo difícil de rastrear. Además de un líquido que funciona aún más rápido y eficaz que el cloroformo común.
Fué justamente un año después que Jungkook comenzó a usar armas de fuego, practicando su excelente puntería aún para blancos en movimiento.
—Fija tu vista en tu objetivo, y no dudes al apretar el gatillo— escuchó Jeon a sus espaldas.
Entre sus manos portaba su primer arma, cargada y apuntando a un cartón con silueta humana.
Habían ido a un campo vacío entre las montañas, para que el sonido de las repetitivas detonaciones no alarmaran a nadie ni avisarán de lo que estaban haciendo.
Jungkook disparó, dando justo en el centro de la silueta.
Hyungsik miró el perfecto tiro, y suspirando se acercó a él.
—Muy bueno. Pero mantén firme tus manos, o el arma rebotará a tu cara— se coló tras él, golpeando con su pie la pierna del más jóven —Pies separados y respira profundo—
Los siguientes tiros fueron perfectamente al pecho y cabeza.
Hoy en día, Jungkook forma parte de aquel grupo como el segundo al mando. Después de que Heechul comprobará que tenía la madurez suficiente para portal tal cargo.
Hyungsik, paso de ser su simple tutor a su más grande confidente. Siendo ambos muy unidos después de tantos años juntos.
Hyuna estaba igualmente de orgullosa por aquel pequeño, que recuerda tenía ojos tan inocentes y brillantes, pero que aún así había logrado matar a cada uno de los que lo hicieron sufrir.
—Maldito imbécil— murmuró Jungkook.
Habían seguido los pasos de Leeteuk, cada maldito bar y cede que ellos tenían para vender a sus mujeres. Habían tenido bajas en todas, desde mujeres, hasta la venta de drogas las cuales a ellos no les pertenecían.
—Tiene el extraño hábito de asistir el mismo a cada lugar, con tan solo un par de hombres— mencionó Seokjin, dejando en el escritorio de Jungkook los papeles con cada uno de los nombres y fotos de personas que poco a poco han ido raptando, además de los testimonios de sus hombres. —Podrias decirme cómo carajo es que sabe dónde nosotros trabajamos, Jeon—
—Solo pocos de mis guardias saben, pero han estado años conmigo. No tendría sentido su traición.— murmuró, se recargo en su silla mientras cubría su rostro con sus manos, exasperado y furioso por la situación. Repentinamente recobró la compostura.
—¿Qué?— Seokjin miró como el menor se dirigía al estante de libros de la pared, buscando uno en específico.
—Esto— tomó un libro, el cual al abrirlo liberaba un espacio vacío entre las hojas y una diminuta llave dentro.
Pero antes de tomarla, fijó su mirada a una esquina de la habitación, dónde unos cables se escondían entre el tapiz de la pared. Tomo estos entre sus dedos y con fuerza los trozo.
—Heechul hace un tiempo me comentó de una instalación de cámaras, pero pensé que solo bromeaba— sonrió ladino mientras jalaba los cables descubriendo una pequeña cámara al final de estos.
—Espero nos sirva de algo su enferma manía de tenerlos vigilados— mencionó el mayor, incómodo.
—Y lo hará— tomando la llave del libro, abrió el último cajón de su escritorio, dónde guardaba con recelo cada uno de los contratos con los bares. —No falta ningún papel...— pero una hoja cayó de la carpeta. Al revisarla, está tenía escritos los nombres de sus bares, además de nombres que Jungkook pudo reconocer como los afrodisíacos que les pertenecían.
Seokjin le arrebato la hoja y comparó el orden de los lugares. —Son nuestros sitios, en el orden en que los han robado y según esta lista... El bar wings es el siguiente—
Con rapidez ambos se dirigieron a la oficina de Heechul, mostrándole las pruebas que habían encontrado, además de pedirle que revisara las grabaciones de sus cámaras de seguridad.
—Te dije que servirían mis cámaras Jeon— sonrió con altanería.
—No si es que no quisieras ver cosas indeseables ahí, enfermo—
—Tranquilo, nadie revisa las grabaciones, solo se guardan y ya— tomó su portátil, entrando a la carpeta de archivos de vídeo.
Los tres revisaron dichas grabaciones, sin encontrar en varias horas de vídeo algo inusual (dejando de lado aquel encuentro pasional con Jongsuk) hasta que cierta persona entró a la oficina.
La cámara había registrado a una persona apenas conocida para Jungkook, entrar y abrir el cajón donde los documentos estaban guardados, tomando de igual manera la llave escondida.
—Joder, es el maldito mocoso— Heechul soltó una carcajada. —Es nuevo, hijo de uno de mis guardias personales—
— Él tiene acceso a estas grabaciones— aseguró Seokjin. Por la manera en que en el vídeo el chico tomo la llave, sabiendo con exactitud dónde estaba.
—Su padre, ha borrado grabaciones anteriores ¡Él maldito nos ha traicionado! — golpeó su escritorio con furia a la vez que se levantaba de su asiento— me encargaré de él ahora mismo— con grandes zancadas, Heechul salió de la habitación.
—Hablaré con Namjoon, debemos resguardar Wings— y de la misma manera Seokjin salió de allí.
Jungkook simplemente se dejó caer en la silla de su mayor, viendo una y otra vez el rostro de aquel joven.
No se veía mayor de 20 años, y en su mirada aún se reflejaba cierto temor; el de ser descubierto tal vez.
Se sintió totalmente estúpido al ver cómo con tanta facilidad fue que Leeteuk obtuvo las ubicaciones. ¡Lo hacían en su propia casa!
Dió play al vídeo.
Miró al chico dejar todo en su lugar y posteriormente salir de su oficina. Dejando todo impecable, que por semanas Jungkook aseguró que nadie había entrado allí más que él mismo.
Pero algo lo hizo detener la grabación de nuevo.
Detrás de su escritorio había un gran ventanal que dejaba que una gran cantidad de luz entrara al lugar, aunque esté no se lograba ver debido al ángulo de la cámara; debido a esto en la habitación se logró ver una sombra, oscura y alta.
Después la figura de un hombre rubio y de ropas oscuras rodeo el escritorio, sentándose a la orilla de este.
Un minuto después este desapareció, no dejando rastro alguno. Jeon lo miró, esa figura, estaba seguro que era la misma que había visto en anteriores ocasiones.
Sus sueños.
No, eso era imposible.
—N-no puede ser— murmuró, sintió su boca seca, además de un escalofrío recorrer su cuerpo. —Imposible, no puede solo desaparecer—
— Pues empieza a creer, conejito— susurro una voz a sus espaldas, cuando juraba estar solo. Taehyung sonrió.
Lamento la tardanza.
Hay días en que no tengo tiempo, y otros en que de verdad... solo duermo por horas, no me siento bien, no tengo ánimos.
Y no quería que afectara a mis obras, por lo que decidí dejarlas un tiempo. Ahora las estoy retomando, pero será poco a poco, estoy reestructurando mejor mis ideas.
Espero les haya gustado, si ven algún error, háganmelo saber.
✨💜
-Akira.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top